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Relaciones EEUU-Cuba

Discurso a los cubanos de Barack Obama (TEXTO COMPLETO)

Presidente Castro, pueblo de Cuba:

Muchas gracias por la cálida acogida que hemos recibido yo, mi familia y mi delegación. Es un honor extraordinario estar hoy aquí. Antes de empezar, permítanme por favor, quiero comentar sobre los ataques terroristas que tuvieron lugar en Bruselas.

Los pensamientos y las oraciones del pueblo de Estados Unidos están con el pueblo de Bélgica. Somos solidarios con ellos, condenando estos indignantes ataques contra personas inocentes. Haremos todo lo que sea necesario para apoyar a nuestro amigo y aliado, Bélgica, para llevar ante la justicia a los responsables, y este es otro recordatorio más de que el mundo debe estar unido.

Debemos cerrar filas, al margen de nacionalidad, raza o creencias religiosas, en la lucha contra este flagelo del terrorismo. Podemos derrotar, y derrotaremos, a aquellos que amenazan nuestra seguridad y la de las personas en todo el mundo.

Al Gobierno y al pueblo de Cuba quiero agradecerles la amabilidad que han demostrado hacia mí, hacia Michelle, Malia, Sasha, mi suegra, Marian.

[En español] “Cultivo una rosa blanca” [aplausos] En su más célebre poema José Martí hizo esta oferta de amistad y paz tanto a amigos como enemigos. Hoy, como Presidente de Estados Unidos de América yo le ofrezco al pueblo cubano [en español] el saludo de paz [aplausos].

La Habana está a solo 90 millas de la Florida, pero para llegar aquí tuvimos que recorrer una larga distancia, por encima de barreras históricas, ideológicas, de dolor y separación. Las azules aguas bajo el Air Force One, fueron una vez surcadas por acorazados hacia esta isla para liberar a Cuba, pero también para ejercer control sobre ella.

Esas aguas también fueron surcadas por generaciones de revolucionarios cubanos hacia Estados Unidos, donde recabaron apoyo para su causa. Y esa corta distancia ha sido cruzada por cientos de miles de exiliados cubanos, en aviones y balsas rústicas, quienes vinieron a Estados Unidos en busca de libertad y oportunidades, a veces dejando atrás todo lo que tenían y a todos sus seres queridos. Como tantos, en nuestros dos países.

Toda mi vida se ha desenvuelto en una era de aislamiento entre nosotros. La revolución cubana tuvo lugar en el mismo año en que mi padre emigró a Estados Unidos desde Kenya. Bahía de Cochinos tuvo lugar en el año en que yo nací. Al año siguiente el mundo entero quedó en suspenso observando a nuestros dos países mientras la Humanidad se acercaba más que nunca antes al horror de una guerra nuclear.

Con el paso de las décadas nuestros Gobiernos se quedaron estancados en una confrontación aparentemente interminable, librando batallas a través de terceros. En un mundo que se rehizo a sí mismo una y otra vez, el conflicto entre Estados Unidos y Cuba era una constante. Yo he venido aquí a enterrar los últimos remanentes de la Guerra Fría en las Américas [aplausos] Yo he venido aquí a extender una mano de amistad al pueblo cubano [aplausos].

Quiero ser claro: las diferencias entre nuestros Gobiernos al cabo de tantos años son reales, y son importantes. Estoy seguro de que el presidente Castro diría lo mismo. Lo sé, porque he escuchado y abordado esas diferencias en profundidad. Pero antes de discutir esos problemas, también tenemos que reconocer cuantas cosas compartimos porque, en muchas formas, Estados Unidos y Cuba son como dos hermanos que han estado distanciados por muchos años, aunque llevemos la misma sangre.

Ambos vivimos en un Nuevo Mundo colonizado por europeos. Cuba, como Estados Unidos, fue en parte fundada por esclavos traídos de África. Como el de Estados Unidos, el pueblo cubano puede trazar sus ancestros hasta esclavos y dueños de esclavos. Ambos acogimos a inmigrantes que vinieron de muy lejos para empezar una nueva vida en las Américas. A lo largo de los años nuestras culturas se han entremezclado. La labor del Dr. Carlos Finlay en Cuba allanó el camino para generaciones de médicos, entre ellos Walter Reed, que se basó en el trabajo del Dr. Finlay para ayudar a combatir la fiebre amarilla.

Tal como Martí escribió su obra más famosa en Nueva York, Ernest Hemingway hizo de Cuba su hogar y encontró inspiración en las aguas de estas costas. Compartimos el mismo pasatiempo nacional [en español]: la pelota. Y hoy mismo, más tarde, nuestros jugadores van a competir en el mismo terreno habanero donde jugara Jackie Robinson antes de debutar en las Grandes Ligas [aplausos]. Y se dice que nuestro más grande boxeador, Mohamed Alí, rindió homenaje una vez a un cubano con el que nunca pudo pelear, diciendo que lo más que podía alcanzar era un empate con ese gran cubano, Teófilo Stevenson.

Así que aun cuando nuestros Gobiernos devinieron adversarios, nuestros pueblos compartían estas pasiones comunes, particularmente con la llegada a Estados Unidos de tantos cubanos. En Miami o La Habana usted puede encontrar lugares donde bailar cha-cha-cha o salsa; donde comer “ropa vieja”; la gente en nuestros dos países ha cantado con Celia Cruz, Gloria Estefan, y ahora escuchan el reggaetón de Pitbull.

Millones de los nuestros tienen una misma religión, una fe a la que yo he rendido tributo en la Ermita de la Caridad de Miami: la paz que los cubanos encuentran en La Cachita.

A pesar de nuestras diferencias, cubanos y estadounidenses comparten valores comunes en sus vidas: un sentido de patriotismo y de orgullo, un gran orgullo; un profundo amor a la familia; la pasión por nuestros hijos; un compromiso con su educación. Y es por eso que creo que nuestros nietos mirarán este período de aislamiento como una aberración, y como apenas un capítulo en una historia más larga de familiaridad y amistad.

