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Cuba

El Maleconazo: ¿Cómo llegaron los cubanos a la gota que colmó la copa?

"Gente que no conocí", cubanos fotografiados por la cubana Damaris Betancourt Peña en los años '90. Cortesía de la autora.
"Gente que no conocí", cubanos fotografiados por la cubana Damaris Betancourt Peña en los años '90. Cortesía de la autora.

Una profunda crisis económica generada cuando Cuba dejó repentinamente de contar con la "generosa ayuda de la Unión Soviética" sumió a los cubanos de a pie en una supervivencia miserable de "sálvese quien pueda", el caldo de cultivo perfecto para "El Maleconazo"

Cuando los cubanos que, en la primera mitad de los años 90, vivieron lo peor del llamado "período especial en tiempo de paz", oyen hablar de que podría estar aproximándose otro similar, la expresión en su semblante cambia.

“El periodo especial, una época traumática (…) dejó una línea indeleble en mi memoria (…) Aún cierro los ojos y me ubico en esa época: lo recuerdo todo (…) Una época que aún tiene secuelas en Cuba”.

Así lo describe en su blog Jurisconsulto de Cuba la abogada independiente Laritza Diversent, quien a la sazón tenía 9 años. Y aunque los economistas predicen que la actual crisis en la que empieza a adentrarse Cuba como consecuencia de la de Venezuela no tendrá la magnitud de la de aquellos años infernales, los residentes en la isla ya enfrentan largos cortes de electricidad con el consiguiente calor veraniego, mosquitos, alimentos que se echan a perder, todo un deja vu del trauma de los 90.

La angustia vivida por la población cubana bajo la mayor crisis económica en la historia de Cuba condujo al “Maleconazo” también la mayor protesta popular espontánea tras décadas de pasividad, y luego al éxodo por mar de cerca de 35.000 cubanos en la llamada Crisis de los Balseros.

Moscú y las lágrimas de Cuba

Como ha analizado el profesor Archibald Ritter de la Universidad de Carleton en Ottawa, Canadá, especialista en la economía cubana, de 1990 a 1994 Cuba sufrió esa profunda crisis económica principalmente como resultado de la disminución del 75% al 80% en los ingresos de divisas que acompañaron la cancelación de los subsidios de la antigua Unión Soviética (que se ofrecían a la isla a través de los favorables precios para sus importaciones y exportaciones, de créditos que financiaban los déficits comerciales y de ayuda para el desarrollo).

Además de la reducción de los ingresos en moneda convertible, cayeron abruptamente las importaciones de bienes de consumo, portadores energéticos, materias primas, alimentos, piezas de repuesto y maquinaria, asfixiando la actividad económica.

Hubo otros factores no vinculados a la URSS que contribuyeron a la crisis. La estructura de las exportaciones de Cuba había evolucionado muy poco desde 1959, manteniéndose la dependencia del azúcar, un el 77% de las exportaciones totales en 1990. Cuba carecía de acceso a créditos del exterior, tras haber declarado Fidel Castro una moratoria del servicio de la deuda externa en 1986 y estar excluida la isla de las instituciones financieras internacionales, de las que Estados Unidos es el principal contribuyente.

El sistema económico cubano había erradicado los elementos de mercado y suprimido la iniciativa empresarial, en favor de la centralización, algo que empeoró el "Proceso de Rectificación de Errores y Tendencias Negativas” encabezado por Fidel Castro de 1986 a 1990. Por último, el embargo comercial y financiero de Estados Unidos se había endurecido en 1992 con la "Ley Torricelli".

Ritter señala que la economía se contrajo 34% en términos de ingresos per cápita entre 1990 y 1993. La escasez de divisas provocó una reducción de los servicios de transporte y la generación de electricidad, con los consiguientes apagones y cierres de fábricas. La producción nacional de alimentos se redujo debido a la reducción de las importaciones de fertilizantes, energéticos y piezas de repuesto. Los niveles de ahorro colapsaron a un 2,6% del PIB en 1993, como también la inversión bruta.

Agrega que la contracción económica condujo a la reducción de los ingresos tributarios, el aumento de los déficits fiscales, una aceleración de la emisión de moneda y una espiral inflacionaria. “El resultado fue una crisis monetaria en la que el poder adquisitivo real del peso declinó precipitadamente, aumentando la demanda de dólares y generando un proceso de dolarización de la economía. La rápida inflación redujo el poder adquisitivo real de los presupuestos deeducación, salud pública y el sector público en general. Y el valor real de los ingresos medios se redujo de manera catastrófica.

