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Relaciones EEUU-Cuba

Discurso a los cubanos de Barack Obama (TEXTO COMPLETO)

Presidente Castro, pueblo de Cuba:

Muchas gracias por la cálida acogida que hemos recibido yo, mi familia y mi delegación. Es un honor extraordinario estar hoy aquí. Antes de empezar, permítanme por favor, quiero comentar sobre los ataques terroristas que tuvieron lugar en Bruselas.

Los pensamientos y las oraciones del pueblo de Estados Unidos están con el pueblo de Bélgica. Somos solidarios con ellos, condenando estos indignantes ataques contra personas inocentes. Haremos todo lo que sea necesario para apoyar a nuestro amigo y aliado, Bélgica, para llevar ante la justicia a los responsables, y este es otro recordatorio más de que el mundo debe estar unido.

Debemos cerrar filas, al margen de nacionalidad, raza o creencias religiosas, en la lucha contra este flagelo del terrorismo. Podemos derrotar, y derrotaremos, a aquellos que amenazan nuestra seguridad y la de las personas en todo el mundo.

Al Gobierno y al pueblo de Cuba quiero agradecerles la amabilidad que han demostrado hacia mí, hacia Michelle, Malia, Sasha, mi suegra, Marian.

[En español] “Cultivo una rosa blanca” [aplausos] En su más célebre poema José Martí hizo esta oferta de amistad y paz tanto a amigos como enemigos. Hoy, como Presidente de Estados Unidos de América yo le ofrezco al pueblo cubano [en español] el saludo de paz [aplausos].

La Habana está a solo 90 millas de la Florida, pero para llegar aquí tuvimos que recorrer una larga distancia, por encima de barreras históricas, ideológicas, de dolor y separación. Las azules aguas bajo el Air Force One, fueron una vez surcadas por acorazados hacia esta isla para liberar a Cuba, pero también para ejercer control sobre ella.

Esas aguas también fueron surcadas por generaciones de revolucionarios cubanos hacia Estados Unidos, donde recabaron apoyo para su causa. Y esa corta distancia ha sido cruzada por cientos de miles de exiliados cubanos, en aviones y balsas rústicas, quienes vinieron a Estados Unidos en busca de libertad y oportunidades, a veces dejando atrás todo lo que tenían y a todos sus seres queridos. Como tantos, en nuestros dos países.

Toda mi vida se ha desenvuelto en una era de aislamiento entre nosotros. La revolución cubana tuvo lugar en el mismo año en que mi padre emigró a Estados Unidos desde Kenya. Bahía de Cochinos tuvo lugar en el año en que yo nací. Al año siguiente el mundo entero quedó en suspenso observando a nuestros dos países mientras la Humanidad se acercaba más que nunca antes al horror de una guerra nuclear.

Con el paso de las décadas nuestros Gobiernos se quedaron estancados en una confrontación aparentemente interminable, librando batallas a través de terceros. En un mundo que se rehizo a sí mismo una y otra vez, el conflicto entre Estados Unidos y Cuba era una constante. Yo he venido aquí a enterrar los últimos remanentes de la Guerra Fría en las Américas [aplausos] Yo he venido aquí a extender una mano de amistad al pueblo cubano [aplausos].

Quiero ser claro: las diferencias entre nuestros Gobiernos al cabo de tantos años son reales, y son importantes. Estoy seguro de que el presidente Castro diría lo mismo. Lo sé, porque he escuchado y abordado esas diferencias en profundidad. Pero antes de discutir esos problemas, también tenemos que reconocer cuantas cosas compartimos porque, en muchas formas, Estados Unidos y Cuba son como dos hermanos que han estado distanciados por muchos años, aunque llevemos la misma sangre.

Ambos vivimos en un Nuevo Mundo colonizado por europeos. Cuba, como Estados Unidos, fue en parte fundada por esclavos traídos de África. Como el de Estados Unidos, el pueblo cubano puede trazar sus ancestros hasta esclavos y dueños de esclavos. Ambos acogimos a inmigrantes que vinieron de muy lejos para empezar una nueva vida en las Américas. A lo largo de los años nuestras culturas se han entremezclado. La labor del Dr. Carlos Finlay en Cuba allanó el camino para generaciones de médicos, entre ellos Walter Reed, que se basó en el trabajo del Dr. Finlay para ayudar a combatir la fiebre amarilla.

Tal como Martí escribió su obra más famosa en Nueva York, Ernest Hemingway hizo de Cuba su hogar y encontró inspiración en las aguas de estas costas. Compartimos el mismo pasatiempo nacional [en español]: la pelota. Y hoy mismo, más tarde, nuestros jugadores van a competir en el mismo terreno habanero donde jugara Jackie Robinson antes de debutar en las Grandes Ligas [aplausos]. Y se dice que nuestro más grande boxeador, Mohamed Alí, rindió homenaje una vez a un cubano con el que nunca pudo pelear, diciendo que lo más que podía alcanzar era un empate con ese gran cubano, Teófilo Stevenson.

Así que aun cuando nuestros Gobiernos devinieron adversarios, nuestros pueblos compartían estas pasiones comunes, particularmente con la llegada a Estados Unidos de tantos cubanos. En Miami o La Habana usted puede encontrar lugares donde bailar cha-cha-cha o salsa; donde comer “ropa vieja”; la gente en nuestros dos países ha cantado con Celia Cruz, Gloria Estefan, y ahora escuchan el reggaetón de Pitbull.

Millones de los nuestros tienen una misma religión, una fe a la que yo he rendido tributo en la Ermita de la Caridad de Miami: la paz que los cubanos encuentran en La Cachita.

A pesar de nuestras diferencias, cubanos y estadounidenses comparten valores comunes en sus vidas: un sentido de patriotismo y de orgullo, un gran orgullo; un profundo amor a la familia; la pasión por nuestros hijos; un compromiso con su educación. Y es por eso que creo que nuestros nietos mirarán este período de aislamiento como una aberración, y como apenas un capítulo en una historia más larga de familiaridad y amistad.

