Arte y Cultura
Martí o Metafísica de la Guerra en el Diario de Campaña

Artículo de Análisis
A 125 años del Diario de Campaña de José Martí y de su muerte en Dos Ríos, una relectura del texto lo confirma entre las obras más innovadoras de la literatura en castellano de los últimos dos siglos y ofrece pistas de la dimensión metafísica de su autor al tiempo que lo muestra como un hombre de guerra.
El asomo y el asombro de la muerte
"Voy bien cargado, mi María, con mi rifle, al hombro, mi machete y revólver a la cintura, a un hombro una cartera de cien cápsulas, al otro en un gran tubo, los mapas de Cuba, y a la espalda mi mochila, con sus dos arrobas de medicina y ropa y hamaca y frazada y libros, y al pecho tu retrato". Escribe José Martí a Carmen Miyares de Mantilla y sus hijos en carta incluida en su Diario de Campaña y firmada en la Jurisdicción de Baracoa el 16 de abril de 1895; camino a la muerte.
Si en una reseña anterior sobre Las puertas de la percepción y Cielo e infierno, del autor inglés Aldous Huxley, apreciamos a los paraísos artificiales producto de los alucinógenos no sólo como sucedáneos sino como medios de acceso a los paraísos espirituales, en esta apreciamos los estados alterados de la conciencia a consecuencia de la guerra permitir al poeta, patriota y perfeccionador del idioma español de su tiempo, José Martí, acceder a la visión de una realidad otra o metarrealidad.
Ir así a la raíz de la realidad, obtener una visión vedada al observador positivista, ramplón a rajatabla, pero ofrecida al ojo entrenado por la técnica ritualística de las ancestrales tradiciones religiosas o al ojo que naturalmente se abre a lo sobrenatural; como sería el caso de Martí ante el asomo y el asombro (el asombro no como sorpresa sino como viaje iniciático interior) del misterio de la muerte, no como posibilidad futura sino como acontecer presente que se impone por todas partes. Aunque quizá no tan naturalmente, pues Martí, como masón del Grado 30 o Gran Elegido Caballero Kadosh del Águila Blanca o Negra, debió poseer el requerido entrenamiento ritualístico para ello.
La guerra, un ejercicio espiritual
La experiencia de la guerra que abre las puertas de la percepción, del cielo y del infierno, nunca mejor dicho, pues para hombres de la casta de Martí, la más alta, la guerra sería sobre todo, más allá de la carnicería al uso, un ejercicio espiritual, de realización sobrenatural sui generis, sangriento; de apostolado.
En Martí el epíteto de Apóstol encontraría su verdadero significado no como propagador o propagandista de una doctrina exógena para la salvación patria sino como detonador del sí mismo para la salvación del alma. No como doctrina de salvación sino como acto de salvación; salvarse, salvar matando; salvarse, salvar muriendo. De modo que Martí, el Héroe, accede a la añorada inmortalización por vía de las armas, matadoras de cuerpos y restauradoras de almas; guerra santa en suma.
Aquello de que a Martí lo matan a la primera y como de novatón parecería un interesado mito, miren si no en su Diario este otro fragmento de carta a Carmen Miyares de Mantilla y sus hijos firmada en Guantánamo el 26 de abril de 1895:
"Por el momento veníamos muy seguidos ya por tropa española y contentos y a pie, con la custodia de cuatro tiradores y un negro magnífico, padre de su pueblo y hombre rico y puro, Luis González, que se nos unió con diecisiete parientes, y trae a su hijo; veníamos y estalló a pocos pasos el gran tiroteo de las dos horas: allí cruzaron por nuestras cabezas las primeras balas; momentos después rechazado el enemigo, caímos en brazos de nuestra gente: allí caballos, júbilo, y seguimos la marcha admirable, a la luz de hachas del monte y árboles encendidos; la marcha de ocho horas a pie, después de dos de combate y de cuatro de camino, de la noche entera, sin descanso para comer de día ni de noche. Yo me acosté a las tres de la mañana, curando los heridos. A las cinco en pie, todos alegres; luego duermen, hablan en grupos, pasan cargados de viandas y reses, me traen mi caballo y mi montura nueva; ¿pelearemos hoy? Organizamos y seguimos rumbo; el alma es una: algunas armas cogidas al enemigo".
