La CCDHRN exhorta al gobierno de Cuba a considerar, de manera urgente, la posibilidad de facilitar la entrada libre de impuestos, al menos por un año, de medicinas, alimentos y otros medios de sustento humanitario.
Declaración de la Comisión Cubana de DD.HH. y Reconciliación Nacional a propósito de la tragedia humana desencadenada en las provincias de Cuba tras el paso del huracán Sandy.
Con motivo del desastre y la tragedia humana ocasionados por el huracán Sandy, la CCDHRN exhorta al gobierno de Cuba a considerar, de manera urgente, la posibilidad de facilitar la entrada libre de impuestos, al menos por un año, de medicinas, alimentos y otros medios de sustento humanitario enviados a Cuba por personas particulares, ONGs, gobiernos u organizaciones internacionales, especialmente de aquellos destinados a provincias del oriente y el centro de la república, con especial énfasis en el caso de las cuatro provincias más orientales.
Ante el peligro de que estallen brotes epidémicos de cólera, dengue y otras peligrosas enfermedades contagiosas, el gobierno de Cuba debiera solicitar la mayor ayuda posible de la Cruz Roja Internacional, de las Organizaciones Mundial y Panamericana de la Salud y de la comunidad internacional.
Aparte de seguir desempeñando el papel principal en los esfuerzos de reconstrucción, el gobierno de Cuba debiera conceder toda clase de facilidades a las denominaciones religiosas para que reciban y redistribuyan toda la asistencia humanitaria destinadas a ellas a los fines de aliviar la terrible situación de los cientos de miles de damnificados. Estas facilidades deben extenderse a todos los viajeros que transporten los medios mencionados en el párrafo 1 con destino a los habitantes de las regiones devastadas.
Con motivo del desastre y la tragedia humana ocasionados por el huracán Sandy, la CCDHRN exhorta al gobierno de Cuba a considerar, de manera urgente, la posibilidad de facilitar la entrada libre de impuestos, al menos por un año, de medicinas, alimentos y otros medios de sustento humanitario enviados a Cuba por personas particulares, ONGs, gobiernos u organizaciones internacionales, especialmente de aquellos destinados a provincias del oriente y el centro de la república, con especial énfasis en el caso de las cuatro provincias más orientales.
Ante el peligro de que estallen brotes epidémicos de cólera, dengue y otras peligrosas enfermedades contagiosas, el gobierno de Cuba debiera solicitar la mayor ayuda posible de la Cruz Roja Internacional, de las Organizaciones Mundial y Panamericana de la Salud y de la comunidad internacional.
Aparte de seguir desempeñando el papel principal en los esfuerzos de reconstrucción, el gobierno de Cuba debiera conceder toda clase de facilidades a las denominaciones religiosas para que reciban y redistribuyan toda la asistencia humanitaria destinadas a ellas a los fines de aliviar la terrible situación de los cientos de miles de damnificados. Estas facilidades deben extenderse a todos los viajeros que transporten los medios mencionados en el párrafo 1 con destino a los habitantes de las regiones devastadas.