Tres cambios clave para 2018 en Cuba que (también) pueden salir mal

Una mujer adorna su casa con una bandera cubana.

La transición de poder, las nuevas normas para el trabajo privado y la unificación monetaria pueden incidir significativamente en el futuro de la isla. Todo depende de cómo se lleven a cabo, opina el economista cubano Pavel Vidal.

En lo que queda de 2018 se esperan en Cuba tres eventos trascendentales: la transición generacional en las estructuras del gobierno; las nuevas normas para el sector privado; y el comienzo de la reforma monetaria, advierte el economista cubano Pavel Vidal.

“Los tres han levantado muchas expectativas, aunque todos cuentan con una variante para decepcionar”, afirma en un reciente estudio sobre el estado de la economía cubana al cabo de los diez años de gobierno de Raúl Castro este experto, radicado en Colombia.

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Reforma monetaria a medias reciclaría los problemas

El gobierno ha estado insistiendo en que el comienzo de la reforma monetaria y cambiaria no pasará de este año, y Vidal confirma lo inaplazable que resulta esa medida: “Es realmente imposible lograr una mejoría significativa y sostenible en la productividad en una economía que opera con dos monedas nacionales, con tipos de cambios múltiples y una tasa de cambio oficial excesivamente sobrevaluada. El precio pagado por la economía en todo este tiempo en términos de costos de transacción, competitividad, transparencia contable e ineficiente asignación de recursos es inmenso”.

Pero dependiendo de la voluntad y audacia de la cúpula dirigente este es un cambio que puede salir bien o mal: o aplican “una reforma monetaria estructural con impactos reales en la economía”, o “una reforma monetaria inocua, con pocos impactos reales y que deja intacta las distorsiones de precios, de salarios y de los balances financieros de las empresas estatales”.

Gráfica sobre sistema cambiario en Cuba

Ojo con esto: La devaluación de la tasa de cambio (el peso convertible o CUC se cambia por 24 o 25 pesos “moneda nacional” o CUP, mientras que en la contabilidad estatal el CUP se equipara al dólar estadounidense) es, dice el economista, “la oportunidad que tiene el gobierno para romper el círculo vicioso que por tanto tiempo ha permanecido en el sector estatal entre bajos salarios y baja productividad”. En ese sentido “los sectores beneficiados deberían estar en condiciones de pagar mayores salarios y emplear las rentabilidades adicionales (al menos parcialmente) para hacer inversiones, contratar más trabajadores y expandir sus actividades”.

Gráfica sobre Inflación en Cuba

El autor sugiere que la ocasión es también oportuna para que caigan por su propio peso “las empresas que resulten con pérdidas de carácter permanente”, que deberían tender a cerrar o fusionarse. “Un alto porcentaje del sector estatal vive en una burbuja financiera alimentada por los subsidios implícitos que reciben cada vez que pagan los insumos importados usando una tasa sobrevaluada. Son muchas las empresas estatales que ostentan una rentabilidad contable artificial. Los balances financieros de las empresas estatales no reflejan los hechos económicos ni su verdadera eficiencia y productividad. Esta burbuja debe romperse, el sector estatal debe reestructurarse”, asevera Vidal.

El subsidio de estos elefantes blancos es en parte la causa de los bajos salarios en Cuba, indica el experto: Si a los recursos que se han dedicado a alimentar la sobrevivencia de estas empresas que no aportan nada a la economía se les hubiera dado un uso más eficiente “hoy en día los trabajadores cubanos no tendrían que estar ganando salarios de 20 dólares mensuales”.

Pero el economista teme que al finalizar la reforma todo siga igual, que el gobierno ceda a la tentación de intentar anular todas las consecuencias de la devaluación mediante subsidios, impuestos y regulaciones discrecionales. “La economía podría terminar en el mismo punto de partida, con una sola moneda sí, pero con las mismas distorsiones en los salarios y sin lograr sincerar la realidad económica y financiera de la empresa estatal”.

Como amortiguación al impacto financiero (y social) de una reforma monetaria real, esta “debería ir acompañada de una apertura mayor a la entrada de inversión extranjera y una liberalización más amplia del sector privado”, agrega.

