Sumario
- “Era una mujer muy alegre pese a su enfermedad, muy fuerte, muy combativa, muy risueña”, afirmó. Señaló que perdió la visión a causa de la diabetes, pero aun así continuaba asistiendo a misa y a las acciones dominicales de las Damas de Blanco, desplazándose con su bastón. “Cuando no la dejaban llegar a misa la detenían y la dejaban botada lejos de su casa”, relató.
La Dama de Blanco Mercedes de la Caridad de la Guardia Hernández falleció este domingo en Cárdenas, Matanzas, a los 59 años, confirmó a Martí Noticias Berta Soler, líder del movimiento opositor.
De la Guardia Hernández integraba la organización desde noviembre de 2011 y era una de las activistas más visibles del grupo en Cárdenas.
En declaraciones a nuestra redacción Soler destacó que, pese a padecer diabetes y problemas de hipertensión, la activista mantuvo una participación constante en las actividades de las Damas de Blanco.
“Era una mujer muy alegre pese a su enfermedad, muy fuerte, muy combativa, muy risueña”, afirmó. Señaló que perdió la visión a causa de la diabetes, pero aun así continuaba asistiendo a misa y a las acciones dominicales de las Damas de Blanco, desplazándose con su bastón. “Cuando no la dejaban llegar a misa la detenían y la dejaban botada lejos de su casa”, relató.
Your browser doesn’t support HTML5
Fallece la Dama de Blanco Mercedes de la Caridad de la Guardia Hernández
De la Guardia Hernández fue detenida en repetidas ocasiones junto a Leticia Ramos Herrería y sufrió agresiones físicas. “Si palo cogía Leticia, palo cogía Mercedes, y cuando digo palo me refiero a las golpizas por parte del régimen cubano”, declaró Soler.
Soler explicó que días antes de su muerte Mercedes de la Guardia Hernández sufrió una caída tras haber pasado por una virosis, golpeándose la cabeza, lo que agravó su estado general.
“A partir de ahí empezó a perder el apetito hasta que se fue apagando”, dijo.
Por su parte, Leticia Ramos Herrería escribió en redes sociales que la fallecida fue una “valiente cubana” que, pese al deterioro de su salud, se mantuvo activa.
“Mercy, como cariñosamente le llamábamos, era el alma de la delegación de Cárdenas; a pesar de la represión, los calabozos y los golpes, siempre sacaba de su carisma y nos hacía reír”, señaló.