Diario de Campaña: un texto aún no superado en la literatura española
Un Martí que presencia fusilamientos y los narra de manera fría, directa, cortante, innovadora, renovadora del moribundo idioma español de su tiempo; renovado, remojado en sangre.
El Diario de Campaña es de un estilo, y una estirpe, no superada por ningún escritor en la historia de la literatura española de los últimos dos siglos. Posee la visión desapegada del que está en este mundo pero no es de este mundo, desapego no desprovisto de sensibilidad, sensibilidad que se aleja espantada de la sensiblería de los poetas al uso; del pedestre positivismo. Escritura acometida con la impasibilidad de los superiores seres del septentrión; así leemos:
"Se va Bryson. Poco después, el consejo de guerra de Masabó. Violó y robó. Rafael preside, y Mariano acusa. Masabó, sombrío, niega: rostro brutal.
Su defensor invoca nuestra llegada, y pide merced. A muerte. Cuando leían la sentencia, al fondo, del gentío, un hombre pela una caña. Gómez arenga: “Este hombre no es nuestro compañero: es un vil gusano”, Masabó, que no se ha temblado, alza con odio los ojos hacia él. Las fuerzas, en gran silencio, oyen y aplauden: “¡Qué viva!” Y mientras ordenan la marcha, en pie queda Masabó; sin que se le caigan los ojos ni en la caja del cuerpo se vea miedo: los pantalones, anchos y ligeros, le vuelan sin cesar, como a un viento rápido. Al fin van, la caballería, el reo, la fuerza entera, a un bajo cercano; al sol. Grave momento, el de la fuerza callada, apiñada. Suenan los tiros, y otro más, y otro de remate. Masabó ha muerto valiente. “¿Cómo me pongo, Coronel? ¿De frente o de espalda?”. “De frente”. En la pelea era bravo".
Y sigue la saga en sangre, en ciega, la saga como soga al cuello con nudo corredizo, y cuenta Martí otro fusilamiento:
“Tocan marcha otra vez, y las filas siguen, de dos en fondo. Con el reo, que implora, Chacón y cuatro rifles, empujándolos. Detrás, solo, sin sus polainas, saco azul y sombrero pequeño, Gómez… que no va al reo, ya en el lugar de muerte, llamando desolado, sacándose el reloj, que Chacón le arrebata, y tira en la yerbas. [...] manda Gómez, con el rostro demudado y empuña su revólver, a pocos pasos del reo. Lo arrodillan, al hombre espantado, que aún, en aquella rapidez, tiene tiempo, sombrero en mano, para volver la cara dos o tres veces. A dos varas de él los rifles bajos, “¡Apunten!” dice Gómez: ¡Fuego! Y cae sobre la yerba, muerto.”
Avanza Martí un relámpago en la muerte y narra otro fusilamiento más, este ocurrido en la pasada guerra, y lo entrevera con una visión que escapa al ojo no entrenado para lo mítico:
"Salimos del campamento, de Vuelta Corta. Allí fue donde Policarpo Pineda, el Rustán, el Polilla, hizo abrir en pedazos a Francisco Pérez, el de las escuadras. Polilla, un día, fusiló a Jesús: llevaba al pecho un gran crucifijo, una bala le metió todo un brazo de la cruz en la carne: y a la cruz, luego, le descargó los cuatro tiros. De eso íbamos hablando por la mañana, cuando salió el camino, ya en la región florida de los cafetales, con plátano y cacao, a una mágica hoya, que llaman la Tontina, y en lo hondo del vasto verdor enseña apenas el techo de guano, y al lado, con su flor morada, el árbol del caracolillo".
