Cayó un campeón de Cuba: Ángel Espinosa pierde el último round de su vida

Ángel Espinosa Capó, cubano campeón mundial de boxeo en Reno, Nevada, 1986.

El cubano Ángel Espinosa Capó fue encontrado muerto en la mañana del miércoles en Hialeah Gardens, Miami, donde preparaba a boxeadores de nuevas generaciones.

No vivió una historia de éxito hasta el final de su vida aunque siguió tirándole golpes a sus fantasmas. El campeón mundial de boxeo, el cubano Ángel Espinosa Capó fue encontrado muerto en su gimnasio de Hialeah Gardens en la mañana del miércoles 12 de abril.

Con 50 años de edad, Espinosa había llegado a Miami procedente de México en 2010 y se ganaba la vida entrenando niños y jóvenes que se iniciaban en el deporte de las doce cuerdas.

Espinosa fue un boxeador atípico, “un derecho que se viró a la zurda”, la mano a la que tanto le temieron sus rivales en la década de 1980.

El preparador principal de la escuadra de cubana de boxeo por muchos años, el mítico Alcides Sagarra, escribió: "Espinosa representa el ejemplo clásico que concilia todas las corrientes boxísticas dentro de la escuela cubana de boxeo. A este temible derecho virado a la zurda se le puede ver enfrascado en un combate estilista frente a un púgil como Henry Maske o combatiendo en una pelea cuerpo a cuerpo con Armando Martínez. Sus planteamientos tácticos son variados; para él la técnica es un medio de lucha al que no siempre recurre, es difícil determinar en qué mano carga más dinamita, si en su poderosa jabb o en su pesada mano zurda...las cualidades singulares de Espinosa le facilitan éxitos frente a rivales muy difíciles. En buena forma deportiva, el holguinero no pierde con ningún boxeador del mundo".

Nacido en Holguín en 1966, el entonces fornido muchacho ascendió en poco tiempo desde finales de 1982 a nivel juvenil para, al año siguiente, convertirse en flamante campeón de la categoría en un Campeonato Mundial, celebrado en República Dominicana.

A esa primera gran victoria le siguieron el oro en el Campeonato Mundial de mayores en Reno, 1986, plata en Moscú 1989 y una presea de igual color en los Juegos Olímpicos de Barcelona 1992.

La primera gran frustración del holguinero vino cuando fue cuando las autoridades cubanas decidieron unirse al boicot en favor de la no participación de la entonces Unión Soviética en los JJOO Los Ángeles 84; cuatro años más tarde, los tletas cubanos tampoco pudieron participar de la gloria olímpica y no asisiteron a las Olimpiadas de Seúl ’88, en solidaridad con el régimen de Corea del Norte.

Espinosa declaró tiempo después que por “ser el mejor hombre libra por libra del mundo” se sentía listo para arrasar en aquellas justas, y que luego de aquellas ausencias “nada fue igual para él”.

Inmediatamente a saberse la noticia, Mario Iribarren, un estilista que destacó a finales de los ’80 recordó: “Nos conocimos cuando yo entré al equipo nacional con 17 años en el año 1988. Siempre bonchábamos, nos veíamos en la sauna: yo sentado y él haciendo planchas, constantemente, por más de media hora, con ese cuerpo de 71kg que metía miedo”.