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El boxeador cubano cuya homofobia le costó la vida

Benny "Kid" Paret, derumbado en el ring, camino a la muerte el 24 de marzo de 1962 en el Madison Square Garden.
Benny "Kid" Paret, derumbado en el ring, camino a la muerte el 24 de marzo de 1962 en el Madison Square Garden.

VILLA CLARA, Cuba.- Nacido y nombrado Bernardo el 14 de marzo de 1937 en la capital de la luego troceada provincia cubana de Las Villas, el Benny era un peso mediano que ganó dos veces el título mundial a comienzos de los años sesenta en los Estados Unidos, lugar donde residía desde antes y al que emigró buscando gloria y fortuna.

Paret pereció al mes de cumplir 25 años, tras un intento por defender la corona en lo que es considerada la primera muerte televisada por preservar “el cinturón”, y que fue seguida por la fanaticada, pues contaba con un registro sorprendente de 35 victorias (10 fueras de combate), 12 pérdidas y 3 empates en los 50 combates que entabló.

Jamás volvió a su país.

Ganó el welter por primera vez en 1960, venciendo a Luis Federico Thompson. En su primera defensa del título, Emile Griffith, que lo retuvo varias veces, lo magulló durante el decimotercer round en abril del 61. Paret recapturó la corona el 30 de septiembre por decisión parcial sobre Griffith, dos meses después, sin apenas restablecerse. Se enfrentó con Gene Fullmer y fue eliminado en el décimo round por puntos.

Aunque Paret había perdido las dos peleas con Griffith y Fullmer, decidió que defendería el título contra Griffith transcurridos tres meses.

A la hora del pesaje previo, Paret llamó a Griffith “maricón”, porque aunque no era manifiesta su bisexualidad, resultaba sincero y deportista en una era que no conjugaban para nada. Griffith tuvo que ser contenido de atacarlo. Los medios hicieron caso omiso y emplearon eufemismos como “anticaballeroso”.

Griffith, que en vida ganó 85 de sus 112 enfrentamientos y de ellos 25 por KO, le dio tantos golpes sobre el ring aquel nefasto 24 de marzo de 1962, que más tarde le imputaron cargos por ensañamiento, lo que atestiguó la teleaudiencia que seguía la bronca por la cadena ABC.

En los seis primeros tiempos Paret vejó al afrodescendiente con una combinación de golpes bajos, pero Griffith fue salvado por la campana. En el 5to, Don Dunphy, que estaba narrando el evento comentó: “Este será el decisivo, probablemente”.

Dos segundos después Griffith desencadenó un aluvión de puñetazos que duró hasta el duodécimo y determinaron la victoria. El yanqui sostuvo a Paret contra una esquina y le descargó veintinueve trompadas consecutivas, incluyendo dieciocho en el espacio de seis segundos. Paret se desplomó tras el ataque que terminó cuando el árbitro Ruby Goldstein paró la contienda.

Se murió diez días después en el hospital Roosevelt de Manhattan de hemorragia cerebral masiva. Fue enterrado en el cementerio Saint Raymond del Bronx.

Luego del suceso, el boxeo no sería vuelto a televisar desde base regular en estadio alguno hasta 1970.

En el ámbito pop, la temprana muerte del Kid Paret fue contada en una canción protesta de Gil Turner. El tema homónimo fue grabado ese mismo mes por el grupo de Turner, el New World Singers, en su álbum Folkways.

El poema Muerte en el Ring del afroperuano Nicomedes Santa Cruz, narró la vida de Paret frente al último suspiro.

Benny es también uno de boxeadores nombrados en las letras del álbum de Sun Kil Moon Ghosts Of The Great Highway.

Y es que Griffith habría enfurecido más ante la calumnia antigay propagada por Paret que por el odio despertado en sí. Su voz calmada y suave, la afición por la ropa brillante y maneras educadas podrían haber sido el origen de las burlas, porque antes había trabajado en una fábrica de sombreros femeninos.

