El ejército egipcio, que desde hace meses se mantenía discreto, volvió al primer plano político debido a la crisis que vive el país, pero su voluntad de mantenerse neutro podría verse seriamente cuestionada por el papel policial que le asignó el presidente.
El Ejército de Egipto pidió este martes que se lleven adelante conversaciones para alcanzar la unidad nacional y terminar con la creciente crisis política en el país, poco después de que un préstamo vital de 4.800 millones de dólares del Fondo Monetario Internacional al país fuera retrasado.
La reunión prevista para la tarde del miércoles, fue convocada en respuesta a la creciente serie de protestas que se desataron desde que el presidente Mohamed Mursi se autoadjudicó poderes especiales a fines de noviembre para aprobar una nueva Constitución redactada por sus aliados islamistas.
Este martes el ministro de Defensa egipcio y comandante de las fuerzas armadas, Abdel Fatah Al Sisi, pidió a la oposición y a los partidarios del presidente islamista Mohamed Mursi un diálogo para intentar salir de la crisis
El general invitó "a los distintos componentes del pueblo egipcio a un encuentro el miércoles por la noche para salir de la actual crisis", mientras seguían en El Cairo las manifestaciones de ambos bandos que hacen temer enfrentamientos.
El sábado el ejército ya había pedido diálogo y afirmó que no dejaría que la situación política termine en "desastre".
Un aliado dijo que Mursi respaldó el pedido, mientras los Hermanos Musulmanes informaron que irán a la reunión, en tanto la principal alianza opositora dijo que decidiría el miércoles si va al encuentro.
En las calles de la capital egipcia, las tensiones se incrementaron luego de que nueve personas fueran heridas cuando hombres armados atacaron a manifestantes que acampaban en la Plaza Tahrir, según testigos y medios locales.
La oposición convocó a una manifestación con la que espera obligar a Mursi a posponer un referendo sobre la Constitución.
Miles de personas se reunieron frente al palacio presidencial, cuyas paredes están escritas con graffitis contra Mursi.
Los partidarios del líder islámico, que quieren que la votación se realice el sábado como está planeado, también se reunieron en la capital, fijando el escenario para nuevas confrontaciones callejeras en medio de la crisis política que ha dividido a la nación de 83 millones de habitantes.
La agitación social tras el derrocamiento de Hosni Mubarak el año pasado está causando preocupación en Occidente, en particular en Estados Unidos, que ha dado a El Cairo miles de millones de dólares en ayuda militar y otros tipos de asistencia desde que Egipto firmó la paz con Israel en 1979.
El Ejército de Egipto pidió este martes que se lleven adelante conversaciones para alcanzar la unidad nacional y terminar con la creciente crisis política en el país, poco después de que un préstamo vital de 4.800 millones de dólares del Fondo Monetario Internacional al país fuera retrasado.
La reunión prevista para la tarde del miércoles, fue convocada en respuesta a la creciente serie de protestas que se desataron desde que el presidente Mohamed Mursi se autoadjudicó poderes especiales a fines de noviembre para aprobar una nueva Constitución redactada por sus aliados islamistas.
Este martes el ministro de Defensa egipcio y comandante de las fuerzas armadas, Abdel Fatah Al Sisi, pidió a la oposición y a los partidarios del presidente islamista Mohamed Mursi un diálogo para intentar salir de la crisis
El general invitó "a los distintos componentes del pueblo egipcio a un encuentro el miércoles por la noche para salir de la actual crisis", mientras seguían en El Cairo las manifestaciones de ambos bandos que hacen temer enfrentamientos.
El sábado el ejército ya había pedido diálogo y afirmó que no dejaría que la situación política termine en "desastre".
Un aliado dijo que Mursi respaldó el pedido, mientras los Hermanos Musulmanes informaron que irán a la reunión, en tanto la principal alianza opositora dijo que decidiría el miércoles si va al encuentro.
En las calles de la capital egipcia, las tensiones se incrementaron luego de que nueve personas fueran heridas cuando hombres armados atacaron a manifestantes que acampaban en la Plaza Tahrir, según testigos y medios locales.
La oposición convocó a una manifestación con la que espera obligar a Mursi a posponer un referendo sobre la Constitución.
Miles de personas se reunieron frente al palacio presidencial, cuyas paredes están escritas con graffitis contra Mursi.
Los partidarios del líder islámico, que quieren que la votación se realice el sábado como está planeado, también se reunieron en la capital, fijando el escenario para nuevas confrontaciones callejeras en medio de la crisis política que ha dividido a la nación de 83 millones de habitantes.
La agitación social tras el derrocamiento de Hosni Mubarak el año pasado está causando preocupación en Occidente, en particular en Estados Unidos, que ha dado a El Cairo miles de millones de dólares en ayuda militar y otros tipos de asistencia desde que Egipto firmó la paz con Israel en 1979.