Pero no podemos ni debemos ignorar las diferencias reales que tenemos, acerca de cómo organizamos nuestros Gobiernos, nuestras economías y nuestras sociedades. Cuba tiene un sistema de partido único; Estados Unidos es una democracia multipartidista. Cuba tiene un modelo económico socialista; Estados Unidos, uno de mercado abierto. Cuba ha enfatizado el papel y los derechos del Estado; los Estados Unidos fueron fundados en los derechos de la persona individual.

A pesar de estas diferencias, el 17 de diciembre del 2014 el presidente Castro y yo anunciamos que Estados Unidos y Cuba comenzarían un proceso de normalización de las relaciones entre nuestros países [aplausos].

Desde entonces, hemos establecido relaciones diplomáticas y abierto embajadas. Hemos puesto en marcha iniciativas para cooperar en la salud y la agricultura, la educación y la aplicación de la ley. Hemos llegado a acuerdos para restaurar los vuelos y el servicio de correo directos. Hemos ampliado los lazos comerciales, e incrementado la capacidad de los estadounidenses para viajar a Cuba y hacer negocios aquí.

Y estos cambios han sido bien recibidos, a pesar de que todavía hay quienes se oponen estas políticas. Pero aún así, muchas personas en ambos lados de este debate se han preguntado: “¿Por qué ahora?" "¿Por qué ahora?”.

La respuesta es simple: Lo que Estados Unidos estaba haciendo no estaba funcionando. Tenemos que tener el valor de reconocer esa verdad. Una política de aislamiento diseñada para la Guerra Fría tenía poco sentido en el siglo XXI. El embargo sólo estaba perjudicando al pueblo cubano en lugar de ayudarlo. Y yo siempre he creído en lo que Martin Luther King, Jr. llamó "la feroz urgencia del ahora": No debemos temer al cambio, debemos abrazarlo. [aplausos]

Esto me conduce a una razón mayor y más importante de estos cambios [en español]: Creo en el pueblo cubano. Creo en el pueblo cubano [aplausos]. Esto no es sólo una política de normalización de las relaciones con el Gobierno cubano. Estados Unidos de América están normalizando sus relaciones con el pueblo cubano. [aplausos]

Y hoy, quiero compartir con ustedes mi visión de lo que puede ser nuestro futuro. Quiero que el pueblo cubano –especialmente los jóvenes– entienda por qué creo que ustedes deben ver el futuro con esperanza. Y no es la falsa promesa que insiste en que las cosas son mejores de lo que realmente son, o el optimismo ciego que dice que todos sus problemas podrán desaparecer mañana. Es una esperanza que tiene sus raíces en el futuro que ustedes pueden elegir, y pueden conformar, y pueden construir para su país.

Yo tengo esa esperanza porque creo que el pueblo cubano es tan innovador como cualquier otro pueblo del mundo.

En una economía global, impulsada por las ideas y la información, el mayor recurso de un país es su gente. En Estados Unidos, tenemos un claro monumento a lo que el pueblo cubano es capaz de construir: se llama Miami. Aquí en La Habana, vemos ese mismo talento en los cuentapropistas, las cooperativas, los autos antiguos que todavía ruedan [en español]. El cubano Inventa del aire. [aplausos]

Cuba cuenta con un extraordinario recurso: un sistema de educación que valora a cada niño y cada niña [aplausos]. Y en los últimos años, el Gobierno cubano ha comenzado a abrirse al mundo, y a abrir aún más espacio para que el talento florezca. En pocos años, hemos visto como los cuentapropistas pueden salir adelante, mientras conservan un espíritu netamente cubano. Ser trabajador por cuenta propia no significa ser más como Estados Unidos, significa ser uno mismo.

Miren a Sandra Lídice Aldama, que decidió comenzar un pequeño negocio. Los cubanos, dice, podemos "innovar y adaptar sin perder nuestra identidad... nuestro secreto está en no copiar o imitar sino, simplemente, en ser nosotros mismos".

Es ahí donde comienza la esperanza: con la posibilidad de ganarse la vida y construir algo de lo que uno pueda estar orgulloso. Es por eso que nuestras políticas se centran en el apoyo a los cubanos, y no en hacerles daño. Es por eso que nos deshicimos de los límites en las remesas: para que los cubanos tengan más recursos. Es por eso que estamos alentando los viajes, que construirán puentes entre nuestros pueblos, y traerán más ingresos a las pequeñas empresas cubanas. Es por eso que hemos ampliado el espacio para el comercio y los intercambios, de modo que los estadounidenses y los cubanos puedan trabajar juntos para encontrar curas a las enfermedades, y crear puestos de trabajo, y abrir las puertas a más oportunidades para el pueblo cubano.

Como Presidente de Estados Unidos, he exhortado a nuestro Congreso a levantar el embargo [aplausos]. Es una carga obsoleta sobre el pueblo cubano. Es una carga para los estadounidenses que quieren trabajar y hacer negocios o invertir aquí en Cuba. Es hora de levantar el embargo. Pero incluso si se levantara el embargo mañana, los cubanos no se darían cuenta de su potencial sin una continuidad de los cambios aquí en Cuba [aplausos].

Debiera ser más fácil abrir un negocio aquí en Cuba. Un trabajador debiera poder conseguir un trabajo directamente con las empresas que invierten aquí en Cuba. Dos monedas no deben separar el tipo de salarios que los cubanos pueden ganar. Internet debe estar disponible en toda la isla, para que los cubanos puedan conectarse con el resto del mundo [aplausos] y con uno de los grandes motores del crecimiento en la historia humana. Estados Unidos no limita la capacidad de Cuba para tomar estas medidas. Depende de ustedes. Y puedo decirles como amigo que en el siglo XXI la prosperidad sostenible depende de la educación, la salud, y la protección del medio ambiente. Pero también depende del intercambio libre y abierto de ideas. Si uno no puede acceder a la información en línea, si no puede estar expuesto a diferentes puntos de vista, no alcanzará su máximo potencial. Y con el tiempo, la juventud va a perder la esperanza.