El paisaje en el fondo

En la práctica, el nivel de vida de los cubanos declinó en poco tiempo hasta una indigna supervivencia. Diversent, hoy directora del proyecto de asesoría legal Cubalex, era entonces una niña. Ella relata su experiencia en su blog:

Archivo - Una bodega cubana en el período especial
Archivo - Una bodega cubana en el período especial

“El periodo especial, una época traumática. Así califico ese lapso de tiempo que comenzó cuando tenía 9 años, y que después de los 29, aún no termina. No hubo un día ni un mes que marcara exactamente la fecha de su inicio. Tampoco hay esperanza de que una indique cuándo acabará. Lo cierto es que, en mi niñez, El periodo especial, una época traumática dejó una huella indeleble en mi memoria”.

“Estantes vacíos en bodegas y mercados, reducción de la cuota subsidiada… resultado: un cambio radical en los hábitos alimenticios y en el vestuario”.

“Hubo un antes: con 40 centavos era suficiente para comprar las chucherías vespertinas: coquitos y yemitas de huevo a medio (5 centavos); helado, 15 centavos”.

“Todo desapareció: las manzanas, el panqué, las pasas y los fiambres. Hasta el papel cartucho”.

“Mi abuelo, de repente, sentado en la sala fumando ‘brevas’ (cigarrillos improvisados). Se las llevaba a la boca sujetándolas con un ‘gancho’ de pelo para aprovecharlas hasta lo último. El pobre, siempre se quedaba con las ganas”.

“En la cocina, mi madre aumentaba el arroz con pedacitos de papa, fideos, calabaza, col, etc., para que alcanzara para todos. Yo, llorando en la puerta de la casa, y ella junto conmigo, porque no tenía leche que tomar, y se me iban a caer los dientes”.

“Llegó el triste y único pan nuestro de cada día. Marcar dos y tres veces en la cola, que se formaba desde la una de la tarde, para recoger, a las sietes, el pan que sobraba por la libre: dos por persona”.

“En la carnicería, como todos decían, ‘parecía que iba hablar Fidel’; si entraba algo para el ‘plato fuerte’. No importaba lo que fuera, hasta por la pasta de oca, una masa que, cocida al bañoemaría, salía una especie de jamón-nada. La única forma de digerirla”.

“Los gatos, casi se extinguen, hay quien dice que saben a conejo. ‘Ojos que no ven, corazón que no siente’. Los perros, descuerados, se hicieron pasar por carneros; el azúcar quemada, por puré de tomate”.

“Aún cierro los ojos y me ubico en esa época: lo recuerdo todo. Por ese tiempo empezaron mis depresiones psicológicas. Se acabó el ‘yo quiero esto’, y comenzó el ‘esto es lo que hay’. No hubo previas introducciones ni periodos de adaptación. En un momento, todo cambio. Un castigo sin haberme portado mal”.

“Fueron muchas las innovaciones culinarias. El picadillo de cáscaras de plátano verde, cuando se hervía, se ponía oscuro y creaba ilusiones en las mentes de los cubanos. Había quien lo sazonaba bien, y se hacia la idea de que comía verdadero picadillo de res. Lo mismo sucedió con el bistec de toronja, o de frazada de piso”.

“El combustible desapareció. Ningún cubano podrá olvidar cuántas horas tuvo que esperar por una ‘guagua’ que pasaban tres veces al día, llenas, y con personas colgando de las puertas”.

"Gente que no conocí", serie de la fotógrafa cubana Damaris Betancourt Peña. Cortesía de la autora.
"Gente que no conocí", serie de la fotógrafa cubana Damaris Betancourt Peña. Cortesía de la autora.

“Los apagones siniestros de más de doce horas; los ‘mechones de luz brillante’ que teñían de negro hasta los mocos. Aquellas botellas con pequeñas dosis de keroseno, y un trapo enrollado por mecha, iluminaban las calurosas noches, llenas de mosquitos”.

“Los ventiladores hechos con motores de lavadora, que tanta gracia le dieran al comandante (Castro), cuando inició su revolución energética y los reemplazos de equipos electrodomésticos (no eficientes). Mi mamá tenia uno. Recuerdo bien que soplaban un aire que congelaba, y ni calor ni mosquitos, así sí se podía dormir. Pero después que desaparecieron, muchos intentan explicarse cómo pudieron dormir profundamente, tanto tiempo, con el ruido que producían aquellos aparatos: un avión en pleno vuelo, toda la noche”.

