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Historias de las Ligas Negras de EE UU (IX)


Buck_O'Neil
Buck_O'Neil

Hoy vamos a hablar de John Jordan O’Neil, conocido como Buck O’Neil. El mejor embajador que tuvo el Béisbol de las Ligas Negras.

Este es el noveno y último artículo sobre las historias de las Ligas Negras y se lo vamos a dedicar a Buck O'Neil quien fuera una de las principales personas que logró que la historia de las Ligas Negras no desapareciera en el olvido.

En el otoño del año 2006, a la edad de 94 años, murió en su querida gran ciudad de Kansas City, Buck O'Neil, sin duda el mejor embajador que tuvo la pelota representando la tristeza, la alegría y la excelencia del pasatiempo jugado dentro de las Ligas Negras.

Y digo que Kansas City era la querida gran ciudad de Buck O'Neil porque ahí llegó O'Neil, procedente del Sur rural de Estados Unidos, en una época en la que ser negro y ser del sur no era nada cómodo en la sociedad americana.

Pero, si mucho quería Buck O'Neil a Kansas City, más quería Kansas City a Buck O'Neil ya que él era un símbolo en esa comunidad y el cerebro, motor y fisonomía de la que fue, quizás, su mayor obra, el Museo de las Ligas Negras en Kansas City, Missouri, del cual era O'Neil presidente de su Junta de Directores.

Vamos a recorrer un poco la estela biográfica de Buck O'Neil, su paso por el béisbol negro, su interacción con la pelota cubana y alguno de sus jugadores y, algunas veces vamos a dejar que el propio Buck, sacando citas de entrevistas y de su autobiografía, nos cuente cómo fue aquello, nos hable del béisbol negro, tan entrelazado con el cubano y nos deje ver los hechos, sin tener que pasarlos por el tamiz de los escribidores contemporáneos, sin clichés y sin slogans demagógicos.

John Jordan O'Neil nació en el estado de Florida en 1911. Nació en la pequeña comunidad de Carabelle, al norte del estado, en el área conocida como el pan handle o el mango de la sartén de la península de la Florida.

Carabelle está en la costa del Golfo de Méjico y, aunque políticamente pertenece a Florida, geográficamente está ligada a Alabama y eso quería decir, en 1911, sur profundo, ignorancia y discriminación. Eso, con perdón de los ilustrados habitantes contemporáneos de ese bello estado.

El padre de Buck, John O'Neil, trabajaba en un aserradero y jugaba pelota para el equipo de su compañía. Teniendo 12 años, los O'Neils se mudaron para Sarasota, al oeste del estado y es en esa época que el pequeño John comienza a jugar pelota.

En Sarasota pudo ver los campos de entrenamiento de las Grandes Ligas y se maravilló con Babe Ruth y Walter Johnson y admiró a los managers John McGraw y Connie Mack pero decidió ser un pelotero profesional cuando pudo ver a jugadores profesionales de su propia raza jugando en la vecina West Palm Beach.

Buck O'Neil.
Buck O'Neil.

Pero, viviendo en Sarasota, no pudo asistir a la recién construida escuela de bachillerato Sarasota Hight School porque era un plantel solo para blancos. Luego, O'Neil estuvo estudiando en el Edward Waters College de Jacksonville y jugó para esa universidad.

El apodo de Buck se lo endosaron en Miami, cuando jugaba para un equipo semiprofesional con el nombre de Miami Giants o Gigantes de Miami. El dueño del equipo se llamaba precisamente Buck O'Neil y, al tener el mismo apellido que él, sus compañeros le pegaron el Buck. O'Neil, el pelotero, no el empresario, jugó brevemente con el equipo Zulú Canibals Giants, uno de aquellas cuadrillas medio cirqueras de jugadores negros, que adquirían esos nombres ridículos para atraer público.

En 1937, también O'Neil jugó con los Memphis Red Sox de la Western Color League que se habían integrado ese año a las Ligas Negras organizadas después de haber jugado pelota independiente.

En ese equipo, las Medias Rojas de Memphis, jugarían y se destacarían, más tarde, varios jugadores cubanos como José Colás, Orlando Varona y Pedro Formental. Los 3, formaron parte de los Juegos de las Estrellas entre los equipos de las Ligas Negras del Este y del Oeste. Colás sería también, en el futuro, manager de ese equipo.

Como hemos reseñado en el pasado, en estos artículos, un elemento fundamental en la creación de los Juegos de Estrellas de las Ligas Negras, entre el este y el oeste, fue el cubano Alejandro Pompez, miembro hoy del Salón de la Fama y quien fuera vicepresidente de la Negro Nacional League.