Pero no podemos ni debemos ignorar las diferencias reales que tenemos, acerca de cómo organizamos nuestros Gobiernos, nuestras economías y nuestras sociedades. Cuba tiene un sistema de partido único; Estados Unidos es una democracia multipartidista. Cuba tiene un modelo económico socialista; Estados Unidos, uno de mercado abierto. Cuba ha enfatizado el papel y los derechos del Estado; los Estados Unidos fueron fundados en los derechos de la persona individual.

A pesar de estas diferencias, el 17 de diciembre del 2014 el presidente Castro y yo anunciamos que Estados Unidos y Cuba comenzarían un proceso de normalización de las relaciones entre nuestros países [aplausos].

Desde entonces, hemos establecido relaciones diplomáticas y abierto embajadas. Hemos puesto en marcha iniciativas para cooperar en la salud y la agricultura, la educación y la aplicación de la ley. Hemos llegado a acuerdos para restaurar los vuelos y el servicio de correo directos. Hemos ampliado los lazos comerciales, e incrementado la capacidad de los estadounidenses para viajar a Cuba y hacer negocios aquí.

Y estos cambios han sido bien recibidos, a pesar de que todavía hay quienes se oponen estas políticas. Pero aún así, muchas personas en ambos lados de este debate se han preguntado: “¿Por qué ahora?" "¿Por qué ahora?”.

La respuesta es simple: Lo que Estados Unidos estaba haciendo no estaba funcionando. Tenemos que tener el valor de reconocer esa verdad. Una política de aislamiento diseñada para la Guerra Fría tenía poco sentido en el siglo XXI. El embargo sólo estaba perjudicando al pueblo cubano en lugar de ayudarlo. Y yo siempre he creído en lo que Martin Luther King, Jr. llamó "la feroz urgencia del ahora": No debemos temer al cambio, debemos abrazarlo. [aplausos]

Esto me conduce a una razón mayor y más importante de estos cambios [en español]: Creo en el pueblo cubano. Creo en el pueblo cubano [aplausos]. Esto no es sólo una política de normalización de las relaciones con el Gobierno cubano. Estados Unidos de América están normalizando sus relaciones con el pueblo cubano. [aplausos]

Y hoy, quiero compartir con ustedes mi visión de lo que puede ser nuestro futuro. Quiero que el pueblo cubano –especialmente los jóvenes– entienda por qué creo que ustedes deben ver el futuro con esperanza. Y no es la falsa promesa que insiste en que las cosas son mejores de lo que realmente son, o el optimismo ciego que dice que todos sus problemas podrán desaparecer mañana. Es una esperanza que tiene sus raíces en el futuro que ustedes pueden elegir, y pueden conformar, y pueden construir para su país.

Yo tengo esa esperanza porque creo que el pueblo cubano es tan innovador como cualquier otro pueblo del mundo.

En una economía global, impulsada por las ideas y la información, el mayor recurso de un país es su gente. En Estados Unidos, tenemos un claro monumento a lo que el pueblo cubano es capaz de construir: se llama Miami. Aquí en La Habana, vemos ese mismo talento en los cuentapropistas, las cooperativas, los autos antiguos que todavía ruedan [en español]. El cubano Inventa del aire. [aplausos]

Cuba cuenta con un extraordinario recurso: un sistema de educación que valora a cada niño y cada niña [aplausos]. Y en los últimos años, el Gobierno cubano ha comenzado a abrirse al mundo, y a abrir aún más espacio para que el talento florezca. En pocos años, hemos visto como los cuentapropistas pueden salir adelante, mientras conservan un espíritu netamente cubano. Ser trabajador por cuenta propia no significa ser más como Estados Unidos, significa ser uno mismo.

Miren a Sandra Lídice Aldama, que decidió comenzar un pequeño negocio. Los cubanos, dice, podemos "innovar y adaptar sin perder nuestra identidad... nuestro secreto está en no copiar o imitar sino, simplemente, en ser nosotros mismos".

Es ahí donde comienza la esperanza: con la posibilidad de ganarse la vida y construir algo de lo que uno pueda estar orgulloso. Es por eso que nuestras políticas se centran en el apoyo a los cubanos, y no en hacerles daño. Es por eso que nos deshicimos de los límites en las remesas: para que los cubanos tengan más recursos. Es por eso que estamos alentando los viajes, que construirán puentes entre nuestros pueblos, y traerán más ingresos a las pequeñas empresas cubanas. Es por eso que hemos ampliado el espacio para el comercio y los intercambios, de modo que los estadounidenses y los cubanos puedan trabajar juntos para encontrar curas a las enfermedades, y crear puestos de trabajo, y abrir las puertas a más oportunidades para el pueblo cubano.

Como Presidente de Estados Unidos, he exhortado a nuestro Congreso a levantar el embargo [aplausos]. Es una carga obsoleta sobre el pueblo cubano. Es una carga para los estadounidenses que quieren trabajar y hacer negocios o invertir aquí en Cuba. Es hora de levantar el embargo. Pero incluso si se levantara el embargo mañana, los cubanos no se darían cuenta de su potencial sin una continuidad de los cambios aquí en Cuba [aplausos].

Debiera ser más fácil abrir un negocio aquí en Cuba. Un trabajador debiera poder conseguir un trabajo directamente con las empresas que invierten aquí en Cuba. Dos monedas no deben separar el tipo de salarios que los cubanos pueden ganar. Internet debe estar disponible en toda la isla, para que los cubanos puedan conectarse con el resto del mundo [aplausos] y con uno de los grandes motores del crecimiento en la historia humana. Estados Unidos no limita la capacidad de Cuba para tomar estas medidas. Depende de ustedes. Y puedo decirles como amigo que en el siglo XXI la prosperidad sostenible depende de la educación, la salud, y la protección del medio ambiente. Pero también depende del intercambio libre y abierto de ideas. Si uno no puede acceder a la información en línea, si no puede estar expuesto a diferentes puntos de vista, no alcanzará su máximo potencial. Y con el tiempo, la juventud va a perder la esperanza.

