El peligro en Cuba para un reportero en tiempos de coronavirus

Policías controlan la multitud en una cola para comprar alimentos en La Habana. (Yamil Lage/AFP)

Comunicadores independientes enfrentan serios obstáculos para dar a conocer lo que se vive en la isla por estos días en que la población sale a las calles a realizar compras a pesar de los peligros de contagio de la COVID-19.

"Nos arriesgamos a ser reprimidos y notificados por el régimen", dijeron a Radio Televisión Martí periodistas consultados, los cuales enfrentan detenciones y multas.

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Los peligros de reportar en Cuba

Yoe Suárez, colaborador de la publicación Diario de Cuba, asegura que el principal obstáculo es el "no reconocimiento" por parte de las autoridades al trabajo de los reporteros fuera de la "égida del estado".

En los últimos meses, la población, azotada por la escasez y la urgencia de salir a las calles a realizar compras, ha olvidado el distanciamiento social y el peligro del contagio.

Los reporteros y activistas se han dedicado a fotografiar esos hechos, opinar en las redes sociales y publicar en medios alternativos pero han sido multados con los Decreto-Ley 370 y 310, y otros amenazados con la prisión, recordó Suárez.

La periodista Luz Escobar, del diario 14ymedio, dijo que constantemente se exponen al control y las amenazas de los agentes policiales.​ ​

Relató que días atrás estaba haciendo una foto de la forma en que las personas se aglomeraban en la tienda Yumurí en La Habana mientras descargaban un camión de pollo, y un señor, que le mostró un carnet de la Seguridad del Estado, le dijo que no podía hacer fotos.

Otro de los obstáculos es la falta de libertad para acercarse a las instituciones en busca de cifras oficiales, apuntó Escobar.

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Los reporteros, al estar en las calles, también corren el riesgo de contagiarse. Sin embargo, para ellos es imprescindible conocer de primera mano la realidad para poder "entender" con exactitud cuándo el gobierno no ha actuado bien y hasta dónde es ineficiente, destacó la periodista.

El "hackeo" a sus perfiles de Facebook luego de reportar incidentes ocurridos en su entorno, es otro de los retos a los que se enfrentan.

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Maikel Norton, comunicador residente en Los Palacios, Pinar del Río, aseguró que la pasada semana luego de criticar al régimen su cuenta de Facebook fue "hackeada" y la contraseña cambiada, por lo que "perdió el control sobre ella".

Agregó que quienes manejan ahora ese perfil publican opiniones que no tienen nada que ver con sus puntos de vista, asunto que perjudica su reputación dentro y fuera de Cuba.

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En Holguín, el médico Ramón Zamora, conductor del espacio Lágrimas de Cuba, sufrió iguales ataques en sus perfiles sociales tras informar sobre los casos de muerte de tres personas a causa de la rabia en Mayarí.

Hace dos semanas Adriano Castañeda, activista y reportero ciudadano del Foro Antitotalitario Unido, fue sancionado bajo el Decreto Ley 370 y su línea de teléfono confiscada.

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La sanción ocurrió luego de publicar fotos de policías que no usaban nasobuco, precisamente en el momento en que multaban a un ciudadano por no llevarlo.

A todos esos contratiempos, se suman los elevados precios que tienen que pagar los ciudadanos cuando se conectan a Internet para publicar en las redes sociales y en los medios alternativos, concluyó la periodista Luz Escobar.

Amnistía Internacional también ha criticado al régimen cubano por restringir la libertad de informar durante estos tiempos de coronavirus.

Erika Guevara-Rosas, representante de la organización en América Latina, denunció que la periodista Camila Acosta había sido multada en marzo con tres mil pesos por sacar una foto de personas comprando pollo.