Maratonista tico se siente "secuestrado" en la Prisión La Condesa, en La Habana

Javier Araya Agüero ha competido en importantes carreras.

Sobre Javier Araya Agüero pesa una acusación por supuesta complicidad con el narcotráfico, pero asegura ser inocente. Desde la cárcel concedió una entrevista a Martí Noticias.

El maratonista costarricense Javier Araya Agüero, acusado de presunta complicidad con tráfico de drogas, habló para Martí Noticias desde la prisión La Condesa, un centro penitenciario para extranjeros ubicado a unos 50 kilómetros de La Habana.

“Estoy en Cuba, me tienen ilegalmente (preso), para mí esto es como que estoy secuestrado, con una pena que yo no tengo que ver. No me han comprobado nada ni me han agarrado en nada", relató Araya quien confirmó a este medio la versión ofrecida por su esposa, la cubana Yadira Despaigne Rodríguez el pasado 11 de abril.

Despaigne, natural de Palma Soriano, Santiago de Cuba, concedió una entrevista a Martí Noticias en la que detalló lo sucedido desde que el 1 de enero de 2017 llegaron a La Habana acompañados de sus hijos de 1 y 5 años de edad y fueron detenidos en el Aeropuerto Internacional “José Martí” por supuesta “complicidad con el narcotráfico”.

El costarricense Javier Araya con su esposa, Yadira despaigne y su esposa.

Al matrimonio lo relacionan con el ciudadano cubano Luis Alberto Chacón Salazar, que habría sido apresado en 2016 en esa terminal aérea con una cantidad no determinada de droga.

De acuerdo a su relato, Chacón Salazar viajó a Cuba a llevar paquetes, recomendado por la pareja, pero llevando un encargo de Ricardo Muñoz Sosa, otro cubano, que aseguran está preso hace más de un año en la nación centroamericana.

Araya Agüero lamentó que lo hayan implicado en el caso sin pruebas y describe sus primeras semanas de detención: “Me meten ahí en… (Unidad de Procesamiento 100 y Aldabó) cuarenta días, salí enfermo y todo.”

Ahora desde La Condesa, en la provincia de Mayabeque, contó a Martí Noticias que en Costa Rica lleva un negocio de medicina natural, ubicado en el centro de la capital, San José, llamado “El Yerberito Central”.

Para llevar el negocio, asegura Araya, solicitó un préstamo de 60 mil dólares estadounidenses. Ahora intenta legalizar un poder por medio del consulado de Costa Rica, para que "El Yerberito Central" sea administrado por dos de sus siete hijos.

En un primer careo, efectuado en presencia de Chacón Salazar, éste negó la implicación de Araya en el contenido del paquete que llevó a La Habana, pero luego, ha sido diferente, añadió el entrevistado.

“Ahora me está metiendo a mí en esto, en Aldabó yo hablé, y ellos dicen que saben que no tengo que ver nada con esto. (…) Soy muy católico y siempre yo oro porque este señor también salga, en mi corazón no tengo resentimiento. Lo me duele es que estoy en un lado en que no debería de estar, porque no he hecho nada”, se lamenta Araya.

El tico relató que comenzó desde muy joven como corredor de largas distancias, por lo que ha llevado “siempre una vida saludable”, y señaló varias participaciones suyas en las maratones de Boston, Nueva York y La Habana, Cuba, así como su título de campeón en la categoría juvenil en Costa Rica.

A sus colegas runners, corredores de largas distancias como él, Araya les pidió solidaridad.

"Yo quiero que me ayuden, que se concienticen conmigo todas las gentes que me conocen, que saben que soy un hombre de una buena conducta, un hombre trabajador en Costa Rice, que todo el mundo me conoce”, suplicó Araya Agüero.

“He venido aquí (Cuba) varias veces a competir, dos carreras del (Maratón internacional) Marhabana, he sido deportista, gracias a Dios un hombre honorable en mi país. Siempre la he luchado, vengo de familia humilde. Vengo aquí y me están tratando de narcotraficante, que nunca he visto eso yo ni por mi mente”, asegura Araya Agüero.

Al momento de redactar esta entrevista su esposa explicó a Martí Noticias que tras la publicación de su entrevista el 11 de abril las cosas han evolucionado mejor, el consulado costarricense en La Habana mostró preocupación por ella y su hijo de 5 años al que no le permiten ir a la escuela por ser ciudadano extranjero y luego de tres meses de silencio, una diplomática finalmente aceptó hablarle por primera vez y le prometió ayudarla con la atención médica para ambos niños.

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Entrevista con maratonista Javier Araya, desde la prisión La Condesa, en La Habana, Cuba

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