Con misa solemne e imposición del palio y el anillo del Pescador, inició su pontificado el Papa Francisco, pero pidiéndole a la humanidad que se entregue en servicio a los pobres. Asimismo invitó a los centenares de fieles que le escucharon a que no caigan en la desesperanza y el pesimismo.
También la comitiva de Cuba a la Santa Sede la integran Homero Acosta Álvarez, secretario del Consejo de Estado; Marcelino Medina González, viceministro primero de Relaciones Exteriores y Eduardo Delgado Bermúdez, embajador de Cuba en el Estado Vaticano.
“Quisiera pedir, por favor, a todos los que ocupan puestos de responsabilidad en el ámbito económico, político o social, a todos los hombres y mujeres de Buena voluntad: seamos “custodios” de la creación, del designio de Dios inscrito en la naturaleza, guardianes del otro, del medioambiente; no dejemos que los signos y de muerte acompañen el camino de este mundo nuestro”, afirmó.
Banderas y carteles de viva el Papa acompañaron los gritos de la multitud que colmó la Hermosa plaza San Pedro y mas allá, por la vía de la Conciliación, que une Roma con el Vaticano.
La misa solemne de coronación e inicio de pontificado que se hace en estos tiempos precede a la abolida por Pablo IV (1963-1978) y su rito estuvo basado en lo previsto en la reforma del Concilio Vaticano II.
La ceremonia comenzó con la bajada de Francisco a la Tumba de San Pedro, mientras los cardenales esperaron alrededor del Altar de la Confesión para llegar a los rezos y cantos de letanías a Cristo. Después de impuesto el palio (una estola de la lana de cordero que simboliza al Salvador) el cardenal decano Angelo Sodano le colocó el anillo que lleva grabado al Apóstol Pedro con las llaves.
A la ceremonia acudieron algo más de un centenar de delegaciones oficiales, entre las que destacan la de Argentina, encabezada por la presidenta Cristina Fernández, la de España, por los Príncipes de Asturias y todos los países latinoamericanos.
Díaz-Canel en el Vaticano
La delegación de La Habana, que participa en la misa de inauguración del Sumo Pontífice, está encabezada por el primer vicepresidente de los Consejos de Estado y de Ministros, Miguel Díaz-Canel Bermúdez.También la comitiva de Cuba a la Santa Sede la integran Homero Acosta Álvarez, secretario del Consejo de Estado; Marcelino Medina González, viceministro primero de Relaciones Exteriores y Eduardo Delgado Bermúdez, embajador de Cuba en el Estado Vaticano.
“Quisiera pedir, por favor, a todos los que ocupan puestos de responsabilidad en el ámbito económico, político o social, a todos los hombres y mujeres de Buena voluntad: seamos “custodios” de la creación, del designio de Dios inscrito en la naturaleza, guardianes del otro, del medioambiente; no dejemos que los signos y de muerte acompañen el camino de este mundo nuestro”, afirmó.
Banderas y carteles de viva el Papa acompañaron los gritos de la multitud que colmó la Hermosa plaza San Pedro y mas allá, por la vía de la Conciliación, que une Roma con el Vaticano.
La misa solemne de coronación e inicio de pontificado que se hace en estos tiempos precede a la abolida por Pablo IV (1963-1978) y su rito estuvo basado en lo previsto en la reforma del Concilio Vaticano II.
La ceremonia comenzó con la bajada de Francisco a la Tumba de San Pedro, mientras los cardenales esperaron alrededor del Altar de la Confesión para llegar a los rezos y cantos de letanías a Cristo. Después de impuesto el palio (una estola de la lana de cordero que simboliza al Salvador) el cardenal decano Angelo Sodano le colocó el anillo que lleva grabado al Apóstol Pedro con las llaves.
A la ceremonia acudieron algo más de un centenar de delegaciones oficiales, entre las que destacan la de Argentina, encabezada por la presidenta Cristina Fernández, la de España, por los Príncipes de Asturias y todos los países latinoamericanos.