Sé que estos son temas sensibles, sobre todo viniendo de un presidente estadounidense. Antes de 1959, algunos americanos veían a Cuba como algo que explotar, ignoraban la pobreza, facilitaban la corrupción. Y desde 1959, hemos estado boxeando con nuestras sombras en esta batalla de la geopolítica y las personalidades. Conozco la historia, pero me niego a ser atrapado por ella. [aplausos]

He dejado claro que Estados Unidos no tiene ni la capacidad, ni la intención de imponer un cambio en Cuba. Cualquier cambio que venga dependerá del pueblo cubano. No les vamos a imponer nuestro sistema político o económico. Reconocemos que cada país, cada pueblo, debe trazar su propia ruta y dar forma a su propio modelo. Pero después de haber eliminado de nuestra relación la sombra de la historia, debo hablar con honradez acerca de las cosas en que yo creo: las cosas en las que nosotros, como estadounidenses, creemos. Como dijo Martí, "La libertad es el derecho de todo hombre a ser honrado, y a pensar y a hablar sin hipocresía".

Así que, déjenme decirles en qué creo. No puedo obligarles a estar de acuerdo conmigo, pero ustedes deben saber lo que pienso. Creo que cada persona debe ser igual ante la ley [aplausos]. Todos los niños merecen la dignidad que viene con la educación y la atención a la salud, y comida en la mesa y un techo sobre sus cabezas [aplausos]. Creo que los ciudadanos deben tener la libertad de decir lo que piensan sin miedo [aplausos] de organizarse y criticar a su Gobierno, y de protestar pacíficamente; y que el Estado de Derecho no debe incluir detenciones arbitrarias de las personas que ejercen esos derechos [aplausos]. Creo que cada persona debe tener la libertad de practicar su religión en paz y públicamente [aplausos]. Y, sí, creo que los electores deben poder elegir a sus gobiernos en elecciones libres y democráticas. [aplausos]

No todo el mundo está de acuerdo conmigo en esto. No todo el mundo está de acuerdo con el pueblo estadounidense acerca de esto. Pero yo creo que los Derechos Humanos son universales [aplausos]. Creo que son los derechos del pueblo estadounidense, del pueblo de Cuba, y de las personas en todo el mundo.

Ahora bien, no es ningún secreto que nuestros Gobiernos están en desacuerdo sobre muchos de estos asuntos. He sostenido conversaciones francas con el presidente Castro. Durante muchos años, él ha señalado las fallas en el sistema americano: la desigualdad económica; la pena de muerte; la discriminación racial; guerras en el extranjero. Eso es sólo una muestra. Él tiene una lista mucho más larga. (Risas). Pero esto es lo que el pueblo cubano necesita comprender: yo estoy abierto a ese debate público y al diálogo. Es bueno. Es saludable. No le temo.

Tenemos demasiado dinero en la política estadounidense. Sin embargo, en Estados Unidos, todavía es posible para alguien como yo –un niño que fue criado por una madre soltera, un niño mestizo que no tiene mucho dinero– aspirar al más alto cargo de la tierra y ganarlo. Eso es lo que es posible en Estados Unidos. [aplausos]

Tenemos desafíos de discriminación racial –en nuestras comunidades, en nuestro sistema de justicia criminal, en nuestra sociedad– un legado de la esclavitud y la segregación. Pero el hecho de que tengamos debates abiertos dentro de la propia democracia estadounidense es lo que nos permite mejorar.

En 1959, el año en que mi padre se trasladó a Estados Unidos, en muchos estados americanos era ilegal que se casara con mi madre, que era blanca. Cuando empecé la escuela, todavía estábamos luchando por eliminar la segregación en las escuelas de todo el sur de Estados Unidos. Pero las personas se organizaron; protestaron; debatieron estos temas; desafiaron a los funcionarios del gobierno. Y debido a esas protestas, y debido a esos debates, y debido a la movilización popular, es que yo puedo estar aquí hoy, un afroamericano, presidente de Estados Unidos. El que pudiéramos lograr un cambio se debió a las libertades que disfrutamos en Estados Unidos.

No estoy diciendo que sea fácil. Todavía hay enormes problemas en nuestra sociedad. Pero la manera que tenemos para resolverlos es la democracia. Así es como obtuvimos atención de salud para más estadounidenses. Así es como hemos hecho grandes avances en los derechos de la mujer y los derechos de los homosexuales. Así es como atendemos la desigualdad que concentra tanta riqueza en los estratos superiores de nuestra sociedad. Gracias a que los trabajadores pueden organizarse y la gente común tener una voz, la democracia estadounidense ha dado a nuestra gente la oportunidad de realizar sus sueños y disfrutar de un alto nivel de vida. [aplausos]

Ahora bien, todavía nos quedan algunas peleas difíciles. No siempre es bonito el proceso de la democracia. A menudo es frustrante. Lo pueden ver en las elecciones que tenemos allá. Pero deténganse un momento y consideren este hecho: en la campaña electoral estadounidense que está teniendo lugar en este momento hay dos cubanoamericanos del Partido Republicano, compitiendo contra el legado de un hombre negro que es Presidente, mientras aducen ser la mejor persona para vencer al candidato demócrata que, o bien va a ser una mujer, o un socialdemócrata. (Risas y aplausos.) ¿Quién lo hubiera creído en 1959? Esa es una medida de nuestro progreso como democracia. [aplausos]

Así que aquí está mi mensaje para el Gobierno de Cuba y el pueblo cubano: los ideales que son el punto de partida de toda revolución –la revolución americana, la revolución cubana, los movimientos de liberación en todo el mundo– esos ideales encuentran su expresión más auténtica, creo yo, en una democracia. No porque la democracia estadounidense sea perfecta, sino precisamente porque no lo somos. Y nosotros –como todos los países– necesitamos para cambiar el espacio que la democracia nos da. Ella da a los individuos la capacidad de ser catalizadores para pensar en nuevas formas, y reimaginar cómo debe ser nuestra sociedad, y hacerse mejores.

