Recorte de fondos para lucha contra el Sida en Cuba afectará a pacientes

Por la baja concentración de la epidemia, la isla se ha convertido en una nación no elegible para ser receptora de fondos de ayuda provenientes del Fondo Mundial.

La comunidad gay está preocupada por el recorte en fondos internacional a la lucha contra el Sida, tuberculosis y malaria en Cuba.

El sistema de salud cubano tiene el desafío de hacer sostenible su programa de prevención y control de la epidemia del virus de inmunodeficiencia humana (VIH), causante del Sida, ante el anunciado recorte de la ayuda del Fondo Mundial de lucha contra el Sida, la tuberculosis y la malaria, según un reporte de la agencia Inter Press Service, que cita fuentes oficiales.

El anuncio del recorte, dado a conocer durante el XIV Simposio de Masculinidad y VIH que se celebró entre el 22 y 24 de junio en el Centro de Convenciones Heredia, de Santiago de Cuba, llena de preocupación a la comunidad gay en la isla.

La transexual Sissy Montiel, presidenta de la Alianza Cubana contra el Sida, dijo a Martí Noticias que los enfermos están en riesgo al no tener medicamentos, ni retrovirales que contrarrestan las enfermedades oportunistas en el organismo y alarguen un poco más la vida.

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Declaraciones de Nelson Gandulla y Sissy Montiel

Cuba está catalogada como país de ingreso medio-alto y, por la baja concentración que tiene la epidemia, se ha convertido en una nación no elegible para ser receptora de fondos de ayuda provenientes del Fondo Mundial.

A criterio del médico Nelson Gandulla, presidente de la Fundación por los derechos LGTBI, esa decisión "sí va afectar a todo los pacientes porque Cuba no dispone de fondos suficientes para atender a los enfermos con VIH”.

Las cifras dadas por Cuba precisan que la estrategia nacional implementada por las autoridades sanitarias desde 1998 permite que 81 por ciento de esas personas reciban los medicamentos para su terapia antirretroviral de manera controlada y gratuita, entre los que se incluyen los de factura cubana producidos por la estatal BioCubaFarma (zidovudina, lamivudina, nevirapina, efavirenz y abacavir) y otros procedentes del exterior, certificados por la Organización Mundial de la Salud.

Gandulla advierte que el recorte de la ayuda del Fondo Mundial de lucha contra el Sida también crea un gran problema al Ministerio de Salud a la hora de trazar estrategias de mediano y largo plazo sobre las formas de atender a los pacientes y del suministro de medicamentos y dietas para los afectados.

Un informe publicado por la prensa oficial en Cuba contabilizó al finalizar 2016, a 21 750 personas con VIH, de las cuales el 80 por ciento eran hombres y como promedio tenían más de 30 años.

(Redacción Idolidia Darias, con reporte de Yolanda Huerga e información de IPS)