Gobierno cubano ordena recorte de compras a EEUU

Sede del Grupo de Administración Empresarial S.A., GAESA, un verdadero pulpo controlado por los militares (E.Pérez Chang)

La resolución no escrita salió desde la autoritaria GAESA y busca presionar por fin del embargo.

La caída en el volumen de las ventas de productos de Estados Unidos a Cuba pudiera tener su explicación en una silenciosa estrategia del gobierno cubano que busca manipular los intereses comerciales de un importante sector norteamericano, con el fin de usarlo como explosivo para dinamitar el embargo.

¿Estrategia gubernamental? Según datos publicados por el Consejo Económico y Comercial EEUU-Cuba, las operaciones comerciales con la empresa estatal ALIMPORT han disminuido. Desde el año 2009 a la fecha, el gobierno cubano ha reducido notablemente la compra de alimentos, medicinas y equipos médicos a los vecinos del Norte, de un máximo de 710 millones en 2008.

Varios expertos sostienen que la bajada se debe básicamente a razones financieras, ubicando al gobierno cubano como ineficaz empresa en bancarrota. Pero esa explicación no convence. La ineficacia gubernamental es relativa, y lo de bancarrota, lo dudo. Con recelo, y escarbando un poco en la superficie del hermético sistema cubano, aparecieron nuevos datos del mismo meollo.

Un amigo, funcionario del Ministerio de Economía y Planificación, donde por años trabajó mi madre, me informó que el descenso operacional es solo con Estados Unidos: “Una directiva que llegó de arriba y nada tiene que ver con dinero. Desde finales del 2012, Cuba ha aumentado las compras de alimentos y medicinas en más de 2 mil millones de dólares”.

Continué averiguando, hablé entonces con un comerciante cubanoamericano que, al amparo de una licencia, vende productos a Cuba. El mercader me aseguró que la disminución en las importaciones de productos estadounidenses por parte de empresas cubanas, se debe a una resolución que ordena a empresas cubanas, como Cubazúcar, Transimport, Alimport, Cubametales, Quimimport, Maprinter, Consumimport y Palco, recortar las compras de mercancía a USA para estrangular las ventas de los productores norteamericanos, para que estos, a su vez, presionen a sus senadores y hagan lobby a favor del fin del “bloqueo”.

Por su parte, Justo J. Sánchez, analista y galardonado periodista en Nueva York, opina que “si ALIMPORT y otras entidades del gobierno idearon el cese de actividad comercial con los agricultores norteamericanos como máquina de presión contra la Ley Helms Burton, es política ingenua. Que ni monten el andamiaje".

"La mayoría de los observadores están de acuerdo que el cabildeo de los granjeros, encabezado por el American Farm Bureau Federation, no tiene el poder para cambiar la política impuesta en su momento por el presidente Clinton. El proyecto de ley que abrogaría la Helms Burton se apoya en los hombros de seis senadores, tres de cada partido. Los otros, cautelosos, permanecen en la penumbra hasta después de las elecciones presidenciales".

"La muerte anunciada no se divisa hasta después del mandato Obama. Los granjeros ni tienen visibilidad, ni recursos para convencer a otros legisladores a su punto de vista, cosa que el sector bancario, la industria turística y los creadores de infraestructura harían con mayor facilidad. Se sabe que el turismo viene cabildeando para un acercamiento diplomático, aún desde el mandato de George W. Bush. De querer una muerte fulminante a Helms-Burton, Cuba tendrá que aprender a jugar en las Grandes Ligas de la política norteamericana”.

Usar la fuerza del comercio como mecanismo de presión no es una táctica nueva, pero suena a estrategia efectiva. Como decía mi abuela, “vamos a estar aquí, y no en la cola del pan”. La pasión suele cegar, y el lente partidista con frecuencia nos obliga a mirar hacia el costado equivocado, pero es fácil comprender que los verdaderos artífices del cambio de rumbo que han tomado las relaciones entre Estados Unidos y Cuba, no fueron Barack Obama y Raúl Castro; sino esos miembros, casi siempre poco mencionados, del poder productivo, económico, comercial y empresarial norteamericano.

Por eso seguí en la búsqueda, y contacté en la isla, con un empresario europeo, próspero, con años de experiencia e importantes conexiones. Al preguntarle la razón por la cual disminuyó el volumen de las compras de Cuba a Estados Unidos, contestó: “Sí, es una resolución no escrita, como una orden verbal, que salió desde la autoritaria GAESA (Grupo de Administración Empresarial S.A) y es una práctica común entre los militares. Corren tiempos de hackeo y ciberespionaje, la mejor protección (para ellos) es la comunicación verbal. Aquí los negocios no se hacen en un ambiente empresarial; se negocia con tenientes, capitanes, coroneles y generales".

"Son las reglas de un país que estando en paz disfruta la guerra; y nosotros, los empresarios extranjeros, los que ganamos dinero, tenemos que dejar que nos utilicen, ya sea como peones para jugadas políticas o simplemente para realizar algún sucio trabajo de espía. Así son las reglas del juego, uno las toma o las deja”, apuntó.