La muerte de la joven embarazada Daniela Aurora Ochoa Hernández, horas después de llegar al Hospital "Roberto Rodríguez" de Morón, en Ciego de Ávila, con dolor de cabeza intenso y entumecimiento en las manos y pies, puso en la palestra la desprotección de los cubanos frente a un sistema de salud desbordado e incapaz de manejar la demanda.
Daniela Aurora, de 22 años, residía en Peonía, un pequeño asentamiento rural en el municipio Ciro Redondo, de esa provincia y murió de un infarto cerebral, dijo a nuestra redacción, una vecina que pidió el anonimato.
“Sufrimiento del sistema nervioso central” fue la causa de muerte reflejada en el certificado de defunción emitido en la funeraria de Morón donde fue velado el cuerpo de Daniela Aurora, junto al de su pequeño, que nació vivo pero murió pocos minutos después tras practicársele una cesárea a la madre muerta.
"No la evaluaron como debían, no actuaron con la urgencia que sus síntomas exigían. La dejaron deteriorarse hasta que su cuerpo no resistió más", dice un post en Facebook de la activista cubana residente en Estados Unidos Idelisa Diasniurka Salcedo, quien divulgó la tragedia.
“La crisis del sistema sanitario en Cuba, incrementada en los últimos tiempos por la epidemia de arbovirosis, ha tenido un impacto devastador en la población más vulnerable, especialmente en las mujeres embarazadas y los niños”, indicó a Martí Noticias, Ileana Álvarez, directora del Observatorio de Género Alas Tensas.
“También la falta de recursos, la escasez de medicamentos y la sobrecarga de los hospitales están llevando a una situación insostenible y estas muertes pudieran evitarse si no existiera un sistema sanitario colapsado”, puntualizó la especialista.
El cuidado a las embarazadas en Cuba, implementado en el Programa de Atención Materno Infantil (PAMI), se ha visto afectado por las condiciones materiales del país.
Martí Noticias trató de comunicarse con la familia de Ochoa Hernández pero no fue posible, tampoco pudo acceder a los médicos del hospital que atendieron a la gestante de 38 semanas, que llegó al centro de salud con la presión alta.
En las redes sociales, cientos de comentarios atribuían el deceso de la joven a causas tan dispares como la negligencia, la falta de atención inmediata, la crisis de salud, la epidemia y “el bloqueo”, como denominan las autoridades cubanas al embargo comercial de Estados Unidos a Cuba.
Los hospitales en toda la isla padecen una aguda crisis sanitaria en la que la escasez de recursos y el deterioro de la infraestructura, la falta de profesionales, medicamentos e insumos básicos y las condiciones higiénicas deplorables compiten con la impericia de muchos profesionales agobiados por la cantidad de enfermos, la mayoría, por arbovirosis.
A mediados de este año, la prensa oficial informó que la tasa de mortalidad materna en Cuba incrementó un 50 % anual hasta inicios de julio (56,3 por cada mil embarazadas).
Del mismo modo, la mortalidad infantil aumentó a un 11 % anual en el mismo período.
En este sentido, Álvarez consideró imperativo actuar de inmediato ante esta crisis y garantizar que todas las personas tengan acceso a servicios de salud dignos, poniendo un énfasis particular en la atención dedicada a las gestantes y a la población infantil.
“Es fundamental que se tomen medidas urgentes para abordar esta crisis y mejorar el acceso a servicios de salud de calidad para todas las personas, especialmente que se atiendan con especial rigor y cuidado a las mujeres embarazadas y a los niños”, opinó.
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