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Cuba

A 26 años: “Un Maleconazo hoy sería hacia adentro”

Imagen de El Maleconazo.
Imagen de El Maleconazo.

A 26 años de la protesta callejera que sacudió La Habana el 5 de agosto de 1994, conocida como “El Maleconazo”, tres cubanos de la sociedad civil hablan de la fractura que representó aquel hecho, de cómo su espíritu se reproduce ahora cotidianamente en cualquier cola y de por qué, en vez de una válvula de escape, un Maleconazo hoy sería “hacia adentro”.

“Los cubanos no podemos ser iguales después del ‘94”, le dijo desde La Habana al reportero de Radio Televisión Martí Amado Gil la filóloga y periodista independiente María Matienzo.

“Creo que ahí hubo una fractura, un antes y un después; una posibilidad real de que la gente puede levantarse en contra de este gobierno, pero creo que ha pasado demasiado tiempo y el miedo se volvió a instaurar”, dijo Matienzo.

“Los cubanos no podemos ser iguales después del ‘94"
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De acuerdo con la periodista independiente, el miedo ha sido el “terreno escabroso” por donde siempre se ha movido el régimen.

“Ha pasado una generación después del 94; los que vivieron conscientemente [aquel] 5 de agosto son padres ahora: padres que habría que ver si están dispuestos a que sus hijos pasen por la misma crisis de los 90”, comentó. “Yo creo que no; que dejó un trauma muy profundo como para que ellos permitan que haya otra crisis con esa magnitud, aunque ahora parezca que vamos camino a eso”.

Los cubanos del 2020 son personas menos comprometidas con el sistema de gobierno instaurado en 1959, observó Matienzo, “y con todo el proceso revolucionario ese que ellos [los jerarcas del régimen] creen y quieren hacer parecer que es unánime, y creo que hay más gente dispuesta a tirarse a hacer lo que haya que hacer, pero sin poner el muerto”, añadió.

Eso es parte de nuestra idiosincrasia, lo que heredamos de nuestros padres con aquellas frases de “no te marques”, “te van a cortar las alas”, manifiesta.

“Los cubanos del 2020 hemos llegado a esta altura quizás con una conciencia demasiado clara de que esta gente –me refiero al poder— parecen inamovibles”, dijo. “Hemos visto a nuestros padres que, pese al 94, han llegado achacosos, frustrados; que el 2020 les está pasando la cuenta, porque indiscutiblemente este tiene que ser un año kármico donde la gente está enfermando y muriendo sin [razones], no solamente el COVID-19: los niveles de muerte por violencia, por otras causas han sido muy altos”.

Así, la gente sigue optando por irse y sigue viendo en el 2020 que la ruta está en la salida, manifiesta la periodista independiente.

Otra de las imágenes del Maleconazo (Archivo).
Otra de las imágenes del Maleconazo (Archivo).

“No podemos ser los mismos porque incluso después del 94 hubo un éxodo masivo donde toda una generación quedó fracturada, y son los que ahora quizás desde el exilio están levantándose de nuevo y diciendo: ‘Bueno, me fui, me tuve que ir y he estado demasiado tiempo pasivo; ya es hora de empezar a decir que no quiero más”, declara.

El 94 fue un año tan terrible como está siendo el 2020: un año bisiesto, un año feo, comenta.

“Los cubanos tenemos memoria muy corta: tenemos una memoria a corto plazo que viene con el daño antropológico; ni siquiera a veces pensar en la familia, una capacidad enorme de aguantar la tragedia y la necesidad, y me hace pensar que es parte no solamente del daño antropológico, sino del trabajo que se ha hecho para quitarnos esa porción que nos quedaba de humanidad”, dice Matienzo.

Observa que las redes sociales son una especie de campo de batalla donde los cubanos se maltratan.

“No hay que ser homogéneo a la hora de pensar, pero sí que nos uniera un sentido común sería bueno, y no lo estamos logrando”, declara. “En el 94 había un nivel de ingenuidad de que un cambio era posible; ese nivel de ingenuidad también llevó a los que se tiraron a la calle a gritar 'Viva Fidel' cuando apareció el tirano en escena; aunque siempre creo que hay detrás una historia no contada, como todas las cosas que suceden aquí”.

Matienzo dice creer que este 2020 promete y sorprende todos los meses.

