OLA continúa documentando la persecución ideológica como política de estado en Cuba

Estudiantes de la Universidad de La Habana rinden tributo al dictador Fidel Castro. REUTERS: Alexandre Meneghini.

El Observatorio de Libertad Académica, OLA, presentó su cuarto informe sobre las prácticas de adoctrinamiento en las universidades cubanas, las restricciones a la libertad de cátedra y la autonomía universitaria.

El nuevo dossier, correspondiente al mes de octubre, demuestra que el acosamiento ideológico en los centros de enseñanza superior fue una política de Estado desde los inicios de la Revolución de 1959.

El estudio está dividido en cinco capítulos que fundamentan procesos, incluyen documentos y discursos de dirigentes del régimen así como una compilación de datos sobre incidentes relacionados con la falta de libertad académica.

En la primera sección, el examen de la Reforma de la Enseñanza Superior de 1962, año en el que se hace firme la supresión de la autonomía universitaria en Cuba, se complementa con la Ley 916 de 1961 y con el texto “El socialismo y el hombre en Cuba” publicado en 1965 por Ernesto Guevara, donde se plantean algunos de los lineamientos generales del rol que iba a desempeñar la Academia en la Revolución.

El ensayo de Guevara traza los mecanismos orientadores para construir “el llamado hombre nuevo de la Revolución” y cómo la educación terminaría convirtiéndose en un pilar para la construcción de ese ‘paradigma’, explicó a Radio Televisión Martí Sergio Ángel, director del Programa Cuba de la Universidad Sergio Arboláez, que tiene su sede principal en Colombia.

Your browser doesn’t support HTML5

Informe OLA sobre falta de libertad académica en Cuba

“Es posible identificar allí cómo se establecen los pilares de ese hombre revolucionario que, precisamente, es desde donde se construye el adoctrinamiento al interior de esas mismas escuelas”, dijo el académico.

En el presente análisis se profundizó sobre la incorporación de la Reforma y cómo esta dejaba ver un curso ascendente en la identificación de los altos centros de estudio para la formación de los cuadros del Partido Comunista; y se insiste en la puesta en práctica de la normativa, indicó el cubanista.

Como en los anteriores, el estudio de OLA, expone los casos de cuatro víctimas de violación a la libertad académica, dos a los que cataloga de históricos y dos recientes.

“Entre los primeros están Elizardo Sánchez Santacruz y Ariel Hidalgo, representativos de las década de los 60 y 80”, respectivamente, destacó Sergio Angel.

Sánchez Santacruz, profesor de historia de la filosofía en la Universidad de La Habana, fue apartado de la vida universitaria en 1968, a raíz de la purga ideológica contra los intelectuales de izquierda que sostenían una actitud crítica respecto a la implementación del socialismo en Cuba y su marcado carácter totalitario.

Hidalgo, maestro del Instituto Pre-Universitario de Marianao, fue separado de su cargo en 1980 cuando se negó a “ejercer como verdugo de sus estudiantes y ex compañeros de claustro devenidos en adversarios ideológicos” tras los sucesos de la Embajada del Perú y el éxodo del Mariel.

Más adelante, detalla la investigación, la sanción y separación de la residencia estudiantil donde vivía, del doctor holguinero Alexander Pupo Casas, porque cuestionó la precariedad material del pueblo cubano y la del estudiante de Medicina de la provincia de Artemisa, José Carlos Santos Belaunzaran, debido a una discusión en redes sociales.

La expulsión y la persecución ha sido una política del Estado cubano desde la misma instalación de la Revolución. Y se puede vislumbrar no solamente a través de discursos y normativas, sino también precisamente de las vivencias de diferentes personas a lo largo de la historia cubana”, puntualizó Sergio Angel.