Sé que estos son temas sensibles, sobre todo viniendo de un presidente estadounidense. Antes de 1959, algunos americanos veían a Cuba como algo que explotar, ignoraban la pobreza, facilitaban la corrupción. Y desde 1959, hemos estado boxeando con nuestras sombras en esta batalla de la geopolítica y las personalidades. Conozco la historia, pero me niego a ser atrapado por ella. [aplausos]

He dejado claro que Estados Unidos no tiene ni la capacidad, ni la intención de imponer un cambio en Cuba. Cualquier cambio que venga dependerá del pueblo cubano. No les vamos a imponer nuestro sistema político o económico. Reconocemos que cada país, cada pueblo, debe trazar su propia ruta y dar forma a su propio modelo. Pero después de haber eliminado de nuestra relación la sombra de la historia, debo hablar con honradez acerca de las cosas en que yo creo: las cosas en las que nosotros, como estadounidenses, creemos. Como dijo Martí, "La libertad es el derecho de todo hombre a ser honrado, y a pensar y a hablar sin hipocresía".

Así que, déjenme decirles en qué creo. No puedo obligarles a estar de acuerdo conmigo, pero ustedes deben saber lo que pienso. Creo que cada persona debe ser igual ante la ley [aplausos]. Todos los niños merecen la dignidad que viene con la educación y la atención a la salud, y comida en la mesa y un techo sobre sus cabezas [aplausos]. Creo que los ciudadanos deben tener la libertad de decir lo que piensan sin miedo [aplausos] de organizarse y criticar a su Gobierno, y de protestar pacíficamente; y que el Estado de Derecho no debe incluir detenciones arbitrarias de las personas que ejercen esos derechos [aplausos]. Creo que cada persona debe tener la libertad de practicar su religión en paz y públicamente [aplausos]. Y, sí, creo que los electores deben poder elegir a sus gobiernos en elecciones libres y democráticas. [aplausos]

No todo el mundo está de acuerdo conmigo en esto. No todo el mundo está de acuerdo con el pueblo estadounidense acerca de esto. Pero yo creo que los Derechos Humanos son universales [aplausos]. Creo que son los derechos del pueblo estadounidense, del pueblo de Cuba, y de las personas en todo el mundo.

Ahora bien, no es ningún secreto que nuestros Gobiernos están en desacuerdo sobre muchos de estos asuntos. He sostenido conversaciones francas con el presidente Castro. Durante muchos años, él ha señalado las fallas en el sistema americano: la desigualdad económica; la pena de muerte; la discriminación racial; guerras en el extranjero. Eso es sólo una muestra. Él tiene una lista mucho más larga. (Risas). Pero esto es lo que el pueblo cubano necesita comprender: yo estoy abierto a ese debate público y al diálogo. Es bueno. Es saludable. No le temo.

Tenemos demasiado dinero en la política estadounidense. Sin embargo, en Estados Unidos, todavía es posible para alguien como yo –un niño que fue criado por una madre soltera, un niño mestizo que no tiene mucho dinero– aspirar al más alto cargo de la tierra y ganarlo. Eso es lo que es posible en Estados Unidos. [aplausos]

Tenemos desafíos de discriminación racial –en nuestras comunidades, en nuestro sistema de justicia criminal, en nuestra sociedad– un legado de la esclavitud y la segregación. Pero el hecho de que tengamos debates abiertos dentro de la propia democracia estadounidense es lo que nos permite mejorar.

En 1959, el año en que mi padre se trasladó a Estados Unidos, en muchos estados americanos era ilegal que se casara con mi madre, que era blanca. Cuando empecé la escuela, todavía estábamos luchando por eliminar la segregación en las escuelas de todo el sur de Estados Unidos. Pero las personas se organizaron; protestaron; debatieron estos temas; desafiaron a los funcionarios del gobierno. Y debido a esas protestas, y debido a esos debates, y debido a la movilización popular, es que yo puedo estar aquí hoy, un afroamericano, presidente de Estados Unidos. El que pudiéramos lograr un cambio se debió a las libertades que disfrutamos en Estados Unidos.

No estoy diciendo que sea fácil. Todavía hay enormes problemas en nuestra sociedad. Pero la manera que tenemos para resolverlos es la democracia. Así es como obtuvimos atención de salud para más estadounidenses. Así es como hemos hecho grandes avances en los derechos de la mujer y los derechos de los homosexuales. Así es como atendemos la desigualdad que concentra tanta riqueza en los estratos superiores de nuestra sociedad. Gracias a que los trabajadores pueden organizarse y la gente común tener una voz, la democracia estadounidense ha dado a nuestra gente la oportunidad de realizar sus sueños y disfrutar de un alto nivel de vida. [aplausos]

Ahora bien, todavía nos quedan algunas peleas difíciles. No siempre es bonito el proceso de la democracia. A menudo es frustrante. Lo pueden ver en las elecciones que tenemos allá. Pero deténganse un momento y consideren este hecho: en la campaña electoral estadounidense que está teniendo lugar en este momento hay dos cubanoamericanos del Partido Republicano, compitiendo contra el legado de un hombre negro que es Presidente, mientras aducen ser la mejor persona para vencer al candidato demócrata que, o bien va a ser una mujer, o un socialdemócrata. (Risas y aplausos.) ¿Quién lo hubiera creído en 1959? Esa es una medida de nuestro progreso como democracia. [aplausos]

Así que aquí está mi mensaje para el Gobierno de Cuba y el pueblo cubano: los ideales que son el punto de partida de toda revolución –la revolución americana, la revolución cubana, los movimientos de liberación en todo el mundo– esos ideales encuentran su expresión más auténtica, creo yo, en una democracia. No porque la democracia estadounidense sea perfecta, sino precisamente porque no lo somos. Y nosotros –como todos los países– necesitamos para cambiar el espacio que la democracia nos da. Ella da a los individuos la capacidad de ser catalizadores para pensar en nuevas formas, y reimaginar cómo debe ser nuestra sociedad, y hacerse mejores.