“También ha sido un año en el que ellos –los jerarcas del gobierno— han aprovechado el encierro para recrudecer en materia de represión, y puede ser que el cubano tenga memoria corta, pero evidentemente el régimen no tiene memoria corta, y toda esta ola represiva del 2020, que nos distingue con respecto al 94, demuestra que ellos le tienen miedo a un Maleconazo; tienen mucho miedo a que la gente se manifieste [ya no] como se manifestaron en el 94, sino pacíficamente, y eso creo que lo vimos el 30 de junio”.

La periodista se refiere a la represión policial desatada para evitar las protestas en todo el país por el presunto asesinato a manos de la policía del joven de 27 años Hansel Ernesto Hernández Galiano.

“Y nosotros, en tanto sigamos teniendo esa memoria flaca, esa memoria poco profunda, que contemos la historia a partir de donde nos convenga, seguiremos en las mismas bajo la bota de quienes sí tienen memoria histórica, al menos del miedo que pueda provocar que haya tanta gente tirada en la calle protestando, aunque sea pacíficamente”, dijo.

Dagoberto Valdés: ‘El Maleconazo de hoy’

“La situación económica y social del 94, cuando ocurrió el llamado Maleconazo, y la de estos momentos en Cuba, son en la base iguales, pero también muy diferentes”, dijo el director de la revista Convivencia.

Si bien en 1994 había una situación económica y social crítica como la que ha existido en Cuba durante seis décadas, ahora las circunstancias exteriores son muy diferentes, pues “se han alineado como en una tormenta perfecta en cuanto al aislamiento” del régimen, e internamente “hay una situación de crisis sobre crisis” agravada por la pandemia, observa Valdés.

En este momento lo que provoca el malestar no es un hecho aislado, como en aquel momento fue el cierre del éxodo, indica, sino la gravedad de la situación económica y social a lo largo y ancho de toda Cuba.

"Hay una situación de crisis sobre crisis”
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“Se ha agravado a tal punto que, pudiéramos decir […], en cada cola hay un Maleconazo, es decir, una protesta; en cada esquina hay una inconformidad; en cada familia hay un lamento por la situación, y eso se extiende a todos los cubanos”, declara.

Las cosas se complican aún más por el hecho de que una parte de las tiendas del país venden productos de primera necesidad solo en dólares, o en cualquiera de las monedas libremente convertibles que tanto trabajo les cuesta conseguir a una parte de los cubanos, refiere el director de Convivencia.

“Todo este malestar económico y social impacta en la incapacidad del cubano de progresar por si mismo; de desarrollar su única vida, no porque no tenga talento –al contrario, porque el cubano es emprendedor—, sino por ese bloqueo interno a la creatividad y al emprendimiento de los cubanos que los ha hecho triunfar en cualquier latitud del mundo menos en su propia patria”, comentó Valdés. “Ese es el Maleconazo de hoy”.

Dimas Castellanos: ‘No se puede cambiar nada sin cambiar el modelo’

“Cuba es la misma y a la vez es distinta […]; es idéntica en el sentido de la posición del gobierno de insistir en soluciones sin tener que transformar el modelo”, le dijo a Amado Gil el sociólogo Dimas Castellanos. “Es diferente en el sentido de que hoy es imposible obtener ningún resultado ni mejorar nada sin cambiar el modelo”.

Como el gobierno es el responsable de todo lo ocurrido y el cambio de modelo implica la pérdida del poder, el gobierno está atrincherado buscando alternativas para no tener que llegar a ese punto, subraya Castellanos.

Para resolver su disgusto en 1994 la gente lo que quería y lo que hacía era irse de Cuba, observa el sociólogo. Hoy probablemente haya tantos o más con esas mismas ideas, pero “ahora hay un sector de la población que va creciendo y lo que está demandando son cambios en el país, y está dispuesto a estar aquí para enfrentarse a lo que viene”.

“El miedo es contagioso, pero la pérdida del miedo también es contagiosa"
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Con las reformas introducidas después de la caída del campo socialista, el gobierno de Fidel Castro tuvo la posibilidad de conseguir “un cierto alivio dándole participación al sector privado, con la circulación del dólar: hoy esa posibilidad no existe”, dice Castellanos.

Hoy no existe la opción de otro Hugo Chávez al frente de un gobierno capaz de ponerle un suero a la economía cubana, y tampoco hay un sector considerable del pueblo “dispuesto a hacer un esfuerzo más por ver si se podía mejorar sin cambiar el sistema; todo eso se agotó totalmente”.

