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Continúan enfermos sin medicinas mientras régimen se ocupa de reprimir a la población


Hospital Faustino Pérez, de Matanzas. (Archivo/Captura de imagen/TV Yumurí)
Hospital Faustino Pérez, de Matanzas. (Archivo/Captura de imagen/TV Yumurí)

Mientras el régimen se ocupa de perseguir, casa por casa, a los participantes de las protestas del 11 de julio, la cifra de infectados de COVID-19 continúa ascendiendo y las necesidades de alimentos y medicinas de la población siguen sin resolverse.

Miles de enfermos mentales están a la deriva viviendo episodios psicóticos porque el sistema de Salud Pública carece de la mayoría de los fármacos para tratar esas dolencias.

“Realmente hay serias dificultades con los medicamentos. En mi especialidad que es la psiquiatría, apenas se encuentran y es muy difícil sustituirlos, no es como un antibiótico que si el germen es sensible lo puede sustituir por otro al cual ese germen sea sensible", dijo a Radio Televisión Martí, el doctor bayamés Sergio Pérez, especialista en Suicidología.

"Pero en el caso de los medicamentos en psiquiatría, tú no puedes sustituir un antidepresivo por un neuroléptico o un ansiolítico porque el efecto es nulo. Es decir si la persona necesita un antidepresivo, requiere un antidepresivo, cualquiera sea el que haya. En la mayoría de las ocasiones no se encuentra”, indicó Pérez.

Continúan enfermos sin medicinas mientras régimen se ocupa de reprimir a la población
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“La gente está sustituyéndolos por la medicina tradicional, medicina verde, lo cual en psiquiatría no surte efecto, desde luego. Entonces el sufrimiento se prolonga y la evolución de la enfermedad es mucho peor”, explicó.

Las instituciones mentales se ven obligadas a rechazar a pacientes porque ya no pueden tratarlos. Los que todavía reciben atención médica están recluidos en centros donde apenas pueden alimentarlos.

“Por ejemplo", dijo el galeno, "yo envié antes de jubilarme a dos personas para ingresar por su elevado riesgo de suicidio y como no había cama, los enviaron para la casa y los dos se suicidaron”.

En Cuba, muchos pacientes mentales viven con sus familiares o deambulan sin hogar por las calles.

Los familiares de los enfermos velan por ellos y sus vidas transcurren en la búsqueda desesperada de las medicinas que cada vez son más escasas, mientras se encomiendan a Dios para que no se hagan daño ni perjudiquen a otros.

“Hay un inconveniente enorme con relación a las depresiones, que no son suicidas, pero que si no son tratadas adecuadamente pueden convertirse en depresiones suicidas. Y además las personas con enfermedades mentales graves y que padecen notables alteraciones del comportamiento cuando no tienen tratamiento esos comportamientos se hacen muy frecuentes con todo lo trágico que pudiera ser una persona agresiva, sin contención química, decir sin medicamentos sin posibilidades de ser ingresado”, apuntó el experto.

La activista Midaisy Marrero Gil, residente en Aguada de Pasajeros, Cienfuegos, quien perdió a un hermano que era esquizofrénico, dijo recientemente a nuestra redacción:

“No teníamos con qué controlar sus crisis. Cada vez que lo llevábamos al médico le ponían una inyección diferente. Hasta que cayó en una enfermedad llamada ‘síndrome neuroléptico maligno’ debido a la variedad de antipsicóticos. Lo saqué caminando de mi casa y lo traje muerto 8 días después, en una caja porque tampoco había, en el hospital, antibióticos para atenderlo en una sala de cuidados intensivos”.

El “síndrome neuroléptico maligno” es un síndrome neuropsiquiátrico asociado al consumo de drogas psicotrópicas, caracterizado por hipertermia, rigidez muscular, disfunción autonómica y alteración de la conciencia.

El gobierno cubano atribuye la falta de medicamentos al embargo de Estados Unidos y rechaza los ofrecimientos de ayuda sanitaria internacional.

“En Cuba es muy difícil ser paciente, pero más difícil aún se hace ser un médico responsable”, recalcó el doctor Pérez.

Hace pocas semanas, en el reparto Víbora Park de Arroyo Naranjo, un hombre se suicidó lanzándose desde un edificio tras apuñalar a varios vecinos y prender fuego a su apartamento.

Algunos testigos aseguraron en las redes que tenía problemas mentales, aunque hasta el momento las autoridades no han revelado información sobre los motivos de la agresión-suicidio.

Según cifras oficiales, 170 mil cubanos padecen demencia en la actualidad. Se calcula que para el 2030 la cifra de personas con esa enfermedad podría alcanzar los 260 mil, informó el portal estatal Infomed.

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    Yolanda Huerga

    Yolanda Huerga nació en Bayamo, Granma, Cuba. Se graduó en Filología y Lingüística en la Universidad de Oriente en 1989. Durante casi 20 años trabajó en el sistema de bibliotecas públicas de la isla. En 2003, fundó junto a otras mujeres el movimiento Damas de Blanco, organización que recibió en 2005 el Premio a la Libertad de Conciencia Andrei Sakharov del Parlamento Europeo. En 2005 viajó a Estados Unidos junto su hijo y su esposo, el poeta y periodista Manuel Vázquez Portal, condenado a 18 años durante la Primavera Negra de Cuba. Desde 2008 trabaja en Miami, en la Oficina de Transmisiones a Cuba, como periodista de Radio Martí. Recibió en 2021 el Premio Burke a la Excelencia Periodística que otorga la Agencia de Estados Unidos para Medios Globales.

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