Banco suizo rompe cualquier vínculo con Cuba

El logo de Swiss Post Finance en la sede de la institución financiera en Berna, Suiza. REUTERS/Ruben Sprich

El banco con el que opera la ONG suiza Medicuba en La Habana no hará más transferencias a la isla comunista porque teme sanciones de la administración Trump, un miedo que se replica en el sistema financiero internacional a la hora de trabajar con Cuba.

"El 27 de agosto, nuestro consejero (bancario) llamó a nuestro contador para comunicarle que el 1 de septiembre no habría más transferencias hacia Cuba", dijo a la agencia francesa AFP Luisa Sánchez, coordinadora de MediCuba.

Su banco, PostFinance, fue uno de los últimos de Suiza en aceptar esas transacciones. Contactada por la AFP, esta filial de Swiss Post confirmó la ruptura de cualquier vínculo con Cuba "debido a las sanciones de Estados Unidos".

"PostFinance no está sujeto a las leyes estadounidenses, pero participa en transacciones de pago globales y, por tanto, depende de una red de bancos corresponsales y del acceso a operaciones en dólares", explicó la entidad financiera.

El banco suizo no ha sido el único afectado por las sanciones estadounidenses. "Los bancos pasaron a una fase de 'overcompliance' (aplicación excesiva de las reglas) y esto afecta a todo el mundo", asegura un empresario europeo del turismo instalado hace décadas en Cuba, cuyo banco le dio un plazo de 60 días antes de cerrar su cuenta.

Bajo anonimato, este hombre contó que una transferencia de un cliente, que incluía en su título la palabra "Cuba", encendió las alarmas de su banco. Un abogado le explicó que ninguna institución bancaria puede ser forzada a retener a un cliente. Varios colegas sufrieron el mismo percance.

La medida no es nueva. Desde 1962 Estados Unidos aplica contra Cuba un embargo que le prohíbe hacer transacciones en dólares.

Y las multas por violar embargos estadounidenses (no sólo contra Cuba sino también contra Irán, Libia, Sudán...) son altas: 1.300 millones de dólares para el italiano UniCredit y 947 millones para el británico Standard Chartered, ambas impuestas en abril; 1.340 millones para la Société Générale en 2018 y 8.900 millones (cifra récord) para BNP Paribas en 2014.

Washington recrudeció recientemente sus sanciones económicas contra la isla señalándola por sostener militarmente el régimen de Nicolás Maduro en Venezuela.

En su discurso la semana pasada ante los líderes mundiales reunidos en la 74 Asamblea General de la ONU, en Nueva York, Trump dijo que el plan del régimen de La Habana es que el petróleo venezolano "sostenga su gobierno comunista corrupto".

Desde mayo, los títulos 3 y 4 de la ley Helms-Burton amenazan con enjuiciar y prohibir viajar a Estados Unidos a cualquier persona que haga negocios con bienes confiscados por la revolución de 1959.

La vaga definición del delito permite una amplia interpretación: la Société générale es demandada en Miami por los herederos de un banco cubano integrado al actual Banco Nacional de Cuba, con el que la institución financiera francesa realizó operaciones bancarias.

"El 99% de los bancos tienen intereses estadounidenses", subraya Dominique Hector, un abogado francés que asesora a empresas extranjeras en Cuba y Panamá.

Y advierte que, aunque no estén presentes en la isla, "en el sistema bancario, siempre hay un paso obligado por Estados Unidos" mediante el uso del dólar, la moneda de referencia.

"Tengo varios clientes a los que se les han cerrado sus cuentas", mientras que otros "nunca pudieron recibir sus pagos porque su banco francés se negó a procesarlos", añade Hector.

Para Cuba, que depende de la inversión extranjera para impulsar su crecimiento, este pánico bancario es una mala noticia. Su gobierno estima que las dificultades que enfrentó con 140 bancos durante el último año costaron al país 725,8 millones de dólares.

(Con información de AFP y archivo RTVMartí)