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Con nuevas reglas, arranca la temporada de Grandes Ligas 2023

El segunda base de Los Angeles Angels, Luis Rengifo, conecta un jonrón en un juego contra Los Angeles Dodgers en el Angel Stadium, California. Gary A. Vasquez-USA TODAY Sports vía Reuters.

Se acabó la espera. Este jueves 30 de marzo arranca la temporada de Grandes Ligas del 2023.

En la campaña se pondrán en vigor tres nuevas reglas, dirigidas a agilizar el tiempo de juego, mejorar el espectáculo y evitar lesiones de los jugadores, que ya fueron probadas el año pasado en las Ligas Menores, como preámbulo a su aplicación en las Mayores.

Las tres regulaciones que entrarán en efecto no están exentas de polémica, como casi siempre pasa con cualquier modificación que encuentra detractores entre los puristas y tradicionalistas del juego.

Cronómetro para los lanzadores

Cuando no hay corredores en bases, los pitchers tendrán 15 segundos para realizar cada envío y 20 segundos cuando haya hombres en circulación.

Si los lanzadores demoran más de ese tiempo, el árbitro automáticamente otorgará una bola en el conteo del bateador.

El bateador obtiene un tiempo muerto por aparición al plato y debe estar listo en la caja cuando quedan ocho segundos. Si no cumple con ese tiempo, el umpire decretará automáticamente un strike en su cuenta.

Los pitchers podrán virarse a las bases para tratar de sorprender a los corredores hasta un máximo de dos veces por bateador. Si lo intenta una tercera vez, se decretará automáticamente un balk y al corredor se le concederá la siguiente base.

Ese límite en los virajes llevaron a un aumento del 26% en los intentos de bases robadas en las Ligas Menores.

El cronómetro de lanzamientos ayudó a reducir la duración de los juegos en un promedio de 25 minutos en las Menores en el 2022.

Prohibición de formaciones especiales o shifts

Los jugadores de cuadro deben colocarse en sus posiciones cuando se suelta el lanzamiento.

Los defensores de la tercera base y el campocorto deberán estar siempre a la izquierda de la segunda almohadilla.

Los defensores de la primera y segunda bases deberán estar siempre a la derecha de la almohadilla intermedia.

Los cuatro jugadores del cuadro deben tener ambos pies dentro del cuadro cuando el pitcher está sobre la goma de lanzar y no podrán ubicarse en la grama exterior.

Las restricciones a los shifts hicieron aumentar el promedio de bateo y redujeron los ponches en las Menores, al mismo tiempo que brindan a los jugadores más oportunidades para mostrar su capacidad atlética.

Bases más grandes

Las almohadillas de primera, segunda y tercera bases aumentaron su tamaño de 15 pulgadas por cada lado a 18 pulgadas.

Se espera que las bases más grandes tengan un impacto positivo en la seguridad de los jugadores.

Las bases más grandes redujeron los eventos de lesiones en un 13% en las Menores en 2022.

Calendario novedoso

Por primera vez, cada equipo enfrentará a los otros 29 durante la temporada regular.

Hasta 1996, la única ocasión del año en que un equipo de la Liga Americana enfrentaba a otro de la Nacional era en la Serie Mundial, hasta que en 1997 se implementaron los juegos interligas durante la campaña regular.

Sin embargo, los choques contra equipos de la otra liga eran limitados y aleatorios, no siempre frente a los mismos rivales cada año.

En esta ocasión, los fanáticos tendrán la oportunidad de ver en sus estadios en algún momento del calendario a todas las estrellas del béisbol, sin importar a qué liga pertenezcan, con lo cual se busca atraer más al público a los parques y enfrentar una asistencia que ha decrecido cada año.

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El Heat y los Nuggets a una cita con la historia

Jimmy Butler, del Miami Heat, enfrenta la defensa de Jayson Tatum, de los Celtics de Boston, en el séptimo juego de las finales de la Conferencia del Este, en Boston. (AP/Charles Krupa)

El Miami Heat y los Nuggets de Denver comenzarán el jueves la gran final de la NBA, que para ambos será una cita con la historia.

El Heat ya es, apenas, el segundo equipo en todos los tiempos en llegar a la final, luego de clasificarse octavo a los playoffs.

En 1999, los Knicks de Nueva York lograron la hazaña, pero cayeron 4-1 ante los Spurs de San Antonio en la batalla por la corona.