Y es un pueblo que, además, con las redes sociales ha roto el monopolio de la información, que era el poder con el cual el gobierno lo mantenía bajo control, subraya el sociólogo desde La Habana.

“De lo que ocurre ahora la gente no se entera por vía del gobierno […]: sale mucho antes de que el gobierno lo diga, y ya el pueblo está en las redes comentando, criticando, dando sus opiniones, y junto con las críticas están las opiniones también de como cambiar”, añade.

Aquel era un pueblo y este es otro; aquel era un escenario económico y este es otro; aquel era un escenario político con cierto apoyo todavía de una parte del pueblo, y este es otro, dice el analista. E internacionalmente Cuba todavía tenía cierto respaldo que ya no tiene “porque Cuba ha demostrado que no es capaz de honrar ningún compromiso internacional”.

El Título III de la Ley Helms-Burton no se había aplicado: ahora está en vigor, y las medidas de presión de Estados Unidos le han dado un golpe duro al gobierno cubano, observa. “Y en estos momentos la pandemia le puso la tapa al pomo”, agrega.

“En aquel momento no estábamos al borde de la hambruna: hoy Cuba está al borde de la hambruna”, dice el sociólogo. En la misma Cuba, “son dos escenarios totalmente diferentes que el gobierno no está en condiciones ya de superar”.

Un Maleconazo hoy sería hacia adentro, no hacia afuera, manifiesta.

“Muy peligroso, y las posibilidades están ahí”, advierte Castellanos. “El miedo es contagioso, y con eso se ha controlado a este pueblo, pero la pérdida del miedo también es contagiosa, y nunca hubo tanta gente [demostrando] que no le tienen miedo a este sistema ni a lo que puedan hacer contra sus vidas incluso”.

Cita lo ocurrido con la policía en Santiago de Cuba dos veces: han tenido que retirarse de un lugar ante las protestas, o porque les impidieron detener a alguien. Y considera que la decisión de abrir tiendas en dólares para alimentos y productos de primera necesidad solo vino a institucionalizar las diferencias y a provocar una ruptura del consenso social.

“Una explosión en este momento no va a ser para irse al Malecón a ver si pasa una lancha e irse: va a ser una cosa interna, y que el gobierno va a tener entonces que masacrar, y ahí terminó todo, y es posible que termine la nación también”, advierte el sociólogo.

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Historia Perdida 1

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Cuba, La Habana de los 50

Madre confía en que carcelero que agredió a su hijo en el Combinado del Este será llevado a Tribunal Militar

Yoanky Báez Albornoz, prisionero político del 11J (Tomada del Facebook de Báez Albornoz)
Yoanky Báez Albornoz, prisionero político del 11J (Tomada del Facebook de Báez Albornoz)

Un guardia de la prisión del Combinado del Este, en La Habana, que agredió al preso político de las manifestaciones del 11 de julio de 2021, Yoanky Báez Albornoz, podría ser llevado a un tribunal militar.

Daimy Albornoz Rodríguez, madre del condenado a 14 años de privación de libertad por el delito de sedición, luego de que participara en las protestas pacíficas de La Esquina de Toyo, en el municipio capitalino de 10 de Octubre, explicó a Martí Noticias que la agresión tuvo lugar el día en que le correspondía a la compañía de su hijo salir al patio a tomar el sol.

“Le tocaba a la compañía de él el patio y, cuando abren la reja que le dicen ‘Compañía, patio’, mi hijo sale para el patio y el guardia, cuando le tocó salir a él, le dijo ‘tú no, tú no vas al patio, tú quédate aquí, ponte para acá’, y mi hijo le dijo que no, que él no se iba a detener en ningún lado”, dijo Rodríguez.

La señora explicó que, ante la negativa del joven, el oficial lo amenazó con llevarlo a la jefatura, a lo que el prisionero político contestó: “Bueno, tú me llevas para donde tú quieras porque yo no tengo miedo y yo no he cometido ningún delito”.

