Millonario chileno experto en huelgas mineras se entrenó en Cuba

Por la negociación en la mina de cobre más grande del mundo, Marco Rodrigo López Pérez cobró $240 millones.

Marco Rodrigo López Pérez recibió cursos de formación en la Universidad de La Habana, Cuba, un país que no reconoce ni el libre sindicalismo ni el derecho a huelga.

A sus 49 años, Marco Rodrigo López Pérez, abogado de la Universidad de Chile que asesoró a Spence en sus negociaciones colectivas de 2006 y 2009, al sindicato de Escondida en 2003 y a otras 20 organizaciones de trabajadores en país andino, es un veterano de las huelgas mineras que se preparó con cursos de formación sindical nada menos que en la Universidad de La Habana, la capital de un país que no reconoce ni el libre sindicalismo ni el derecho a huelga.

López se autodefine como asesor estratégico y trabaja con otras 10 personas. Entre ellas, otros tres abogados, dos ingenieros comerciales, dos periodistas, y un experto en salud, este último exgerente de Minera Escondida.

Por la negociación en la mina de cobre más grande del mundo cobró $240 millones, en una labor que partió en julio de 2016, aunque la preparación data de antes, según informa este lunes el diario El Mercurio.

Fue López Pérez quien negoció el préstamo para los trabajadores en huelga con la cooperativa Lautaro Rozas. El abogado preparó el ambiente para esta huelga con cursos de formación sindical en Cuba.

El año pasado, a fines de abril, acompañó a la isla de régimen comunista a varios de los actuales dirigentes, en el marco de un curso hecho en la Universidad de La Habana.

En la isla de partido único se han realizado varios encuentros con otros dirigentes mineros de México, Brasil y Perú, principalmente organizados por la Asociación de Abogados Laboralistas de América Latina.

El mismo López Pérez calcula que el 60% o 70% de los dirigentes mineros han ido a alguna formación sindical a la isla, que actúa como facilitadora del movimiento de trabajadores, pese a no permitir sindicatos independientes, y donde los obreros cobran salarios de hambre en moneda nacional a pesar de que los productos se adquieren mayormente en dólares.

(Con información de El Mercurio)