Los mandados de agosto llegan a un festival de fotografía en Italia

“La cocina de Yahíma revisited”, fotografía de Damaris Betancourt.

La fotógrafa cubana Damaris Betancourt tiene un objetivo claro: guardar la memoria de un país desde el lente de su cámara.

Damaris reside hace muchos años en Suiza, pero siempre con La Habana y Cuba en su corazón.

Recientemente participó en el Festival Internacional de Fotografía “Yeast” 2023, que se celebra del 29 de septiembre hasta el 12 de noviembre en la ciudad de Matino, al sur de Italia, este año el tema era: “Comida para el alma y más allá”.

En conversación con Martí Noticias, Damaris nos cuenta sobre su paso por el Festival y la obra presentada.

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Entrevista a Damaris Betancourt


“Es un Festival dedicado a la comida, pero no como un fenómeno gastronómico sino la comida como un evento social, como un elemento estético, visto desde muchos ángulos, algo muy interesante porque ves cómo cada fotógrafo enfoca el mismo tema desde su visión personal”, nos dice.

La foto que presentó en el Festival titulada “La cocina de Yahíma revisited” representa una mesa cubana. Nos explica que aprovechó la imagen para poner el foco sobre la realidad cubana, con un sistema de racionamiento por 61 años, una situación que no es comparable con ningún país del mundo, sin guerras ni catástrofes que lo justifiquen, algo que para ella significa control y extorsión.

La autora dice que "es una re-interpretación de una fotografía hecha en el 2009, proyectada en tamaño real y "completada" con una mesa que muestra los "mandados": la ración de alimentos asignados por el sistema estatal de racionamiento cubano correspondiente al mes de agosto de 2023".

“Para mí fue importante presentar la comida que recibe un cubano por mes, para que esto se visualice. En Cuba nos manejamos por libras, onzas, algo que las personas de esta parte del mundo no comprenden y no se imaginan qué son 7 libras de arroz, pero si lo visualizan ya entienden cuán difícil está la situación para los cubanos”, añade la fotógrafa.

La foto forma parte de una nueva serie que se llama “La Habana revisited” (revisitada).

Sobre el impacto de la foto nos cuenta: “Es muy difícil porque el mundo de la cultura intelectual, de la prensa en Europa está muy tomado en la forma de ver a Cuba en un solo ángulo, que aún cuando presentas evidencias como este tipo de material visual te cuestionan mucho".

Damaris enfatiza que a pesar de esto, no la pueden desmentir pues tiene el aval de ser cubana, de haber vivido 22 años en la Isla y sabe de lo que habla.

Por un lado, cuenta que sintió algo de rechazo, pero también hubo personas que se le acercaron con interés, preguntando y queriendo saber más, igual que está el ejemplo de personas que han visitado a Cuba, que le dicen “no me digas que esa situación se mantiene” y la apoyan totalmente.

Damaris Betancourt Peña.


Explica que después de su intervención en la inauguración del Festival se le acercaron señoras que se identificaron con el tema de la foto porque entendieron las dificultades de alimentar a una familia con esa escasa cantidad de alimentos y que la felicitaron.

Betancourt nos cuenta que lo válido de irse de su casa durante cuatro días para participar en este Festival de Fotografía “Yeast” es todo el intercambio con los participantes, el público asistente y ver cómo cada lente arroja una idea diferente del tema.

Esta nueva serie es la continuidad de su anterior serie "Habana Siglo XXI".

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Damaris nos explica el porqué: “Mi madre falleció y era mi vínculo central con Cuba, por eso la urgencia de regresar se disuelve un poco, aunque volver a la Habana y documentar sobre la ciudad es una idea que está presente, pero mientras no pueda regresar voy a revisitarla, un trabajo que tiene su complejidad, pero que llevará seis o siete fotos con esa temática”, enfatiza.

La foto será exhibida además el año próximo en el Festival de Fotografía de Lenzburg, una pequeña ciudad suiza.

Betancourt tiene también publicado el libro “Diez días en Mazorra”, con imágenes e historias de fondo, un texto que vio la luz 23 años después de su visita a esa institución psiquiátrica de La Habana.