Ya está teniendo lugar una evolución dentro de Cuba, un cambio generacional. Muchos sugerían que viniera aquí y le pidiera al pueblo de Cuba que echara abajo algo, pero estoy apelando a los jóvenes cubanos, que son los que van a levantar algo, a construir algo nuevo [aplausos]. [En español] El futuro de Cuba tiene que estar en las manos del pueblo cubano. [aplausos]

Y al presidente Castro –a quien le agradezco estar aquí hoy– quiero que sepa, creo que mi visita aquí demuestra, que no tiene por qué temer una amenaza de Estados Unidos. Y teniendo en cuenta su compromiso con la soberanía y la autodeterminación de Cuba, también estoy seguro de que no tiene por qué temer a las voces diferentes del pueblo cubano, y su capacidad de expresarse, reunirse, y votar por sus líderes. De hecho, tengo una esperanza para el futuro porque confío en que el pueblo cubano tomará las decisiones correctas.

Y como ustedes, también estoy seguro de que Cuba puede seguir desempeñando un papel importante en el hemisferio y en todo el mundo, y mi esperanza, es que pueda hacerlo como socio de Estados Unidos.

Hemos desempeñado roles muy diferentes en el mundo. Pero nadie debería negar el servicio que miles de médicos cubanos han prestado a los pobres y los que sufren [aplausos]. El año pasado, trabajadores de la salud estadounidenses –y militares de EEUU– trabajaron codo a codo con los cubanos para salvar vidas y acabar con el Ébola en África Occidental. Creo que deberíamos continuar teniendo esa clase de cooperación en otros países.

Hemos estado en el lado opuesto de muchos conflictos en el continente americano. Pero hoy en día, los estadounidenses y los cubanos están sentados juntos en la mesa de negociación, y estamos ayudando a los colombianos a resolver una guerra civil que se ha prolongado durante décadas [aplausos]. Ese tipo de cooperación es bueno para todos. Brinda esperanza a todos en este hemisferio.

Tomamos diferentes caminos en nuestro apoyo al pueblo de Sudáfrica para la abolición del apartheid. Pero el presidente Castro y yo pudimos estar al mismo tiempo en Johannesburgo para rendir homenaje al legado del gran Nelson Mandela. [aplausos]

Y al examinar su vida y sus palabras, estoy seguro de que ambos nos damos cuenta de que tenemos más trabajo por hacer para promover la igualdad en nuestros propios países: para reducir la discriminación de las razas en nuestros propios países. Y en Cuba, queremos que nuestro compromiso ayude a levantarse a los cubanos de ascendencia africana, [aplausos] que han demostrado que no hay nada que no puedan lograr cuando se les da la oportunidad.

Hemos sido parte de diferentes bloques de naciones en el hemisferio, y vamos a seguir teniendo profundas diferencias sobre las maneras de promover la paz, la seguridad, las oportunidades y los Derechos Humanos. Pero a medida que se normalicen nuestras relaciones, creo que podremos ayudar a fomentar un mayor sentido de unidad en las Américas [en español] Todos somos americanos. [aplausos]

Desde el inicio de mi mandato, he instado a la gente en las Américas a dejar atrás las batallas ideológicas del pasado. Estamos en una nueva era. Sé que muchos de los problemas de los que he hablado carecen del drama del pasado. Y sé que parte de la identidad de Cuba es su orgullo de ser una pequeña nación insular capaz de defender sus derechos, y estremecer al mundo. Pero también sé que Cuba siempre se destacará por el talento, el trabajo duro, y el orgullo del pueblo cubano. Esa es su fuerza [aplausos]. Cuba no tiene que ser definida por ser adversario de Estados Unidos, más de lo que Estados Unidos deben ser definidos por ser adversarios de Cuba. Tengo esa esperanza para el futuro debido a la reconciliación que está teniendo lugar en el pueblo cubano.

Sé que algunos cubanos en la isla pueden tener la sensación de que los que se fueron de alguna manera apoyaron el viejo orden en Cuba. Estoy seguro de que hay una narrativa que perdura aquí, y que sugiere que los exiliados cubanos pasaron por alto los problemas de la Cuba pre-revolucionaria, y rechazaron la lucha por construir un nuevo futuro. Pero hoy les puedo decir que muchos exiliados cubanos guardan recuerdos de una dolorosa –y, a veces violenta– separación. Ellos aman a Cuba. Una parte de ellos todavía considera que este es su verdadero hogar. Es por eso que su pasión es tan fuerte. Es por eso que su dolor es tan grande. Y para la comunidad cubanoamericana que he llegado a conocer y respetar, no se trata sólo de política. Se trata de la familia: el recuerdo de una casa que se perdió; el deseo de reconstruir un vínculo roto; la esperanza de un futuro mejor; la esperanza del retorno y la reconciliación.

A pesar de las políticas, las personas son personas, y los cubanos son cubanos. Y he venido aquí –he viajado esta distancia– sobre un puente que fue construido por cubanos a ambos lados del estrecho de la Florida. Primero llegué a conocer el talento y la pasión de los cubanos en Estados Unidos. Y sé cómo han sufrido algo más que el dolor del exilio: también saben lo que es ser un extraño, y pasar trabajos, y trabajar más duro para asegurarse de que sus hijos puedan llegar más lejos en América.

Así que la reconciliación de los cubanos –los hijos y nietos de la revolución, y los hijos y nietos del exilio– es fundamental para el futuro de Cuba. [aplausos]

Uno lo ve en Gloria González, que viajó aquí en 2013, por primera vez después de 61 años de separación, y fue recibida por su hermana, Llorca. "Tú me reconociste, pero yo no te reconocí a ti", dijo Gloria después de abrazar a su hermana. Imagínese eso, después de 61 años.

Se ve en Melinda López, que llegó a la antigua casa de su familia. Y mientras caminaba por las calles, una anciana la reconoció como hija de su madre, y se puso a llorar. La llevó a su casa y le mostró un montón de fotos que incluían algunas de Melinda cuando era una bebé, que su madre le había enviado hacía 50 años. Melinda diría más tarde: "Muchos de nosotros estamos recuperando tanto ahora".

Se ve en Cristian Miguel Soler, un joven que fue el primero de su familia en viajar aquí después de 50 años. Y al encontrarse con sus familiares, por primera vez, dijo: "Me di cuenta de que la familia es la familia, sin importar la distancia entre nosotros".