Del equipo de Memphis, O'Neil pasó al equipo de los Monarcas de Kansas City donde jugó el resto de su carrera en las Ligas Negras, solo interrumpida por su participación en la II Guerra Mundial con la Marina en un batallón de construcción. Con los Monarcas, O'Neil ganó los campeonatos de bateo de 1940 y 1946 bateando para 345 y 350 respectivamente.

Aparte de eso, O'Neil fue nombrado para participar en los Juegos de Estrellas Este-Oeste en 1942, 1943 y 1949 y tuvo el honor de dirigir los equipos representantes del Oeste en los juegos de 1950, 1953, 1954 y 1955, ganando los 4 Juegos de Estrellas que dirigió.

En 1948 O'Neil reemplazó a Frank Duncan como manager de los Monarcas. Duncan había jugado en Cuba con el San Francisco en la temporada de 1915-1916. O'Neil continuó de manager del equipo de Kansas City hasta 1955 y llevó al equipo a ganar campeonatos en 1948, 1950, 1951 y 1953.

Recordemos que uno de los grandes de nuestra pelota, José de la Caridad Méndez había sido también jugador y manager de los Monarcas llevándolos a ganar los campeonatos de 1923, 1924 y 1925, ganando la Serie Mundial de Color en 1924.

Buck O'Neil.
Buck O'Neil.

Después de ganar O'Neil el campeonato de bateo de las Ligas Negras en 1946, fue contratado en Cuba por el Almendares para jugar su posición, la primera base. Hay que recordar que la importación de peloteros extranjeros por los equipos locales estaba restringida en Cuba así que se importaban solo los mejores. Es por ese hecho que no nos debe extrañar que todos los jugadores que estaban en el Salón de la Fama hasta el 2006, vía las Ligas Negras, hubieran jugado en Cuba.

Pero, a pesar de sus credenciales de champion bate, O'Neil no se hizo justicia contra los lanzadores de la Liga Cubana y solo bateó para 214 en la temporada de 1946-1947. Entre sus compañeros de equipo en el Almendares estaban, en aquella campaña, Roberto Ortiz, Conrado Marrero, Agapito Mayor, Tomás de la Cruz, Max Lanier y Andrés Fleitas. En la foto oficial del club, aparece Buck O'Neil entre René González y Santos Amaro.

Al terminar la temporada de 1946-47 que ganó el Almendares estrenando el Gran Stadium de La Habana y cuando O'Neil regresaba a Kansas City, llegaba a Cuba para montar su campo de entrenamiento, en el mismo estadio, el equipo de los Dodgers del Brooklin.

Con el equipo de los Dodgers llegaría a La Habana un pelotero, cuya contratación, cambiaría la historia de O'Neil y la de todos los peloteros de raza negra. En La Habana, por primera vez, Jackie Robinson usaría un uniforme de un equipo de Grandes Ligas.

En 1956, Buck O'Neil fue contratado por los Cachorros de Chicago para que trabajase como scout o busca talentos. En esa capacidad, Buck firmó dos de los más grandes peloteros de esa organización, Lou Brock y Ernie Banks.

En 1962, durante una era tumultuosa en la lucha por los derechos civiles de los americanos de raza negra, Buck O'Neil rompió una barrera racial, muy significativa, cuando los Cachorros de Chicago lo hicieron el primer coach negro de las Grandes Ligas.

Jackie Robinson fue el primer pelotero negro con oportunidad de jugar en Grandes Ligas. Pero, como coach de banco O'Neil fue el primero en tomar decisiones en Grandes Ligas.

O'Neil ayudó, en 1990, a fundar el Museo de béisbol de las Ligas Negras en Kansas City y fue el presidente de la Junta de Directores de esa institución hasta su muerte.

En nuestros artículos hemos reseñado el proceso por el cual, en febrero del 2006, un comité especial eligió, para entrar en el Salón de la Fama, a 17 nuevos miembros, 16 hombres y una mujer, que se habían desempeñado en las Ligas Negras como jugadores, dirigentes o ejecutivos. O'Neil estaba en una de las dos boletas pero no fue elegido.

El no haber elegido a Buck O'Neil causó malestar en toda la nación, especialmente en Kansas City pero, el comité consideró que no tenía los números suficientes y, realmente, eso no es un concurso de simpatía.

Por mi parte, creo que si bien en el terreno O'Neal no fue una superestrella, bateó para 288 de por vida, fuera del terreno hizo más por el deporte que otros, que no fueron jugadores y que ya están dentro del Salón de la Fama.