Madre de preso del 11J golpeado por guardia habla para Martí Noticias
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“Cuando mi hijo echó a andar, (el oficial) le cae atrás y un preso le dice (a su hijo) ‘¡Yoanky, cuidado!’, y cuando mi hijo se vira, el guardia le tira una galleta (bofetada). La primera galleta no le da y en la segunda, se meten los presos de por medio y, por encima de los presos, el guardia le dio la galleta en la cara a mi hijo y ahí empezaron a gritar los presos ‘¡Libertad, libertad!, ¡Patria y Vida, Patria y Vida!’ y ahí se unió en el coro todo el edificio completo cuando empezaron a oír los gritos del tercer piso”, explicó Albornoz Rodríguez.

La mujer declaró a Martí Noticias que su hijo no fue castigado por lo ocurrido ese día y que ella conversó con el mayor Leonelvis Hardy Baró, jefe del bloque donde está encarcelado su hijo.

“No lo castigaron porque el jefe del edificio Nº 1, que analizó el problema, me atendió, me dijo que mi hijo tenía la razón, que ellos no estaban ahí ‘para maltratar a ningún preso’ y eso ‘ellos no lo aceptan’ al punto de que, me dijeron, que él (guardia agresor) iba a ser sancionado y lo tenía ya hoy retenido y que ya eso lo sabía el jefe de ahí, del Combinado del Este y que lo iban a llevar a un Tribunal Militar”, concluyó Rodríguez.

Esto no es un caso aislado, el régimen de La Habana aseguró en el más reciente Examen Periódico Universal de Cuba, que "en los últimos cinco años, se había sancionado a 144 funcionarios de prisiones por extralimitarse en el ejercicio de sus funciones.

Los prisioneros, sus familiares y numerosas organizaciones defensoras de derechos humanos han denunciado múltiples casos de castigos, torturas y malos tratos cometidas por personal de centros penitenciarios cubanos. Además de abuso verbal, privación de atención médica, trabajos forzados, confinamientos en solitario, privación de sueño y de comida, ofensas y humillaciones constantes.

(Con reporte de Yolanda Huerga para Martí Noticias)

Turista rusa gasta cerca de un millón de rublos en Cuba en 16 días: “No quiero volver”

El régimen de La Habana ha apostado por los rusos para fortalecer el sector turístico / Foto de archivo - Ramón Espinosa (AP)
El régimen de La Habana ha apostado por los rusos para fortalecer el sector turístico / Foto de archivo - Ramón Espinosa (AP)
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Dieciseis días en Cuba le costaron a una turista rusa cerca de un millón de rublos y, luego de la experiencia, la mujer asegura que no quiere regresar.

Elena Liseykina contó en su blog "Viajar con una cámara" algunos de los obstáculos que enfrentó en la isla.

"A diferencia de los países normales, donde primero recibes un servicio y luego lo agradeces, en Cuba primero tienes que desembolsar unos dólares y luego esperar tener una toalla limpia en tu habitación. O no aparecerá", detalló.

Antes de irse de vacaciones, Liseykina valoró la opción de los particulares pero se dio cuenta que el gasto sería aún mayor. Entonces compró un paquete en un hotel todo incluido, donde ni siquiera disponía de agua caliente para hacer el te.

Cuba y su apuesta por el turismo ruso

El régimen de La Habana ha apostado por los rusos para fortalecer el sector turístico internacional, considerado como la “locomotora de la economía” en la isla pero que no ha logrado recuperarse tras la pandemia del coronavirus.

Entre enero y marzo de este año Cuba recibió 43 mil turistas rusos, según estadísticas oficiales. Cristina León, consejera de Turismo de la embajada de la isla en Moscú, dijo en abril pasado que el país estaba listo “para recibir al menos 200 mil huéspedes rusos" en 2024.

Rusia logró establecer líneas directas con los principales aeropuertos de los polos turísticos cubanos y este año se ha propuesto llegar “a 20 vuelos semanales”.

En 2023 arribaron al país 2.436.979 de turistaas, una caída de 43% del arribo de turistas al país en comparación con la alcanzada en 2019, que fue de 4.275.561.

Aunque Rusia representa un mercado importante, el país que más turistas aportó fue Canadá en ese periodo fue Canadá, con un total de 936.436. Este año el comportamiento es similar.

Las críticas de los turistas canadienses son cada vez más frecuentes

En las últimas semanas la prensa canadiense ha publicado varios testimonios de ciudadanos de ese país con malas experiencias en la isla. Uno de los casos más dramático fue el de Faraj Allah Jarjour.