A veces los cambios más importantes comienzan en lugares pequeños. Las mareas de la historia pueden dejar a las personas atrapadas en situaciones de conflicto, y exilio, y pobreza. Se necesita tiempo para que esas circunstancias cambien. Pero en el reconocimiento de una humanidad común, en la reconciliación de personas unidas por lazos de sangre y en el creer el uno en el otro, es donde comienza el progreso. En el entendimiento, y el saber escuchar, y el perdón. Y si el pueblo cubano enfrenta el futuro unido, será más probable que los jóvenes de hoy puedan vivir con dignidad y alcanzar sus sueños aquí en Cuba.

La historia de Estados Unidos y Cuba abarca revolución y conflicto; lucha y sacrificio; retribución y, ahora, reconciliación. Es ya hora de dejar atrás el pasado. Ha llegado el momento de que miremos juntos hacia el futuro [en español] un futuro de esperanza. Y no va a ser fácil, y habrá adversidades. Tomará tiempo. Pero mi tiempo aquí en Cuba renueva mi esperanza y mi confianza en lo que el pueblo cubano puede hacer. Podemos hacer este viaje como amigos, y como vecinos, y como familia: juntos. [En español] Sí se puede.

Muchas gracias. [aplausos]

El discurso de Barack Obama a los cubanos
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WSJ: EEUU subestima aparato de espionaje cubano y sus implicaciones

Manuel Rocha dijo ante un tribunal federal en Miami, el 29 de febrero pasado, que se declarará culpable de trabajar como agente secreto para Cuba.(Raul Rubiera/Miami Herald vía AP)
Manuel Rocha dijo ante un tribunal federal en Miami, el 29 de febrero pasado, que se declarará culpable de trabajar como agente secreto para Cuba.(Raul Rubiera/Miami Herald vía AP)

Washington ha subestimado por años a los servicios de inteligencia del régimen de La Habana, que a menudo comparte información con Moscú y Beijing, señala un reporte del diario estadounidense The Wall Street Journal.

El artículo, publicado este sábado bajo el título "Cómo Cuba recluta espías para penetrar círculos internos del gobierno de Estados Unidos", parte del caso más reciente detectado por las autoridades estadounidenses, la del exdiplomático Víctor Manuel Rocha, quien admitió ante una corte federal en Miami, en febrero pasado, haber servido en secreto al régimen cubano durante décadas.

La de Rocha, recuerda WSJ, fue considerada por el Fiscal General Merrick Garland como una de las “infiltraciones de mayor alcance y más duraderas en el gobierno de Estados Unidos por parte de un agente extranjero” de cualquier país.

Pero el del exdiplomático es "sólo uno de una serie de casos en los que estadounidenses acusados de espiar para La Habana han penetrado prácticamente todos los segmentos de la estructura de seguridad nacional de Estados Unidos", afirma el diario.

El problema es mucho mayor, dijeron al WSJ exoficiales de inteligencia cubanos y estadounidenses. Según estos últimos, la Dirección de Inteligencia de Cuba es una de las más efectivas del mundo en el reclutamiento de espías, mientras que los equipos estadounidenses responsables de detenerlos carecen de personal y son superados.

Cuba tiene “el mejor maldito servicio de inteligencia del mundo”, dijo al diario estadounidense Brian Latell, ex analista de la Agencia Central de Inteligencia (CIA), y exjefe de su división de América Latina.

El artículo subraya que las implicaciones del espionaje cubano han sido subestimadas por Washington. La Habana, añade, a menudo distribuye los frutos de sus operaciones de inteligencia entre adversarios más potentes de EEUU, como Rusia y China.

El "genio siniestro" al servicio de la Inteligencia cubana

El diario describe el servicio de espionaje cubano como uno que, siguiendo el modelo de la KGB soviética, "todavía depende de técnicas de espionaje probadas en el tiempo durante la Guerra Fría, como transmisiones de radio de onda corta de alta frecuencia para comunicarse con los agentes y teclados de cifrado de un solo uso para codificar y decodificar mensajes".

Lo que le ha faltado a La Habana en alta tecnología, lo ha compensado en capital humano, agrega WSJ.

Según Latell, “una de las razones por las que fueron tan buenos es que tenían un genio siniestro a su servicio", el del fallecido dictador Fidel Castro.

El WSJ cita declaraciones del jefe de gabinete de Raúl Castro durante 12 años, Alcibíades Hidalgo, exiliado en EEUU, que describen cómo la oficina del entonces ministro de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR) de Cuba recibiría "montones de documentos originales del gobierno estadounidense" por parte de "topos" sembrados en el Departamento de Estado, el Pentágono y otras entidades importantes.

La información recopilada era tanta que superaba la capacidad de La Habana para procesarla. "No teníamos la capacidad para revisarlos todos", dijo Hidalgo al WSJ.

Entre los documentos clasificados figuraba desde información de alta tecnología estadounidense y objetivos militares hasta informes de la CIA sobre el fallecimiento de un presidente brasileño al que le fue diagnosticada por error una "diverticulitis".

Hidalgo dijo al WSJ que Raúl Castro le ordenó alertar sobre esta enfermedad: "Fidel sufre de esto", le dijo.

Reclutamiento

Uno de los modos empleados por la Inteligencia cubana para reclutar espías entre los estadounidenses fue el de identificar a simpatizantes potenciales.

"Los oficiales de inteligencia cubanos habitualmente se dirigen a los jóvenes, a menudo en el mundo académico, con un tono ideológico sobre el sufrimiento de Cuba bajo el embargo económico de Estados Unidos y otras políticas", señala el artículo del WSJ, citando a "funcionarios actuales y anteriores".

“Los cubanos no pagaron mucho y no necesitaban pagar mucho porque podían encontrar personas que simpatizaran”, dijo al diario estadounidense Stuart Hoyt Jr., un ex agente del Buró Federal de Investigaciones (FBI) que trabajó en casos de contrainteligencia cubana.

Tal fue el caso de Ana Belén Montes, analista senior de la Agencia de Inteligencia de Defensa (DIA) y considerada la espía más dañina de La Habana en el gobierno de Estados Unidos.

