Desde el 1 de agosto, la División para las Américas de Human Rights Watch (HRW) tiene como directora a Juanita Goebertus Estrada, abogada y politóloga nacida en Bogotá, Colombia, el 20 de diciembre de 1983, y que cuenta con una extensa y reconocida trayectoria como defensora de los derechos humanos en el continente.
“La situación de los derechos humanos en las Américas se ha deteriorado rápidamente con la llegada al poder de líderes autoritarios y populistas en muchos países. Las instituciones estatales independientes y la libertad de prensa son sujeto de crecientes amenazas, por lo que la sociedad civil juega un papel clave en la defensa del estado de Derecho y la lucha por la protección de los derechos humanos. No puedo pensar en un mejor lugar desde el cual contribuir a esta lucha que Human Rights Watch”, fueron las palabras de Goebertus Estrada en la toma de posesión del cargo.
Por su parte, Sari Bashi, directora de programas de HRW, expresó:
“Estamos encantados de que Juanita Goebertus, una líder dinámica y exitosa, dirija nuestro trabajo en las Américas, “Estamos orgullosos del trabajo de nuestra división de las Américas y Juanita está perfectamente posicionada no solo para llevar ese trabajo hacia adelante, sino también para llevarlo al siguiente nivel”.
Entre las labores anteriormente desempeñadas por Goebertus se cuentan su intervención en las negociaciones que lograron el “acuerdo de paz” entre el gobierno de Colombia y las guerrillas de las FARC; trabajó como subdirectora del Instituto Internacional para las Transiciones Integradas (IFIT) y ocupó un asiento en el Congreso de Colombia durante cuatro años.
En una encuesta nacional realizada en su país, Goebertus fue seleccionada durante tres años el miembro de la institución parlamentaria “con mejor desempeño”.
En su cuenta de Twitter, la nueva directora de la división las Américas en HRW expresó estar consciente de la gran responsabilidad adquirida con el cargo y también la satisfacción de "unirme a un talentoso equipo".
Goebertus sustituye en el cargo al abogado chileno José Miguel Vivanco, quien lo ocupara desde 1994, y desempeñara una excelente labor en la defensa de la libertad de expresión, de manifestación y el derecho de todos los latinoamericanos, incluidos los cubanos, de participar libremente en la vida política de su país.
En el caso de Cuba, cuyo régimen oprime a sus ciudadanos desde hace más de seis décadas, Vivanco denunció en reiteradas ocasiones las violaciones cometidas por la dictadura contra opositores, activistas y miembros de la sociedad civil en la isla caribeña.
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