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Cuba

El día que los habaneros gritaron Abajo Fidel

El maleconazo en una foto publicada por yusnaby.com
El maleconazo en una foto publicada por yusnaby.com

La Habana - Cuando cae la tarde en el malecón de La Habana, una ilusión óptica da la sensación de que en el horizonte el sol está siendo devorado por el mar. Es a esa hora cuando Daniel, jubilado de 66 años, se acomoda en un banco de madera y junto a varios vecinos, bebe ron casero de pésima calidad.

Desde hace medio siglo, Daniel vive en un cascarón de mampostería situado frente al malecón. La mano de pintura barata en la fachada no puede ocultar las grietas ni el salitre agresivo, que ha descorchado trozos de repello del viejo inmueble.

“A cada rato tenemos problemas eléctricos -señala diversos cables sin protección en el pasillo de la entrada- y el motor del agua siempre está roto”, dice Daniel y con parsimonia sigue fumando un tabaco torcido a mano.

A las once de la mañana era una marea humana. Venían de otros barrios, comenzaron a desvalijar propiedades estatales y a gritar Abajo Fidel. Algunos reclamaban libertad. Mi socio y yo creíamos que el gobierno se había ido a pique. Si hubieran existido teléfonos móviles, como ahora, el sistema se viene abajo”.

Para los habaneros que residen en áreas colindantes al litoral, las penetraciones del mar, huracanes, carnavales y negocios clandestinos, marcan una diferencia con el resto de los habitantes de la capital.“Aquí en el malecón se ve de todo. Parejas que hacen el sexo encima del muro o en los acantilados, turistas que buscan jineteras, tipos que venden marihuana, comida en cajitas o cucuruchos de maní. Al malecón va recalar lo bueno y lo malo de La Habana”, afirma Daniel.

La barriada de Colón, a tiro de piedra del paseo marítimo, es cuna de la prostitución, el juego ilícito y el consumo de drogas. Una zona donde la pobreza es una cruz difícil de espantar, el agua potable es un lujo y la gente piensa dos veces más rápido que la mayoría de los cubanos.

Y fueron precisamente los barrios de Colón, Jesús María, Belén, San Isidro, Los Sitios y San Leopoldo el epicentro de aquella protesta espontánea y popular acaecida el 5 de agosto de 1994 conocida como el Maleconazo.

Es extraño que un habanero mayor de 40 años no recuerde qué estaba haciendo aquel día.

“En 1994, en esta parte de la ciudad no estábamos tan mal como en otros lugares del país. Durante el período especial no teníamos apagones porque el sistema eléctrico es soterrado. Pero la gente estaba alebrestada. Había tremenda hambre, muy pocos podían comer caliente una o dos veces al día. Y aunque tuvieras dinero, no había nada que comprar. Por las noches ponían carteles contra el gobierno. Los planes para secuestrar la lanchita de Regla o una patana del puerto se fraguaron en Centro Habana”, afirma Daniel, y sigue recordando:

“Los más jóvenes andaban con la cabeza mala. Construyendo balsas, robando bicicletas, asaltando a los yumas para quitarles el dinero o lo que pudieran. El cuadro estaba feo. El 5 de agosto estaba poniendo unos azulejos en casa de un amigo, cuando escucho un barullo. En eso la mujer de mi amigo nos dice que la gente rompió los cristales del hotel Deauville y está asaltando las tiendas en divisas”.

“Cuando me asomé al balcón, cuenta Daniel, vi que unos mil hombres y mujeres, de diversas edades y razas, se habían tirado a la calle y estaban protestando. A las once de la mañana era una marea humana. Venían de otros barrios, comenzaron a desvalijar propiedades estatales y a gritar Abajo Fidel. Algunos reclamaban libertad. Mi socio y yo creíamos que el gobierno se había ido a pique. Si hubieran existido teléfonos móviles, como ahora, el sistema se viene abajo”.

Susana, ama de casa de 59 años, vive en una cuartería de la calle Amargura, en la Habana Vieja. “El 5 de agosto cayó un viernes y como todos los días, estaba vendiendo algo a la entrada del solar. Ese día vendía aguacates a un dólar o su equivalente, 120 pesos. Había una canina del carajo. El peso cubano perdió su valor. Una libra de arroz costaba 100 pesos y 120 pesos la libra de frijoles negros, si los encontrabas. La carne de res desapareció y la de puerco estaba por las nubes: 150 pesos la libra. La gente se comía los gatos callejeros, las palomas y con las lagartijas hacían sopa”.

