GLONASS en Cuba y el tecnócrata militar que lo implementa

Yuri Borisov es considerado el Padrino del Complejo Militar-Industrial en Rusia.

El presidente ruso Vladimir Putin anunció en noviembre del 2018, en Moscú, durante una conferencia de prensa con el gobernante cubano Miguel Díaz-Canel, que la estación terrestre del sistema ruso GLONASS se estaba “preparando para el despliegue en Cuba”.

“Como resultado, los socios cubanos tendrán acceso a amplias capacidades técnicas de detección remota de la Tierra, satélites y servicios de telecomunicaciones”, explicó el mandatario ruso.

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Pero en realidad la estación tendrá más beneficios para los rusos que para los cubanos. Con su instalación, en Moscú tendrán mayor acceso a los servicios satelitales y de comunicaciones desde esta parte del planeta con el sistema que ellos crearon, GLONASS.

La estación cubana comenzó a instalarse hace ya cinco años, cuando Rusia informó que se había firmado con Cuba un acuerdo de cooperación en la investigación y uso pacífico del espacio exterior, intercambio de información y protección de datos, y la instalación en la isla del Sistema Global de Navegación por Satélite (GLONASS).

En Rusia, el sistema GLONASS es administrado por el Ministerio de Defensa, que inició sus labores en 1993. Es el equivalente ruso del Sistema de Posicionamiento Global (GPS) creado en Estados Unidos. Existe un proyecto de cooperación similar con Nicaragua supervisado por el ministro de defensa ruso, Serguei Shoigu durante su viaje a Managua en el 2015.

Para inspeccionar la tarea y otras encomiendas rusas en Cuba, el Kremlin nombró al viceprimer ministro Yuri Borisov como nuevo jefe de la Comisión Intergubernamental Rusia-Cuba, contraparte de Ricardo Cabrisas.

Borisov, jefe de la Comisión Intergubernamental Rusia-Cuba, junto a su contraparte cubana, Ricardo Cabrisas.

En mayo del 2018, Borisov fue elevado a vicepremier bajo el nuevo mandato de Putin. Su misión en el gabinete ruso fue supervisar el desarrollo del complejo militar-industrial. Borisov acompañó a Putin y al premier ruso Dimitri Medvedev en las reuniones con Díaz-Canel.

Tras el retorno de Putin a la presidencia en el 2012, Borisov fue nombrado viceministro de Defensa, encargado del apoyo técnico-militar y la política técnico-militar del ejército ruso, y de la creación, desarrollo y modernización de armas, equipos militares y equipos especiales. Bajo su mando estaban los departamentos de Armamento, Orden de Defensa Estatal y Acuerdos de Adquisición Estatales, así como cinco departamentos de Inspección Técnica del Ministerio de Defensa.

En el 2013, Borisov fue nombrado presidente del Comité Técnico Militar en el Consejo de Ministros de Defensa de la Comunidad de Estados Independientes (CEI), que agrupa a varias exrepúblicas soviéticas, y vicepresidente de la Comisión Militar-Industrial del Consejo de Ministros.

Borisov (izquierda) salió de las filas castrenses y se convirtió en todo un empresario-científico en la esfera armamentista.

Nacido el 31 de diciembre de 1956, Borisov realizó sus estudios secundarios en uno de los colegios militares Suvorov. La formación militar la inicio en la Escuela Superior Militar de Radio Electrónica para la Defensa Aérea, en la que se graduó en 1978 con el grado de teniente. Continuó sus estudios en la Facultad de Matemática Computacional y Cibernética de la Universidad Estatal de Moscú, que finalizó en 1985, mientras hacía su servicio en el ejército soviético.

Ostenta el grado de Doctor en Ciencias Técnicas, pero es un secreto el título de su tesis, y dónde y cuándo la presentó, como sucede con las investigaciones de Rusia dedicadas a temas de la defensa. Pero se sabe que el espectro de investigaciones que ha desarrollado tiene que ver con la tecnología de la información, telecomunicaciones, tecnología informática, así como el diseño y fabricación de microelectrónica.

En 1998, Borisov pasó a la reserva militar y fue nombrado Director General del Centro Científico y Técnico Modul, empresa que se especializa en el desarrollo de la aviónica (Electrónica aplicada a la aviación), sistemas de reconocimiento de imagen y circuitos integrados, desarrollo de programas para el procesamiento digital de señales e imágenes y la construcción de complejos informáticos.

Borisov (derecha) junto al presidente ruso Vladimir Putin.

De Modul pasó a Rosprom (Agencia Federal de Industrias), la entidad que agrupa a las compañías estatales dedicadas al desarrollo de la radioelectrónica y sistemas automatizados de dirección. Allí asumió la supervisión del desarrollo de productos de aviónica, sistemas de reconocimiento de imágenes y circuitos integrados.

Ya en el 2004, Borisov aparece como el jefe de la Oficina de la Industria Radioelectrónica y Sistemas de Control de Rosprom, y desde octubre de 2007, como jefe adjunto de la Agencia Federal de Industria.

Bajo la presidencia de Medvedev fue nombrado viceministro de Industria y Comercio de la Federación Rusa, y pasó a controlar el desarrollo del programa de radioelectrónica y la implementación del sistema satelital GLONASS.

Recibió en el 2015 el Premio Estatal Mariscal Zhukov, en la esfera militar, por el desarrollo y creación del puesto de mando del submarino nuclear "Borei”. La prensa rusa lo considera el Padrino del Complejo Militar-Industrial, un hombre que salió de las filas castrenses y se convirtió en todo un empresario-científico en la esfera armamentista.

Durante una de sus visitas a Cuba en el 2018, Borisov declaró a la prensa rusa que los cubanos no tenían interés en poner dinero para las inversiones necesarias, y que en las negociaciones imperaba la mentalidad de la Guerra Fría impera, y el uso de términos que ya en el Kremlin no usaba.

Borisov durante su intervención en la 36 Feria Internacional de La Habana, en octubre de 2018.

“Son negociantes complicados, no lo voy a esconder, la mentalidad del pasado pesa sobre ellos constantemente. Durante las negociaciones, en las posiciones que llevan, siempre aparece que somos un puesto de avanzada (en ruso forpost) de la revolución mundial y simplemente nos tienen que ayudar".

También destacó que hoy en Rusia evitan caer en la práctica soviética del “internacionalismo proletario” en nombre de la “amistad inquebrantable”. “No negaré que, en la situación actual, al desarrollar nuestras relaciones comerciales y económicas, no deberíamos hacerlo en nuestro detrimento: esto es simplemente imprudente, no es práctico, y la experiencia viciosa de la Unión Soviética puede repetirse fácilmente”, concluyó.