El hombre, de origen sirio y residente en Canadá, falleció el pasado 22 de marzo durante unas vacaciones en Varadero. Sus restos fueron localizados en Rusia un mes después.

La familia, que pagó diez mil dólares para la repatriación del cuerpo, denunció lo ocurrido en medios locales tras recibir los restos de un ruso, unos 20 años menor.

Este año, el gobierno de ese país envío una alerta a sus ciudadanos. "Tenga mucho cuidado en Cuba", dijeron en un comunicado en el que detallan algunos de los riesgos a los que se enfrentan los turistas cuando viajan a la isla.

"Asegúrese de que sus pertenencias personales, incluido su pasaporte y otros documentos de viaje, estén seguras en todo momento. No lleves objetos de valor en su equipaje facturado, evite mostrar signos de riqueza, mantenga los dispositivos electrónicos fuera de la vista", explicaron.

En el documento hicieron referencia a las estafas, robos de tarjetas de créditos y a los servicios y productos multados. "Confirma siempre los precios antes de consumir o contratar un servicio. Las disputas sobre cobros excesivos pueden conducir a la violencia".

Esposa de manifestante de Nuevitas condenado a 14 años de prisión quedó desamparada con dos hijos (VIDEO)

Dayma Echavarría y su esposo, el preso político José Armando Torrente Muñoz. (Foto: Cortesía de la entrevistada)
Dayma Echavarría y su esposo, el preso político José Armando Torrente Muñoz. (Foto: Cortesía de la entrevistada)
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Dayma Echavarría, esposa del preso político José Armando Torrente Muñoz, condenado a 14 años de cárcel por su participación en la protesta popular de Nuevitas, denunció la precariedad en que se encuentra, con su esposo en prisión y dos hijos menores de edad a los que mantener.

“Estoy pasando en estos momentos una situación crítica y difícil con los niños. Al él ser el sostén de la casa me estoy viendo con serios problemas; no tengo recursos”, denunció la madre de Cristofer Yandel Torrente y Gerlyn Torrente en conversación con el Partido Demócrata Cristiano de Cuba.

Sobre la realidad que enfrenta esta familia, Jiordan Marrero Huerta, presidente de esa organización opositora, dijo a Martí Noticias que el propio Torrente, en comunicación desde el penal, le ha expresado su preocupación por su familia y reclama que cualquier ayuda disponible sea entregada a su esposa e hijos, que la necesitan más que él.

Dayma Echavarría denuncia la crítica situación que atraviesa su esposo en prisión
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“En el caso de José Armando, un joven de 36 años de edad, sancionado solamente por pedir libertad, por exigir un cambio, por pedir mejoras, casi todos estos jóvenes tienen hijos pequeños, tienen esposas y condiciones infrahumanas llenas de necesidades, porque el sostén de la casa, como lo dice Dayma, ha sido condenado, se encuentra en prisión", dijo Marrero Huerta.

El opositor lamentó la situación de Echavarría, una madre sola con dos hijos menores de edad, un niño de 11 años y una adolescente de 14.

"Según me estaba diciendo, con lágrimas en los ojos, el refrigerador se le rompió también. Entonces, para colmo, este escenario se va agravando y, realmente, no hay una institución, un estado de asistencia ninguna a estos familiares”, destacó Marrero Huerta.

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En una reciente llamada telefónica con el Consejo de Relatores de Cuba, desde el penal de Kilo 9, en la ciudad de Camagüey, Torrente Muñoz, que fue sentenciado por los delitos de sedición, atentado y resistencia, pidió que su caso y el de otros presos políticos en la isla se dé a conocer.

“Les habla José Armando Torrente, uno de los presos políticos de la causa 2 de 2023 de Nuevitas. Yo estoy avisando a todos los activistas de derechos humanos, para que se haga visible la situación que estamos viviendo nosotros, y la situación a la que nos estamos enfrentando”, dijo el prisionero político.

Las protestas populares del poblado de Nuevitas, ocurrieron entre el 18 y 19 de agosto de 2022, y los efectivos represivos del régimen, utilizaron fuerza excesiva contra los manifestantes, lo que quedo documentado en numerosos videos divulgados en las redes sociales.