Ya está teniendo lugar una evolución dentro de Cuba, un cambio generacional. Muchos sugerían que viniera aquí y le pidiera al pueblo de Cuba que echara abajo algo, pero estoy apelando a los jóvenes cubanos, que son los que van a levantar algo, a construir algo nuevo [aplausos]. [En español] El futuro de Cuba tiene que estar en las manos del pueblo cubano. [aplausos]

Y al presidente Castro –a quien le agradezco estar aquí hoy– quiero que sepa, creo que mi visita aquí demuestra, que no tiene por qué temer una amenaza de Estados Unidos. Y teniendo en cuenta su compromiso con la soberanía y la autodeterminación de Cuba, también estoy seguro de que no tiene por qué temer a las voces diferentes del pueblo cubano, y su capacidad de expresarse, reunirse, y votar por sus líderes. De hecho, tengo una esperanza para el futuro porque confío en que el pueblo cubano tomará las decisiones correctas.

Y como ustedes, también estoy seguro de que Cuba puede seguir desempeñando un papel importante en el hemisferio y en todo el mundo, y mi esperanza, es que pueda hacerlo como socio de Estados Unidos.

Hemos desempeñado roles muy diferentes en el mundo. Pero nadie debería negar el servicio que miles de médicos cubanos han prestado a los pobres y los que sufren [aplausos]. El año pasado, trabajadores de la salud estadounidenses –y militares de EEUU– trabajaron codo a codo con los cubanos para salvar vidas y acabar con el Ébola en África Occidental. Creo que deberíamos continuar teniendo esa clase de cooperación en otros países.

Hemos estado en el lado opuesto de muchos conflictos en el continente americano. Pero hoy en día, los estadounidenses y los cubanos están sentados juntos en la mesa de negociación, y estamos ayudando a los colombianos a resolver una guerra civil que se ha prolongado durante décadas [aplausos]. Ese tipo de cooperación es bueno para todos. Brinda esperanza a todos en este hemisferio.

Tomamos diferentes caminos en nuestro apoyo al pueblo de Sudáfrica para la abolición del apartheid. Pero el presidente Castro y yo pudimos estar al mismo tiempo en Johannesburgo para rendir homenaje al legado del gran Nelson Mandela. [aplausos]

Y al examinar su vida y sus palabras, estoy seguro de que ambos nos damos cuenta de que tenemos más trabajo por hacer para promover la igualdad en nuestros propios países: para reducir la discriminación de las razas en nuestros propios países. Y en Cuba, queremos que nuestro compromiso ayude a levantarse a los cubanos de ascendencia africana, [aplausos] que han demostrado que no hay nada que no puedan lograr cuando se les da la oportunidad.

Hemos sido parte de diferentes bloques de naciones en el hemisferio, y vamos a seguir teniendo profundas diferencias sobre las maneras de promover la paz, la seguridad, las oportunidades y los Derechos Humanos. Pero a medida que se normalicen nuestras relaciones, creo que podremos ayudar a fomentar un mayor sentido de unidad en las Américas [en español] Todos somos americanos. [aplausos]

Desde el inicio de mi mandato, he instado a la gente en las Américas a dejar atrás las batallas ideológicas del pasado. Estamos en una nueva era. Sé que muchos de los problemas de los que he hablado carecen del drama del pasado. Y sé que parte de la identidad de Cuba es su orgullo de ser una pequeña nación insular capaz de defender sus derechos, y estremecer al mundo. Pero también sé que Cuba siempre se destacará por el talento, el trabajo duro, y el orgullo del pueblo cubano. Esa es su fuerza [aplausos]. Cuba no tiene que ser definida por ser adversario de Estados Unidos, más de lo que Estados Unidos deben ser definidos por ser adversarios de Cuba. Tengo esa esperanza para el futuro debido a la reconciliación que está teniendo lugar en el pueblo cubano.

Sé que algunos cubanos en la isla pueden tener la sensación de que los que se fueron de alguna manera apoyaron el viejo orden en Cuba. Estoy seguro de que hay una narrativa que perdura aquí, y que sugiere que los exiliados cubanos pasaron por alto los problemas de la Cuba pre-revolucionaria, y rechazaron la lucha por construir un nuevo futuro. Pero hoy les puedo decir que muchos exiliados cubanos guardan recuerdos de una dolorosa –y, a veces violenta– separación. Ellos aman a Cuba. Una parte de ellos todavía considera que este es su verdadero hogar. Es por eso que su pasión es tan fuerte. Es por eso que su dolor es tan grande. Y para la comunidad cubanoamericana que he llegado a conocer y respetar, no se trata sólo de política. Se trata de la familia: el recuerdo de una casa que se perdió; el deseo de reconstruir un vínculo roto; la esperanza de un futuro mejor; la esperanza del retorno y la reconciliación.

A pesar de las políticas, las personas son personas, y los cubanos son cubanos. Y he venido aquí –he viajado esta distancia– sobre un puente que fue construido por cubanos a ambos lados del estrecho de la Florida. Primero llegué a conocer el talento y la pasión de los cubanos en Estados Unidos. Y sé cómo han sufrido algo más que el dolor del exilio: también saben lo que es ser un extraño, y pasar trabajos, y trabajar más duro para asegurarse de que sus hijos puedan llegar más lejos en América.

Así que la reconciliación de los cubanos –los hijos y nietos de la revolución, y los hijos y nietos del exilio– es fundamental para el futuro de Cuba. [aplausos]

Uno lo ve en Gloria González, que viajó aquí en 2013, por primera vez después de 61 años de separación, y fue recibida por su hermana, Llorca. "Tú me reconociste, pero yo no te reconocí a ti", dijo Gloria después de abrazar a su hermana. Imagínese eso, después de 61 años.

