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El noviazgo a la fuerza entre Ryan y Trump, ¿terminará en boda?


Paul Ryan y Donald Trump.
Paul Ryan y Donald Trump.

A pesar de las declaraciones de Paul Ryan tras su reunión de hoy con el precandidato republicano Donald Trup, hay muchas diferencias entre ambos, por las que quizás todavía no se han comprometido para “casarse”.

Pocas veces en más de medio siglo han estado tan divididos los dos principales partidos políticos de Estados Unidos, el Republicano y el Demócrata.

El jueves, el enfoque era en las reuniones privadas entre el magnate Donald Trump y altos funcionarios del Partido Republicano.

Trump comenzó el día reuniéndose con el Presidente de la Cámara de Representantes y con el presidente del Partido, Reince Priebus. La razón por la que se reunieron fue porque la semana pasado Paul Ryan, el Presidente de la Cámara de Representantes dijo claramente que todavía no estaba listo para respaldar a Trump como candidato del partido.

La reunión fue privada y al finalizar, hasta el mediodía, el único que habló fue Ryan, que dijo que la reunión había sido muy buena y que ambas partes habían expresado sus opiniones, principalmente la que los divide. Ryan reconoció que Trump había logrado traer muchos nuevos votantes al partido.

Pero cuando le preguntaron directamente si ya estaba dispuesto a respaldar a Trump en su campaña para derrotar a la candidata del Partido Demócrata, Hillary Clinton, Ryan dijo muchas frases trilladas, todas favorables a Trump. Pero no pudo decir que ya lo habían convencido.

Si esta es una primera reunión en este noviazgo a la fuerza, los presagios son buenos. Pero aún quedan muchas diferencias entre el candidato y los miembros republicanos de la Cámara de Representantes.

De hecho, ya dos congresistas del sur de la Florida – Carlos Curbelo e Ileana Ros Lehtinen – han dicho claramente que ellos no están dispuestos a respaldar a Trump.

Para muchos de los congresistas del Partido Republicano, Trump no es un líder que los va a ayudar a volver a ganar sus escaños. Ellos ven a Trump con mucho recelo, y creen que puede costarle la mayoría enorme que tienen los Republicanos en la Cámara de Representantes.

Las diferencias entre las dos partes son muchas, y son difícil de resolver. Son cuestiones de principios. El Partido Republicano tiene principios conservadores muy claros. El partido no cree en el aborto; cree que hay que fortalecer el Seguro Social y el Medicare, porque los jóvenes que hoy son los que contribuyen a ellos no creen que el sistema les va a resolver los problemas cuando cumplan 65 años.

Trump cree que hay que dejar estos programas sin cambio alguno. Ryan y otros Republicanos en la Cámara creen que hay que modificarlos para asegurarse que los programas todavía tengan fondos para ayudar a los jóvenes de hoy cuando ellos se retiren.

Hay muchas otras diferencias. Esto puede que sea una de las razones por las cuales las dos partes todavía no se han comprometido para “casarse”. Y eso es lo que tienen que hacer para poder ganar las elecciones en noviembre.

Hillary Vs. Sanders, una final predecible

Por su parte, en el Partido Demócrata la exsecretaria de Estado Hillary Clinton tiene la nominación del partido – ahí muy cerca. Pero su contrincante, el Senador Socialista que aspira a la presidencia como demócrata, Bernie Sanders, no se rinde.

Esta semana Sanders le dio recia paliza a Clinton en las primarias de Virginia Occidental. Los expertos en política dicen que Sanders no puede alcanzar a Clinton y que debe retirarse de la contienda. Pero Sanders está renuente a hacerlo.

La semana entrante hay primarias en el estado de Oregón, uno de los pocos que quedan antes de las primarias en California, que es el premio gordo en cuanto al número de delegados que están en juego. California es el estado de mayor población en el país, y el número de delgados se reparte en proporción a la población de cada estado.

Sanders dice que él va a seguir en la contienda hasta las primarias de California. Y después decidirá si va a llevar su plataforma progresista a la convención del partido, a celebrarse en Filadelfia en el mes de julio.

Esto dificulta la campaña de Clinton, que en estos momentos ya se ve atacada por Trump, forzándola a librar dos campañas simultaneas, una contra Sanders (hasta que él se rinda), y otra contra Trump, quien ya ha comenzado a atacar a los dos precandidatos Demócratas.

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