En libertad "Popeye", jefe de sicarios de Pablo Escobar

  • Agencias

El jefe de sicarios de Pablo Escobar, ejecutor de 300 asesinatos y coordinador de 3.000, salió en libertad tras cumplir 22 años de 26

Ejecutó 300 asesinatos y coordinó 3.000, pero por colaboración, estudios y buena conducta cumplió 22 años de 30. Testigo excepcional de la participación de los Castro en el narcotráfico.

Jhon Jairo Velásquez Vásquez, el temible ex jefe de sicarios del fallecido capo del narcotráfico Pablo Escobar recobró el martes la libertad tras permanecer encarcelado más de 22 años por cargos relacionados con homicidios, secuestros y concierto para delinquir, se informó oficialmente.

"La caravana que salió de la prisión de Cómbita (Boyacá) era la de Popeye. Ya Popeye está en libertad", señaló a la AFP una fuente del Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario (Inpec).

Alias Popeye, abandonó la prisión escoltado por una comitiva de varios vehículos sin que su imagen pudiera ser captada directamente por las cámaras de los medios que aguardaban su salida.

Con paradero desconocido, la caravana de vehículos estaba conformada por autos de la Defensoría del Pueblo, el Inpec y la Policía Nacional.

El juez Primero de Ejecución de Penas de Tunja, Yesid Rodríguez, ordenó la libertad condicional de Velásquez el viernes, tras lo cual la Fiscalía efectuó una búsqueda en todos los juzgados de Colombia para determinar si había algún proceso pendiente que le impidiera recuperar su libertad, lo cual fue descartado.

Popeye fue uno de los principales colaboradores de Escobar, antes de cumplir la sentencia que le impusieron luego de confesar, entre otros crímenes, su participación en el asesinato del candidato presidencial Luis Carlos Galán, quien murió baleado el 18 de agosto de 1989 mientras asistía a un acto de campaña en Soacha, localidad aledaña a Bogotá.

El favorito para la presidencia, Luis Carlos Galán pagó con su vida su firme postura frente al narcotráfico (El País).

La condena total fue de 40 años de prisión, pero le fue reducida a 26 años y una multa porque Velásquez se acogió a una política que permite obtener rebaja de penas.

Además de su sentencia de 26 años, a Velásquez se le sentenció en un segundo proceso por narcotráfico a 12 años de prisión en 2008.

Sin embargo, el juez Rodríguez decidió "conceder redención de pena" por la acumulación de días de trabajo y estudio y buen comportamiento, lo que según las leyes colombianas le permite beneficiarse de la libertad condicional, atada al pago de una fianza de 9 millones de pesos (o 4.657 dólares) y a un período de prueba de excelente conducta.

Durante una probatoria de 52 meses y 22 días Popeye tendrá que reportarse constantemente a las autoridades y no podrá salir del país antes de cumplir la totalidad de la pena.

"En Colombia no hay penas irredimibles ni hay castigos como la cadena perpetua... Si esa fue la pena que le impusieron (a Popeye), la cumplió físicamente en gran parte y redimió pena por trabajo y estudio, no se puede hacer nada diferente a otorgarle la libertad", observó por teléfono a The Associated Press Guillermo Mendoza Diago, ex fiscal general.

Trayectoria tenebrosa

La trayectoria de Velásquez es tenebrosa. En su haber delictivo hay registrados unos 300 asesinatos, por mano propia, y la coordinación de otros 3.000, según ha reconocido en diferentes entrevistas.

Popeye con su "patrón" Pablo Escobar.

Corría la década de 1980 cuando Escobar declaró una guerra sin tregua al Estado y a todos aquellos que amenazaban con extraditar a Estados Unidos a los máximos líderes del narcotráfico. Uno de los políticos que promovió esa política fue Galán.

Por encargo del propio Escobar, a quien dijo haber conocido en 1980, Popeye ejecutó o coordinó las emboscadas contra diferentes líderes colombianos que le resultaban incómodos al jefe del Cartel de Medellín, abatido finalmente por la policía en 1993. A su paso cayeron caciques políticos, magistrados, periodistas y miembros de la fuerza pública.

Velásquez encabezó el secuestro y posterior asesinato del procurador Carlos Mauro Hoyos en 1988. Ese mismo año tuvo secuestrado una semana al ex presidente Andrés Pastrana (1998-2002), entonces director de un noticiero de televisión. El periodista era hijo del ex presidente Misael Pastrana Borrero (1970-1974), líder natural del conservatismo colombiano.