“Para sustituir importaciones los cubanos también hicieron aportes: el ‘nono’ un fogón ‘ahorrador’ bautizado como el personaje tacaño de la novela brasileña del momento. Un tanque de metal de 55 galones; encima unas rejillas donde se colocaba la cazuela; en los laterales, huecos para que saliera la humareda, producto de la combustión del aserrín de madera o de la leña”.

“En materia de vestuario también hubo contribuciones. Las zapatillas de tela, parecidas a las de ballet, pero con suela de neumático de tractor. Mi madre cortaba las patas de sus pantalones para sacarme shorts y blusas”.

“Una época que aún tiene secuelas en Cuba: el picadillo de soya, o de proteína vegetal, que sabe “a rayo encendido”. También el de vísceras de pollo que, mezclado con harina, da la fórmula para el pan con jamón-nada de la merienda escolar”.

“Si en la niñez el periodo especial me marcó profundamente, más lo hizo en mi adolescencia. Para mi primer periodo menstrual, trapos doblados y ardor. En la farmacia empezaron a “dar” un paquete de Intimas (tampones) por mujer. Diez almohadillas. No alcanzaban. Mami se sacrificó y las que le tocaba, me las dejó a mí”.

“Los zapatos para el taller eran los mismos de ir a la escuela. Los pobres, no podían más, salían andando solos cuando me los quitaba. Si eran blancos, se pintaban con pasta de dientes Perla, que también era el remedio para la acidez. Los de colores oscuros siempre terminaban negros. Teñidos con una tinta de fórmula especial: el tizne que producía el fogón de keroseno en las cazuelas, mezclado con alcohol”.

“Una época Inolvidable y traumática también, un tiempo que marco a todo cubano con uso de razón. Una línea que aun asciende y desciende por debajo de cero. Creatividad y supervivencia, y entre ambas, escasez, privaciones y más miseria.”

Montarse en algo

Ritter señala que “los ciudadanos respondieron a la disminución de los niveles de vida dedicándose a actividades por cuenta propia, la mayoría de las cuales eran ilegales en ese momento, recurriendo al trueque y a actividades en elmercado negro, y procurándose por cualquier vía los dólares estadounidenses que eran vitales para la supervivencia”.

Una pequeña lancha de pasajeros atraviesa la Bahía de La Habana
Una pequeña lancha de pasajeros atraviesa la Bahía de La Habana

Una buena parte de la población, sin embargo, se dedicaba en 1994, el año crucial de la crisis, a buscar la manera de “montarse en algo” para abandonar el país. Entre el 28 de mayo y el 4 de agosto de ese año grupos de cubanos irrumpieron en las embajadas de Bélgica y Alemania, o secuestraron embarcaciones como el Remolcador 13 de marzo (hundido por el régimen con más de 60 personas a bordo), el carguero La Coubre y la lanchita que cruza el puerto hasta Regla (dos veces).

El 5 de agosto decenas de cubanos se congregaron en el Malecón habanero, cerca de la La Punta, el castillo colonial que complementaba a El Morro en la defensa del puerto. Habían escuchado el rumor de que varias lanchas grandes llegarían desde Estados Unidos para recoger a quienes quisieran irse.

Ese fue el barril de pólvora que detonaría El Maleconazo. Uno que le podría podría volver a estallar al mismo gobierno que sofocó aquella protesta masiva si sigue pasando por alto el creciente número de cubanos que, de nuevo, andan buscando cómo “montarse en algo”.

Imágenes del Maleconazo (Primera parte)
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Imágenes del Maleconazo (segunda parte)
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Iniciativa de la sociedad civil distribuye alimentos y medicamentos a víctimas de violencia de género en La Habana

Activista Dunia Medina repartiendo ayuda a familias víctimas de violencia de género.
Activista Dunia Medina repartiendo ayuda a familias víctimas de violencia de género.

Donaciones de alimentos, medicinas, productos de aseo, ropa y zapatos han sido distribuidas en La Habana por la Red Femenina de Cuba y los proyectos Corredor Humanitario y Solo el Amor, en una iniciativa encaminada a traer esperanza a mujeres y familias víctimas de violencia de género.

Desde espaguetis y fideos hasta medicamentos esenciales para la hipertensión y antibióticos, cada contribución impacta en la vida de estas personas, explicó la activista Dunia Medina, integrante de la Red Femenina, residente en Lawton, La Habana.

Según explicó a Martí Noticias, la campaña es una idea de la Red Femenina conjuntamente con el proyecto "Solo el Amor" y las donaciones son enviadas desde España, Ecuador, Estados Unidos, República Dominicana, entre otros países.

