“Las señoritas de Avignon", pieza fundamental del Arte en el Siglo XX

Las señoritas de Avignon, de Pablo Picasso, en el Museo de Arte Moderno de Nueva York.

Se ha dado a conocer recientemente lo que todos los estudiosos de arte siempre han sabido: “Las señoritas de Avignon", de Pablo Picasso (Málaga,1881-1973), es el cuadro fundador del arte vanguardista del siglo XX, con el que el pintor dio inicio al cubismo en 1906.

Dicho esto, se puede añadir que hay muchas más obras, pero tal vez no tan famosas como la de Picasso.

No se puede soslayar que la pintura en cuestión, que retrata a un grupo de prostitutas de ese barrio, se pintó en un momento excepcional en el que el artista español entró en la escena pictórica de principios del siglo veinte a manera de respuesta a las obras quizás demasiado felices que pintaba el francés Henri Matisse, con sus conocidas obras entre sus seguidores, los llamados Fauves.

Hay que recordar que la denominación Fauves, (fieras, traducido al español), como bien nos recuerda Mario de Michelli en su libro titulado “Las Vanguardias Artísticas del Siglo Veinte”, vino de un crítico de arte francés que al entrar a una exposición de estos pintores (con colores explosivos, que querían quemar las academias de pintura con sus rojos bermellones y sus azules cobaltos), y ver estas novedosas obras al lado de pintores y escultores clásicos, exclamó: “Donatello entre las fieras”.

Un crítico e historiador de arte ha enfatizado que se puede pensar que “Las señoritas…” están pintadas contra Matisse. Eran los dos grandes artistas, aunque eso sí, Picasso era más poético, más invasor de todos los géneros, así lo demostró a lo largo de su obra que estaba por venir, y Matisse era más alegre, con pinturas exultantes de felicidad, como “La Danza” y “La Música”.

Por supuesto que en ese momento no se sabía o no se había establecido qué era la primera pintura vanguardista, ya que como decía el poeta mexicano Octavio Paz, el artista o el hombre que vivió en la Edad Media no sabía que pertenecía a esa etapa de la humanidad. El nombre o la clasificación epocal vino después por parte de los historiadores.

Sin embargo, después de su creación, Picasso decidió retirarlo y depositarlo en la casa de un amigo durante un tiempo hasta que "comenzó a hablarse" de la existencia de la obra.

Durante ese proceso Picasso "se encerró" y vio "todo lo que pudo", prestó atención especial al arte africano, sus máscaras, a las que analizó y encontró una relación con el arte ibero.

Los bocetos quedaron registrados en siete cuadernos de los pasos uno tras otro de cómo se va a representar la obra, en los que en su opinión existen "datos fundamentales" sobre esta obra -como entre otros- el nombre de Avignon, una calle de Barcelona en la que existía un prostíbulo frecuentado por artistas, así como la inclusión de elementos españoles.

La pieza consiguió su popularidad gracias a la crítica del escritor y poeta André Bretón, (creador del Surrealismo, con dos manifiestos artísticos y literarios en su haber), quien calificó la pintura como la figura "más relevante" del momento y quien elaboró la tesis de que es el cuadro "más importante" de la época.

(Redactado por Roberto Bermúdez, con información de EFE)