Los “talibanes” al rescate del pensamiento y obra de Fidel Castro

Candidatos a dirigir la entidad que estudie y promueva pensamiento de Castro

La Ley “Sobre el uso del nombre y la figura del Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz” anticipa la creación de un instituto que lleve su nombre. Los más cercanos al dictador figuran como candidatos perfectos para promover el estudio del pensamiento y la obra.

Entre las disposiciones de la ley aprobada el 27 de diciembre sobre "el uso del nombre y la figura del Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz”, que prohíbe nombrar espacios públicos y utilizar la imagen de Castro en monumentos, tarjas, estatuas y bustos hay una excepción: la creación de un instituto para el estudio del pensamiento y la obra del ex dictador cubano.

La ley, en su artículo 1, inciso 2 expresa que la prohibición exceptúa el empleo del nombre de Fidel Castro para denominar alguna institución, que conforme a la ley, "se constituya para el estudio y difusión de su pensamiento y obra".

El Consejo de Ministros será el encargado de crear este instituto sobre Fidel Castro.

Aunque en la isla hay instituciones que se podrían dedicar a sistematizar y crear programas de estudios sobre Castro como la Academia de la Historia; Instituto de Historia de Cuba, Unión de Historiadores, Oficina de Asuntos Históricos del Consejo de Estado, Instituto de Historia Militar o el Centro de Estudios sobre la Seguridad del Estado, ninguna de ellas será la encargada de recopilar, almacenar y divulgar las ideas del ex mandatario.

En Cuba existen centros de estudios y fundaciones para preservar el legado de importantes figuras de la historia y la cultura cubanas como José Martí, Nicolás Guillén, Fernando Ortiz, Alejo Carpentier, Juan Marinello o Pablo de la Torriente.

Personajes de la nomenclatura cubana, defenestrados por el raulismo, se perfilan desde hace un tiempo como los directores idóneos de esta entidad que interpretará el pensamiento fidelista.

Carlos Valenciaga, Felipe Pérez Roque y Hasan Pérez Casabona, aunque separados del poder desde hace años, se mantienen activos y han exorcizado sus “errores” a base de mea culpas en público y en privado.

Otros dirigentes que marcaron presencia junto a Fidel Castro a fines del siglo pasado e inicios del XXI como Otto Rivero, Roberto Robaina o Carlos Lage han sido más discretos y al menos públicamente no se han rasgado las vestiduras ni han asumido un régimen de penitencias como para ganar la tarea de llevar las ideas de Castro a las escuelas, fábricas, empresas, granjas avícolas, centros deportivos y muy probablemente propagarlas internacionalmente.

Muchos de los que conocieron muy bien a Fidel Castro y durante décadas estuvieron a su lado, ya no están con vida, tal es el caso del ex general de división del MININT José Abrantes Fernández y José “Pepin” Naranjo, jefe del “Equipo de Coordinación y Apoyo al Comandante en Jefe”.

Está con vida José Miyar Barruecos (Chomy) quien fuera jefe de las oficinas de la presidencia del Consejo de Estado y de 1980 al 2009 fue secretario del Consejo de Estado, ayudante personal de Fidel Castro, a quien la edad no le acompaña para tal misión, que lo igualaría al anciano Armando Hart, al frente de la Oficina del Programa Martiano y la Sociedad Cultural José Martí.

Foto Archivo. En esta foto del 2004 el entonces canciller cubano Felipe Pérez Roque es entrevistado por varios medios de prensa.

Pérez Roque, el intérprete de las ideas de Castro

Pérez Roque tiene en su aval ser el único en la historia cubana que en vida de Castro fue distinguido como gran conocedor de las ideas y el pensamiento del dictador.

Tras haber sido presidente de la Federación Estudiantil Universitaria (FEU) de 1987 a 1991, pasa al Equipo de Coordinación y Apoyo al Comandante en Jefe, un super-consejo de ministros cuyas directivas y ordenes eran de acatamiento total.

El ingeniero electrónico se convirtió en secretario personal de Fidel Castro.

Cuando en mayo de 1999 es nombrado ministro de Relaciones Exteriores, el Consejo de Estado afirma en un comunicado que Pérez Roque estaba "familiarizado como pocos con las ideas y el pensamiento de Fidel".