Cuando se junta el apagón con el hambre y otros males: efectos colaterales que sufren los cubanos

Apagón en La Habana. (REUTERS/Alexandre Meneghini/Archivo)
Apagón en La Habana. (REUTERS/Alexandre Meneghini/Archivo)

Los apagones que afectan a toda la isla por estos días exacerban la crisis social que viven los cubanos, según testimonios recogidos por Martí Noticias.

La activista María Elena Mir Marrero, quien vive en la localidad costera de Guanabo, al Este de La Habana, habló sobre la repercusión que la falta de servicio eléctrico tiene sobre algunos sectores de la población.

“En los niños, después de esos apagones, mal alimentados, tener que llegar a la escuela, no pueden asimilar absolutamente nada. Lo mismo pasa con los trabajadores y lo mismo pasa con los adolescentes jóvenes: que coinciden apagones con mala alimentación”, apuntó la activista, añadiendo:

“Esto trae como consecuencia también el deterioro de los equipos electrodomésticos que tenemos en casa, que estos apagones son sin previo aviso; lo quitaron (la electricidad) y lo ponen y ya, y nadie se entera de cuándo lo quitan o cuando lo ponen”, dijo.

Esta circunstancia, en opinión de Mir Marrero, afecta “doblemente el trabajo de la mujer, que se pasa toda la noche abanicando al niño, sale para el trabajo mal alimentada también; no puede rendir en su trabajo”.

Según la sindicalista cubana, a consecuencia de la proliferación de los vertederos de basura, se incrementan los mosquitos, mucho más cuando falta la electricidad con lo cual aumenta el riesgo de las “picaduras de mosquitos, que te pueden ocasionar el dengue, se puede infestar una herida que, además, no hay cómo curarla ni con qué curarla”, señaló.

Cubanos padecen efectos secundarios de los apagones
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En Santiago de Cuba reside la opositora Lisandra Rivera, quien asegura que en esa ciudad ha aumentado la actividad delictiva con los apagones.

“Cada día peor: los ladrones, los asaltantes, los ‘arrebatadores’, cada día se aumentan más. ¡Ellos se aprovechan!”, lamentó Rivera.

Desde el mismo Santiago de Cuba, una persona vinculada a Salud Pública que pidió a Martí Noticias no ser identificada, habló del impacto de los apagones en ese sector:

“La cantidad de vectores que hay en una lavandería y cuando se va (la electricidad) no se puede lavar, toda la ropa de cama del Cuerpo de Guardia, toda esa ropa, eso no se puede lavar por falta de corriente; en materno también, las batas, las sábanas y en la Clínica Dental también, que usan batas los médicos”, explicó el hombre.

Desde la localidad de Cabañas, en la provincia Artemisa, el activista Moisés Leonardo Rodríguez se refirió a la interrupción de servicios básicos como el agua.

“Interrupción total del suministro del agua, que da inestabilidad en la producción por ejemplo del pan, hay días aquí que el pan llega al otro día; no se pudo hacer el anterior porque no tenían cómo hacerlo. Ya la gente no siente alegría ni siquiera porque venga la corriente, no la manifiestan”, aseguró Rodríguez.

En opinión de Moisés Rodríguez, “los cubanos han "llegado a un punto que parece ser un punto de no retorno, porque los ‘decisores’ (las autoridades) están como si nada, en sus vidas de multimillonarios, y no les importamos en lo absoluto”, concluyó el activista.

El pasado 8 de mayo, la Unión Eléctrica de Cuba reconoció que cuenta con escasos recursos para dar respuesta a la grave crisis energética que vive el país y alertó sobre más apagones. Además, indicaron que por falta de combustible 34 centrales de generación distribuida se encontraban fuera de servicio.

El estudio "Cuba colapsa y también se apaga", realizado por el investigador Emilio Morales, reconoce que los retos energéticos que enfrenta Cuba no tienen una solución inmediata y que el país "carece de recursos internos de petróleo o gas natural para satisfacer la demanda de la producción eléctrica, lo que obliga a depender de importaciones".

"La infraestructura de generación eléctrica en Cuba es obsoleta y en muchos casos resulta impracticable su reparación. Se requerirán de 6 a 8 años (algunos estiman que diez) y una inversión multimillonaria (10,000 millones de dólares) para reconstruir la capacidad de generación termoeléctrica", indicó el informe publicado por Cuba Siglo 21.

Morales plantea, además, que la única solución posible a los apagones es eliminar el modelo de centralización estatizado (totalitario) de la economía e ir a una economía de libre mercado.

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