Rusia, la nueva Meca del mercado negro cubano

Cubanos cargados de equipaje en el aeropuerto (jnusa2001.wordpress.com)

El país euroasiático está en la mira de las ‘mulas’

LA HABANA, Cuba.- Yunior Rodríguez descubrió los placeres de vivir como un explorador. Ahora realiza el recorrido La Habana-Moscú entre tres y cuatro veces al año por medio de Aeroflot Russian Airlines, o por Air France con escala de cuatro horas en Ámsterdam. Incluso viaja a Guyana, y planea llegar a Panamá antes de que termine este año.

Es otra gota de agua en la ola de viajeros e inmigrantes cubanos que buscan alternativas de mejoría económica fuera de su propio país. Después de cerradas las puertas de Ecuador, las opciones de los cubanos enrumbaron por vías más extensas y caras.

“Escogí Rusia porque me pareció lo más barato. Siento curiosidad por lo ruso. Son demasiadas historias que nos contaron y que no viví, y se ha convertido en un enlace viable y sin visado hacia otro mundo”, comenta mientras arranca una hoja de una libreta escolar y saca un lapicero del bolsillo del pantalón.

Empieza a dibujar números y a sacar cuentas. A la par explica que para el recorrido de 9550 kilómetros “el pasaje oscila entre los 650 y los 1300 CUC, en las oficinas de las aerolíneas del Miramar Trade Center. En mi primer viaje del año puedo traer hasta 125 kilogramos de mercancía, y por Air France puedo traer 30 kilogramos más de equipaje de mano”.

Al llegar al Aeropuerto Internacional Sheremetyevo siempre le recibe Marcelo, un guía que lo aloja en un cuarto de su casa donde hay cuatro literas y dos colchones. Cuenta que “al principio le pagaba 100 dólares americanos diarios (6371,64 rublos) por el alojamiento, la comida, los taxis y para que me sirviera de guía en los mercados; ahora lo hago todo solo”.

Para cumplir con sus travesías cesó sus vínculos laborales con el Estado cubano. “Al menos por ahora”, subraya. Desembolsa cerca de 2 mil USD solo en viaje y gasta otros 2 mil a 3 mil en compras. Ya en Cuba, tiene solo dos meses para vender por cantidad o a plazos todo lo que trae para poder irse otra vez. “Las ganancias me hacen mantener a mi familia, sostener la universidad de mi hermano y además apoyar a mi madre”, comenta. Aunque vive solo con su mujer e hijo, respalda a ambas familias, la suya y la de su mujer y detalla que “no pueden vivir holgadamente, pero comen y no andan con huecos en los zapatos”.

Comentó que hubo algunos de sus acompañantes que se quedaron en Moscú, objetivo final Estados Unidos. “Al principio pensé que estaban locos, luego me explicaron que viajarían en ferrocarril transiberiano desde la localidad de Novosibirsk, más allá de los Urales, hasta alcanzar presumiblemente Uelen o Kadykchan, que son puntos lo más al norte posibles”. El viaje es de alrededor de 5 mil kilómetros hasta las inmediaciones del Círculo Polar Ártico para cruzar el estrecho de Bering hasta Alaska y luego acogerse a la Ley de Ajuste cubano. “La vuelta les sale como en 10 000 a 12 000 CUC por persona”, refiere.

El salto final, describe Yunior que puede ser en avioneta o en botes de pesca o barcos balleneros. Ya en Alaska siguen viaje en trineo hasta el primer punto habitable de la península y luego siguen hasta Anchorage y de ahí vuelan a Seattle, en el estado de Washington.

Hasta la fecha, Islas Cook, Niue, Tuvalu o Guyana son otros países libres de visado para los viajeros cubanos.

“Hasta Guyana llegué porque es más cerca y los pasajes están entre 630 y 690 dólares, las ropas tiene casi el mismo precio que en Rusia, pero los electrodomésticos son más caros que en Cuba. Allí los cubanos han hecho colonia, y los hay hasta dueños de tiendas. Te puedes encontrar con facilidad una cubana de tendera, o vendedora”, refiere sobre su más reciente experiencia.

Añade que tiene un amigo que ha sido titulado viajero frecuente. “Él me vende las cortesías que recibe, y cuando llego al aeropuerto me cargo con la comida de la semana, que en el salón VIP es gratis y así no tengo que gastar dinero en dieta. Viajar a Guyana se ha convertido en más económico, con esas facilidades, pero mi objetivo es Panamá”.

Sobre Panamá comenta que allá es donde está el negocio del boom en Cuba: las motos, los electrodomésticos y las piezas de carro.

“A nosotros, los viajeros, los cubanos nos pagan por la calidad de lo que traemos, y porque completamos sus necesidades con facilidades de pago, porque tenemos los mismos precios que en las tiendas del país, pero a nosotros nos pueden pagar a plazos”, concluye.

(Publicado originalmente en CubaNet)