La novia de Griffith indagó más tarde sobre el incidente: “No estaba al tanto de que fueras así”. Y, a tono con la homofobia de moda, lo dejó.

Actualmente, cuando se cumplen 80 años de su natalicio, el exitoso director de cine Lenny Abrahamson y el productor Ed Guiney, trabajan en la filmación de la biografía de Emilie Alphonse Griffith (1938), tan vilipendiado por aquel ajuste de cuentas propinado a puño limpio.

Sobre su origen humilde, su negritud briosa, y acerca de la humillación que le propinó aquel extranjero porque alardeó de una bisexualidad nunca negada, Abrahamson expresó: “Como estudio sociológico Griffith resulta increíblemente apremiante. Había amabilidad e inocencia en él, y no parecía avergonzarse de su sexualidad; efectivamente encontró el júbilo muy adentro. Habitó dos de los mundos más contradictorios de la era: la escena gay soterrada y el mundo machote del boxeo neoyorkinos. El estigma social fue horrible y se creó una presión que lo aplastaría”.

Griffith murió en 2013 de demencia pugilística, una enfermedad neurodegenerativa común en quienes han padecido severas lesiones craneales.

Los rumores sobre la biopic han estado girando desde 2015 cuando cumplió 40 años de muerto, pero hoy por fin es una realidad.

En enero 2005, los cineastas Dan Klores y Ron Berger estrenaron el documental Ring of Fire: The Story of Emile Griffith en el Festival Sundance en Utah. Fue transmitido posteriormente por USA Network Channel. Narraba la historia de la disputa así como precedentes y consecuencias del arbitraje marcado a destiempo para evitar la muerte del oponente.

A partir de entonces se cuestionó si el boxeo debía seguir considerándose un deporte o pura animalidad.

Ese mismo año Griffith declaró a Sports Illustrated: “Me gustan tanto los hombres como las mujeres. Pero no me gusta la palabra homosexual, gay o maricón. No sé lo que soy. Amo por igual a ambos, pero si me preguntas cuál es mejor… prefiero las mujeres”.

Más tarde, en 2008, se publicó Nine…Ten… And Out! The Two Worlds of Emile Griffith, escrita por Ron Ross, en la que expresara: “Sigo preguntándome lo extraño que es todo esto. Maté a un hombre y la mayoría lo entiende y me perdona. Sin embargo, amo a un hombre y esa misma gente lo considera pecado imperdonable. Aunque nunca fui a la cárcel, he estado en prisión casi toda mi vida”.

La pelea del 20 de diciembre 1963 con Rubin Carter (que Griffith perdió) se reproduce en el filme The Hurricane(1999), encarnado por ex boxeador Terry Claybon, mientras que el actor Denzel Washington protagonizó a Carter.

En mayo 2012 fue anunciado que el trompetista Terence Blanchard y el dramaturgo Michael Cristofer estaban trabajando juntos una ópera titulada Champion, inspirada en su trayectoria. Se estrenó en St. Louis el 15 de Junio del 2013 dirigida por James Robinson. Justo un mes después, falleció.

Al final del anterior documental, Emile (muerto a los 75 años), quien había sufrido la pena de cargar una disculpa púbica con el paso de los años, fue presentado formalmente al hijo mayor de Kid, un cubanoamericano.

La cinta lo muestra abrazando otro, negro como él, que mató a su padre y susurrándole por respuesta a su compungida faz: “¿Yo? hace mucho tiempo que te perdoné”.

En Cuba se desconoce absolutamente esta historia en los anales deportivos y culturales, no por antipatías con el exiliado ni su tan temprana alineación homofóbica con lo que a la postre sería aletargante política castrista, sino por su despreciable condición de no convertirse en retornado que abrazara la revolución triunfante, la que lo travestiría, como a Celia Cruz de haberse vuelto, en repatriados uniformados.

Este artículo, de la autoría de , fue publicado riginalmente en en Cubanet, el 29 de enero de 2018.