"Estos recursos son vitales para brindar apoyo a mujeres sobrevivientes de violencia de género, muchas de las cuales continúan viviendo con sus agresores, debido a la falta de opciones seguras", indicó Medina.

“Ellas siguen en esta situación porque no tienen para donde ir. Viven con su agresor en el mismo hogar y es lo que ellas me dicen: ¿para dónde voy a ir si yo tengo un niño pequeño? (...) Aquí no hay un lugar de acogida para mujeres, que uno pueda decir 'puedes venir para esta casa de acogida y te atendemos y apoyamos'. Aquí no tenemos eso”, comentó.

Mujeres víctimas de violencia de género en Cuba reciben ayuda de la sociedad Civil
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Hasta el momento, las ayudas han sido distribuidas principalmente en La Habana, pero se espera que se establezca una estructura que permita llegar a otras provincias del país, señaló Medina, quien indicó que se ha priorizado a las mujeres más vulnerables y necesitadas.

Las donaciones son recibidas con mucha alegría especialmente por los niños.

“Con qué alegría ellos reciben esta ayudita. Brincan, saltan, es una alegría. Las madres lloran y miran así para el cielo y dicen 'Gracias, Dios mío, por esta ayuda!", relató la activista.

Preso político Ángel Cuza espera por más de un mes el paso a régimen de menor severidad

Imagen del preso político Ángel Cuza Alfonso tomada de campaña por su liberación (Facebook de Ángel Cuza Alfonso)
Imagen del preso político Ángel Cuza Alfonso tomada de campaña por su liberación (Facebook de Ángel Cuza Alfonso)

En espera de pasar a un régimen de menor severidad se encuentra el activista y preso político Ángel Cuza Alfonso, en la cárcel Combinado del Este, en La Habana.

“Está esperando desde el mes pasado” ser trasladado a un campamento o régimen de menor severidad, tal como está establecido en las leyes penitenciarias cubanas, dijo a Martí Noticias su esposa, Dianelis Romero, quien el martes recibiera una llamada telefónica del prisionero.

Romero manifestó preocupación por las condiciones carcelarias que enfrenta su esposo en la cárcel Combinado del Este: “Todo está pésimo, tremenda hambre, lo único que me pide que le lleve bastante comida; mucha hambre, muy mala alimentación”.

"Medicamentos no hay, no hay nada. En la calle no hay, imagínate allá adentro en la prisión, menos que menos”, afirmó.

Un mes de retraso lleva el paso a "campamento" del preso político Ángel Cuza
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No obstante, Romero aseguró que su esposo se encuentra bien de salud: “Se ve fuerte, estuvo con alergia, porque él es alérgico a toda la mala higiene y todas esas cosas ahí, pero bueno, está bien”.

La mujer también se refirió a los riesgos que corren los presos políticos cubanos de que les sean “fabricadas” nuevas causas para mantenerlos fuera de las calles.

En enero de 2024, un grupo de 17 organizaciones y medios de prensa condenaron el encarcelamiento de Cuza Alfonso, condenado el 7 de noviembre de 2023 a un año y seis meses de cárcel por el supuesto delito de “desorden público”.

Reconocidas agrupaciones como el PEN Internacional y Artículo 19, exigieron al gobierno cubano la inmediata liberación del reportero de Cubanet y denunciaron que la motivación para sentenciarlo y mantenerlo en prisión es exclusivamente política.

"Ángel Cuza se suma al largo listado de periodistas y activistas que sufren la sistemática violación de sus derechos humanos, acentuada los últimos años por el deterioro socioeconómico y político por el que atraviesa Cuba", indicaron estas organizaciones.

(Con reporte de Ivette Pacheco para Martí Noticias)

Muchos cubanos no pueden cocinar ni preservar los alimentos a causa de los apagones

Muchos cubanos no pueden cocinar ni preservar los alimentos a causa de los apagones
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Otros 18 balseros cubanos tocan tierra en los Cayos de Florida

La embarcación en la que viajaban los migrantes cubanos. (Foto: @USBPChiefMIP)
La embarcación en la que viajaban los migrantes cubanos. (Foto: @USBPChiefMIP)

Un grupo de 18 balseros cubanos habría sido repatriado a través del Puerto de Orozco, en Bahía Honda, provincia Artemisa, tras arribar este martes a un islote deshabitado en la zona de los Cayos del estado de Florida, según trascendidos, que no precisaron género, edades ni lugar de procedencia de los migrantes.

En este caso, intervinieron elementos de la Patrulla Fronteriza de Estados Unidos, la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) y la Guardia Costera que continúan patrullando las aguas de la región meridional del país, indicó en su cuenta en la red social X, Samuel Briggs II, segundo jefe interino del sector Miami de CBP.