Susana continúa evocando una de las peores etapas vividas en Cuba en casi seis décadas de castrismo. “El pueblo estaba a punto de reventar. Cuando comenzaron las protestas, guardé el saco con los aguacates y me fui pa’ la Avenida del Puerto. Aquello era impresionante. La gente gritaba consignas contra el gobierno. Se regó la bola de que iban a llegar lanchas desde la Florida, a recoger a todo el que quisiera irse. Yo preparé un bultico de ropa y en un nailon metí unas galletas socatas de sal. Ya me veía en Miami”.

Carlos, sociólogo, considera que las protestas que tuvieron como protagonista al malecón habanero, dejó una gran enseñanza. “El gobierno comprendió que el pueblo estaba harto de tantos apagones, tantas penurias y escasez de alimentos. Si en menos de doce horas pudieron neutralizar la revuelta fue porque era espontánea, sin un líder ni una estrategia organizada. Si en esas protestas hubiera habido un liderazgo, probablemente la historia hubiera sido otra”.

A Víctor Manuel Domínguez, periodista y escritor independiente, el 5 de agosto lo cogió en Santiago de Las Vegas. “Había ido a visitar a un sobrino destacado en una unidad militar. Al regresar a mi casa, cerca del barrio chino, una zona que se las trae, me llamó la atención varios jeeps artillados y soldados de tropas especiales con armas largas. Habían roto los cristales de comercios y de la OFICODA. La cantidad de gente que bajaba hacia el malecón era tremenda”.

En 1994, Domínguez estaba afiliado a un sindicato ilegal que dirigía Carmelo Díaz. Veintitrés años después, Víctor Manuel piensa que es muy difícil que se repita una protesta popular como la del 5 de agosto.

“La génesis de esa revuelta no era reclamar derechos políticos ni democracia. La gente se tiró a la calle simplemente porque deseaba emigrar. No soy optimista. La disidencia vive hoy en la luna de Valencia y la mayoría de los cubanos, aunque nos quejamos, no tenemos como opción salir a la calle a protestar contra el gobierno. Hay mucho individualismo e insolidaridad ciudadana. Es el sálvese quien pueda”, apunta Victor Manuel Domínguez, y confiesa: “Nunca olvidaré los extensos apagones y cazuelas vacías. Algunas noches me fui a dormir sin comer nada en todo el día”.

Martha Beatriz Roque Cabello, economista y ex prisionera política rememora: “En agosto de 1994 llevaba cinco años como opositora y ese día, cuando comenzaron las protestas, estaba en casa de mi hermana Elena, en Neptuno esquina a Lealtad. Recuerdo que dos mujeres policías, se quitaron el traje y se unieron a la marcha. La oposición local ni la vio venir”. Y subraya: “No creo que la disidencia pueda liderar futuras protestas. Está desconectada del pueblo, haciendo llamamientos y proclamas que no calan entre los cubanos. Los cambios en Cuba vendrán por la presión popular”.

El 5 de agosto de 1994 fue un botón de muestra. Han pasado 23 años y no se vislumbra un nuevo maleconazo. El miedo y la apatía van ganándole la partida a la pobreza cotidiana y un futuro entre signos de interrogación. Por ahora.

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Los Santos de Hialeah: La iglesia Lukumí cubana que llegó a la Corte Suprema (VIDEO)

Los Santos de Hialeah es una serie audiovisual que narra la batalla legal que enfrentó durante la década del 90' a la Iglesia Lukumí Babalú Ayé contra el gobierno de la ciudad de Hialeah y otros grupos protectores del bienestar animal como PETA y Humane Society.

Los practicantes de la religión Lukumí buscaban defender su derecho a sacrificar animales como parte de sus rituales religiosos. Sin embargo, las leyes de Hialeah les prohibían esta práctica, considerándola como un acto de crueldad animal.