Ahora Miami intentará llegar más lejos que los Knicks del 99 y levantar el trofeo de campeón, tras dejar en el camino a los dos equipos con mejor marca en toda la NBA, los Bucks de Milwaukee (58-24) y los Celtics de Boston (57-25), así como a Nueva York (47-35).

Los expertos de ESPN le dieron apenas un tres por ciento de probabilidades al Heat en su serie ante Boston por el título de la Conferencia Este.

Esos mismos expertos le dan ahora ocho por ciento a Miami ante Denver, pero Jimmy Butler y compañía ya están acostumbrados a burlarse de los pronósticos.

Liderados por el centro serbio Nikola Jokic, los Nuggets llegan por primera vez a la final en 47 años de existencia del equipo, luego de comandar la división Oeste con récord de 53-29 y pasar por encima de los Timberwolves de Minnesota, los Suns de Phoenix y los Lakers de Los Angeles en las tres primeras instancias de los playoffs.

Para ellos, es la oportunidad también de hacer historia de la mano de Jokic, quien ha sido el Jugador Más Valioso de la NBA en las dos temporadas previas y para muchos es el mejor basquetbolista del mundo en la actualidad,

¿Por qué Denver es favorito, más allá de tener al mejor jugador de la NBA?

Entre otros factores, porque lleva más de una semana de descanso, tras barrer a los Lakers en la final de conferencia, mientras que Miami tuvo que jugar el máximo de siete partidos para doblegar a Boston.

Esas piernas frescas podrían ser determinantes, sobre todo, cuando los dos primeros partidos se disputarán en la altura de las Montañas Rocosas, algo complicado y a lo que los Nuggets están acostumbrados.

Pero el descanso excesivo puede ser un arma de doble filo, mientras que el Heat viene caliente, con la adrenalina a millón y la adición de Tyler Herro, quien se había perdido casi toda la postemporada por una fractura en la mano izquierda durante el primer partido de los playoffs ante Milwaukee.

A Miami no le importa si Denver está en busca de la historia. Los Celtics también buscaban convertirse en el primer equipo en remontar un déficit de 0-3 y estuvieron a punto de lograrlo.

Pero como decía un viejo narrador, a punto no se apunta.

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SolerPower y La Piña, tándem cubano en los Miami Marlins (VIDEO)

Jorge Soler y Yuli Gurriel, de los miami Marlins, celebran durante un juego contra los Nacionales de Washington. (AP Photo/Marta Lavandier)

Por años, los fanáticos de Miami han clamado por la contratación de peloteros cubanos para los Marlins.

Este año, dos de ellos, uno que estaba desde el año pasado y otro recién llegado, han sido parte clave en el buen paso de los Marlins, quienes, con 28 triunfos y 26 derrotas, van segundos en la división Este de la Liga Nacional, detrás de los superfavoritos Bravos de Atlanta, pero delante de los Mets de Nueva York, el equipo con la más alta nómina de todo el béisbol.


En la semana del lunes 22 al domingo 28 de mayo, Miami ganó cuatro de sus siete juegos, incluidos tres en fila ante los Angelinos de Los Angeles, con todo y Shohei Ohtani y Mike Trout.

En mucho de eso tuvieron que ver Jorge Soler y Yuli Gurriel.

SolerPower va encaminado a la que pudiera ser la major temporada de su Carrera, incluso superior a la del 2019, cuando con los Reales de Kansas City fue líder en jonrones de la Liga Americana, con 48.

En los últimos siete días, Soler disparó nueve cohetes en 31 turnos, para un average de .290, con siete carreras anotadas y ocho impulsadas.

Como extrabases, pegó un doblete y cinco cuadrangulares en juegos consecutivos entre el martes y el sábado, para un slugging de .806.

El cubano llegó a 17 estacazos de vuelta completa en la campaña, la segunda cifra más alta en todas las Grandes Ligas, detrás de los 20 de Pete Alonso, de los Mets.


Por su parte, “La Piña” Gurriel llegó al equipo con un rol reservado, pero con su ofensiva estable y su defensa exquisita ha oligado al manager Skip Schumacher a abrirle un espacio en la alineación casi todos los días.

En la semana fue muy difícil ponerlo out, pues en 23 oportunidades, disparó 12 cañonazos, para un average enorme de .522, con cuatro anotadas y tres empujadas.

Entre sus hits, hubo un biangular y par de triples, para slugging de .739.