Con mano dura
Martí no sólo narra fusilamientos, sino que junto a Máximo Gómez, firma proclamas que facilitarán el fusilamiento por la infracción de permitir el paso de alimentos a las ciudades sitiadas -con lo que muestra saber que tan importante es la presión de las armas como la presión económica para derrotar al enemigo-. Como esta del 12 de mayo de 1895 en la localidad de la Jatía:
"Es el deber indestinable del Ejército Libertador de Cuba, y el derecho reconocido de toda guerra civilizada, privar al enemigo de toda especie de recursos con que nos pueda hacer la guerra. Y ese derecho debe ejercerlo lo mismo el primero de los jefes que el último de los soldados. —No se ha de dar alimentos hoy a la ciudad, que con los alimentos que le demos sostiene a los soldados que nos combaten, y se pertrecha para resistir el sitio que le tengamos que poner mañana. Mientras dure la guerra, todas las ciudades enemigas están en sitio, y forzar el sitio, enviando al enemigo provisiones de boca, es una de las formas del delito de traición a la Patria. Se dispone, pues, en tanto que el general Rabí renueve esta orden: 1º que se impida en absoluto el paso de reses, y de cualesquiera otras provisiones de boca, a los poblados, ciudades, o campamentos enemigos. 2º que se prenda, y lleve a la presencia del general Jesús Rabí para juicio a quienquiera que presente o pretexte autorización de él, o de cualesquiera en abuso de su nombre, para el paso de reses o cualesquiera otras provisiones de boca".
La muerte se enseñorea, ahora de la boca del generalísimo Gómez que le cuenta a Martí un hecho de la Guerra Grande:
“Aquí, me dijo Gómez, nació el cólera, cuando yo vine con doscientas armas y 4 000 libertos, para que no se los llevasen los españoles, y estaba esto cerrado de reses, y mataron tantas que del hedor se empezó a morir la gente, y fui regando la marcha con cadáveres: 500 cadáveres dejé en el camino a Tacajó.”
Martí inmerso en un mundo de fuego y fantasmagoría
El 25 de abril escribe en una especie de estado de posesión mediúmnica, como si viese el paisaje, las personas y la violencia extrema del combate desde las brumas de luz de un mundo mítico. Escribe despersonalizado, divinizado, con palabras que marcan muerte, daño y sacrificio: tajaban, ahorcaban, azotaban; redondo tiroteo:
"Jornada de guerra. —A monte puro vamos acercándonos, ya en las garras de Guantánamo, hostil en la primera guerra, hacia Arroyo Hondo. Perdíamos el rumbo. Las espinas nos tajaban. Los bejucos nos ahorcaban y azotaban. Pasamos por un bosque de jigüeras, verdes, pegadas al tronco desnudo, o al ramo ralo. La gente va vaciando jigüeras, y emparejándoles la boca. A las once, redondo tiroteo. Tiro graneado, que retumba; contra tiros velados y secos. Como a nuestros mismos pies es el combate: entran, pesadas, tres balas, que dan en los troncos"… "Siguiendo nuestro camino subimos a la margen del arroyo. El tiroteo se espesa... —A poco, las noticias: dos vienen del pueblo. Y ya han visto entrar un muerto, y 25 heridos: Maceo vino a buscarnos, y espera en los alrededores"…
Y como en toda elevada experiencia psicodélica, acá la pólvora y la sangre cual sustitutos de la mescalina, como en los sueños lúcidos, es consciente el poeta de su despersonalización, divinización, y se pregunta:
"¿Cómo no me inspira horror, la mancha de sangre que vi en el camino? ¿Ni la sangre a medio secar, de una cabeza que ya está enterrada, con la cartera que le puso de descanso un jinete nuestro? Y al sol de la tarde emprendimos la marcha de victoria, de vuelta al campamento. A las 12 de la noche habían salido, por ríos y cañaverales y espinares, a salvarnos: acababan de llegar; ya cerca, cuando les cae encima el español: sin almuerzo pelearon las 2 horas, y con galletas engañaron el hambre del triunfo: y emprendían el viaje de 8 leguas, con tarde primero alegre y clara, y luego, por bóvedas de púas, en la noche oscura. En fila de a uno iba la columna larga. Los ayudantes pasan, corriendo y voceando. Nos revolvemos, caballos y de a pie en los altos ligeros"… “Párese la columna, que hay un herido atrás. Uno hala su pierna atravesada, y Gómez lo monta a su grupa. Otro herido no quiere: “No, amigo: yo no estoy muerto:” y con la bala en el hombro sigue andando. ¡Los pobres pies, tan cansados! Se sientan, rifle al lado, al borde del camino: y nos sonríen gloriosos. Se oye algún ay, y más risas, y el habla contenta".