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Randy Arozarena, el Charro de Vueltabajo 

Randy Arozarena celebra en la caseta tras batear un cuadrangular ante los Medias Blancas de Chicago, el sábado 29 de abril de 2023. (AP Foto/Erin Hooley)
Randy Arozarena celebra en la caseta tras batear un cuadrangular ante los Medias Blancas de Chicago, el sábado 29 de abril de 2023. (AP Foto/Erin Hooley)

¡Qué poca visión tuvieron los Cardenales de San Luis con Randy Arozarena!

Luego de firmarlo en México, donde jugaba Arozarena tras escapar de Cuba, los Cardenales apenas le dieron 20 turnos al bate en la campaña del 2019, antes de enviarlo a los Rays de Tampa Bay.

Así, se perdieron a uno de los peloteros más carismáticos y divertidos de todo el béisbol, de esos por los que la gente paga para verlos jugar.

A mitad de la campaña recortada del 2020, los Rays subieron a Arozarena al equipo principal y de inmediato se convirtió en una pieza clave para llegar a la postemporada.

Randy Arozarena, de los Tampa Bay Rays en un juego de béisbol contra los Orioles de Baltimore el 14 de septiembre de 2023, en Baltimore. (Foto AP/Julio Cortez)
Randy Arozarena, de los Tampa Bay Rays en un juego de béisbol contra los Orioles de Baltimore el 14 de septiembre de 2023, en Baltimore. (Foto AP/Julio Cortez)

Fue entonces en los playoffs donde nació la leyenda del Charro de Vueltabajo.

Desde la Serie de Comodines ante los Azulejos de Toronto, hasta la Serie Mundial frente a los Dodgers de Los Angeles, pasando por la Serie Divisional contra los Yankees de Nueva York y la de Campeonato de la Liga Americana versus los Astros de Houston, Arozarena repartió palos de todas dimensiones como un poseso y destrozó a cuanto pitcher se le puso delante.

En 20 juegos de esa postemporada, Arozarena bateó 29 hits en 77 turnos, para average de .377, con 19 carreras anotadas, 14 impulsadas y diez jonrones.

Antes de cada partido, el pinareño se calzaba unas botas de vaquero que trajo de México, que, según aseguraba, le daban poder.

Foto Mark J. Rebilas-USA TODAY Sports vía Reuters.
Foto Mark J. Rebilas-USA TODAY Sports vía Reuters.

En el 2021, con su estatus de debutante aún intacto, siguió engordando su leyenda, con un juego alegre y espectacular, para llevarse el premio de Novato del Año.

Ya era una estrella en las Grandes Ligas, pero cuando su proyección alcanzó dimensiones internacionales fue en el Clásico Mundial de Béisbol, cuando se enfundó el uniforme de la selección mexicana, en agradecimiento al país que le dio su primera oportunidad para jugar pelota profesional.

Con sus batazos oportunos y fildeos espectaculares, Arozarena llevó a México a un impensado tercer lugar entre todas las potencias beisboleras del planeta.

Tan grande fue el impacto que causó el Charro de Vueltabajo, que la edición mexicana de la revista CQ lo nombró Deportista del Año 2023.

Su imagen con los brazos cruzados sobre el pecho y mirada desafiante se ha convertido en un sello de sus hazañas, aunque el estatus de estrella no le ha quitado la nobleza del guajirito que tiró sus primeras pelotas en Arroyos de Mantua.

Mario Kindelán trató de venderle su medalla olímpica a Amir Khan

El campeón olímpico de Atena 2020 Mario Kindelán Mesa, saluda a Fidel Castro (Foto Archivo)
El campeón olímpico de Atena 2020 Mario Kindelán Mesa, saluda a Fidel Castro (Foto Archivo)

La historia de Mario Kindelán es una más entre muchas estrellas del deporte cubano a quienes la maquinaria propagandística del régimen usó en su momento y luego desechó cuando dejó de ser de utilidad.

