Un juez de Miami desea que la espía de Castro, Ana Belén Montes, se largue a Cuba cuando sea excarcelada

Mugshot de la espía Ana Belén Montes y uno de los códigos en poder del FBI con que transmitía sus mensajes a Cuba.

La agente doble para Cuba al más alto nivel de la inteligencia del Pentágono fue arrestada hace 21 años y debe obtener su libertad en los primeros días de 2023.

Fue el 21 de septiembre 2001 que "la Reina de Cuba", como era conocida en la comunidad de inteligencia, fue arrestada. Agentes del Buró Federal de Investigaciones (FBI) irrumpieron en la oficina de la analista Ana Belén Montes en las instalaciones de la Agencia de Inteligencia de la Defensa (DIA) en la Base Aérea de Bolling, en Washington, DC. La detención se produjo exactamente a las 11 de la mañana.

En su haber, 22 años de trabajo en la DIA, de los cuales destinó 17 para pasar información al régimen de Cuba. De ahí que no pocos la consideraban la agente personal de Fidel Castro.

En octubre de 2002 fue condenada a 25 años ó 300 meses de prisión por conspiración para cometer espionaje a favor del régimen cubano. En Miami, el juez del 11no Circuito del estado de Florida, Alberto Milián, ha estudiado a fondo el proceso judicial de Belén Montes, que cumpliría 20 años en cautiverio cuando se concrete su libertad en enero.

“Francamente merecía cadena perpetua o la pena de muerte, porque eso es lo que merece una persona que comete una traición de tal índole en EEUU”, dijo Milián, quien alcanzó el grado de capitán de la contrainteligencia militar en el Ejército estadounidense.

Belén Montes se declaró culpable, no hubo juicio con jurado y en opinión de Milián, es responsable por la muerte de un soldado de las tropas especiales de EEUU que prestaba asesoría militar en El Salvador. Fue en 1987, cuando la guerrilla atacó un campamento del Ejército salvadoreño y causó varias bajas.

El juez federal, Alberto Milián, y el periodista, Ricardo Quintana.

“Esa información (la ubicación del campamento) ella se la entregó a Fidel Castro, a su maestro. En muchos casos de espionaje se llega a acuerdos, primero porque el traidor coopera y entrega los informes que pasó al enemigo, por eso quizá no fue condenada a muerte”, opinó Milián, quien no vacila al asegurar que Belén Montes perjudicó mucho al país.

Asimismo, recordó los casos de Robert Hanssen, que era agente del FBI o Aldrich Ames, que era oficial de la CIA, quienes sí recibieron cadena perpetua y “gracias a la justicia van a morir en la cárcel”, dijo el exfiscal.

Belén Montes no solo traicionó a su país sino a su hermana y a su hermano que trabajaban para el FBI.

“El amor propio pudo más que ella. Supuestamente porque era narcisista, sentía orgullo de servir a Fidel Castro y a la Revolución Cubana. ¡Qué ironía!”, lamentó Milián.

En el juicio, la Fiscalía presentó pruebas abrumadoras, un radio de onda corta y los códigos numéricos que utilizaba para transmitir la información y no solo que tuviera que ver con Cuba.

Sketch de la espía Ana Belén Montes saliendo de la sala del tribunal en Washington D.C.

“Cuando EEUU planificaba su respuesta al Talibán y Al Qaida por los ataques contra las Torres Gemelas de Nueva York, el 9 de septiembre de 2001, las autoridades temieron que Belén Montes fuera a pasar esa información a Castro porque, entre otras cosas, Cuba lucra con el trabajo de inteligencia y vende información a Corea del Norte, a Irán, a todos los enemigos de la democracia y entonces en ese momento el FBI tuvo causa probable para justificar su arresto”, recordó.

"La Reina de Cuba" fue detenida 9 días después de los atentados contra las Torres Gemelas ("The World Trade Center"). En su caso, las audiencias fueron públicas y contó con la representación legal del experimentado abogado Plato Cacheris, fallecido en 2019.

“Se declaró culpable, demostró desacato para la corte porque hasta el último momento dijo que lo hacía por la injusticia que EEUU había cometido en Latinoamérica y conociendo su psicología y estudiando a profundidad su expediente, puedo decir que es una persona muy acomplejada; eso es lo que buscaban los servicios de inteligencia de la ex Unión Soviética, la KGB, los servicios de Putin y Fidel Castro”.

A Castro nunca le interesó canjear a la que se dice fue su espía personal porque, según entendidos, no era agente, no era oficial de la Dirección de Inteligencia castrista como fueron los cinco espías de la Red Avispa.

“Ana Belén Montes era una informante muy útil para Cuba, pero no agente. Además, el daño que ocasionó a EEUU fue tan grave que la DIA y la CIA se opusieron de plano al intercambio”, comentó Milián.

Con el número de presa 25037-016, Belén Montes se halla en la prisión federal y centro médico para mujeres de Carswell, en Fort Worth, Texas.

En la instalación hay reclusas de todos los niveles de seguridad con necesidades médicas y problemas de salud mental. Fuentes familiares han dicho que la espía sufrió cáncer de mama.

En Puerto Rico y en varias ciudades de Estados Unidos, América Latina y Europa, hay grupos que promueven su libertad y que consideran injusto su encarcelamiento, como La Mesa de Trabajo por Ana Belén Montes y Cuba por Ana Belén.

“En estos momentos no estamos concediendo entrevistas”, respondió a Radio Televisión Martí su prima por parte de padre, Miriam Montes-Mock, radicada en Puerto Rico.

Por estos días, el exagente del FBI Peter Lapp, uno de los agentes que arrestó a Belén Montes, promueve en Miami su libro "Queen of Cuba" (La Reina de Cuba), que saldrá a la venta después de que la espía sea puesta en libertad en enero. Lo acompañan en la gira la co-autora y periodista Kelly Kennedy y Chris Simmons, el ex analista y coronel de la DIA que participó en los interrogatorios a la informante.

Una vez pagadas las culpas, Ana Belén Montes tendrá derecho a la reinserción social, el proceso orientado a favorecer la integración a la sociedad de una persona que ha sido condenada por infringir la ley penal.

“Ojalá que se vaya a vivir a Cuba. Yo no la quisiera en los Estados Unidos, no quisiera compartir la libertad y el oxígeno que disfrutamos con una traidora. Si hay un lugar especial en el infierno, es para personas como ella”, concluyó el juez Alberto Milían.