Este Día Internacional de los Derechos Humanos, Cuba sigue enfrentando una realidad marcada por la represión sistemática y la negación de las libertades que garantizan la autonomía y dignidad de las personas, coincidieron en comentarios a Martí Noticias varios analistas.
“Llegamos al 10 de diciembre en una situación bien precaria, con un montón de derechos insatisfechos, porque el gobierno cubano no tiene ni la competencia, ni los recursos, ni las capacidades para satisfacerlos y, al mismo tiempo, una situación y un escenario en el que la sociedad demanda cambios profundos”, recalcó el politólogo habanero Manuel Cuesta Morúa, vicepresidente del Consejo para la Transición Democrática en Cuba.
“En el campo económico, el gobierno ha abierto la mano, si consideramos que la libertad para abrir negocios, la libertad para comerciar y contratar cae dentro del conjunto de derechos humanos, pero esto, en un clima de desigualdades”, opinó el historiador.
Pese a las reformas en el sector privado, el gobierno cubano mantiene un férreo control sobre la economía, lo que hace que índices como el de la Fundación Heritage, califiquen a la cubana como una de las economías menos libres del mundo.
Cuesta Morúa sostiene que el régimen, al permitir limitadas concesiones, a la vez ha intensificado la criminalización de la disidencia y la protesta social, en un contexto en el que los cubanos ya son conscientes de la urgencia ineludible de reclamar sus derechos.
“La sociedad cubana va, ya, más por delante, exigiendo otro tipo de libertades, exigiendo respeto a la libertad de expresión, exigiendo respeto a la libertad de reunión y a la libertad de asociación”, indicó el líder opositor.
No obstante, la protesta social y toda forma de crítica, incluida la que se hace en las redes sociales, son reprimidas, muchas con privación de libertad, mediante el Código Penal de 2022, que incorporó delitos como "propaganda contra el orden institucional", empleado para castigar a personas que cuestionan a los altos dirigentes del Estado y el Partido único, así como a sus políticas públicas.
“Estos encarcelamientos caen fundamentalmente sobre ciudadanos comunes, que están exigiendo comida, transporte, salud y vivienda. Es decir, ciudadanos que están haciendo demandas sociales a través del ejercicio de la libertad de expresión y están siendo llevados a prisión”, agregó el activista.
Desde 2021, han estallado numerosas protestas en Cuba. El detonante inmediato, los cortes eléctricos, exacerbados por la escasez de alimentos y medicinas.
“Es una espiral ascendente que está relacionada con esta crisis multisistémica que viola los principales derechos económicos y sociales de las personas, como son una vivienda adecuada, una seguridad alimentaria, el derecho a la salud”, puntualizó Rolando Cartaya, especialista del Observatorio Cubano de Conflictos, que documenta las diferentes formas de disenso en la isla.
“Pero el régimen lo único que hace es reprimir y violar los derechos políticos de los cubanos. Lo que estamos viendo es casi un preludio de otro 11 J. Este agotamiento y esta angustia que tienen los cubanos, y esta desesperación, va a convertir estas protestas en una protesta nacional”, opinó Cartaya.
La organización Prisoners Defenders registró hasta noviembre de este año, 1192 presos políticos, hacinados en prisiones, a menudo, superpobladas y careciendo de atención médica y alimentos adecuados.
Al respecto, la académica y analista matancera Alina Bárbara López Hernández, enfatizó que “Cuba encuentra este aniversario de la Declaración Universal de los Derechos Humanos con las cárceles llenas de presos políticos".
"Personas amenazadas con juicios o con sentencias pendientes como José Gabriel Barrenechea o personas que están cumpliendo sanciones por cuestiones absolutamente ilógicas como es el uso de los símbolos de la Patria por parte del [artivista] Luis Manuel Otero Alcántara", detalló.
“Durante algún tiempo, el gobierno cubano logró que alguna gente, dentro y fuera de Cuba, creyera el mito de que éramos una democracia diferente y que en Cuba no se violaban los derechos humanos. El paso de un Estado totalitario a un Estado policial y represivo ha hecho caer la venda de los ojos de muchas personas”, añadió la historiadora.
Asimismo, destacó que el Estado cubano no respeta siquiera su propia constitución, que establecía que, a pocos meses de su entrada en vigor, fueran habilitadas las leyes complementarias que normarían los derechos de expresión, pensamiento, conciencia, religión, reunión y asociación pacífica.
“Eso no se ha hecho. Es un Estado que está gobernando ‘de facto’, desconociendo la soberanía del pueblo, la que nunca ha tenido en este sistema pero que, a contrapelo de lo que dice la propia Constitución, tampoco se reconoce”.
Teniendo en cuenta las pertinaces violaciones de derechos humanos, López Hernández reprendió las reelecciones de Cuba como miembro del Consejo de Derechos Humanos de la ONU.
“No me interesan los argumentos de otras personas, que otros están sentados allí y tampoco se lo merecen. Tengo que ver lo que pasa con el gobierno de mi país, que no se lo merece, y espero que cuando se discuta la resolución sobre la violación de los derechos humanos en Cuba, sea aprobada por una gran mayoría dentro de la Asamblea General de la Organización de Naciones Unidas (ONU)", opinó.
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