Kindelán, bicampeón olímpico de boxeo en Sydney´2000 y Atenas´2004, nunca saltó al profesionalismo, como sí hicieron muchos de los rivales a quienes venció como amateurs, entre ellos, los puertorriqueños Félix Trinidad y Miguel Cotto, así como el británico Amir Khan.

Precisamente, Khan, a quien el cubano derrotó en la final de Atenas, coincidió con él en un evento en el emirato árabe de Bahreim, con quien conversó y luego compartió una conmovedora historia que se ha vuelto viral, tanto en redes sociales, como en los medios especializados.

Kindelán le ofreció a Khan venderle por cinco mil dólares la medalla de oro olímpica que le ganó en el 2004, pues, según le dijo, necesitaba el dinero para construirle una casa a su mamá en Cuba.

El británico, que vive cómodamente con el dinero que ganó a lo largo de su exitosa carrera profesional, rechazó la transacción y le regaló los cinco mil dólares que Kindelán pedía.

“Pensé que estaba bromeando. Le dije que esa medalla le pertenece, que él es el campeón, que me ganó en la final olímpica. Le voy a dar los $5.000”, aseguró Khan.

Un testigo del encuentro entre ambos ex boxeadores prometió aportar otros cinco mil dólares para que Kindelán pueda construirle la casa a su madre.

Medios especializados, como Marca, Boxing News y Talksports se hicieron eco de esta historia, en la que resaltaron la generosidad del británico y lamentaron la situación del cubano.

Esta quizás tenga un final feliz, si Kindelán consigue los materiales para fabricar la vivienda, pero sobradas son las historias de campeones de antaño que viven hoy olvidados en la miseria, después de haber rechazado ofertas millonarias y dedicarle sus medallas “al invicto Comandante”.

Cubanos en las Mayores: Yordán Álvarez

Yordán Alvarez celebra su jonrón contra los Padres de San Diego, el sábado 9 de septiembre de 2023. (AP/Kevin M. Cox)
Yordán Alvarez celebra su jonrón contra los Padres de San Diego, el sábado 9 de septiembre de 2023. (AP/Kevin M. Cox)

Si la salud lo acompaña y le permite tener una larga carrera, Yordán Álvarez se retirará como el mejor bateador cubano que haya pasado por las Grandes Ligas.

¡Pueden apostarlo!

El jardinero izquierdo y bateador designado de los Astros de Houston es, a decir de su manager Dusty Baker, lo más parecido a Barry Bonds la caja de bateo.

Y es también uno de los mayores errores gerenciales de los Dodgers de Los Angeles, equipo que lo firmó como agente libre internacional, pero lo cambió a los Astros sin haber siquiera debutado en Ligas Menores.

Desde que puso un pie en la Gran Carpa, el pelotero nacido en Las Tunas enseñó madera estelar.

Novato del Año de la Liga Americana en 2019, se perdió casi todo el 2020 por una lesión en la rodilla que lo llevó al quirófano.

Entre 2021 y 2023 ha sido simplemente demoledor, con más de 30 cuadrangulares en cada una de esas temporadas y bordeando siempre las 100 carreras impulsadas, lo que lo hace un perenne candidato al Jugador Más Valioso.

Desde su debut en 2019, Alvarez acumula 513 hits en 1,738 turnos, para average de .295, con 114 dobles, cuatro triples, 129 jonrones, 324 carreras anotadas y 380 remolcadas.

Es un bateador que usa todo el terreno para disparar sus batazos, lo que dificulta aún más ponerlo out.

Su promedio de embasamiento es de .390 y su slugging de .588, con un OPS de .978.

Sin embargo, en los últimos tres años también se ha visto afectado por lesiones recurrentes, que le han hecho perderse 93 juegos, de 486 posibles y 43 de ellos en el 2023.

Con 26 años, todavía no parece haber llegado a su clímax, aunque ya le regalan, como a Barry Bonds, boletos intencionales con la primera base ocupada, una acción sólo reservada para unos pocos elegidos.