Su hermano, Lourdes Gurriel Junior, que también cambió de equipo en el invierno, sigue dando palos con los Diamondbacks de Arizona.

En este período se fue de 20-8 (.400), con par de anotadas y tres remolques.

Sus batazos fueron de todas dimensiones, un jonrón, un triple, dos dobletes y cuatro sencillos, para slugging de .750.

Y Yordán Alvarez sigue engordando su leyenda cada semana con los Astros de Houston.

Esta vez bateó de 18-5 (.278), con siete anotadas e igual cifra de remolcadas, cuatro jonrones y slugging de .944.

Considerado el mejor bateador zurdo de la actualidad, los pitchers le lanzaron con extremo cuidado y le regalaron siete bases por bolas.

Alvarez va segundo en la Liga Americana en jonrones (14), detrás de Aaron Judge de los Yankees de Nueva York (15) y también es sublíder en impulsadas (48), superado por su compatriota Adolis García, de los Rangers de Texas (49).

Frío, frío

Luis Robert, el patrullero central de los Medias Blancas de Chicago que hace 15 días atrás era el cubano más sobresaliente en la semana, se enfrió de pronto y desapareció de los radares.

Robert Jr. apenas consiguió tres imparables en 20 turnos, para un anémico average de .150, al tiempo que abanicó en ocho oportunidades.

Y otro que prácticamente no existió en la última semana fue Andy Ibáñez, de los Tigres de Detroit.

Ibáñez se fue de 16-1 (.062), con cuatro ponches, y el equipo podría enviarlo de regreso a las Menores y designarlo para asignación (despedirlo), pues su permanente bajo rendimiento ya le agota la paciencia a los directivos de la franquicia.

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Yordán Alvarez y la luz delantera

El cubano Yordan Álvarez, de los Astros de Houston, festeja luego de batear un jonrón de tres carreras en el sexto juego de la Serie Mundial ante los Filis de Filadelfia, el sábado 5 de noviembre de 2022 (AP Foto/David J. Phillip)

Si el cubano Yordán Álvarez saliera ahora mismo al mercado de agentes libres, conseguiría un contrato superior a los 350 millones de dólares.

Considerado uno de los tres mejores bateadores de todo el béisbol, el tunero de los Astros de Houston combina la capacidad de conectar con fuerza, promedio y oportunidad, con una corta edad de 25 años que le augura una larga y provechosa carrera.

Sin embargo, Álvarez prefirió hacer bueno el refrán de que “la luz delantera es la que alumbra” y firmó una extensión contractual con los Astros por seis temporadas y 115 millones, que retrasará su llegada a la agencia libre hasta el 2028.

La oferta que le hizo el equipo a Yordán forma parte de una estrategia a largo plazo para mantener un plantel competitivo alrededor de un núcleo que conforman además el venezolano José Altuve y el antesalista Alex Bregman, quienes también pactaron en su momento extensiones por menos dinero de su valor en el mercado.

Altuve, tres veces líder de los bateadores, entre otros muchos galardones, firmó por 163.5 millones y siete campañas en el clímax de su carrera, justo antes de tocar a las puertas de la agencia libre.

Bregman hizo lo propio por 100 millones y cinco temporadas, mientras que el jardinero derecho Kyle Tucker estaría a punto de recibir una oferta que lo ate al equipo por larga data.

No es, como muchos consideran, que el equipo les roba dinero a sus jugadores. Así se forman las franquicias ganadoras, con enroques estratégicos que garanticen la competitividad por varios años.


Lo mismo ocurre con los Bravos de Atlanta, otro de los conjuntos de mejor planificación a futuro.

¿Cuánto valdría el venezolano Ronald Acuña Jr. ahora mismo en la agencia libre? ¡Por supuesto que mucho, muchísimo más que los 100 millones de la extensión que firmó por ocho campañas en el 2019!

Lo mismo hicieron con Austin Riley (212 millones por diez), Ozzie Albies (35 millones por siete), Michael Harris II (72 millones por ocho) y Spencer Strider (75 millones por seis), para conformar un núcleo alrededor del cual añadir alguna que otra pieza que mantenga a los Bravos, año tras año, en posiciones cimeras.


Los otros equipos deberían tomar ejemplo de Houston y Atlanta, en lugar de armar trabucos de poca duración a golpe de billete o formándolos con paciencia asiática a través del draft mediante temporadas perdedoras, para competir uno o dos años y luego perder tarde o temprano a esos jugadores en la agencia libre.

