Ballet Nacional de Cuba queda malparado en crítica del Washington Post

Alicia Alonso sigue al frente y viajando con el Ballet Nacional de Cuba pese a sus 97 años. (Archivo)

La prestigiosa compañía está de gira en Estados Unidos este mes, en que celebra el 70 aniversario de su fundación.

El Ballet Nacional de Cuba parece estancado en el pasado y sus bailarines cansados y abrumados por una producción rígidadamente basada en la historia y veneración a Alicia Alonso, dijo el diario The Washington Post sobre una reciente presentación en Estados Unidos.

La compañía se presentó el martes y miércoles en el Centro Kennedy con la puesta en escena de "Don Quijote", como parte del evento Artes de Cuba que ha reunido a decenas de artistas de la isla. Tienen previsto bailar "Giselle" desde este miércoles hasta el 3 de junio.

"¿El énfasis de su compañía está demasiado ubicado en el pasado?", cuestionó Sarah L. Kaufman, reconocida crítica de Danza y ganadora del Premio Pulitzer, quien aseguró que la velada "estaba llena de nostalgia".

Viengsay Valdés en el personaje de "Kitri".

​El artículo "A medida que Cuba entra en la era post Castro, su compañía de ballet parece estancada en el pasado", se refiere a Alicia Alonso, creadora de la institución ligada al gobierno comunista y que celebra su 70 aniversario en esta gira por Estados Unidos.

Pese a las duras críticas, Kaufman aclara que "no desea golpear a una compañía que ha superado innumerables desafíos, persistiendo en una nación bajo presiones políticas, económicas y humanitarias de extraordinaria magnitud".

La presentación del ballet cubano comenzó -dijo- con un homenaje a Alonso, quien pese a sus 97 años sigue dirigiendo y viajando con su compañía por el mundo.

La "cansada" Viengsay Valdés

Kaufman describe al ballet cubano de "limitado" por una producción rígida, coreografías carentes de espontaneidad, trajes cargados de volantes y lazos y escenografías anticuadas.

Estas y otras son las razones que han llevado a decenas de sus bailarines a desertar en giras internacionales desde la década de 1990.

Se quejan también de los bajos salarios, de las malas condiciones de trabajo, de sentirse estancados como artistas y apresados por una institución que se resiste a actualizar su repertorio y ve un pecado en hacer coincidir lo clásico con lo contemporáneo en la escena.

Estas deserciones han drenado a la compañía, que a menudo ha debido completarse con estudiantes y bailarines poco experimentados y de menor calidad artística.

Un reflejo de esto podría ser la causa de la evaluación que ha hecho Kaufman de la actual y veterana estrella del ballet cubano.

"La principal bailarina Viengsay Valdés, desde su primera entrada, se mostró muy cansada.Tal vez ella está sufriendo fatiga en la gira o una lesión", expresó la crítica de la bailarina de 41 años.

Según la crítica, Valdés aún puede mantener el equilibrio pero son sus "saltos bastante poco poderosos (...) se sienten como acrobacias (...) su cuerpo es rígido".

The Washington Post tuvo elogios para los jóvenes bailarines del Ballet Nacional de Cuba.

En desempeño de los hombres, sin embargo, recibió el halago de Kaufman: "Los hombres se llevaron la atención".

"Dani Hernández era todo lo que uno quería en el joven amante 'Basilio'. Alto, de piernas largas, con pies bellamente formados, saltó al escenario con energía fresca, navegó por el aire con ligereza, facilidad no forzada y parecía feliz de estar allí, lo que hizo toda la diferencia", explicó.

"Estos bailarines más jóvenes, sin embargo, parecían abrumados por una cierta pesadez de la producción general", opinó Kaufman.

Entre lo viejo y lo enigmático

El diario Chicago Tribune dedicó una nota a la reciente presentación del ballet en Estados Unidos, en el que también hay una referencia a la resistencia al cambio y sus consecuencias.

"El BNC es conocido por entrenar bailarines fenomenales, muchos de los cuales han salido de Cuba para unirse a compañías de danza estadounidenses y europeas", señaló la nota firmada por Lauren Warnecke.

El artículo se refiere a "la dedicación" de Alonso para "mantener las tradiciones soviéticas del ballet clásico", en un intento por justificar las razones por las que se considere la compañía cubana "como un enigma en el escenario internacional de la danza".

(Reseña de artículo de The Washington Post, Chicago Tribune y Redes Sociales)