EEUU espera lograr pronto acuerdo de aviación civil con Cuba

  • Agencias

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Empresarios estadounidenses plantean preocupación por inversiones en Cuba

Un código compartido impediría la incautación de las aeronaves de Cubana de Aviación si tocan territorio estadounidense, dijo el subsecretario adjunto para el Hemisferio Occidental Alex Lee.

Estados Unidos se mostró el jueves dispuesto a que Cubana de Aviación adopte un acuerdo de código compartido que impida la incautación de sus aeronaves si tocan territorio estadounidense.

"La solución a corto plazo es tal vez un acuerdo de código compartido que beneficie a Cubana", dijo el subsecretario adjunto para el Hemisferio Occidental Alex Lee.

Los acuerdos de código compartido son una práctica habitual en la industria de la aviación y fusionan los intereses comerciales de dos aerolíneas en cuanto a rutas, itinerarios y capacidades en las naves.

Los dos gobiernos celebrarán este mes una nueva ronda de negociaciones sobre aviación civil.

Cuba busca que su aerolínea de bandera tenga acceso a territorio estadounidense, pero tribunales estadounidenses muy probablemente incauten aeronaves propiedades del Estado cubano debido a demandas judiciales en curso.

The Associated Press solicitó un comentario a la embajada cubana, sin obtenerlo de inmediato.

Al participar en una conferencia sobre Cuba organizada por la revista británica The Economist, Lee expresó su expectativa de que el acuerdo bilateral de aviación civil se logre "relativamente pronto".

El funcionario señaló que la solución de fondo para el problema de Cubana solo podrá alcanzarse en una negociación paralela en torno a disputas sobre propiedades, la cual celebrará este mes su primera reunión bilateral.

"Es por esa precisa razón que creo que el gobierno cubano será muy pragmático en tratar de definir cómo manejar las disputas de propiedad, ya sea por activos expropiados en la isla o por la decisión de un tribunal estadounidense", agregó.

Pese a que reabrieron embajadas este año por primera vez en medio siglo, ambas naciones se reclaman mutuamente montos multimillonarios por confiscación de propiedades estadounidenses y por las consecuencias del embargo económico que Washington impuso en 1962 a la isla.