“Ambos factores podrían servir para amortiguar el shock financiero que implica la devaluación de la tasa de cambio oficial”. Sin suficientes reservas internacionales ni un préstamo internacional para apoyar la reforma monetaria, “es clave una apertura para permitir que la entrada de capitales sostenga el valor de la moneda. Mientras que una mayor liberalización del sector privado permitiría absorber el desempleo que se debería producir en las empresas que quiebren con la devaluación”.

Un joven cubano atiende en su negocio de reparaciones de Iphones, en La Habana.

Privados en la encrucijada

Aquí Vidal anuda a la reforma monetaria el papel de otro de los eventos claves esperados para lo que resta del año en Cuba: las nuevas normas para el sector privado.

Gráfica sobre desempleo en Cuba.

En agosto de 2017 se congeló temporalmente la emisión de licencias en 27 categorías de autoempleo. Raúl Castro dijo que sería "hasta que se erradicaran los fenómenos negativos" en el sector. Desde entonces se han filtrado algunas de las medidas que se estarían cocinando.

El autor dice esperar que las regulaciones, "si bien pongan orden fiscal, no terminen ahogando al sector privado. Ojalá y se aprovechara el momento para finalmente abrir el sector privado a actividades de mayor valor agregado”, propone.

El profesor de la Universidad Javeriana en Cali, Colombia, ve positivamente dos de las normas que se rumorea serán aprobadas: más control sobre el pago de impuestos de los cuentapropistas, y pasar las transacciones de estos por los bancos estatales. “Es muy importante que el sector privado aporte al fisco en proporción a sus ganancias, algo que no es posible garantizar si sus operaciones no se registran en los bancos”.

Considera que un aporte mayor y verificable de los privados beneficiaría al presupuesto fiscal, ayudaría a evitar “brechas exorbitantes” en la distribución del ingreso y contribuiría a fortalecer la imagen del sector ante la sociedad.

Pero el académico se pregunta si las normas se limitarán al control fiscal y bancario o también atenderán las quejas de los autónomos en cuanto a altas tasas impositivas, dificultades para obtener insumos, y limitaciones para vincularse a operaciones de comercio exterior. De no ser así, dice, “sería esta la primera de las decepciones que tengamos en el año”.

Raúl Castro, el presidente del Parlamento Esteban Lazo y el vicepresidente Miguel Diaz-Canel (C).

¿Sucesores seguirán la rima... o subirán la cuesta?

El otro cambio proyectado para 2018 y que podría incidir decisivamente o no en el futuro de la isla es quizás el más cercano en el tiempo: la posibilidad de una transición generacional en el gobierno el 19 de abril, día en el que, según Castro, “Cuba tendrá otro presidente”.

Gráfica sobre variación del Producto Interno Bruto en Cuba.

Vidal menciona la incógnita respecto a quienes ocuparán, de ser designado presidente Miguel Díaz-Canel, cargos clave como el de ministro de Economía o Relaciones Exteriores, pero sugiere que al final el nuevo gobierno jugará al seguro, ciñendo su agenda económica a los documentos aprobados por los congresos del Partido Comunista que definen los límites de la reforma, la estrategia de desarrollo, y el modelo económico y social.

En lo inmediato, “va a tener que convencer de que tiene la autoridad y la disposición para, primero, completar los objetivos trazados en los Lineamientos (para el Desarrollo Económico y Social trazados por el VI Congreso del PCC), y luego, para profundizar el proceso de reformas económicas, sobreponiéndose a las fuerzas internas que se resisten a los cambios".

Una tarea esta última que les quedaría cuesta arriba, y complicada por otros factores adversos: “Tendrá entonces que valorar los costos y beneficios políticos de cada una de las velocidades y profundidades de cambio, pero con capital político inicial bajo, dado el menor reconocimiento popular y la menor legitimidad histórica. Y ello tendrá que hacerse en un escenario de conflicto con el gobierno de los EEUU. La tarea no es para nada fácil; esperamos a ver cómo la enfrentan”, concluye diciendo Pavel Vidal.

(Artículo de Pavel Vidal, reseñado por Rolando Cartaya)