Cuba obtiene ingresos millonarios por venta de plasma sanguíneo

Cuba, donante de sangre

Los datos oficiales señalan que la mayor parte de los ingresos de Cuba se derivan de los trabajadores temporales en el extranjero, pero estas estadísticas no reflejan otros ingresos procedentes de la explotación humana, asegura María Werlau, la directiva de Archivo Cuba.

En un solo año el Estado cubano logró más de 34,5 millones de dólares con la venta de plasma sanguíneo en el exterior, según ha denunciado la organización no gubernamental Archivo Cuba.

La venta de plasma sanguíneo es uno de los más preocupantes "negocios turbios que el Gobierno cubano no declara sistemáticamente, porque lo viene haciendo hace años sin decir a los donantes adónde va a parar su sangre", señala en una entrevista con Efe la directora ejecutiva de Archivo Cuba, María Werlau.

Esta organización,con sede en Puerto Rico, tiene como misión principal documentar casos de muertes ocasionadas por el Estado cubano a lo largo de su historia, desde el dictador Fulgencio Batista hasta la actualidad, pero desde hace un tiempo se ha dedicado también al tema de la "esclavitud moderna".

Por ese motivo, Archivo Cuba, junto a Human Rights Foundation, hizo llegar un informe a la relatora especial de Naciones Unidas sobre la Trata de Personas, María Grazia Giammarinaro, quien recientemente hizo una visita de trabajo a Cuba.

En ese informe, que no ha tenido respuesta de Giammarinaro -"solo se reunió con entes oficiales", asegura la ONG-, se le contaban "los múltiples dispositivos estatales de tráfico humano a gran escala que mantiene el gobierno de Cuba", según señaló a Efe Werlau, estadounidense de origen cubano.

"Los datos oficiales publicados por Cuba señalan que la mayor parte de los ingresos estatales se deriva de los trabajadores temporales que el país envía al extranjero, pero estas estadísticas no reflejan otros ingresos procedentes de la explotación" humana, aseveró la directiva de Archivo Cuba.

Werlau menciona como ejemplos "el trabajo de los presos, los donantes de sangre o partes del cuerpo -órganos o glándulas- para un negocio que gestiona el Estado; los estudiantes que realizan trabajos agrícolas obligatorios y las considerables remesas que envían los emigrantes forzosos".

Con respecto al comercio internacional de productos sanguíneos y órganos, "la nomenclatura comercial es 'Extractos de glándulas y órganos'", explicó.

"Cuba nunca ha reportado estas exportaciones, pero, como casi todos los demás países sí reportan sus importaciones, estas cifras se pueden obtener de las estadísticas de comercio de los países receptores", agrega.

Werlau menciona específicamente una plataforma (atlas.media.mit.edu/) vinculada al prestigioso Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) que "hace muy asequible las estadísticas de comercio de Cuba" y está actualizada hasta el año 2015.

En 2014, según datos provenientes de dicha plataforma, el gobierno cubano obtuvo ingresos brutos por valor de 34.503.135 millones de dólares por la venta de plasma sanguíneo.

La donación de sangre es fomentada por las autoridades en Cuba, como recuerda el matemático cubano Luis Madiedo, hoy programador de sistemas escolares en Miami.

Por altruismo, Madiedo fue donante de sangre en su país durante 23 años, pero, según dijo a Efe, no tiene conocimiento de que su sangre, del grupo AB negativo, uno de los menos comunes, haya sido vendida.

"Al principio me buscaban en carro (automóvil) y me regresaban a casa", pero en el "Periodo especial", la crisis económica de los años 90 en Cuba, "eso se acabó" y "tenía que ir en bicicleta, lo cual no es recomendable", recordó Madiedo.

"Luego me daban una tarjeta para entregarla en mi CDR (Comités de Defensa de la Revolución de todos los barrios cubanos) para dejar
constancia de que yo era un donante voluntario", relató.

Archivo Cuba no ha recogido en sus informes testimonios de donantes de sangre, pero sí ha recopilado entrevistas con trabajadores cubanos que denuncian "explotación moderna", la mayoría de ellos médicos desertores de misiones en varios países.

Según Werlau, la exportación de médicos con contratos leoninos es un negocio jugoso para el gobierno de la isla, ya que el Estado se queda con más de la mitad de los salarios.

Sin embargo, Giammarinaro "descartó las preocupaciones relativas a las misiones médicas internacionales de Cuba, al aceptar la explicación del gobierno (cubano) de que se trata de iniciativas 'voluntarias'", señala Werlau.

"Incluso declaró que las misiones eran 'un buen ejemplo a seguir'", según un boletín que acaba de publicar Archivo Cuba. Como respuesta a esa opinión de la relatora de la ONU, Archivo Cuba documenta el caso de Juan Alexander Morales, quien trabajó 17 años para la naviera griega Nordstrand Maritime mediante un contrato a través de la agencia estatal cubana Selecmar, que retuvo el 80 % de su salario, incluyendo un 12,5 % para Seguridad Social.

Ahora Morales sufre una enfermedad derivada de su trabajo y el Estado cubano le niega una compensación. Le paga una jubilación de 270 pesos, equivalente a 8 dólares mensuales, dice la organización.