Campesinos reclaman libertad económica: "El Estado no puede seguir siendo un parásito de las remesas"

Miembros de la Liga de Campesinos Independientes discuten la misiva en la que exigen libertad económica al régimen cubano.

Campesinos independientes y la Federación de Mujeres Rurales en Cuba (FLAMUR) demandaron al régimen, en una carta abierta, la liberalización de las fuerzas productivas en medio de las duras medidas económicas dentro del llamado “ordenamiento”, que, aseguran, traerá más miseria y a los cubanos.

"La solución no es calumniar, acosar y reprimir a los que crean productos, servicios y puestos de trabajo, sino liberar las fuerzas productivas de una vez. El Estado no puede seguir siendo un parásito de las remesas de nuestros familiares y explotador monopolista de los cubanos. Se ha llegado al límite", afirma la carta.

Desde Los Palacios, en Pinar del Río, Esteban Ajete, líder de la Liga de Campesinos Independientes, dijo a Radio Televisión Martí que la carta fue discutida y firmada por agricultores en siete provincias del país.

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“Está terminando el año y no hay ningún tipo de motivación, aquí lo único que hay en estos momentos es necesidad y escasez, y para el año próximo será aún más difícil la situación debido a los cambios, que traerán más desempleo. Van a traer hambre y más miseria de la que actualmente tenemos. Por eso estamos dando otra vez una alerta, para que el gobierno nos tenga en cuenta”, señaló Ajete.

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Campesinos envían "una alerta" al gobierno, para que los "tenga en cuenta”

También en la capital pinareña, Lisandra Orraca, que dirige la FLAMUR en la isla, nos dijo que el documento exige al gobierno que respete y permita la libertad económica de los productores independientes.

“Me refiero a libertad de exportación, tener nuestras propias tierras, sembrar lo que nosotros decidamos y ponerle el precio al producto que decida el propio productor. También se habla en el documento de las nuevas medidas de ordenamiento, que provocarán una enorme inflación y van a empeorar aún más la situación del pueblo cubano”, concluyó Orraca.

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En Bayamo, provincia de Granma, el agricultor Emiliano González dijo que recibió, estudió y aprobó la misiva.

“En primer lugar lo veo muy bueno y muy actual. Hay una gran realidad, que es la negativa del Estado a permitir la empresa privada. Aferrado al control, lo que hace es que el pueblo pase más necesidades y más hambre", dijo el campesino.

La carta advierte que solo hay dos opciones: "o se abre espacio a la prosperidad general, o el propio gobierno empujará con la represión y el hambre a una situación explosiva irreversible".

Leydis Tabares, que por mucho tiempo ha laborado con las mujeres rurales en su natal Camagüey, al centro de la isla, señaló que son los hombres y mujeres del campo quienes pueden ayudar al mejoramiento de la alimentación de los cubanos.

“En estos momentos los campesinos no pueden producir lo que ellos quieren, ni tienen las mínimas condiciones para tener éxito, por eso están pidiendo las mujeres de la FLAMUR que se les permita libre acceso a todo“, destacó Tabares.

A continuación, el texto íntegro de la carta:

CAMPESINOS INDEPENDIENTES, EMPRENDEDORES PRIVADOS Y CONSUMIDORES EXIGIMOS INMEDIATA LIBERTAD ECONÓMICA PARA CONTENER LA HAMBRUNA, POBREZA Y EL DESEMPLEO MASIVO

Después de consultar a representantes de los sectores de emprendedores privados urbanos y consumidores en distintas provincias del país, los campesinos independientes emplazamos una vez más al gobierno a rectificar el rumbo antes de que sea demasiado tarde.

Las nuevas medidas anunciadas por el Estado bajo el llamado “ordenamiento económico” traerán de inmediato una devaluación del poder adquisitivo de la población, un agudo proceso inflacionario, desempleo masivo ocasionado por el cierre de unidades de producción estatales a las que se le retirarán los subsidios, desabastecimiento de productos alimenticios básicos y con todo ello el hundimiento masivo en la miseria de decenas de miles de pensionados y otros sectores vulnerables.

En ese contexto es una irresponsable bajeza asesinar la reputación de los campesinos y cuentapropistas presentándonos como unos egoístas cuando nos veamos obligados a subir los precios por la inflación que ha desatado el propio Estado. Esos funcionarios y periodistas están incurriendo en delito de difamación.

Los que tienen que bajar los precios de sus tiendas en dólares son los funcionarios que imponen precios de 200, 300 y 400% por encima de su costo de importación, se niegan a vender en tiendas mayoristas al sector privado y suben la electricidad hasta cinco veces su precio actual. ¿Quiénes son los verdaderos parásitos aquí?

El gobierno tiene que detener su insensata guerra económica contra los productores agrícolas y emprendedores privados. La solución no es calumniar, acosar y reprimir a los que crean productos, servicios y puestos de trabajo, sino liberar las fuerzas productivas de una vez. El Estado no puede seguir siendo un parásito de las remesas de nuestros familiares y explotador monopolista de los cubanos. Se ha llegado al límite.

Demandamos libertad económica. Esa es la única vía racional para salir de esta crisis, contener la hambruna, evitar la expansión de la pobreza y fomentar de manera rápida empleo en gran escala.

Por libertad económica entendemos libertad para registrar la propiedad legal de nuestras tierras y negocios, así como para producir, fijar precios, comercializar, exportar, importar y atraer inversiones, sin intermediarios estatales y sin fijar límites a las áreas económicas de nuestra gestión ni al crecimiento de nuestros emprendimientos.

Esta crisis es ante todo el resultado de un modelo estatista fracasado. Está todavía en nuestras manos contener y revertir la hambruna y pobreza que ya se extienden por toda Cuba.

Dejen a un lado la arrogancia y abuso de poder. Las opciones son claras: o se abre espacio a la prosperidad general o el propio gobierno empujará con la represión y el hambre a una situación explosiva irreversible.

Todavía podemos transformar esta crisis en el país mejor que todos merecemos. La nación cubana –no solo nosotros- exige del gobierno una decisión urgente y sabia en este asunto.

Los guajiros hablamos claro.