"La verdad es que Popeye a mí me pidió perdón, hubo reconciliación y hubo perdón por parte de él; él nos pidió perdón a mí y a mi familia", declaró Pastrana por teléfono a la AP.

Popeye coordinó por orden de Escobar la voladura del vuelo HK 1803 de Avianca.

A Popeye también se le responsabiliza de planear la explosión en pleno vuelo del vuelo 203 de Avianca en 1989. El Cartel de Medellín dio la orden de volarlo porque creía que a bordo viajaba César Gaviria, para entonces candidato presidencial y sucesor de las ideas de Galán.

Velásquez nació en Yarumal, un pueblo cercano a Medellín, ciudad a la cual se trasladó años después y donde contactó a hombres cercanos a Escobar.

Con sólo 18 años recibió los primeros "contratos" por parte del Cartel de Medellín, según narró en una entrevista con la revista bogotana Bocas.

El general de la policía Carlos Mena, quien de joven persiguió en Medellín a Escobar y a sus secuaces, lamentó la liberación de Popeye. Consideró inaudito que este "sicario" con decenas de homicidios encima haya recibido una pena de prisión tan corta.

Colaboró con la justicia

Por su parte, el senador Juan Manuel Galán, el hijo mayor del asesinado Luis Carlos Galán, no quiso alinearse claramente a favor o en contra de la liberación de Velásquez y se limitó a decir que "Popeye fue condenado por el asesinato de mi papá gracias a su propia confesión. Si él no hubiera confesado ante la justicia, seguramente ésta habría tenido dificultades en procesarlo y condenarlo".

En entrevista telefónica con la AP, Galán hijo recordó que Popeye fue un testigo clave para que, en septiembre de 2011, las autoridades judiciales condenaran al ex ministro y ex senador Alberto Santofimio Botero como instigador del asesinato de su padre.

Alias Popeye solicitó más temprano este martes "de puño y letra" a la Defensoría del Pueblo garantizar su vida. "Por favor me brinde la policía seguridad desde la puerta del penal", escribió en una carta.

Andrés Villamizar, director de la Unidad Nacional de Protección (UNP), negó no obstante que este cuerpo, que protege a expresidentes y otras personas cuyas vidas corren riesgo por sus funciones, le vaya asignar posteriormente guardaespaldas a Velásquez.

Sin embargo, Villamizar, sobrino de Galán e hijo de Maruja Pachón, secuestrada por Velásquez, escribió en Twitter: "Mi familia y yo somos víctimas directas de alias Popeye. Pero si alguien en Colombia ha pagado, es él".

Conexión castrista

El sicario ha descrito los nexos de Cuba con Pablo Escobar, asegurando que la relación entre su patrón y Fidel Castro era permanente y fluida, por cartas y terceras personas, y que se inició a través de comandantes de la guerrilla M-19.

También ha detallado la participación de los cubanos en el narcotráfico: la droga salía por mar hacia las costas mexicanas, donde era recibida por los socios locales; allí era subida a aviones con matrícula mexicana y despachada rumbo a Cuba.

El general Arnaldo Ochoa ¿chivo expiatorio?

Una vez en la isla “los militares cubanos, al mando del general Ochoa y el coronel Tony de la Guardia, bajo instrucciones directas de Raúl Castro, se hacían cargo de la mercancía, custodiándola para posteriormente embarcarla en lanchas rápidas, tanqueadas con gasolina por cuenta de los cubanos, con destino a Estados Unidos, entrando por Cayo Hueso”.

“Popeye” ha explicado que los cubanos recibían “2.000 dólares por cada kilo de droga transportada y 200 dólares por cada kilo custodiado” y en cada envío hacia Cuba por avión, “se cargaba un promedio de 10.000 a 12.000 kilos”.

El llamado "jefe militar" de Escobar ha confirmado la comprometedora participación de Raúl Castro y los ayudantes del general Arnaldo Ochoa y el coronel Tony de la Guardia, el capitán Jorge Martínez Valdés y el oficial Amado Padrón. Los cuatro fueron fusilados en 1989 después que Estados Unidos acumulara evidencias de la conexión cubana en el tráfico de drogas.