Se ve en Melinda López, que llegó a la antigua casa de su familia. Y mientras caminaba por las calles, una anciana la reconoció como hija de su madre, y se puso a llorar. La llevó a su casa y le mostró un montón de fotos que incluían algunas de Melinda cuando era una bebé, que su madre le había enviado hacía 50 años. Melinda diría más tarde: "Muchos de nosotros estamos recuperando tanto ahora".

Se ve en Cristian Miguel Soler, un joven que fue el primero de su familia en viajar aquí después de 50 años. Y al encontrarse con sus familiares, por primera vez, dijo: "Me di cuenta de que la familia es la familia, sin importar la distancia entre nosotros".

A veces los cambios más importantes comienzan en lugares pequeños. Las mareas de la historia pueden dejar a las personas atrapadas en situaciones de conflicto, y exilio, y pobreza. Se necesita tiempo para que esas circunstancias cambien. Pero en el reconocimiento de una humanidad común, en la reconciliación de personas unidas por lazos de sangre y en el creer el uno en el otro, es donde comienza el progreso. En el entendimiento, y el saber escuchar, y el perdón. Y si el pueblo cubano enfrenta el futuro unido, será más probable que los jóvenes de hoy puedan vivir con dignidad y alcanzar sus sueños aquí en Cuba.

La historia de Estados Unidos y Cuba abarca revolución y conflicto; lucha y sacrificio; retribución y, ahora, reconciliación. Es ya hora de dejar atrás el pasado. Ha llegado el momento de que miremos juntos hacia el futuro [en español] un futuro de esperanza. Y no va a ser fácil, y habrá adversidades. Tomará tiempo. Pero mi tiempo aquí en Cuba renueva mi esperanza y mi confianza en lo que el pueblo cubano puede hacer. Podemos hacer este viaje como amigos, y como vecinos, y como familia: juntos. [En español] Sí se puede.

Muchas gracias. [aplausos]

El discurso de Barack Obama a los cubanos
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Demócratas y republicanos se unen en Washington en recordación de los valientes del #11JCuba

Los congresistas María Elvira Salazar, Carlos A. Giménez, Debbie Wasserman Schultz y Rob Menéndez, junto con la activista cubana, Carolina Barrero, conmemoran el 3er aniversario del 11J en Cuba. Washington, DC 11 de julio 2024
Los congresistas María Elvira Salazar, Carlos A. Giménez, Debbie Wasserman Schultz y Rob Menéndez, junto con la activista cubana, Carolina Barrero, conmemoran el 3er aniversario del 11J en Cuba. Washington, DC 11 de julio 2024

Congresistas estadounidenses de ambos partidos recordaron la gesta del 11 de julio de 2021, cuando decenas de poblados y ciudades de la isla levantaron sus voces por el fin del régimen comunista.

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Los congresistas republicanos María Elvira Salazar y Carlos A. Giménez, y sus colegas demócratas, Debbie Wasserman Schultz y Rob Menéndez, junto con la activista cubana exiliada, Carolina Barrero, sostuvieron una conferencia de prensa para conmemorar el tercer aniversario de las protestas del 11 de julio del 2021 en Cuba.

“Hoy hace tres años, valientes cubanos salieron a las calles protestando y pidiendo libertad y el fin de la opresión del régimen castrista. Estos cubanos no tenían ni comida, ni electricidad, ni agua, ni medicinas, lo habían perdido todo. Y también habían perdido el miedo ese mismo día, pero el régimen castrista cruel, tirano, los golpeó”, dijo la congresista Salazar de origen cubano.

El también republicano, representante Giménez, declaró que el grupo bipartidista estaba unido y enfocado “en la causa de la libertad de Cuba”.

“Estados Unidos debe ser el campeón de la libertad en nuestro hemisferio. No podemos tolerar el comunismo, ni ningún tipo de dictadura, en nuestro hemisferio. Estados Unidos tiene la responsabilidad moral de denunciar las continuas violaciones de derechos humanos y exigir la liberación de todos los presos políticos”, expresó el cubanoamericano.

Su colega demócrata, la congresista Wasserman-Schultz dijo que los cubanos prodemocracia han sido silenciados y que otros deben ser su voz y exigir el fin de la opresión del régimen cubano.

Añadió que le inspira el valor de los que salieron a las calles ese día y que quiere asegurarse de que el Congreso de Estados Unidos cumpla con su obligación moral de combatir el comunismo y dar esperanza a quienes lo necesitan.

“Lo que vimos hace tres años fue una chispa que sigue encendida en la isla, una chispa de esperanza y de cuál puede ser el futuro de la isla, y esperamos que las voces en la isla sigan sabiendo que las apoyamos aquí en los Estados Unidos”, declaró el Representante Menéndez, hijo del senador de origen cubano Bob Menéndez.

Mientras tanto, la activista Carolina Barrero expresó que el 11 de julio del 2021 marcó un punto de partida en la historia de Cuba, añadiendo que ese día, “los cubanos probaron lo que la libertad se siente como una experiencia colectiva. No hay vuelta atrás”.

“Tomémonos un momento para honrar la valentía de mujeres como Lizandra Góngora y su No Es No; la poesía y la dignidad de las hermanas Garrido, la fuerza de Saylí Navarro, Sissi Abascal, Aymara Nieto, Mailene Nogeras y Yunaiki Linares. Valoremos la determinación de los jóvenes, porque el futuro les pertenece: Andy García, Angel Jesús Véliz Marcano, y mis amigos Luis Manuel Otero Alcántara y Maykel Castillo, quienes inspiran a todo un país a atreverse a vivir”, pidió Barrero recordando a los presos políticos cubanos.

Además pidió que se reconociera “el liderazgo y el servicio” de los disidentes Felix Navarro y José Daniel Daniel Ferrer.

