El ministro español de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo, aseguró hoy no tener constancia de que el vehículo que conducía el dirigente de las juventudes del Partido Popular, Ángel Carromero, y que sufrió un accidente en Cuba en el que murió el disidente Osvaldo Payá, fuera embestido por otro automóvil.
Margallo se refirió así a la entrevista con Carromero que publica "The Washington Post" y en la que el joven afirma que un coche con distintivo del Gobierno cubano les embistió y provocó el accidente en que falleció Payá y el también disidente Harold Cepero.
El titular de Exteriores señaló que la única constancia que tiene de lo que ocurrió fueron los telegramas que recibió de la embajada española en Cuba y el memorándum de entendimiento que firmó el cónsul con las autoridades de La Habana.
Un documento que, recordó, se firmó con consentimiento del propio Carromero y en el que ha recalcado que no se hacían constar las circunstancias que ahora relata en esa entrevista.
Ángel Carromero fue juzgado en Cuba por este accidente y condenado a cuatro años de prisión por homicidio imprudente.
El dirigente del PP regresó a España el pasado 28 de diciembre, donde se le ha concedido el tercer grado, un régimen penitenciario que le permite trabajar y acudir solo de lunes a jueves a un Centro de Inserción Social de Madrid para dormir.
Margallo se refirió así a la entrevista con Carromero que publica "The Washington Post" y en la que el joven afirma que un coche con distintivo del Gobierno cubano les embistió y provocó el accidente en que falleció Payá y el también disidente Harold Cepero.
El titular de Exteriores señaló que la única constancia que tiene de lo que ocurrió fueron los telegramas que recibió de la embajada española en Cuba y el memorándum de entendimiento que firmó el cónsul con las autoridades de La Habana.
Un documento que, recordó, se firmó con consentimiento del propio Carromero y en el que ha recalcado que no se hacían constar las circunstancias que ahora relata en esa entrevista.
Ángel Carromero fue juzgado en Cuba por este accidente y condenado a cuatro años de prisión por homicidio imprudente.
El dirigente del PP regresó a España el pasado 28 de diciembre, donde se le ha concedido el tercer grado, un régimen penitenciario que le permite trabajar y acudir solo de lunes a jueves a un Centro de Inserción Social de Madrid para dormir.