El canal 7 News, de Miami, reportó que los 18 balseros fueron repatriados en las últimas horas, pero un vocero del USCG dijo a Marti Noticias no tener información que confirme que se haya ejecutado la repatriación.

El viernes pasado, la Guardia Costera de EEUU repatrió a 19 balseros cubanos interceptados en el mar el 13 de abril, cerca de Cayo Hueso, Florida, cuando intentaban arribar al país de forma irregular.

El domingo último, un buque de la empresa de cruceros Carnival rescató a 27 balseros cubanos cerca de la región sur del oriente cubano. Usualmente los migrantes detenidos en altamar son repatriados a Cuba en cumplimiento a acuerdos firmados por los dos países para que todos los migrantes que lleguen por mar al territorio estadounidense sean devueltos al país caribeño.

Represión, apagones, escasez de productos básicos, inflación galopante, entre otras penurias, son causantes de una oleada migratoria sin precedente desde la isla. La Habana achaca el evento a lo que llama bloqueo (sanciones de EEUU) y a las políticas estadounidenses que benefician a los cubanos al ingresar de manera irregular a EEUU, como la Ley de Ajuste Cubano.

La Guardia Costera ha reiterado a los cubanos que salir de la isla en embarcaciones precarias con la idea de cruzar el estrecho de la Florida y llegar a Estados Unidos es ilegal y extremadamente peligroso. Por su lado, La Habana ha manifestado que mantiene firme su compromiso con una migración segura y ordenada.

"No hay presupuesto", dijeron las autoridades a las madres que protestaron frente a la casa de Díaz-Canel (VIDEO)

Madres que protestaron frente a la casa de Díaz-Canel / Foto: Captura de video
Madres que protestaron frente a la casa de Díaz-Canel / Foto: Captura de video

Al menos siete madres cubanas exigieron la pasada semana alimentos, medicinas y una vivienda justa frente a la residencia del mandatario Miguel Díaz-Canel, en La Habana.

Varios videos en redes sociales muestran a las mujeres con sus hijos exigiendo sus derechos. Uno de los materiales corresponde a Estanys de la Caridad Rodríguez Aldama, una joven de apenas 20 años y con una niña de dos, quien se acercó a la vivienda del gobernante el pasado jueves para entregarle una petición de ayuda.

Desde allí, Rodríguez Aldama publicó un video en vivo desde su perfil de Facebook en el que contaba lo que estaba haciendo. Luego de varias horas en el lugar, la subieron a un carro de la Policía y se la llevaron.

La joven luego compartió varios clips en sus redes sociales en los que decía que la habían amenazado con quitarle el internet. "Aquí nada más están viviendo los dirigentes, el pueblo se está muriendo de miseria", comentó.

Madres cubanas protestaron frente a la casa de Díaz-Canel
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Un grupo de otras seis mujeres residentes en el municipio capitalino de Marianao se presentaron también con sus hijos la pasada semana en los alrededores de la casa de Díaz-Canel. A ellas las enviaron a presentar sus quejas en el Consejo de Estado y aunque lo hicieron, tampoco han obtenido una solución a sus problemas.

"Nosotras somos de la demográfica", explican las mujeres en referencia a una categoría creada por el gobierno para supuestamente beneficiar con viviendas a las madres (o tutores) con tres o más hijos menores de 17 años de edad.

A su denuncia las autoridades respondieron diciéndoles que no las podían ayudar y que "con lo del tema de las casas teníamos que seguir esperando porque no había materiales ni presupuesto".

A inicios de marzo varias de las madres que han protestado en Cuba conversaron con Martí Noticias sobre las amenazas que han recibido por parte de las autoridades.

“Sé que las represalias que toman aquí, el gobierno cubano, contra las mujeres que se manifiestan son medidas fuertes; lo primero que hacen es amenazarnos con quitarnos a los niños, con meternos presas y todas esas cosas y me he sentido atemorizada", explicó Yadiuska Domínguez, una joven madre de tres menores que protestó en octubre en la comunidad Adriano Galano Cautín, conocida como La Favela, en el municipio guantanamero de Maisí.

"Las mujeres con hijos nos volvemos leonas por la situación que tenemos con nuestros hijos”, comentó por su parte Yaquelín de la Caridad Rodríguez una de las que se unió al grupo de mujeres que protestaron frente al Ministerio de Salud Pública de Cuba en La Habana en noviembre de 2023.

(Con reporte de Yaima Pardo para Martí Noticias)

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