Nueva directiva presidencial reconoce trabas en el camino a la normalización

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El presidente Barack Obama durante el discurso que dirigió a los cubanos.

Una sección de la nueva directiva presidencial anunciada el viernes por el Presidente Obama, titulada "Panorama estratégico", detalla la visión que tiene de Cuba la actual administración y reconoce aspectos que frenan el acercamiento entre ambos países.

En la misma se destaca por ejemplo que "la participación de los Estados Unidos con el gobierno cubano se verá limitada por la continua represión de las libertades civiles y políticas en Cuba" y que "las regulaciones del gobierno cubano y las prácticas de contratación opacas obstaculizan las transacciones que se permitirían en virtud de las leyes de los Estados Unidos con compañías estadounidenses".

Aunque admite que el gobierno cubano ha emprendido un proceso de transición, los líderes tienen como prioridad hacer "cambios graduales" para asegurar la "estabilidad".

La directiva anticipa que La Habana seguirá oponiéndose a la política migratoria de EEUU, a los programas de democracia, a las transmisiones de Radio y TV Martí, a la presencia de los Estados Unidos en la Base Naval de Guantánamo, y al embargo.

La directiva explica la necesidad de que Cuba ejecute una "reforma económica continuada".

A continuación reproducimos el "Panorama estratégico"

Cuba está experimentando varias transiciones en áreas tales como liderazgo, economía, desarrollo tecnológico, sociedad civil, e integración regional y global. Los líderes de Cuba reconocen la necesidad de hacer la transición hacia la próxima generación, pero su prioridad es hacer cambios graduales y por incrementos para asegurar la estabilidad.

Cuba tiene un importante potencial económico arraigado en el dinamismo de su pueblo, así como un compromiso sostenido en áreas como la educación y la salud. Sin embargo, el gobierno cubano se enfrenta a importantes desafíos económicos, como son la eliminación de su sistema de tipo de cambio dual, hacer que sus empresas estatales sean más eficientes y transparentes, desarrollar un sistema financiero que ofrezca servicios ampliados a individuos y al sector privado, y la reducción de su dependencia de las subvenciones extranjeras.

Cuba sigue siendo altamente dependiente de las importaciones de alimentos y energía, sin embargo, debe hacer frente a la escasez de fuentes de divisas para pagar por las importaciones que necesita. La emigración significativa de cubanos en edad laboral agrava aún más el problema demográfico de Cuba que tiene una población en rápido envejecimiento.

Una serie de leyes limita la participación estadounidense económica con Cuba, lo que impide una eliminación completa de las restricciones de viajes de los Estados Unidos a Cuba, prohíbe la asistencia del gobierno de los Estados Unidos a las exportaciones y la provisión de crédito de los Estados Unidos para la compra de productos agrícolas por Cuba, y requieren que el embargo no se suspenda o termine a menos que el Presidente determine que un gobierno de transición o elegido democráticamente ha llegado al poder en Cuba.

Debido a las restricciones legales, políticas y regulatorias respecto de Cuba, su economía no está generando las divisas suficientes para adquirir las exportaciones de los Estados Unidos que podrían derivarse de la flexibilización del embargo. Incluso si el Congreso de los Estados Unidos llegara a levantar el embargo, los cubanos no podrán realizar su potencial sin una reforma económica continuada en Cuba.

Las regulaciones del gobierno cubano y las prácticas de contratación opacas obstaculizan las transacciones que se permitirían en virtud de las leyes de los Estados Unidos con compañías estadounidenses. Los esfuerzos de normalización han aumentado las expectativas de los cubanos de mayores oportunidades económicas. Se calcula que 1 de cada 4 cubanos empleados participa en un sector de emprendedores, un sector privado emergente, dinámico e independiente. La expansión del sector privado ha aumentado los recursos para las personas cubanas y ha creado aperturas incipientes para que los emprendedores cubanos participen con empresas y organizaciones no gubernamentales de los Estados Unidos. Tomamos nota de las medidas que ha emprendido el gobierno cubano, que aunque limitadas, son significativas en lo que se refiere a la ampliación de las protecciones legales y las oportunidades para las empresas pequeñas y medianas, y las cuales, si se expanden y mantienen, mejorarán el clima para la inversión.

Cuba no es miembro de las instituciones financieras internacionales, tales como el Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial, y el Banco Interamericano de Desarrollo, que podría ofrecer experiencia y posibles reformas económicas y financieras y proyectos viables para la inversión. Aunque

Cuba ha llegado a un acuerdo con varias naciones acreedoras para el alivio de la deuda bilateral a través de la reestructuración y la condonación, se mantiene en deuda con el gobierno de los Estados Unidos respecto a deudas bilaterales contraídas antes de la revolución cubana y no participa en los mercados internacionales de capital. Cuba y los Estados Unidos son miembros de la Organización Mundial del Comercio (OMC), sin embargo, ninguno de los dos países aplica sus acuerdos respecto al otro a causa del embargo de los Estados Unidos a Cuba.

El acercamiento nos ha permitido aumentar nuestra colaboración con Cuba en temas regionales tales como el proceso de paz en Colombia y la asistencia sanitaria en Haití, y ha socavado un punto de encuentro histórico para los regímenes críticos de los Estados Unidos. Aunque Cuba no ha expresado interés en participar en la OEA, asistió a la Cumbre de las Américas en 2015. También recibimos de buen grado la participación entre Cuba y otros aliados de los Estados Unidos de todo el mundo, incluyendo a nuestros aliados de los tratados europeos y asiáticos. Al mismo tiempo, reconocemos que Cuba y los Estados Unidos seguirán teniendo diferencias sobre muchos temas regionales y globales.

La participación de los Estados Unidos con el gobierno cubano también se verá limitada por la continua represión de las libertades civiles y políticas en Cuba. Anticipamos que el gobierno cubano continuará oponiéndose a las políticas y operaciones estadounidenses de migración y a los programas de democracia, Radio y TV Martí, la presencia de los Estados Unidos en la Base Naval de Guantánamo, y el embargo.

El Gobierno de los Estados Unidos no tiene intención de modificar el tratado de arrendamiento vigente y otras disposiciones relacionadas con la Base Naval de Guantánamo, que permite a los Estados Unidos mejorar y preservar la seguridad regional.

En este entorno estratégico, las políticas y actuaciones que los Estados Unidos persigue para hacer avanzar nuestra visión de la normalización de las relaciones entre los Estados Unidos y Cuba darán forma de manera significativa al futuro de las relaciones bilaterales y regionales, así como a nuestra seguridad y prosperidad compartidas.