Va Martí así inmerso en un mundo de fuego y fantasmagoría, un mundo metarreal que determina sobre el mundo real; de acá abajo:
“Abran camino”, y llega montado el recio Cartagena, Teniente Coronel que lo ganó en la guerra grande, con un hachón prendido de cardona, clavado como una lanza, al estribo de cuero. Y otros hachones, de tramos en tramos. O encienden los árboles secos, que escaldan y chisporrotean, y echan al cielo su fuste de llama y una pluma de humo. El río nos corta"…
El sanador
Y más fuego, y más muerte, y Martí que hace de enfermero, medicineman de las arcaicas eras, que cura a los heridos porque antes se ha curado a sí mismo, cura con lo que hay a mano, agua, iodoformo, algodón fenicado, pero cura sobre todo con el alma y además nos narra.
Presenta la paradoja de un héroe que no sólo ha sido herido de bala sino de sífilis; el héroe Amfortas, flechado por la afición fálica, afición como aflicción del gran señor del ciclo de las leyendas artúricas del Santo Grial que se manifiesta en la manigua cubana:
"A las 5, abiertos los ojos, Coli al costado, machete al cinto, espuela a la alpargata, y a caballo”. — Murió Alcil Duvergié, el valiente: de cada fogonazo, su hombre: le entró la muerte por la frente: a otro, tirador, le vaciaron una descarga encima: otro cayó, cruzando temerario el puente. —¿Y a dónde, al acampar, estaban los heridos? Con trabajo los agrupo, al pie del más grave, que creen pasmado, y viene a andas en una hamaca, colgando de un palo. Del jugo del tabaco, apretado a un cabo de la boca, se le han desclavado los dientes. Bebe descontento un sorbo de Marrasquino. ¿Y el agua, que no viene, el agua de las heridas, que al fin traen en un cubo turbio? La trae fresca el servicial Evaristo Zayas, de Ti Arriba. ¿Y el practicante, dónde está el practicante, que no viene a sus heridos?— Los otros tres se quejan, en sus capotes de goma. Al fin llega, arrebujado en una colcha, alegando calentura. Y entre todos, con Paquito Borrero de tierna ayuda, curamos la herida de la hamaca, una herida narigona, que entró y salió por la espalda: en una boca cabe un dedal, y una avellana en la otra: lavamos, iodoformo, algodón fenicado. Al otro, en la cabeza del muslo: entró y salió. Al otro, que se vuelve de bruces, no le salió la bala de la espalda: allí está, al salir, en el manchón rojo e hinchado: de la sífilis tiene el hombre comida la nariz y la boca: al último, boca y orificio, también en la espalda: tiraban, rodilla en tierra, y el balazo bajo les atravesó las espaldas membrudas, A Antonio Suárez, de Colombia, primo de Lucila Cortés, la mujer de Merchan, la misma herida".
Después la noche, la luz, el misterio, el lenguaje acompasado, música mítica, para el trance, para abrir la visión, para facilitar los estados alterados de la conciencia, como antes en el combate los facilitaron el fuego y el estertor de los heridos: "Hamacas, candelas, calderadas, el campamento ya duerme: al pie de un árbol grande iré luego a dormir junto al machete y el revólver y de almohada mi capa de hule: ahora hurgo el jolongo, y saco de él la medicina para los heridos. Cariñosas las estrellas, a las 3 de la madrugada".
Martí muestra su revólver Colt y mata al surrealismo antes de nacer
En Haití a punto de partir para la guerra, se manifiesta ya la experiencia metafísica propia de la guerra. En una frase que parece anticiparse al movimiento surrealista -como ciertamente la obra martiana es precursora del movimiento modernista- y anular la propuesta de André Breton en 1916, cuando suelta la siguiente frase en su Diario que describe un ademán que pareciera disuadir al práctico haitiano que lo conduce en la noche por un intrincado paraje de la peregrina idea de asaltarle:
"En un claro, al salir, le enseño al hombre mi revólver Colt, que reluce a la luna: y él, muy de pronto, y como chupándose la voz, dice: “¡Bon, papá!”