Obispos Católicos de EEUU piden a Blinken que saque a Cuba de Lista de Patrocinadores del Terrorismo

FOTO ARCHIVO. La Comisión Justicia y Paz Internacional de la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos exhorta al Secretario Blinken a que “levante la designación de Cuba como estado patrocinador del terrorismo”. REUTERS/Evelyn Hockstein/Pool
FOTO ARCHIVO. La Comisión Justicia y Paz Internacional de la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos exhorta al Secretario Blinken a que “levante la designación de Cuba como estado patrocinador del terrorismo”. REUTERS/Evelyn Hockstein/Pool

Monseñor Elías Zaidan, presidente de la Comisión Justicia y Paz Internacional de la Conferencia de Obispos Católicos de EEUU, pidió que sea levantada la designación de Cuba como estado patrocinador del terrorismo.

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La Comisión Justicia y Paz Internacional de la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos envió el martes una carta al Secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, pidiéndole que levante la designación de Cuba como estado patrocinador del terrorismo.

La carta firmada por el Presidente de la Comisión Justicia y Paz Internacional de la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos, Monseñor Elías Zaidan, exhorta al Secretario Blinken a que “levante la designación de Cuba como estado patrocinador del terrorismo, y “a que maximice el compromiso de nuestro país por el bien del pueblo cubano”.

"En 2021, cuando la administración anterior designó a Cuba como estado patrocinador del terrorismo, Monseñor David Malloy, mi predecesor como presidente del Comité de Justicia y Paz Internacional de la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos, expresó su profundo desacuerdo, enfatizando nuestra posición histórica a favor de la robusta cooperación bilateral para el bien de los pueblos estadounidense y cubano", escribió Zaidan.

Además, agregó una cita de Malloy en la que afirma que "durante décadas, junto con la Santa Sede y la mayoría de la comunidad internacional, la Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos ha instado a la colaboración y a las relaciones mutuamente beneficiosas entre Estados Unidos y Cuba, así como el levantamiento total del embargo económico contra la isla".

Asimismo, Monseñor Zaidan expresó en su carta al Secretario Blinken que en mayo del 2024, cuando el Departamento de Estado presentó al Congreso la Lista de Países Que No Cooperan Plenamente con los Esfuerzos Antiterroristas, a su organización le complació ver que, a diferencia de los últimos años,Cuba no estaba incluida en dicho listado.

En mayo, en una audiencia ante el Comité de Relaciones Exteriores de la Cámara de Representantes, Blinken, afirmó que no hay planes para remover a Cuba de la Lista de Estados Patrocinadores del Terrorismo.

En diciembre del año pasado, el Departamento de Estado explicó que para retirar a un país de la Lista de Países Patrocinadores de Terrorismo, se deben cumplir criterios y leyes específicos.

"Cualquier revisión de la inclusión de Cuba en la lista, si llegase a ocurrir, estaría basada en la ley y los criterios establecidos por el Congreso", subrayó en ese momento el vocero Mathew Miller.

TSA justifica visita de funcionarios cubanos a aeropuertos en EEUU

Audiencia del Subcomité de Transporte y Seguridad Marítima de la Cámara de Representantes sobre la visita de funcionarios cubanos a aeropuertos de EEUU, celebrada el 9 de julio del 2024. (Captura de video/Comite de Seguridad Nacional)
Audiencia del Subcomité de Transporte y Seguridad Marítima de la Cámara de Representantes sobre la visita de funcionarios cubanos a aeropuertos de EEUU, celebrada el 9 de julio del 2024. (Captura de video/Comite de Seguridad Nacional)

La Agencia de Seguridad del Transporte de los Estados Unidos defendió en una audiencia la necesidad de las visitas de funcionarios cubanos a los aeropuertos donde se reciben vuelos de Cuba. Los políticos cubanoamericanos criticaron esta postura.

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Las recientes visitas de funcionarios cubanos a aeropuertos en Estados Unidos fueron el tema en la audiencia “Examinando las relaciones de la TSA (Agencia de Seguridad del Transporte) con los adversarios estadounidenses”, celebrada este martes en el Subcomité de Transporte y Seguridad Marítima del Comité de Seguridad Nacional de la Cámara de Representantes.

El congresista republicano, Carlos A. Giménez, al frente de este Comité, dijo que “la TSA y el Departamento de Estado no tomaron en serio la amenaza de los funcionarios cubanos en suelo estadounidense” durante la visita a sus aeropuertos, lo que le lleva a opinar que “no creen que Cuba represente ninguna amenaza real para los Estados Unidos”.

“La TSA y el Departamento de Estado no notificaron ni coordinaron esta visita con la autoridad del aeropuerto, los funcionarios estatales y locales, y no notificaron al Congreso su intención de albergar un Estado patrocinador del terrorismo en suelo estadounidense”, protestó el representante cubanoamericano.

A su juicio, esto demuestra "la negligencia" de la TSA y pone en duda la capacidad de esta agencia federal para interactuar adecuadamente con gobiernos extranjeros adversarios, como la República Popular China, la Federación de Rusia y la República de Cuba”.

Giménez también criticó el proceso de aprobación de las visas para estas delegaciones cubanas, que según explicó la Administradora Adjunta Ejecutiva para Operaciones de Seguridad de la TSA, Melanie Harvey, se llevaba a cabo con la información provista por Cuba.

“¿Así que se examina a un agente de un Estado patrocinador del terrorismo con el Estado patrocinador del terrorismo, así es como examinan a la gente?, preguntó el congresista.

“Usamos la información del pasaporte enviada por el gobierno extranjero para realizar la investigación de antecedentes, sin importar de qué país sean”, contestó la funcionaria de la TSA.

En un año, 2.4 millones de viajeros entre Cuba y EEUU

El representante demócrata, Shri Thanedar, miembro de alto rango de este comité , dijo que “durante el año pasado, aproximadamente 2.4 millones de pasajeros viajaron entre Cuba y Estados Unidos, brindando oportunidades para el turismo y las conexiones familiares, que sirven como salvavidas fundamentales para muchas personas durante los actuales desafíos económicos y humanitarios de Cuba”.

“Negar a los funcionarios cubanos la oportunidad de visitar aeropuertos estadounidenses pondría en riesgo la seguridad de los pasajeros aéreos y, en última instancia, perjudicaría al pueblo cubano y estadounidense mucho más que al gobierno cubano”, opinó.