Montes, liberada en 2023 tras cumplir 22 años de prisión, fue reclutada por la inteligencia cubana cuando era apenas una estudiante y logró escalar hasta convertirse en una de las principales especialistas sobre Cuba de la inteligencia estadounidense.

Según el FBI, la motivación de Montes para espiar fue puramente ideológica: "No estaba de acuerdo con la política exterior de Estados Unidos. Montes no aceptó dinero por pasar información clasificada, salvo reembolsos de algunos gastos".

Parte de la información recopilada por Montes durante los 17 años en los que sirvió a La Habana, como el programa satelital espía "Misty", era de más utilidad para Rusia y China que para Cuba, dijo Jim Popkin, autor de un libro sobre la espía, citado por el WSJ.

Un ex oficial de criptografía cubano, José Cohen Valdés, que desertó en una balsa en 1994, explicó al diario que La Habana clasifica la información de inteligencia que recibe para determinar "qué es útil para sus propios fines y qué podría ayudar a otros países".

Es así como "todos los agentes que trabajan para Cuba, trabajan indirectamente para gobiernos que son hostiles a Estados Unidos", dijo el ex oficial de inteligencia cubano al WSJ.

La "punta del iceberg"

Sin embargo, La Habana no ha sido una prioridad para Washigton. La oficina de campo del FBI en Nueva York recientemente tuvo 12 escuadrones de contrainteligencia dedicados a Rusia, pero sólo uno para Cuba, dijo al diario estadounidense Chris Simmons, quien trabajó en casos de contrainteligencia cubana en la DIA.

La etiqueta del FBI para los casos de espionaje cubano era 65J, pero los agentes le llamaban con sarcasmo “65-Junk” (en español, 65-Basura), dijo al WSJ Peter Lapp, un ex agente del FBI que investigó a Montes y escribió un libro sobre el caso

Pero los retos con la inteligencia cubana no fueron solo para el FBI, dijeron los expertos al diario estadounidense. La CIA, subraya el artículo, tuvo sus propios problemas para penetrar en Cuba.

"En 1987, un oficial militar cubano (cuyo nombre en código de la CIA era “Touchdown”) desertó mientras servía en Europa del Este. El mayor cubano Florentino Aspillaga Lombard dijo a sus atónitos asesores estadounidenses que todos menos uno de las cuatro docenas de agentes que la CIA dirigía en Cuba eran “dobles”, secretamente bajo el control del régimen de Castro", lo que detuvo durante años los esfuerzos de reclutamiento de la CIA en la isla de gobierno comunista.

El WSJ recuerda otras operaciones de inteligencia de La Habana en EEUU, como la infiltración de agentes en bases militares estadounidenses bajo identidades falsas para trabajar en la “Operación Texaco”, o la penetración de grupos de exiliados en el sur de Florida y el derribo de las avionetas de Hermanos al Rescate, matando a cuatro personas.

En diciembre pasado, un grupo de ex oficiales de las Fuerzas Armadas, el Ministerio del Interior, el gobierno y el Partido Comunista de Cuba alertaron en una carta abierta sobre la amenaza creciente de los servicios de inteligencia de La Habana.

Según dijeron, Washington solo ha descubierto "la punta del iceberg" con los casos de Rocha, Montes y otros notorios y exhortaron al gobierno estadounidense a evaluar en detalle el impacto de "la amenaza que representa a la seguridad no sólo del pueblo cubano sino también de los Estados Unidos, el hemisferio occidental y el mundo".

"No son casos aislados o reliquias de la Guerra Fría, como algunos han declarado; al contrario, son el resultado de un trabajo de décadas cuyos réditos exponenciales son difíciles de imaginar", aseguraron los firmantes.

El mismo Rocha, en conversación con un agente de contrainteligencia encubierto del FBI que se hacía pasar por agente cubano, le dijo que los funcionarios estadounidenses “subestimaron lo que podíamos hacerles”, según una declaración jurada del gobierno citada por el WSJ. Su colaboración con la inteligencia cubana, dijo el exdiplomático, fue “más que un gran golpe”.

A principios de la década de 2000, los servicios de contrainteligencia estadounidenses conocían de más de 100 agentes cubanos reales o potenciales en EEUU, pero no asignaron el personal necesario para investigarlos, dijo Lapp. Los exfuncionarios estadounidenses y cubanos consultados por el diario sospechan que La Habana "todavía dirige agentes dentro del gobierno y la sociedad estadounidenses", concluye el artículo del WSJ.

Informe de inteligencia identifica principales amenazas de Cuba hacia EEUU

Un policía vestido de civil reprime a una manifestante durante una protesta pacífica en El Vedado, La Habana. La represión política y la falta de oportunidades económicas seguirán impulsando la migración desde Cuba a EEUU, dice informe.
Un policía vestido de civil reprime a una manifestante durante una protesta pacífica en El Vedado, La Habana. La represión política y la falta de oportunidades económicas seguirán impulsando la migración desde Cuba a EEUU, dice informe.

El informe Evaluación Anual de Amenazas de la Comunidad de Inteligencia de Estados Unidos se centra en las amenazas más directas y graves a los Estados Unidos, principalmente durante el próximo año.

El documento de este año, que salió a la luz pública el lunes, señala que “la represión política y la falta de oportunidades económicas seguirán impulsando la migración desde Cuba, Venezuela y Nicaragua y anticipa que esos regímenes "seguirán culpando a las sanciones y políticas de Estados Unidos por la emigración irregular desde sus países”.

En el capítulo sobre China, el informe dice que el ejército chino seguirá buscando el establecimiento de instalaciones militares en el extranjero, incluyendo a Cuba, y el acceso a acuerdos en un intento de proyectar poder y proteger los intereses del país asiático en el exterior.

“Más allá del desarrollo de su base militar en Djibouti y su instalación militar en la Base Naval de Ream en Camboya, Beijing, según se informa, está considerando buscar instalaciones militares en múltiples ubicaciones, incluyendo pero no limitado a Birmania, Cuba, Guinea Ecuatorial, Pakistán, Seychelles, Sri Lanka, Tayikistán, Tanzania y los Emiratos Árabes Unidos”, dice el informe.