El talento sobra. La clave es la salud. Y la meta final es el Salón de la Fama de Cooperstown.

Se mueve lento el mercado de los peloteros cubanos en MLB (FOTOS)

Yuli Gurriel con los Miami Marlins, conecta un jonrón de tres carreras el 16 de septiembre de 2023, en Miami. (Foto AP/Lynne Sladky)
Yuli Gurriel con los Miami Marlins, conecta un jonrón de tres carreras el 16 de septiembre de 2023, en Miami. (Foto AP/Lynne Sladky)

El mercado laboral de las Grandes Ligas se mueve bastante lento hasta ahora en sentido general, y en particular, en lo que respecta a los jugadores cubanos.

Los posibles destinos de los agentes libres, como Jorge Soler, Aroldis Chapman o los hermanos Gurriel, y probables cambios de equipo de quienes aún no están en el mercado, no pasan más allá de los rumores.

A Lourdes Junior, el menor de los Gurriel, algunos expertos lo sitúan en el jardín izquierdo de los Bravos de Atlanta, equipo que declinó la opción del boricua Eddie Rosario, titular de la posición en los dos últimos años.

Lourdes Gurriel Jr. jugando para los Arizona Diamondbacks. Foto: Joe Camporeale-USA TODAY Deportes vía Reuters.
Lourdes Gurriel Jr. jugando para los Arizona Diamondbacks. Foto: Joe Camporeale-USA TODAY Deportes vía Reuters.

Otros auguran que Yunito terminará en los Nacionales de Washington, con un contrato estimado de tres años y 32 millones de dólares.

Para su hermano mayor, Yulieski, las opciones son menores, pues está a punto de cumplir 40 primaveras y ya no está para soportar la carga de la titularidad.

Sin embargo, todavía parece quedarle algo de gasolina en el tanque como jugador de recambio, además de ser una voz respetada y escuchada por los peloteros más jóvenes, por lo que un año más con los Marlins de Miami podría ser una posibilidad.

Jorge Soler. AP Photo/Brynn Anderson
Jorge Soler. AP Photo/Brynn Anderson

Los rumores en torno a Soler lo ubican como bateador designado de los Tigres de Detroit, donde debería calzarse los zapatos nada menos que del venezolano Miguel Cabrera, quien acaba de emprender su retiro y está a la espera, dentro de cinco años, de la llamada del Salón de la Fama de Cooperstown.

Y Chapman apuntaría a los Padres de San Diego, cuyo cerrador de los últimos tiempos, Josh Hader, se fue a la agencia libre y es altamente cotizado.

Otro rumor lo devolvería a los Rojos de Cincinnati, equipo con el que comenzó su carrera de Grandes Ligas hace 14 años.

Aroldis Chapman. AP Photo/Lynne Sladky
Aroldis Chapman. AP Photo/Lynne Sladky

También como agentes libres figuran el veterano receptor Yasmani Grandal y los lanzadores Vladimir Gutiérrez y Yariel Rodríguez.

De Grandal no se escucha nada. Veterano de 35 años y 12 temporadas, fue una decepción en sus cuatro campañas con los Medias Blancas de Chicago, con los que sólo jugó en 356 de 648 partidos posibles, debido a constantes lesiones.

Gutiérrez viene de una operación Tommy John y trabaja fuerte en busca de un regreso, luego de dos campañas con los Rojos, en los que mostró potencial, pero nunca logró explotar a plena capacidad.

El pitcher Yariel Rodríguez en el juego contra Australia, en los cuartos de final del Clásico Mundial de Báisbol, en Tokío, Japón. (AP/Toru Hanai)
El pitcher Yariel Rodríguez en el juego contra Australia, en los cuartos de final del Clásico Mundial de Báisbol, en Tokío, Japón. (AP/Toru Hanai)

Y Yariel Rodríguez, el principal pitcher de la selección cubana en el reciente Clásico Mundial de Béisbol, ha despertado interés de varios equipos, para quienes ha realizado exhibiciones en República Dominicana, sin que hasta ahora se haya concretado nada.