Roque estuvo 10 años al frente de la cancillería cubana. Su nombre fue uno de los siete que mencionara Castro en su “proclama” del 31 de julio del 2006, donde repartió las esferas del poder en la isla.

En el 2009 fue destituido por Raúl Castro por considerar que "la miel del poder (…) despertó ambiciones que lo condujeron a un "papel indigno".

Sin embargo, Roque no ha sido borrado de la página oficial del MINREX, donde están sus discursos e intervenciones y ha laborado con paciencia en una empresa durante los últimos años.

Carlos Valenciaga, jefe de despacho de Fidel Castro, lee en el NTV la proclama de su jefe indicando que debe dejar "temporalmente" el poder.

Valenciaga, la proclama que separa los poderes

El último acto de relevancia que hizo Carlos Manuel Valenciaga Díaz fue leer por la televisión cubana la proclama de Fidel Castro en su condición de “miembro del Consejo de Estado y Jefe Despacho del Comandante en Jefe”. El documento fue el testamento que repartió el poder de Castro entre 7 personajes de su cúpula.

Valenciaga siguió una ruta similar a la Felipe Pérez Roque: de la jefatura de la FEU (1997-1999) pasó a la secretaria de Fidel Castro cuando este nombra a su ayudante como canciller en 1999.

Ahora trabaja en la Biblioteca Nacional José Martí, como especialista del área de Manuscritos. Su licenciatura en Marxismo-Leninismo e Historia le podría servir de aval para el cargo en el futuro instituto.

En la revista digital Librínsula de esa entidad se encarga de la sección de Tesoros. Ha convertido la colección privada de Julio Lobo en objeto de estudio.

Hassan Pérez Casabona.

Pérez Casabona: el pregonero más prolifero de Castro

Hassan Pérez Casabona se ha convertido en el más productivo de los articulistas sobre Fidel Castro. En los últimos meses del 2016 ha escrito más de 10 artículos para diferentes publicaciones. Lo mismo en Trabajadores, Cubadebate, Verde Olivo o el sitio oficial fidelcastro.cu

Durante la época de la “Batalla de Ideas”, enfocada en el retorno de Elian González a Cuba, Hassan Pérez era el presidente de la FEU y después segundo secretario de la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC). Se caracterizaba por una velocidad oratoria extrema e incendiaria que disparaba cifras, lemas y datos históricos.

Se ganó sobrenombres como "Metralleta" y "Cantinflas" y por su posición ideológica extrema fue uno de los llamados Talibanes Tropicales, junto con Randy Alonso, Rogelio Polanco y Otto Rivero.

En septiembre el 2008 fue separado del cargo en la UJC y enviado de profesor a una “institución universitaria perteneciente al Ministerio de las Fuerzas Armadas Revolucionarias”. En la actualidad se desempeña como profesor auxiliar del Centro de Estudios Hemisféricos y EEUU de la Universidad de La Habana.

Ya en julio pasado expuso la idea de cuantificar el pensamiento y la obra de Fidel Castro, a quien considera como "figura absolutamente cenital para el análisis de la contemporaneidad y los profundos desafíos futuros”.

Ha publicado artículos sobre Castro como atleta, sobre sus discursos en la ONU. También ha reseñado libros sobre discursos de Castro, que recopilara Abel Enrique González Santamaría (viceasesor de la Comisión de Defensa y Seguridad Nacional) y conferencias sobre el ex dictador en el ICAP (instituto Cubano de Amistas con los Pueblos).

Sobre la obra y ejemplo de Castro el ex líder juvenil comunista escribió el pasado 4 de diciembre en el artículo “Fidel, desbrozando caminos” y el 7 de septiembre sobre el “deportista extraclase” en relación al ex dictador.

En el artículo “Con las ideas en lo más alto” afirma Hassan Pérez que “Fidel, como Martí, son dos manantiales inagotables de los que se nutre (al igual que de los aportes del marxismo-leninismo, con su vigorosa interpretación científica del mundo) nuestra ideología revolucionaria. Beber de ese torrente es una necesidad impostergable, fundamentalmente en el caso de las generaciones bisoñas”.

A ellos parece designarse, por sus conocimientos y cercanía con el fallecido, la misión de dirigir el Instituto para divulgar el pensamiento de Castro, que podría convertirse en una variante tropical de la idea Juche, creada por Kim Il Sung e impuesta como ideología nacional en Corea del Norte.