En junio de 2023 trascendió que China llevó a cabo una actualización de sus instalaciones de recolección de inteligencia en Cuba en el 2019. A raíz de esos hallazgos, el secretario de Estado norteamericano Antony Blinken dijo que lo sucedido en la isla era parte de una estrategia global de Pekín para expandir su presencia en el extranjero. Mientras que Cuba aseguró que se trataba de acusaciones falsas y una invención de Estados Unidos destinada a justificar el embargo económico de Washington contra la isla.

Info Martí | Base china de espionaje electrónico en Cuba
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La Evaluación Anual de Amenazas menciona, por otra parte, que la comunidad de inteligencia de Estados Unidos continúa examinando de cerca los incidentes anómalos de salud, inicialmente reportados en Cuba entre el 2016 y el 2018, particularmente en áreas que requieren investigación y análisis adicionales.

El reporte señala que “la mayoría de las agencias de la comunidad de inteligencia han concluido que es muy poco probable que un adversario extranjero sea responsable de los incidentes anómalos de salud reportados”.

Explica que, como parte de su revisión, la comunidad de inteligencia identificó hipótesis básicas que rodean los incidentes anómalos de salud, que enmarcaron la comprensión de la comunidad de inteligencia de este fenómeno, pero no fueron confirmadas por análisis médicos y técnicos posteriores.

“Estos hallazgos no cuestionan las experiencias y síntomas muy reales que nuestros colegas y sus familiares han reportado. Seguimos priorizando nuestro trabajo sobre tales incidentes, asignando recursos, buscando múltiples líneas de investigación y búsqueda de información para llenar los vacíos que hemos identificado”, dice el informe.

Legisladores cubanoamericanos condenan reciente viaje de congresistas a la isla (VIDEO)

Representantes cubanoamericanos por la Florida, María Elvira Salazar y Mario Diaz-Balart, junto a su colega de Nueva York, Nicole Malliotakis, en una conferencia de prensa, Washington el 8 de marzo del 2024.
Representantes cubanoamericanos por la Florida, María Elvira Salazar y Mario Diaz-Balart, junto a su colega de Nueva York, Nicole Malliotakis, en una conferencia de prensa, Washington el 8 de marzo del 2024.

Un grupo de legisladores cubanoamericanos criticaron en una conferencia de prensa este viernes en el Capitolio de Washington, el reciente viaje a Cuba de las representantes demócratas Pramila Jayapal, del estado de Washington, e Ilhan Omar de Minnesota, como parte de una delegación del Caucus Progresista del Congreso.

Los representantes cubanoamericanos por la Florida en el Congreso de Estados Unidos, María Elvira Salazar, Carlos Giménez y Mario Díaz-Balart, junto a su colega de Nueva York, la también legisladora de origen cubano Nicole Malliotakis, abogaron por mantener a Cuba de la Lista de Países Patrocinadores del Terrorismo.

Salazar manifestó el deseo de que sus homólogos en el Congreso “no piensen que el régimen cubano tiene buenas intenciones".

“El régimen castrista lo único que es una serpiente que lo único que quiere hacer es morderte y meterte en las venas veneno para que te mueras, mientras que ellos se mantienen en el poder porque ese es el único negocio en el que están”, expresó la congresista.

Declaraciones de María Elvira Salazar
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Por su parte, el representante Díaz-Balart lamentó que quienes viajaron a Cuba “no volvieron de su viaje insistiendo en que el pueblo cubano se merece elecciones libres, ni insistiendo en que no haya tropas cubanas entrenándose en Bielorusia, ni exigiendo la libertad de los presos políticos”.

“Regresaron con un mensaje que es consistente con lo que siempre han hecho estos individuos, ayudar, darle aliento y apoyo a este Estado terrorista, a 90 millas de los Estados Unidos”, opinó.

Un despacho de la agencia Reuters asegura que Jayapal y Omar se reunieron con el gobernante cubano Miguel Díaz-Canel y otros funcionarios cubanos, líderes comunitarios y familiares de personas encarceladas por protestar contra el gobierno.

Las representantes del Grupo Progresista del Congreso estadounidense estuvieron en Cuba del 19 al 22 de febrero.

Declaraciones de Mario Díaz-Balart
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Por su parte, el representante Giménez dijo estar ofendido por el viaje de sus colegas demócratas a la isla “para ver en qué manera ellas podían ayudar al régimen que ha oprimido al pueblo por más de 60 años".

La representante Malliotakis se dirigió a tres activistas del grupo Code Pink que estaban presentes en la conferencia de prensa pidiendo la salida de Cuba de la Lista de Países que Auspician el Terrorismo y el fin del embargo, diciéndoles que ellas estaban gozando el derecho de libertad de expresión, un derecho que los cubanos no tienen.

La semana pasada, tras regresar de su viaje a Cuba, la representante demócrata Omar, dijo ante el pleno de la Cámara de Representantes que sentía una “profunda frustración por las continuas políticas de la era Trump hacia Cuba” y calificó la designación de la isla como Estado Patrocinador del Terrorismo de “completamente injustificada”.

Funcionaria de EEUU se reúne en La Habana con empresarios y representantes del gobierno

La Subsecretaria Adjunta de Diplomacia Pública, Kerri S. Hannan (der.) visita la tienda Beyond Roots en La Habana.
La Subsecretaria Adjunta de Diplomacia Pública, Kerri S. Hannan (der.) visita la tienda Beyond Roots en La Habana.

La funcionaria del Departamento de Estado estadounidense, Kerri Hannan, visitó La Habana del 20 al 23 de febrero, donde se reunió con representantes cubanos, empresarios y miembros de la sociedad civil.

"Hannan se reunió con funcionarios del gobierno cubano e insistió en la liberación de los presos políticos", indica un comunicado de la Embajada de EEUU en la capital cubana.

También sostuvo encuentros con la sociedad civil e hizo énfasis en el apoyo de Estados Unidos a los derechos humanos, agrega la información.