La iglesia desafió esta prohibición, argumentando que violaba su derecho a la libertad religiosa, protegido por la Primera Enmienda de la Constitución de los Estados Unidos, que garantiza que el Congreso no puede crear ninguna ley que establezca una religión oficial o prohibir el libre ejercicio de una religión en particular. Esta enmienda protege la libertad de expresión, de prensa, de reunión, y el derecho de solicitar al gobierno compensación por agravios.

El caso de los santeros cubanos llegó a la Corte Suprema de los Estados Unidos en 1993, donde se dictaminó a favor de la iglesia lukumí (también se escribe lucumí), sentando un precedente importante para la protección de la libertad religiosa.

La serie cuenta con los valiosos testimonios de los protagonistas implicados en el caso: Oba Ernesto Pichardo, cofundador y presidente de la Iglesia Lukumí Babalú Ayé en Hialeah; Lázaro Cuesta, sacerdote de la religión Lukumí; Jorge Duarte, abogado del caso, Thomas Wenski, arzobispo de Miami; y Raúl Martínez, ex alcalde de Hialeah entre 1981 y 2005.

La investigación de Martí Noticias incorpora el valioso aporte de las periodistas Ileana Bravo y Aminda (Mindy) Marqués; quienes cubrieron esta disputa legal desde su desarrollo inicial hasta su triunfo en la Corte Suprema de los Estados Unidos.

La victoria del caso Church of Lukumi Babalu Aye, Inc. v. City of Hialeah es un ejemplo de cómo las comunidades minoritarias pueden luchar por sus derechos y lograr cambios en los Estados Unidos.

Los Santos de Hialeah
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Niegan régimen de mínima severidad al joven preso del 11J Ángel Jesús Veliz Marcano

Angel Jesús Véliz Marcano y su madre, Ailex Marcano. (Facebook/Ailex Marcano Fabelo)
Angel Jesús Véliz Marcano y su madre, Ailex Marcano. (Facebook/Ailex Marcano Fabelo)

Las autoridades del penal de Kilo 9, en la provincia de Camagüey, negaron el cambio a un régimen de menor severidad al preso político cubano Ángel Jesús Veliz Marcano.

Su madre, Ailex Marcano, dijo a Martí Noticias que ni a ella ni a su hijo le han dado una explicación sobre las razones de la negativa. "Ellos siempre dicen que tiene un comportamiento adecuado, que está tranquilo", comentó.

Hace más de una semana, Veliz Marcano tuvo una visita en el penal y los oficiales quedaron en darles una respuesta pero hasta el momento no han dicho nada.

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En octubre pasado al joven también le fue negado el cambio de medida por una supuesta indisciplina.

Ángel Jesús Veliz Marcano, de 29 años, fue condenado a seis años de privación de libertad por su participación en las protestas del 11 de julio de 2021.

Su madre ha denunciado en múltiples ocasiones malos tratos contra su hijo en la cárcel y negación de atención médica cuando la ha necesitado, además de amenazas por parte de los oficiales del penal.

Ailex Marcano también ha sido objeto de hostigamiento por exigir la libertad de su hijo. En varias ocasiones la policía la ha detenido y amenazado.

Esta semana también le fue negado el cambio a régimen de mínima seguridad al preso político José Alejandro Rodríguez Gelín, de 24 años.

El joven cumple una sanción de cinco años de privación de libertad por cargos de instigación a delinquir y desorden público tras su participación en las protestas en Jovellanos, provincia de Matanzas.

Al cierre del mes de marzo, la organización Prioners Defenders registraba 1092 prisioneros ppolíticos y de conciencia en la isla.

Consejo de Relatores de Derechos Humanos en Cuba denuncia el caso de tres presos políticos

Taimir García fue condenada a cinco años de privación de libertad por respaldar a un trabajador independiente en Las Tunas.
Taimir García fue condenada a cinco años de privación de libertad por respaldar a un trabajador independiente en Las Tunas.

El Consejo de Relatores de Derechos Humanos de Cuba, a través del abogado Juan Carlos González Leyva, ha denunciado la situación de tres presos políticos: Taimir García Meriño, Eglis Heredia Rodríguez y Jorge Cervantes.

La presa política, residente de Victoria de las Tunas, fue condenada en el mes de marzo de 2022 a cinco años de prisión por los presuntos delitos de atentado, desórdenes públicos y desacato. La mujer encarcelada por respaldar a un trabajador independiente, a quien inspectores estatales y agentes policiales imponían una elevada multa por vender plantas medicinales, se encuentra recluida en la prisión Granja Cinco en Camagüey.