Así le ocurrió a los Reales de Kansas City, campeones de la Serie Mundial del 2015, de quienes sólo el venezolano Salvador Pérez queda allí para hacer el cuento.

Y también deberían aprender los jugadores y sus agentes que la luz delantera es la que alumbra, en lugar de dejar pasar oportunidades tal vez únicas por una avaricia desmedida.

Ahí tenemos el doloroso caso del cubano José Fernández, que rechazó una extensión de los Marlins de Miami por 50 millones, a la espera de un mega contrato de más de 200 que nunca llegó por su prematura muerte, que dejó a su familia desamparada.

O el del dominicano Juan Soto, quien, con el sueño de convertirse en el primer pelotero en superar la barrera contractual de los 500 millones, dejó pasar un ofrecimiento de 440 millones con los Nacionales de Washington.

¿Y? A pesar de que apenas tiene aún 24 años, de aquel jugador que en sus inicios fue comparado con el mismísimo Mickey Mantle sólo queda un vago recuerdo.

Y no se le paga tanto dinero a alguien que, más allá de su capacidad de recibir bases por bolas, parece haberse quedado sin gasolina en el tanque, por mucho y que los saber métricos intenten inflarlo y convencernos de lo contrario.

Opinión: ¿Cuál es el "bateo" de los bates en Cuba?

Niños cubanos jugando pelota, película Baseball's Final Frontier.

Cuba es el único país del mundo donde el público está obligado a devolver las pelotas que salen de jonrón o de faul a las gradas.

Ahora, a la permanente escasez de bolas, se suma la de bates, al extremo de que, el pasado fin de semana, estuvo a punto de suspenderse un partido entre Sancti Spíritus y Cienfuegos, correspondiente a la Serie Nacional.

Para colmo, el juego era televisado nacionalmente, por lo que fue imposible esconder semejante prueba de cuán mal anda desde todo punto de vista el béisbol cubano.

Gracias a que algunos peloteros accedieron a prestar sus bates particulares, adquiridos con dinero propio, se reunieron tres de esos implementos y se consiguió terminar el encuentro.

Y no es que no haya bates. Existen en la isla decenas de carpinteros independientes que se dedican a fabricarlos con una calidad lo suficientemente digna para ser usados en el torneo que, se supone, sea el más importante de todo el deporte cubano.

Uno de ellos, nombrado Dusnielvys Bolaños, residente en el municipio cienfueguero de Aguada de Pasajeros, aseguró que él podía producir una docena diaria y llegar hasta 20 con el apoyo de un ayudante, si el gobierno le facilitaba la compra legal de la madera necesaria.

Israel Armenteros, de Pinar del Río, también se dedica a la confección de bates desde hace varios años y asegura haber sido olímpicamente ignorado por los directivos.

Sin embargo, los federativos prefieren adquirir los bates, pelotas y uniformes a un costo hasta diez veces más alto en el extranjero, a través de TeamMate, una desconocida firma de artículos deportivos con sede en San Marino, vinculada al italiano Riccardo Fraccari, presidente de la Confederación Mundial de Béisbol y Softbol (WBSC).

Los lazos entre Fraccari y Antonio Castro, el hijo del fallecido dictador Fidel Castro y el hombre que mueve los hilos de la pelota en Cuba, son públicos y notorios.


De hecho, a pesar de que Castro es un médico de profesión y su vínculo con el béisbol es empírico, fruto de un capricho de “hijo de papá”, Fraccari lo nombró en el 2015 “Embajador Global de la WBSC”.

El titular de la WBSC es un habitual en la isla y fue de los primeros en salir a cortar el justo reclamo de hace un año, que hicieron los cubanos que juegan en Grandes Ligas para participar en el Clásico Mundial de Béisbol (WBC).

No le tomó mucho tiempo a Fraccari para descalificar el intento de la Asociación de Peloteros Profesionales Cubanos (ACPBP), creada en marzo del 2022, que alegaba ante la WBSC y las Grandes Ligas la discriminación de que eran objeto por parte de la dictadura por razones políticas.

En 2021, el sitio de noticias de San Marino Libertas.sm reveló que Fraccari y la WBSC estaban bajo investigación por presunto lavado de dinero.

