Sumario
- Más de la mitad de La Habana quedó sin electricidad el martes debido a una avería que afectó varias plantas generadoras clave.
- La crisis energética en Cuba se agrava por la falta de combustible, infraestructuras obsoletas y averías imprevistas.
- Manuel Cuesta Morúa, activista cubano, denunció la represión estatal y la falta de capacidad de la sociedad para reclamar derechos cívicos.
Más de la mitad de la capital cubana quedó este martes desprovista de fluido eléctrico luego de que varias plantas generadoras salieran de servicio debido a una avería.
Los perfiles oficiales de la Unión Eléctrica (UNE) en La Habana informaron sobre la afectación de las unidades: la 8 de la CTE Máximo Gómez, en Mariel; Motores de Mariel, la Patana de Regla y una máquina de Energás Boca de Jaruco.
Mientras el déficit de electricidad continúa creciendo por la falta de combustible y la obsolescencia de las infraestructuras, las averías imprevistas empeoran el día a día de los cubanos, indefensos frente a los traspiés consuetudinarios del régimen que ha declarado la "economía de guerra", priorizando el control estatal sobre las reformas estructurales.
“Un colapso nacional al que hemos llegado por esa impunidad de 66 años, escudada en el mito de la revolución, que secó a la sociedad cubana y liquidó la base cívica de la sociedad para reclamar por sus derechos, a la vez que construyó un brazo atrofiado de represión de ella”, indicó a Martí Noticias, Manuel Cuesta Morúa, vicepresidente del Consejo para la Transición Democrática en Cuba.
“Cuando por fin empieza a despertar la sociedad cubana al ejercicio cívico del reclamo de sus derechos, se encuentra con esa pared, muy poderosa, muy bien aceitada; de todos los servicios de inteligencia, los servicios represivos la maquinaria militar del país junto al sistema judicial del cual depende el control del partido comunista sobre la sociedad y es, en ese choque, en el que la sociedad se encuentra impotente para resolver estos problemas de la vida cotidiana”, agregó.
La situación al cierre de 2025 se define como una crisis sistémica agravada y hay en el país una percepción de impunidad gubernamental ante el colapso de los servicios básicos y la represión de las protestas.
“Ya no se trata del control ideológico. Ya no se trata del control que tiene el gobierno cubano del relato del país, de la narrativa del país. Ya no se trata del control que ha tenido durante mucho tiempo sobre la mentalidad de la sociedad, simplemente se trata del control físico”, recalcó el activista y politólogo.
“Superar eso ha sido costoso para mucha gente y, no hay que perder de vista que, por postear en Facebook la opinión; puedes sufrir un castigo de cinco o seis años de prisión. Y esa capacidad intimidatoria sigue funcionando. Y es por eso que no se encuentran las salidas tradicionales que vemos en otros países con manifestaciones en las calles o demandas y presión pública sostenida sobre un régimen”, dijo Cuesta Morúa.
El propio Miguel Díaz-Canel ha aceptado el "desastre económico" y la existencia de "errores" internos, pero sin ofrecer soluciones inmediatas y, como es habitual, atribuye la crisis, principalmente, al embargo estadounidense.
El ministro de Energía y Minas, Vicente de la O Levy, reconoció que 2026 será un año difícil pero un poco mejor que el actual en el que los cortes de luz duran hasta 40 horas seguidas.
La demanda supera drásticamente la capacidad de generación, con déficits de cientos o miles de MW, lo que obliga a la población a aceptarlo, aumentando así el descontento social.
La cúpula gobernante manda a concentrar la generación de energía en la capital del país para protegerla cada vez que hay una avería, pero, en esta ocasión como en otras, “no les quedó más alternativa que apagar La Habana”, señaló, en conversación con nuestro medio Yanán Camaraza Medina, quien trabajó como especialista principal del sistema electroenergético nacional en Matanzas.
En el 2025, marcado por al menos seis colapsos totales del Sistema Eléctrico Nacional (SEN), se han sucedido las denuncias de corrupción y tráfico de influencias en cuanto a la distribución de electricidad.
“Es simplemente que los responsables actúan con total impunidad y no les importa para nada la situación de la población. Lo único que le importa es responder a los intereses de la dictadura y cuidar sus intereses propios”, subrayó el matancero.
En la tarde del mismo día, la Unión Eléctrica de la capital informó en el periódico oficial Tribuna de La Habana que estaban "en proceso de arranque" dos fuentes generadoras y en las demás se trabaja para lograr su entrada en el sistema.
De acuerdo con Camaraza Medina, funcionarios de la UNE le han comentado que el mantenimiento de la población habanera, el menor tiempo posible en apagón, es una política que viene desde la alta dirección de la nación.
Frente al malestar de la población y los reclamos de soluciones a la crisis, el Estado desoye las demandas y castiga hasta con cárcel a aquellos que se atreven a criticarlo.
“Yo he protestado en múltiples ocasiones y agentes de la Seguridad del Estado me han citado porque es una decisión del gobierno del país que no es discutible, y nosotros tenemos que acatar todo lo que decida la dirección del país, confiar en ellos, cuando cada día son más descabelladas sus decisiones", concluyó Camaraza Medina.