El gobernante Nicolás Maduro acusó el miércoles al expresidente de Colombia Álvaro Uribe y al embajador de esa nación en Estados Unidos, Francisco Santos, de tramar un plan para asesinarlo.
En otras oportunidades Maduro ha acusado a las autoridades colombianas de conspirar para acabar con su vida, pero esta vez afirmó saber que en la casa del exmandatario supuestamente se ha discutido un ataque contra él y otros dirigentes.
De inmediato, la acusación fue descartada por las autoridades en Bogotá. El canciller Carlos Holmes rechazó por "delirantes y calumniosas" las acusaciones de Maduro.
"Tienen como fin distraer la atención de la grave crisis en la que tiene a Venezuela", escribió el funcionario en su cuenta de Twitter.
En julio, Maduro pidió a las Fuerzas Armadas de Colombia desobedecer "órdenes" de supuestos "planes de agresión militar" contra Venezuela, en otra señal del deterioro de las relaciones entre los países sudamericanos.
Nicolás Maduro suele llamar al presidente de Colombia, Iván Duque, "lacayo" de Estados Unidos, y el año pasado denunció que drones que explotaron en una parada militar que presidía habían entrado al país desde Colombia. También dijo que Chile y México estaban involucrados. Son acusaciones que han sido presentadas sin evidencias.