José Fernández: El mar lo trajo y el mar se lo llevó

  • Jorge P. Martínez

José Fernández murió en el mejor momento de su carrera en las Grandes Ligas. (Foto: MLB)

El lanzador de los Marlins nació en Santa Clara, Cuba, el 31 de julio de 1992, y falleció en la madrugada de este 25 de septiembre en un accidente de bote, en Miami Beach. La muerte lo sorprendió en el mejor momento de su carrera.

José Fernández debutó en las Grandes Ligas el 7 de abril de 2013 con los Miami Marlins, y se convirtió rápidamente en el lanzador estelar del equipo. Por su carisma y calidad en el terreno de juego supo ganarse el reconocimiento y el cariño de sus compañeros, de sus rivales y de los aficionados.

Ese mismo año, por sus actuaciones destacadas, José fue seleccionado el Novato del Mes en julio y agosto. También participó en el Juego de las Estrellas y al concluir la temporada fue elegido el Novato del Año. Además, ocupó el tercer lugar en la votación para el Cy Young Award.

El béisbol está de luto por la muerte de José Fernández

La muerte lo sorprendió en uno de sus mejores momentos en las Grandes Ligas. Su promedio de carreras limpias permitidas era de 2.86 en 182.1 entradas lanzadas, con 253 ponches, y casi todo el mundo comentaba que se había convertido en uno de los mejores lanzadores en las Mayores.

José había logrado la hazaña de ganar los primeros 17 juegos que lanzó en el estadio de los Marlins, récord que después situó en 24 victorias y una sola derrota. ¡Impresionante!

​Una tragedia signada por el mar

Nació el 31 de julio de 1992, y desde muy joven intentó abandonar Cuba en busca de un futuro mejor. Fracasó en tres intentos, hasta que lo logró en 2008 a bordo de una pequeña embarcación.

La escena del accidente en el que falleció José Fernández. (Foto: Departamento de Bomberos Miami-Dade)

En esa ocasión tuvo que lanzarse al mar para salvar a su madre que se estaba ahogando. La embarcación en la que viajaban, con una docena de personas a bordo, arribó finalmente a México, de donde continuaron viaje a la frontera estadounidense.

En su tercer intento de escapar de la isla, José fue enviado a prisión en Cuba por intento de salida ilegal del país. En una entrevista con el periódico The Miami Herald, el lanzador dijo que estuvo tras las rejas 1 año junto a criminales peligrosos, que le hicieron temer por su vida. Por ese pasaje de su vida se llamaba a sí mismo "El Desertor".

Un lanzador de sangre fría

El adolescente José estudió en Braulio Alonso High School, en Tampa, y jugó pelota en los distintos campeonatos estatales Florida Class 6A.

El entrenador de pitcheo Orlando Chinea jugó un papel importante en el desarrollo de José como lanzador. Fue la persona que pulió sus debilidades y lo hizo triunfar en Grandes Ligas.

José Fernández en el montículo.

El padrastro de José, Ramón Jiménez, quien se había marchado de Cuba en 2005 y se estableció en Tampa, Florida, puso al jovencito en contacto con el entrenador.

"Hemos trabajado en la parte psicológica del juego, para no dejar que sus emociones salgan a la superficie (…) Él es un lanzador de sangre fría, porque yo lo he enseñado a no reaccionar, sino a pensar", indicó Chinea, poco antes del debut de su alumno en Grandes Ligas.

"Le dije a (Fernández) claramente que si él era capaz de salir de Cuba con su madre a bordo de un barco y arriesgar su vida, que no podía tener miedo, o sentir cualquier tipo de presión, o tener un pensamiento negativo, cuando estaba en el montículo ", señaló Chinea.

El "amor de su vida"

Una de las mayores alegrías que recibió José en EEUU fue cuando, el 10 de noviembre de 2013, pudo reencontrarse con su abuela Olga Fernández Romero, a quien no veía desde que se fue de Cuba.

José Fernández con su abuela Orga Fernández, en marzo de 2014.

Durante una entrevista con la prensa, José había dicho que Olga era el amor de su vida. Su abuela jugaba pelota con él cuando era un niño.

El 16 de mayo de 2014, José fue sometido a la operación Tommy John por presentar problemas en su brazo de lanzar. Ese año su efectividad había sido de 2.44 con 70 ponches. Tras una larga recuperación regresó a las Grandes Ligas el 2 de julio de 2015, cuando lanzó seis entradas y ponchó a seis bateadores.

Resulta extremadamente difícil resumir en este momento tan triste las hazañas de José Fernández, quien en el momento de dejarnos encabezaba la Liga Nacional en las Grandes Ligas con 12.5 ponches por cada 9 entradas lanzadas. Además, había establecido una nueva marca para los Miami Marlins con 253 ponches en 182 y un tercio de entradas lanzadas.

¡Descanse en paz, el santaclareño que nos hizo vivir tantas alegrías en el terreno de juego!