Metafísica de la guerra en Martí
Que la escritura del Diario de Campaña no haya sido superada por ningún autor en la historia de la literatura española de los últimos dos siglos, no resulta de pura suerte, sino porque conecta con la fuente, fuerza primordial. El Diario es un texto sacral, religioso en el auténtico sentido del término pues religa al taumaturgo, al autor en tanto hierofante, con la potencia de lo divino.
De ahí podemos entender al Homagno generoso de su poema Yugo y estrella -la estrella como sempiterno símbolo en Martí-, donde afirma: "De mí y de la Creación suma y reflejo, Pez que en ave y corcel y hombre se torna", hombre que se diviniza en la relación con lo divino; se hace co-creador con Dios.
Luego acá nos topamos con el mismísimo origen de la literatura, con el tropel de bisontes en el cielo no como metáfora artificiosa o surrealista sino como realidad de lo mágico velado al hombre masa; al apagado bruto de su citado poema.
En el Diario de Campaña nos atrevemos a entrever características de las antiguas tradiciones indoeuropeas en las que, como escribe el filósofo italiano Julius Evola en su obra Metafísica de la guerra, "aparecen una y otra vez los temas de la sacralidad de la guerra y del héroe que no muere realmente, sino que se convierte en soldado del ejército místico en una lucha cósmica"… para acto seguido apuntar que estos serían elementos a encontrar en el cristianismo, "al menos en aquel cristianismo que pudo adoptar la divisa de Vita este militia super terran y reconocer que no sólo con la humildad, la caridad, la esperanza y todo lo demás, sino también con un tipo de violencia -la afirmación heroica aquí- es posible acceder al Reino de los Cielos".
Sólo así, mediante la idea de la metafísica de la guerra, nos sería dado el poder aprehender el enigma de Martí el Apóstol, el Homagno, el Hombre-Nación, y por consiguiente, entender su muerte allá en un polvoriento potrero de Dos Ríos el 19 de mayo de 1895 -hace ahora 125 años- no como sacrificio suicida sino como acto consciente de quien entrega el cuerpo para salvar el alma, la suya y la de los suyos; en salto a la eternidad.
De ahí pues la sacralidad de los sangrientos, apretados y apresurados párrafos de su Diario de Campaña.
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Artista recrea el concepto de Cuba como un país cárcel con la serie "Cercados" (FOTOS)

“Cercados” es el nombre de la nueva serie de dibujos que ofrece el artista cubano autodidacta Dayán Melián Castro.
Nacido en Camagüey y criado en La Habana desde muy pequeño, el joven dijo a Martí Noticias que sus inicios en las Artes Plásticas surgen a partir de su participación el año 2020 en la pintura de varios murales, invitado por el grafittero Yulier P., cuando comenzó a imbuirse en el arte callejero y contestatario.
Sobre su primera serie que se llamó “Luminarias” nos explica que reflejaba la aguda situación del país, con los apagones generales y la desidia gubernamental.
El artista nos presenta ahora “Cercados”, una serie que, según él, “nace de la propia realidad de los cubanos, dentro un país cárcel donde los ciudadanos no tienen los mínimos derechos para vivir en libertad, todo esto amparado por el Código Penal Cubano”.
Melián Castro usa su obra en esta nueva serie para denunciar precisamente la falta de la libertad de expresión y las condenas injustas que se imponen en la Isla a quienes piensan diferente.
Con detalles precisos, el artista retrata y versiona el Escudo Nacional, encierra al gorro frigio en una jaula de metal, en clara referencia a las restricciones en Cuba.
También nos presenta la figura del Héroe Nacional José Martí realizando con sus manos el gesto de la "L" de libertad, que hacen los opositores cubanos y lo dibuja cercado con alambres de púas. En sus obras aparece el icónico Malecón habanero y también palomas volando en libertad.
La última de las imágenes de “Cercados” representa al Tocororo, el ave nacional cubana, encerrada también en una jaula de metal.
Dayán Melián Castro ha compartido en sus redes sociales todos los dibujos que pertenecen a esta nueva serie “Cercados” nombrada así en alusión a las faltas de libertades en Cuba.