O'Neil había sido popular ya por mucho tiempo en Kansas City pero fue lanzado al estrellato nacional en 1994 cuando el cineasta Ken Burns lo pone como narrador de un documental titulado "Baseball" que dura nueve horas y está dividido en nueve innings, como un juego. Ese documental se trasmitió y se sigue trasmitiendo por la televisión pública en toda la nación.

John Jordan O'Neil.
John Jordan O'Neil.

Leyendo una entrevista que le hizo a O'Neal el sitio de Internet de Grandes Ligas, el libro del ex comisionado de béisbol Fay Vincent y la propia autobiografía de O'Neil, he sacado algunas cosas que él dijo que nos pueden educar a todos. Dijo O'Neal:

Ser manager de los Monarcas de Kansas City era muy fácil en mi época, todo el mundo quería jugar con ese equipo. Como los Yankees hoy, tenía los mejores jugadores de la liga. Lo único que tenía que hacer era llenar la alineación y sentarme a ver el juego.

La mayoría de los partidos de las Ligas Negras, lo jugábamos en estadios de Grandes Ligas, los Pittsburg Crawfords tenían su propio estadio pero muchos de sus juegos los jugaban en Forbes Field, el estadio de los Piratas. Los Homestead Grays jugaban en el Griffith Stadium, el estadio de los Senadores. Esos terrenos malos que ponen en las películas sobre las Ligas Negras no se usaban nunca.

A mí no me amarga no haber entrado al Salón de la Fama porque yo tuve la oportunidad de entrar y no saqué suficientes votos. A mí si me amarga el no haber podido asistir al Sarasota High School porque no me daban la oportunidad de ir aunque mi papá pagaba impuestos, como todo el mundo, para mantener las escuelas.

El mejor jugador de Grandes Ligas que vi jugar fue Willie Mays pero, el mejor jugador de pelota que vi fue Oscar Charleston. Nosotros los viejos decimos, 'Lo más cerca que hubo de Oscar Charleston fue Willie Mays'.

Aún con el deporte segregado, nosotros queríamos jugar pelota. Además, se ganaba buen dinero. Las Ligas Negras era el tercer negocio negro más grande del país. El salario mínimo en Grandes Ligas, en esa época era de $5.000. Nosotros ganábamos más que eso. Ahora bien, teníamos que jugar el año entero, después de la temporada, podíamos irnos para Cuba y ganar más dinero y, en mejores condiciones.

Mucha gente no sabe que el 40% de los jugadores de las Ligas Negras venían de universidades. Nosotros hacíamos nuestro entrenamiento en universidades de color y jugábamos mucho en ciudades universitarias de universidades de color y ahí es de donde sacábamos nuestros prospectos. Yo no creo que en mi época el 5% de los jugadores de Grandes Ligas habían asistido a la universidad.

La gente que abucheaban a Jackie Robinson en el estadio no eran fanáticos del béisbol, esa gente no volvieron al estadio por 10 años, ellos fueron al estadio a abuchear a Jackie. Los verdaderos fanáticos fueron a verlo jugar.

Debido a la influencia del béisbol, cuando Branch Rickey firmó a Jackie Robinson, inició el movimiento moderno por los derechos civiles.

Hablaba claro Buck O'Neil

Los planes para la celebración de su cumpleaños número 95, el siguiente 11 de noviembre del 2006, en el teatro Starlight de Kansas City, no se interrumpieron por su muerte y, recordando que Buck nunca perdió una oportunidad de hablar con mujeres vestidas de rojo, se le pidió a todas las asistentes femeninas que vistieran de rojo ese día.

Como hemos dicho tantas veces, creemos que había dos ligas mayores, una blanca y otra negra. Y fue una tragedia que la inequidad racial haya hecho que bancos y negros jugaran el mismo deporte en mundos paralelos. Fue una tragedia, pero Buck O'Neil no fue una figura trágica, por eso no hay que lamentar su muerte sino celebrar su vida y, eso, es lo que he querido hacer hoy.

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    Rafael García-Toledo

    Rafael Garcia-Toledo estuvo por décadas vinculado al Movimiento Olímpico. Cooperó con el Comité Olímpico Internacional, y con diferentes comités olímpicos nacionales y el Comité Olímpico de EEUU del cual formó parte. En ocho JJ OO de verano fue Huésped Distinguido, único caso de alguien nacido en Cuba. En el año 2006 comenzó a trabajar en Radio Martí,  integrando la unidad de deportes. Es co-presentador del programa Al Duro y Sin Guantes. Ha cubierto eventos deportivos olímpicos y mundiales para Radio y TV Martí.  Ha recibido diplomas de reconocimiento de comités olímpicos y ministerios del deporte de ocho países iberoamericanos y ha sido condecorado por Ecuador, Israel y Venezuela.
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