Uno que suena fuerte como moneda de canje es Miguel Vargas, de los Dodgers de Los Angeles.

Vargas, considerado uno de los mejores prospectos de la organización, no pudo traducir en su breve estancia en las Mayores los números que ha conseguido en las categorías inferiores.

Con el regreso de Gavin Lux y la versatilidad de Mookie Betts, no parece haber mucho espacio para el cubano en el 2024.

Los Dodgers necesitan reforzar su cuerpo de abridores y no le vendría mal a Vargas un cambio a los Rays de Tampa Bay por el derecho Tyler Glasnow.

Luis Robert Jr. (AP Photo/Michael Dwyer)
Luis Robert Jr. (AP Photo/Michael Dwyer)

Otro nombre que ha sonado como canjeable es el estelar patrullero central de los Medias Blancas, Luis Robert Jr.

Los Yankees de Nueva York estarían interesados, aunque en el cambio posiblemente tendrían que incluir al domincano Jasson Domínguez, apodado El Marciano, quien en una efímera estancia en MLB el año pasado dio muestras de un talento ilimitado.

Por ahora, todo se mueve en el plano de las especulaciones, pero el mercado podría dispararse la semana próxima, cuando se produzcan en Nashville las reuniones invernales de dueños y gerentes de equipo.

El boxeo profesional fue también víctima del castrismo

Kid Gavilán, peso welter cubano, el 3 de julio de 1949. (Foto Archivo AP)
Kid Gavilán, peso welter cubano, el 3 de julio de 1949. (Foto Archivo AP)

Cuba fue, hasta los años 60, el país con más campeones mundiales de boxeo profesional, después de Estados Unidos.

Desde que Eligio Sardiñas, Kid Chocolate, conquistó la corona superpluma en 1931, otros compatriotas se encumbraron a lo más alto del pugilismo rentado, como Kid Gavilán (Gerardo González), Luis Manuel Rodríguez, José “Mantequilla” Nápoles, Benny “Kid” Paret, José Legrá y Ultiminio Ramos.

Sin embargo, sus conquistas fueron anuladas por la prensa oficialista del régimen, por tratarse de hombres que decidieron seguir sus carreras profesionales fuera de la isla.

Sólo Kid Chocolate fue reconocido por los medios castristas, porque decidió quedarse en Cuba hasta el día de su muerte, en 1988.

De los demás, el único que alguna vez fue mencionado fue Paret, pero sólo para resaltar su muerte, por la paliza que recibió a manos de Emile Griffin, y usarlo como propaganda en contra del pugilismo rentado.

Lo mismo ocurrió luego con otros boxeadores que después de haber participado en certámenes internacionales amateurs, como Juegos Olímpicos, optaron por escapar en busca de un mejor futuro.

Los cubanos dentro de la isla se quedaron, en su mayoría, sin disfrutar los triunfos de Joel Casamayor, Diosbelys Hurtado, Jorge Luis González, Juan Carlos Gómez, Erislandy Lara, Yuriorkis Gamboa, Guillermo Rigondeaux, Yordenis Ugás o Robeisy Ramírez, por sólo mencionar a un grupo de hombres libres que labraron su destino por sí solos.

Entretanto, la dictadura promovía el pugilismo amateur con fines propagandísticos, por la cantidad de medallas que le aportaba en Juegos Olímpicos, Panamericanos, Centroamericanos y del Caribe, que sirvieron para mostrar la supuesta superioridad del sistema comunista, tal como hacían la Unión Soviética y sus satélites de Europa del Este.

Y de la misma manera en que los cubanos se perdieron las hazañas de sus boxeadores profesionales, el pugilismo rentado se perdió la oportunidad de ver cuán lejos pudieron haber llegado innegables talentos como Teófilo Stevenson, Emilio Correa, Adolfo Horta o Félix Savón, entre tantos laureados en las contiendas aficionadas.

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