La colección "Rompiendo el silencio" del diseñador Alberto Leal: un grito por la libertad de Cuba
En el segmento "Exprésate con arte" el diseñador cubano, radicado en Estados Unidos, Alberto Leal presenta su colección "Rompiendo el silencio".
El arte sobrevivirá, no los que trataron de destruirlo, aseguran cineastas cubanos

La Asamblea de Cineastas de Cuba (ACC) reiteró este martes el derecho de los creadores cubanos a hacer un cine sin prohibiciones y a ser respetados, independientemente de sus posturas religiosas, ideológicas o de su cosmovisión.
“Tenemos derecho a que nuestro cine sea libre y exhibido sin restricciones, que nuestros artistas sean reconocidos respetando sus posiciones políticas, sus creencias y sus maneras de comprender y representar nuestro entorno”, afirmaron en una declaración publicada en su perfil oficial en Facebook.
En relación con la nueva declaración de la ACC, tres creadores cubanos dieron sus criterios a Martí Noticias.
“La Asamblea de Cineastas suele tener un tono moderado a la hora de pronunciarse, cosa que es entendible porque está compuesta por personas muy diversas que tienen distintas perspectivas sobre los asuntos relativos a la política cultural cubana y a la cultura en Cuba, pero coinciden en que es importante colisionarse y expresarse como comunidad de creativos ante las autoridades de cultura”, indicó desde España, el artista visual Julio Llópiz Casal.
El comunicado reconoce a colegas de la talla de Tomás Gutiérrez Alea, Humberto Solás, y Nicolás Landrián, entre otros, “que demostraron el enorme poder que tienen las imágenes para describir lo que fuimos, somos o quisiéramos ser”.
“Ellos hicieron sus obras, nosotros hoy, hacemos las nuestras. No tienen que ser iguales, no tienen que ser mejores, solo tienen que ser honestas”.
Sin embargo, “para ciertos funcionarios culturales, con una mentalidad vieja, la honestidad es una plaga, que debe ser exterminada”, lamenta la nota.
“Me hace perder credibilidad en qué se está defendiendo. No se puede pasar página cuando lo principal esté irresuelto y lo principal es la autonomía”, consideró la actriz, escritora y productora Lynn Cruz, desde la capital cubana.
“Es llamar a las cosas por su nombre. Es denunciar que el Decreto Ley 373 dejó al cine en un campo de batalla entre cineastas y burócratas, pues es absolutamente ambiguo cuando dice que los contenidos tienen que estar ‘dentro de las libertades que permite la revolución cubana’, en un país donde institución y revolución son la misma cosa”, añadió la actriz.
La declaración de los cineastas critica al Grupo Temporal de Trabajo (GTT), establecido por el Gobierno: “Hay una clara reticencia a reconocer a la Asamblea como interlocutora, en cambio se citan selectivamente a cineastas para dar la impresión de que existen diálogos y acuerdos, repitiendo el viejo método de "divide y vencerás"’.
Al respecto, Llópiz Casal señaló que le pareció positivo en la declaración “que hagan referencia al hecho de que las autoridades se niegan a dar legitimidad a la Asamblea y la ignoran, pero, por otra parte, se dedican a citar de manera individual a miembros cuidadosamente elegidos de la Asamblea para dar una idea de que están interesados en dialogar con los artistas”.
Asimismo, aplaudió que la Asamblea aluda a “los artistas que se mantienen en silencio y que evaden la posibilidad de expresarse de manera frontal, independientemente de las consecuencias, están contribuyendo al menoscabo del entramado cultural que, desde hace muchos años, por demás, lleva sufriendo esta censura y que ha tenido que denunciar una y otra vez porque no suceden cosas que beneficien la libertad de expresión”.
En ese sentido, Cruz apuntó que “no son solo las instituciones las que han dado la espalda a la Asamblea, sino los propios miembros que han participado y que han continuado dialogando con dichas instituciones, de espaldas a la Asamblea y que además han creado divisiones”.
Los integrantes de la Asamblea expresaron, otra vez, su rechazo a la censura y la exclusión en cualquier tipo de manifestación del arte o la literatura.