“Taimir padece de seis enfermedades en estos momentos, muchas de ellas en crisis casi el mes completo. El año anterior fue diagnosticada con la vesícula acodada y ahí estamos esperando todavía que a la dictadura le dé la gana de llevarla a un salón de operaciones. Y bueno de las otras enfermedades, de la presión, de la diabetes... El medicamento hemos tenido que comprarlo en la calle, a altos precios, para poder mantenerla a ella con vida ahí en prisión, debido a que ellos no tienen medicamentos para los encarcelados”, advirtió Holmis Rivas Carmenate, el esposo de la activista de la Unión Patriótica de Cuba (UNPACU).

En el caso de Eglis Heredia Rodríguez, recluido en la cárcel de Boniato, en Santiago de Cuba, tras ser condenado en 2014 por el delito de atentado, el relator dijo que estaba "muy enfermo y sin asistencia médica para un cáncer de garganta muy avanzado que le impide hablar".

"Está extremadamente delgado debido a la hambruna y sufriendo malos tratos a manos de la guarnición de ese centro carcelario", agregó González Leyva.

Heredia Rodríguez había sido excarcelado con una licencia extrapenal por un cáncer que sufre en la laringe, pero esta medida fue revocada porque continuó con su activismo.

De acuerdo con el reporte de varios familiares y compañeros de prisión, la policía política le impide las visitas familiares.

Activistas y familiares denuncian las críticas condiciones que sufren los presos en las cárceles.
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También el Consejo de Relatores de Derechos Humanos de Cuba denunció que el opositor de la UNPACU, Jorge Cervantes, fue trasladado de la cárcel de Aguadores, en Santiago de Cuba, para la prisión de máxima seguridad de Boniato, en la misma provincia, luego de protestar en huelga de hambre por varios días.

Cervantes está detenido desde el 12 de marzo y actualmente está bajo investigación por delitos contra la Seguridad del Estado.

En su caso aún no se ha hecho una petición fiscal.

"Jorge no acepta abogados porque él dice que eso es por gusto, al pasarse de los 10 días en huelga de hambre en Aguadores lo pasaron para Boniato”, dijo Gretchen Alfonso Torres, esposa del activista.

Un total de 19.571 cubanos entraron por frontera a EEUU en marzo

En el primer semestre del actual año fiscal han llegado 126.517 cubanos a la frontera. (AP/Archivo)
En el primer semestre del actual año fiscal han llegado 126.517 cubanos a la frontera. (AP/Archivo)

Un total de 19.571 migrantes cubanos llegaron a la frontera de Estados Unidos en marzo pasado, una ligera disminución respecto a febrero (20.815), según datos de la Oficina de Aduanas y Protección de Fronteras de EEUU (CBP por sus siglas en inglés).

La mayoría de los migrantes, 13.411, entraron por los diferentes puntos de la frontera sur; y el resto por vía marítima.

Solo México (67.026) y Venezuela (21.367) superaron a Cuba en la entrada de migrantes en ese periodo. El éxodo masivo de ciudadanos de la isla que comenzó en diciembre de 2021, cuando Nicaragua eliminó el requisito de visado para los cubanos, se ha mantenido imparable desde entonces.

Según CBP, en marzo llegaron 110 menores cubanos no acompañados, la menor cifra registrada desde septiembre de 2023. En los últimos seis meses, el total ha ascendido a 791.

La Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) registró en marzo la llegada de de 19,571 cubanos a las fronteras de EEUU.
La Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) registró en marzo la llegada de de 19,571 cubanos a las fronteras de EEUU.

"CBP continúa trabajando estrechamente con el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de los EE. UU. (ICE) y los Servicios de Ciudadanía e Inmigración de los EE. UU. (USCIS) para procesar rápidamente a las personas encontradas en la frontera y expulsar a aquellos que no establecen una base legal para permanecer en los Estados Unidos", recoge el comunicado.

La llegada de migrantes cubanos en el primer semestre del actual año fiscal, que comenzó en octubre pasado, alcanzó los 126.517.

Además de las detenciones en frontera, los datos de CBP recoge el número de cubanos que llegó a Estados Unidos a través del programa de parole humanitario, aprobado por Joe Biden en enero de 2023.