También señaló que estas visitas de funcionarios cubanos a aeropuertos estadounidenses también se llevaron a cabo durante la administración del presidente republicano Donald Trump y que en ese entonces “no hubo protestas por parte de los republicanos”.

La Administradora Adjunta de la TSA Harvey, se disculpó por no haber hecho un mejor trabajo de coordinación con el aeropuerto de Miami y los funcionarios locales para la visita más reciente de las autoridades de aviación cubanas.

Harvey explicó que desde la aprobación en 1985 de la Ley de Seguridad Internacional y Cooperación para el Desarrollo, el Congreso ha otorgado a la TSA la responsabilidad de evaluar la eficacia de las medidas de seguridad en los aeropuertos extranjeros que sirven como último punto de salida hacia Estados Unidos y que también honran el estándar internacional de intercambio de información sobre programas de seguridad, formación y control de calidad.

A una pregunta sobre ejemplos específicos de cómo estas interacciones entre funcionarios de aviación han beneficiado a Estados Unidos, la funcionaria dijo que en el caso de Cuba habían visto al gobierno desplegar más tecnología, específicamente la tecnología de detección de explosivos en todos sus aeropuertos, que “no tenían hace algunos años”.

Los senadores Rick Scott y Marco Rubio y los congresistas Carlos Giménez, María Elvira Salazar y Mario Díaz-Balart, enviaron el pasado 21 de mayo una carta a Administración del presidente Joe Biden exigiendo una explicación acerca de la reciente visita de oficiales cubanos a instalaciones del Aeropuerto Internacional de Miami.

Tras la visita de los funcionarios cubanos al Aeropuerto de Miami el dia 20 de mayo, el senador cubanoamericano Marco Rubio y Giménez presentaron el proyecto de Ley de Aeropuertos Seguros frente a los Enemigos (SAFE, por sus siglas en inglés) ante el Senado y la Cámara de Representantes de Estados Unidos, respectivamente.

Después de que surgieran quejas por la visita de la delegación cubana, un funcionario del Departamento de Estado dijo a Martí Noticias que la TSA ha realizado frecuentes evaluaciones de aeropuertos en Cuba desde 2003, y que Cuba comenzó a enviar visitas recíprocas ocasionales a Estados Unidos en 2011, que continuaron durante la administración del presidente Donald Trump hasta el día de hoy.

El régimen cubano envió en mayo otra delegación a aeropuertos de Estados Unidos, esa vez invitados por la Administración Federal de la Aviación, según conoció Martí Noticias por documentos internos del Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba a los que tuvo acceso.

La Cámara aprueba propuesta de 35 millones en fondos para la democracia en Cuba

La Cámara de Representantes aprueba por 212 votos contra 200 la Ley de Asignaciones Estatales, Operaciones Extranjeras y Programas Relacionados de 2025, 28 de junio del 2024. (Captura de video/C-Span)
La Cámara de Representantes aprueba por 212 votos contra 200 la Ley de Asignaciones Estatales, Operaciones Extranjeras y Programas Relacionados de 2025, 28 de junio del 2024. (Captura de video/C-Span)

La Ley de Asignaciones Estatales, Operaciones Extranjeras y Programas Relacionados de 2025 financia prioridades de seguridad nacional y política exterior.

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La Cámara de Representantes aprobó este viernes, por 212 votos contra 200, la Ley de Asignaciones Estatales, Operaciones Extranjeras y Programas Relacionados de 2025, que propone, entre otras cosas, $35 millones de dólares para el financiamiento de la democracia en Cuba.

El presidente del Comité de Apropiaciones de la Cámara de Representantes, el republicano Tom Cole, dijo en un comunicado que la aprobación del proyecto de ley “supone un paso fundamental para garantizar que los estadounidenses estén más seguros en casa y en el extranjero”.

Por su parte, el congresista republicano por la Florida, Mario Díaz-Balart, que preside del Subcomité de Operaciones Exteriores y Programas Relacionados del Departamento de Estado del Comité de Apropiaciones de la Cámara de Representantes, expresó en un comunicado su satisfacción con la aprobación del Proyecto.

El representante dijo que la legislación defiende las prioridades clave de seguridad nacional de Estados Unidos al apoyar a aliados como Israel y Taiwán y contrarrestar a adversarios como la China comunista, los estados terroristas de Irán y Cuba y a las organizaciones terroristas como Hamás y Hezbolá.

“El proyecto de ley de financiación estatal y de operaciones exteriores para el año fiscal 2025 promueve la libertad global, manifiesta una fuerte solidaridad con nuestros aliados y se mantiene firme contra las fuerzas malignas que socavan la seguridad nacional de Estados Unidos”, expresó el cubanoamericano.

Según precisó, la legislación financia las prioridades de seguridad nacional y política exterior, reduce el gasto innecesario y al mismo tiempo defiende valores clave de Estados Unidos.

“Entre las muchas victorias, logramos una reducción del 19% del Presupuesto del Presidente y un recorte del 11% de los niveles promulgados para el año fiscal 2024”, dijo el republicano.

Díaz-Balart opinó que la aprobación en la Cámara pone al grupo en una major posición para comenzar las negociaciones con el Senado.

El miércoles, hablando ante el pleno de la Cámara, el congresista señaló que el proyecto de ley aumenta el apoyo a la libertad y la democracia del pueblo de Cuba al proporcionar $35 millones para financiamiento de la democracia y $35 millones para la Oficina de Transmisiones a Cuba.

“También limita los intentos de la administración Biden de promover el compromiso con los llamados empresarios en la cerrada economía comunista de Cuba. Permítanme ser claro: los únicos empresarios verdaderamente independientes en Cuba están en prisión”, dijo.

La Casa Blanca afirmó en una Declaración de Política fechada el 24 de junio del 2024 que si el proyecto de ley llegara al escritorio del presidente, él lo vetaría ya que, según la administración Biden, este resultaría en cortes profundos para aplicación de la ley, educación, vivienda, atención médica, seguridad del consumidor, programas energéticos y servicios de nutrición esenciales.