“De nada vale “rehabilitar” o “perdonar” con el tiempo a las víctimas, si las ideas que legitimaron un procedimiento siguen vigentes y caen sobre nuevos cuerpos y obras”, dijeron los cineastas en referencia a la vieja práctica de las autoridades de condenar al ostracismo a escritores y artistas y luego volver a admitirlos en las instituciones:
“Hay artistas injuriados, perseguidos, maltratados. Sobre ellos pesan la sospecha y la incertidumbre”, subrayaron.
“Hemos denunciado durante décadas esos atropellos y los que tienen que tomar las decisiones para acabar con ellos de raíz, se muestran impávidos y condescendientes. Eso se llama irresponsabilidad política”, calificó la comunicación de la Asamblea.
“El arte sobrevivirá, a los que un día hablando en su nombre, hicieron todo lo posible por destruirlo. Será su vergüenza, pero no la nuestra”, concluye.
“Me parece muy loable que hayan usado la palabra vergüenza, que es una palabra tan precisa y que no se presta a malentendidos para referirse a que la vergüenza caerá sobre quienes censuran, no sobre los artistas que hacen su obra con honestidad”, elogió Julio Llópiz Casal.
La escritora y periodista, Yania Suárez, consideró que la Asamblea de Cineastas es un esfuerzo combinado contra la censura que “hay que tener en cuenta” y “entender su complejidad”.
“A veces puede desilusionarnos, por ejemplo, yo no estoy de acuerdo con que no hayan dejado entrar a prensa independiente a sus predios; a veces a uno puede parecerle un poco tibia alguna declaración, como esta última que parece pecar de ingenuidad, parece escrita por personas que no han vivido en Cuba durante 60 años, que se enteran ahora de que la censura existe, que existe un aparato represivo”, precisó la narradora, residente en La Habana.
“Pero hay que pensar que son muchos artistas de dentro y de fuera de Cuba, tratando de ponerse de acuerdo y que, como cada esfuerzo colectivo que ocurre en este país contra la censura, está muy minado por la Seguridad del Estado”, agregó.
Pero han obtenido resultados significativos: “El fondo para el desarrollo del cine cubano manejado por artistas”, la inclusión de artistas de fuera de Cuba y artistas censurados en la Isla.
“Creo que hay personas inteligentes pensando cómo hacer las cosas. Les quedan muchas estrategias de resistencia por explotar. Ahora quisieron ir al cementerio, ingenuamente, a hacerle un homenaje a Landrián; no los dejaron, pero ya es algo que está avisando al poder, diciéndole ‘mira, podemos salir a la calle también”’, destacó Suárez.
Erotismo y realismo sucio en las “Noches y Días Urbanos” de Edel Carrero

“Noches y Días Urbanos” es el debut literario del actor y activista cubano Edel Carrero, un texto de realismo sucio donde el humor negro, el erotismo y la realidad cubana son los ingredientes fundamentales.
El libro se divide en tres capítulos: “Explorando La Habana, “Mis adorados y tormentosos romances” y “El Tabla, Spider y yo”.
En conversación con Martí Noticias el autor dijo que estos textos nacen a raíz de sus estudios de actuación en el Grupo Olga Alonso y las enseñanzas de su profesor Humberto Rodríguez acerca de "las escenas invisibles, que no es más que lo que el público no ve en una obra de teatro".
“El profesor nos enseñó a escribir sobre estos personajes. De ahí empecé a contar sobre los que interpretaba y me di cuenta que se me daba de manera fácil armar una historia y crearles una vida”, relató el actor.
Con estas herramientas, su facilidad de palabra y el impulso de su buen amigo, el actor Rubén Cortada, se decidió a escribir este libro.
También confesó que le sirvió de inspiración la lectura de “Trilogía sucia de La Habana”, de Pedro Juan Gutiérrez, quien escribe también sobre realismo sucio, pero aclaró que bajo ningún concepto lo copió, sino que se inspiró en ese estilo.
"El género es muy interesante ya que se puede utilizar para muchas cosas, además de que es un estilo de lectura fácil, que lo entiende desde el más catedrático hasta la persona más sencilla", afirmó.
Carrero dijo que le gusta mostrar la vida como es, porque muchas personas intentan ser supuestamente correctas "algo que no entiende porque esa línea entre lo correcto y lo incorrecto, es bien difusa".