"Hasta finales de marzo, un total de 404.000 cubanos, haitianos, nicaragüenses y venezolanos llegaron legalmente en vuelos comerciales y se les concedió la libertad condicional bajo estos procesos", destaca el documento. En el caso de los cubanos, fueron aprobados hasta esa fecha 86.000.

“Le colocan un machete en el cuello y le quitan la mochila": activistas denuncian agresión y robo a su hijo

Unidad Territorial de Investigación Criminal y Operaciones, perteneciente a la PNR
Unidad Territorial de Investigación Criminal y Operaciones, perteneciente a la PNR

El 2024 despunta como otro año marcado por la inseguridad ciudadana y las quejas de la población por la indolencia policial ante los delitos, afirmó este miércoles a Martí Noticias la activista Marthadela Tamayo, cuyo hijo fue agredido con el propósito de robarle la mochila que portaba.

El adolescente de 16 años, Miguel Alfredo Santana Tamayo, fue amenazado con un machete, alrededor de las 2 de la tarde de este miércoles, muy cerca de su casa ubicada en el Reparto Casino del municipio habanero Cerro.

“Le colocan un machete en el cuello y le quitan la mochila. El ladrón se dio a la fuga”, relató Osvaldo Navarro, esposo de Marthadela Tamayo y padrastro del muchacho atacado.

“Nos dirigimos a la estación más cercana, la que queda en Calle Blanquita y Entrada en Casino Deportivo”, añadió.

El oficial alegó que esa unidad se había convertido en un centro de reunión de los jefes de sectores, que no registra denuncias, por lo que debían dirigirse a la 4ª. unidad del Cerro.

“La 4ª. del Cerro es bastante lejos de aquí, de la casa, aproximadamente unos 25 minutos en transporte público y en La Habana no hay transporte público”, precisó Tamayo.

La familia que acudió a las autoridades policiales a reportar el asalto, lejos de ver atendida su demanda, se sintió en peligro:

“Nosotros insistimos que al menos habría que tramitar algo referente a lo que había pasado, en una llamada o un documento, llamar a una patrulla, pero en vano. Se acaloró la discusión, fuimos maltratados. [El oficial] trató de intimidarnos con levantarnos un acta de advertencia a cada uno, incluyendo a Miguel Alfredo que, según dijo, ya tiene edad para responder ante la Ley”, aseveró Navarro.

“Todos presenciamos la dejadez con la que el [agente policial] trató el asunto y esa es la realidad de este país. Actualmente recurrir a cualquier instancia policial equivale a poca atención o casi ninguna. Los asaltos siguen en aumento y nosotros en este momento lo estamos viviendo en carne propia, aunque somos conscientes y venimos denunciando desde hace mucho tiempo toda la violencia que está presente en las calles, en los barrios, en las comunidades a lo largo y ancho de la isla”, recalcó Navarro.

No obstante, el régimen indica que “la difusión de información y noticias falsas” pretende crear una percepción de inseguridad en la población”, que no es real.

En ese sentido, la feminista subrayó: “Estoy no solo hablando como activista, estoy hablando como madre. Mi hijo fue víctima de un acto violento ocurrido en los bajos de nuestra casa, y nosotros fuimos maltratados por el policía al que acudimos buscando protección, pero que se puede esperar si dentro de una estación de policía ocurrió un feminicidio”.

En febrero de 2023, Leidy Bacallao, de 17 años, fue asesinada a machetazos en una estación de policía adonde había acudido a refugiarse en el poblado Camalote, del municipio camagüeyano Nuevitas.

Más tarde, la familia se presentó en la 4ª. unidad de la Policía, donde le tomaron declaraciones y le solicitaron a Miguel Alfredo hacer un retrato hablado porque pareciera que [el delincuente] es alguien del barrio.

“Y eso es lo que sí me preocupa, porque si es una gente de la zona se llevó la libreta de abastecimiento que identifica a uno, y eso sí me inquietaría muchísimo más”, lamentó Tamayo.

Una encuesta de la revista oficialista Bohemia reveló en noviembre de 2023 que no todos los perjudicados hacen denuncias en la policía, y que la mayoría de las reclamaciones no se han solucionado favorablemente.

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