El comunismo fracasó en Cuba y el pueblo ansía controlar su propio destino, dice funcionario de EEUU

Vecinos en El Vedado, La Habana, sonaron calderos y gritaron a viva voz sus demandas al gobierno, entre ellas libertad, en octubre de 2022. Jacobstein aseguró que el pueblo cubano está ansioso por controlar su propio destino (YAMIL LAGE / AFP)
Vecinos en El Vedado, La Habana, sonaron calderos y gritaron a viva voz sus demandas al gobierno, entre ellas libertad, en octubre de 2022. Jacobstein aseguró que el pueblo cubano está ansioso por controlar su propio destino (YAMIL LAGE / AFP)

Una audiencia ante el Subcomité del Hemisferio Occidental en la Cámara de Representantes abordó el impacto de la política de la actual administración hacia Cuba.

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El Subsecretario Adjunto de Asuntos del Hemisferio Occidental en el Departamento de Estado, Eric Jacobstein, opinó este jueves que el comunismo fracasó en Cuba, que el pueblo cubano está ansioso por controlar su propio destino económico y que Estados Unidos cree que el dinámico sector privado cubano ofrece a los cubanos comunes y corrientes la oportunidad de una vida mejor.

“Hoy en día, más de un tercio de la fuerza laboral cubana trabaja en alguna de las más de 11.000 empresas privadas de la isla. El pueblo cubano todavía ve a Estados Unidos como un socio preferido. Por lo tanto, no podemos ceder espacio a Rusia o China y debemos seguir fomentando el crecimiento del sector privado”, declaró en una audiencia ante el Subcomité del Hemisferio Occidental en la Cámara de Representantes.

El subsecretario Jacobstein dijo que la política de Estados Unidos hacia Cuba se centra en el apoyo al pueblo cubano, incluidos sus derechos humanos y libertades fundamentales, y su bienestar político y económico.

El Subsecretario Adjunto de Asuntos del Hemisferio Occidental, Eric Jacobstein, testifica ante el Subcomité del Hemisferio Occidental en la Cámara de Representantes, el 27 de junio del 2024. (Captura de video/Subcomité del Hemisferio Occidental)
El Subsecretario Adjunto de Asuntos del Hemisferio Occidental, Eric Jacobstein, testifica ante el Subcomité del Hemisferio Occidental en la Cámara de Representantes, el 27 de junio del 2024. (Captura de video/Subcomité del Hemisferio Occidental)

La labor de USAID

Por su parte, el administrador adjunto para la Oficina para América Latina y el Caribe de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), Greg Howell, destacó cómo esta entidad ha ayudado a capacitar a cientos de periodistas “cuyo trabajo en los principales medios internacionales ha contrarrestado la manipulación de la información por parte del régimen cubano, documentando las difíciles condiciones en la isla y resaltando las violaciones de derechos humanos por parte del gobierno”.

“Durante casi 30 años, a lo largo de cuatro administraciones estadounidenses, la ayuda estadounidense ha ayudado al pueblo de Cuba frente al gobierno opresivo, apoyando los derechos humanos, las libertades fundamentales y los valores democráticos mediante el fortalecimiento de la sociedad civil y proporcionando un mejor acceso a la información”, dijo Howell.

Intercambio con funcionarios cubanos

A preguntas de la congresista republicana, María Elvira Salazar, quien preside el Subcomité del Hemisferio Occidental, sobre la más reciente visita de otra delegación cubana al Aeropuerto Internacional de Miami, esta vez invitados por la Administración Federal de la Aviación, Jacobstein reiteró que las visitas “tienen como objetivo promover la seguridad de la aviación".

El funcionario mencionó que la Agencia de Seguridad del Transporte "ha coordinado con la Autoridad de Aviación Civil de Cuba durante años sobre medidas de seguridad aeroportuaria".

Salazar cuestionó si la Administración del presidente Joe Biden estaba tratando de "crear un escenario" que pudiera facilitar la salida de Cuba de la Lista de Países Patrocinadores del Terrorismo.

“Cualquier revisión del estatus de Cuba en dicha lista, en caso de que ocurriera, se basaría en la ley y los criterios establecidos por el Congreso”, contestó el funcionario.

Los médicos cubanos enviados al exterior

La representante cubanoamericana también le preguntó a Jacobstein qué podía hacer el gobierno de Estados Unidos ante el envío a Honduras de un grupo de 96 médicos cubanos, a los que consideró como profesionales “esclavizados por el gobierno de la presidenta Xiomara Castro”.

“Seguimos instando a los países que estén considerando contratar a trabajadores cubanos a que mantengan los acuerdos transparentes y respeten los derechos humanos y los derechos laborales internacionalmente reconocidos”, respondió.

Por su parte, la congresista republicana sugirió que Estados Unidos no permita la entrada al país de cualquier funcionario del gobierno hondureño que esté involucrado en la trata de personas de médicos cubanos.

Esta misma semana, el Informe sobre Tráfico de Personas del 2024, divulgado por el Departamento de Estado norteamericano, denuncia que entre el 1ro de abril de 2023 hasta el 31 de marzo de 2024, había una política o patrón gubernamental para sacar provecho del trabajo forzoso en el programa de exportación de mano de obra, que incluía las misiones médicas en el extranjero.

El Informe sobre el Tráfico Humano apunta que La Habana "continuó desplegando trabajadores cubanos afiliados al gobierno en países extranjeros utilizando tácticas engañosas y coercitivas".

En la audiencia de este jueves, el representante demócrata Joaquín Castro, miembro de alto rango del Subcomité, llamó a centrar las conversaciones en cómo trabajar pragmáticamente con los países de la región.

El congresista de Texas alegó que la retórica de la Guerra Fría sólo ayuda a los líderes autoritarios de Cuba, Venezuela y Nicaragua a seguir justificando su negación de los derechos económicos, políticos y sociales de sus pueblos.

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