“Todos los personajes son reales al igual que los lugares, solo cambié los nombres para proteger la identidad de cada uno de ellos” explicó.
El humor que caracteriza a los cubanos está presente en las historias del libro, el autor insiste en que lo emplea para narrar y criticar varios flagelos de la sociedad cubana: el machismo, la falta de libertades, el sistema impuesto por el régimen, la prostitución, la situación de los artistas cubanos y las dificultades por las que pasan los jóvenes en la Isla por no tener opciones para disfrutar.
Utiliza además en su narrativa recursos literarios como el erotismo, lo que unido a una alta dosis de realismo sucio, nos ofrece un retrato descarnado de la vida nocturna y real de La Habana.
El escritor adelanta que tiene en preparación una segunda parte de este libro que lleva el nombre de “Cocinando en libertad” donde cuenta todos los sucesos que giran sobre lo sucedido en las protestas del 11 de julio de 2021.
Carrero participó en la sentada del 27 de noviembre del 2020 frente al Ministerio de Cultura, dando origen al movimiento 27N y también se manifestó frente al antiguo Instituto Cubano de Radio y Televisión (ICRT), conocido ahora como Instituto de Información y Comunicación Social, durante el levantamiento popular del 11J.
Por su activismo contra el régimen fue expulsado de su trabajo como informático en el Centro de Teatro de La Habana.
“Noches y Días Urbanos” ya está disponible en todos los formatos y puede ser adquirido en la plataforma Amazon.
"Rompiendo el silencio": diseñador cubano conmueve al público en Semana de la Moda de Milán (VIDEO)

La colección “Rompiendo el silencio”, del diseñador cubano Alberto Leal, deja huellas en quienes pudieron disfrutarla durante la semana de la Moda de Milán, en Italia, que se celebró del 19 al 25 de septiembre, una cita mundial con la moda y sus creadores.
El propio Leal confirmó el logro de su muestra a Martí Noticias.
“Sí, se logró el propósito, llevamos el mensaje, lo trajimos hasta aquí y lo hemos llevado muy lejos porque, ya te digo, hay personas de todos los países y la gente preguntaba, pudieron ver lo que queríamos mostrar”, aseguró el diseñador.
Alberto Leal, quien reside en Estados Unidos, nos comentó que es natural de Regla, en La Habana, y que se inició en el giro de la moda hace 25 años.
El creador nos describió lo sucedido durante la exhibición, que se presentó el pasado 23 de septiembre en el Palacio Barotsi, en Milán, donde cada prenda llevaba un mensaje, algunas por la libertad de Cuba y en contra del comunismo y la guerra.
“Este es el proyecto más importante que he hecho en mi carrera como diseñador. La que pasó el vestido Stop a la Guerra fue una modelo ucraniana que, cuando vio el vestido, rompió a llorar; fue un momento muy fuerte, porque nos identificamos todos con la misma causa, ellos están en una guerra con bombas y nosotros estamos en una guerra con ideales y con hambre”, advirtió Leal.
“Las modelos cubanas no pudieron defender mejor cada uno de los trajes que representaban. Las Damas de Blanco era algo que yo no podía dejar pasar, pues nada, quise hacerles mi pequeño homenaje. ¡Ojalá hubiese podido hacer mucho más. Al comunismo bueno, creo que eso no lleva ni explicación, todos estamos en contra, todos sabemos que el comunismo de destruye sociedades, que todo es hambre y miseria. Otros mensajes, como el abuso infantil, eso fue otro momento en el desfile que fue impactante para muchas personas, la gente lloró, la gente se erizaba viendo el traje, como me pasó a mí cuando lo estuve haciendo”.
Durante el desfile, los participantes además pudieron escanear el código QR Cuba Duele.com, un aporte de la activista Avana de la Torre.
“Que lo hizo Avana en el mes de agosto, que es maravilloso porque a medida que puedes ver la belleza de los vestidos, puedes ver la realidad de Cuba, entonces es lo que lo que yo quise lograr, desde la moda que ha sido siempre tan elitista, pues que la gente ponga los pies en la tierra y diga, ¡Oh, wow!, esto está sucediendo de verdad, cuánta miseria, cuánto dolor está sintiendo nuestro pueblo”.
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