La funcionaria, que cubre temas relacionados con China para la Oficina de Asuntos del Hemisferio Occidental, charló con empresarios cubanos independientes para "conocer los retos a los que se enfrentan y demostrar el apoyo continuo de Estados Unidos al pueblo cubano y al sector privado cubano".

En este sentido, el comunicado de la sede diplomática indica que "conoció de primera mano cómo proporcionan alimentos, suministros, empleo y oportunidades económicas al pueblo cubano" y exploró con ellos "cómo el gobierno de Estados Unidos puede potenciar el sector privado independiente cubano con intercambios y otras ayudas".

En octubre de 2023, el viceministro de Relaciones Exteriores de Cuba, Carlos Fernández de Cossío, dijo que el régimen no necesita una relación bancaria bilateral con Estados Unidos para que el sector privado en la isla prospere.

En entrevista con la emisora de Florida WLRN, el funcionario afirmó que "el crecimiento del sector privado en Cuba es una decisión nacional de Cuba. Lo tomamos por nuestra cuenta, independientemente de lo que haga Estados Unidos”.

Según la nota de la Embajada de EEUU, la Vicesecretaria Adjunta en su visita a Cuba "dio prioridad a las interacciones con las comunidades marginadas, incluidos los afrocubanos y los activistas de derechos humanos. Al amplificar sus voces y defender sus derechos, reafirmó el compromiso de Estados Unidos con la defensa de los principios universales de dignidad e igualdad".

El mes pasado otra funcionaria del Departamento de Estado visitó La Habana, Sara Minkara, la asesora especial sobre Derechos Internacionales de las Personas con Discapacidad.

La representación diplomática dijo entonces que la enviada de EEUU sostuvo encuentros “con representantes del Gobierno de Cuba, empresarios independientes cubanos, ex alumnos de programas patrocinados por la Embajada y estudiantes de instituciones educativas de La Habana”. En todas estas reuniones insistió en la necesidad de “una mayor inclusión de los cubanos con discapacidad en todos los aspectos de la sociedad”.

EEUU amplía política contra vuelos chárter a Nicaragua que facilitan migración irregular desde Cuba y otros países

Cientos de miles de migrantes aprovechan el puente de Nicaragua para viajar a la frontera Sur de Estados Unidos e ingresar al país de forma irregular. Algunos viajan en caravanas, como la de esta imagen, tomada en enero pasado en Huixtla, México.
Cientos de miles de migrantes aprovechan el puente de Nicaragua para viajar a la frontera Sur de Estados Unidos e ingresar al país de forma irregular. Algunos viajan en caravanas, como la de esta imagen, tomada en enero pasado en Huixtla, México.

Estados Unidos anunció la ampliación de una política de restricción de visas contra los responsables de operaciones de transporte que facilitan la migración irregular, incluidos los propietarios de compañías de vuelos chárter que operan rutas entre Cuba y Nicaragua.

La nueva política es implementada por el Departamento de Estado bajo la Ley de Inmigración y Nacionalidad y está dirigida a los propietarios, ejecutivos y altos funcionarios de compañías de vuelos chárter, y de transporte terrestre y marítimo, que brindan estos servicios.

“Esta nueva política amplía y reemplaza la política Nicaragua 3C en vuelos chárter emitida en noviembre de 2023”, dijo en un comunicado el portavoz del Departamento de Estado, Matthew Miller.

El vocero subrayó que “la política apunta a operaciones de transporte que se aprovechan de migrantes vulnerables y facilitan la migración irregular en todo el mundo y hacia Estados Unidos”.

“Quienes llegan a Estados Unidos sin una base legal a menudo pagan precios de extorsión y se ponen a sí mismos y a sus familiares acompañantes en riesgo, sólo para ser sometidos a procedimientos de deportación, de conformidad con las leyes de inmigración estadounidenses”, advirtió Miller.

"Nadie debería beneficiarse de la situación de los migrantes vulnerables, ya sean contrabandistas, empresas privadas, funcionarios públicos o gobiernos. Nuestra nueva política sobre restricción de visas tiene como objetivo a los operadores de transporte que facilitan la migración irregular y ponen a las personas en riesgo", dijo en la red social X el subsecretario de Estado para Asuntos del Hemisferio Occidental, Brian Nichols.

En noviembre pasado, Estados Unidos anunció una política similar de restricción de visas dirigida a las personas que operan los vuelos chárter a Nicaragua con el fin de transportar a migrantes que luego siguen la ruta hasta la frontera Sur estadounidense.

La ruta migratoria establecida desde Cuba a Nicaragua por vía aérea está destinada al contrabando de migrantes; estos son vuelos chárter que van a Nicaragua llenos a capacidad y regresan vacíos a Cuba, comentó en una entrevista con Voz de América el subsecretario adjunto de la Oficina de Asuntos del Hemisferio Occidental, Eric Jacobstein.

El Departamento de Estado ha dicho que colabora con los gobiernos de la región, así como con el sector privado, para "tratar de eliminar esta práctica de explotación".

Este corredor se inició con la exención de visados acordada por los gobiernos de Cuba y Nicaragua en noviembre de 2021 y ha contribuido al mayor éxodo migratorio desde la isla a los Estados Unidos en la historia, con más de 400 mil migrantes en los dos últimos años, de acuerdo a cifras del Departamento de Aduanas y Protección de Fronteras de EEUU.

El director del Programa de Migración, Remesas y Desarrollo del Diálogo Interamericano, Manuel Orozco, dijo en octubre pasado a la agencia de noticias Associated Press que el gobierno de Daniel Ortega "sabe que tiene pocas herramientas políticas importantes para enfrentarse a Estados Unidos, así que usa la migración como un arma de ataque".

Nicaragua solo exige a los cubanos un pasaporte en regla, un pasaje de ida y regreso y la prueba de una reserva de hotel, o el nombre, dirección y teléfono de la persona que lo hospedará , y llenar un formulario en línea para solicitar el ingreso al país.

Cuando el acuerdo de libre visado entre Managua y La Habana entró en vigor, el gobierno de Ortega dijo que la medida buscaba promover el mercado comercial, el turismo y las relaciones familiares humanitarias.

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