Según el artículo, la federación deportiva de Panamá se quejó del precio de las pelotas proporcionadas por la Confederación.

Como resultado, hubo una inspección fiscal que dejó claro que el dinero que se pagó por los balones de la marca TeamMate, era muy superior al valor real de mercado.


Las autoridades de San Marino incautaron dos millones de euros en la sede de la WBSC en Lausana, Suiza. Dicha incautación fue luego revocada y se redujo a la cantidad de 258 mil euros, que se ha mantenido hasta la fecha por la acusación de lavado de dinero hacia la cúpula de la WBSC.

El caso continúa abierto y la justicia de San Marino no ha emitido aún un fallo definitivo.

Por ahí van los tiros que explicarían la insistencia de Cuba de mantenerse alineada a TeamMate, en vez de acudir a las mucho más baratas producciones nacionales: dinero, favores, apoyos.

La tapa al pomo la puso una internauta de Holguín, identificada como Lisandra Martín, en una prueba más de la irrefutable sabiduría popular.

“Si enterramos las importaciones innecesarias y consumimos los productos nacionales, se acaban los viajes de contratación, los cursillos de habilitación, las reuniones de chequeo, las dietas respectivas, la pacotilla que se trae como consecuencia, los contratos que se hacen… los favores que se agradecen”, escribió en Facebook la holguinera, en un post que tituló “A los nacionales, ponerlos al bate”.

Serie del Caribe se disputará en Miami; se descarta la participación de Cuba

El equipo Cuba invitado a la Serie del Caribe de 2017, en Culiacán, México. (AP Photo/Luis Gutierrez)

La Serie del Caribe del 2024, que se disputará en Miami, podría sumar dos invitados más para completar ocho participantes.

Así lo reveló el presidente de la Confederación de Béisbol Profesional del Caribe (CBPC), Juan Francisco Puello Herrera, en conversación con el periodista Enrique Rojas, de ESPN Deportes.

Puello Herrera informó que varios países han solicitado formalmente su inclusión en el certamen, previsto para febrero del año próximo y que, de manera experimental, se realizará en la Capital del Sol.

“Hay interés y decidimos estudiar la posibilidad de agrandar el torneo. No hay nada definitivo decidido aún, pero una decisión al respecto podría ocurrir tan pronto como la próxima semana”, dijo el máximo dirigente de la CBPC.

En principio, además de los participantes habituales, México, Puerto Rico, Venezuela y República Dominicana, miembros plenos de la Confederación, ya han sido invitados Nicaragua y Curazao.

El comisionado de la pelota caribeña declinó mencionar los candidatos a ser añadidos, pero una fuente del comité organizador dijo a ESPN Deportes que Colombia, Panamá, estarían entre los aspirantes, así como un país de Norteamérica y otro de Asia, al tiempo que descartó cualquier posibilidad de insertar a Cuba, lo cual implicaría una serie de conflictos extradeportivos, tal como se vio en la reciente participación de la selección de la isla en el Clásico Mundial de Béisbol (WBC), en marzo pasado.

“Hay dos países que están haciendo un acercamiento muy agresivo", dijo Sarah Loarte, asesora del Comité Organizador Miami 2024.

“La decisión final de las negociaciones se conocerá dentro de 30 o 45 días en Miami. Hay mucha demanda para traer otros equipos a la serie”, añadió.

Puello Herrera dijo que sea ampliada o no, la Serie del Caribe de Miami planea agregar otro estadio para celebrar algunos encuentros y aligerar así la carga de tres partidos diarios en el Loan Depot Park de los Marlins.

Desde su fundación en 1949, en la única ocasión en que la Serie del Caribe ha tenido ocho participantes fue en la de este año en Caracas, que se jugó con un formato de dos grupos de cuatro en dos parques.

Esta sería la tercera vez que la llamada Pequeña Serie Mundial Latinoamericana se juegue en Miami.

En las dos ocasiones anteriores, 1990 y 1991, fue un fracaso organizativo y comercial, pero entonces, las circunstancias eran distintas, con una población mayoritariamente cubana, que no mostró mucho interés por los campeones de los torneos invernales de México, Puerto Rico, Venezuela y República Dominicana.

Pero ahora, la composición demográfica del sur de la Florida ha cambiado, con mayor presencia de residentes procedentes de los países participantes, lo cual se traduciría en un éxito comercial, que los organizadores esperan que sea similar al Clásico Mundial de Béisbol.

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