Cuba: Pronostican boom de turistas americanos; experto alerta que infraestructura no está a la altura

Turistas colman la entrada del Bar Restaurante La Bodeguita del Medio en La Habana.

El potencial existe, pero también los retos para las empresas estadounidenses, dice un grupo consultor de Boston, mientras que del lado cubano muchos desafíos "para nada dependen del propio sector" turístico, apunta un economista de la isla.

Cuba representa una "enorme", aunque desafiante oportunidad para las compañías estadounidenses de viajes y turismo, considerando que la cifra de visitantes norteamericanos a la isla caribeña podría multiplicarse por siete hasta 2025, apunta un informe de la firma consultora Boston Consulting Group (BCG), citado por la agencia Reuters.

Hasta 2 millones de estadounidenses podrían estar viajando a Cuba para entonces, comparados con 285.000 el año pasado (sin contar a los cubanoamericanos), estima el estudio de BCG publicado este miércoles.

El hecho de que la infraestructura turística cubana ya esté crujiendo bajo el peso de la alta demanda, significa que las oportunidades de negocios abundan, pero las empresas estadounidenses deben aprender a navegar en una economía de planificación centralizada que tiene sus peculiaridades, sugiere el reporte.

Recuerda que en los últimos dos años, después que la administración de Obama alivió las restricciones de viaje a la isla, las visitas de estadounidenses a Cuba ya han experimentado un pico, si bien comparado con niveles anteriores muy bajos. BCG no se refirió a la posibilidad de que el presidente Donald Trump haga retroceder las medidas de Obama para la llamada "normalización" de las relaciones.

"La realidad es que los viajes de EE.UU. a Cuba están en su etapa naciente, y todos los actores están todavía aprendiendo a hacer que funcionen", señala el estudio. "El éxito, como con casi todo lo que tiene que ver con Cuba, requerirá enfoques inusuales, y a menudo poco ortodoxos".

El gobierno cubano se propone duplicar su capacidad hotelera para 2030 a través de asociaciones con empresas extranjeras, apunta. Pero hasta el momento, Starwood es la única compañía hotelera de EE.UU. que está operando en Cuba.

Uno de los desafíos sería poder inculcar la mentalidad de la industria de la hospitalidad a los trabajadores del turismo, que en su mayor parte han sido empleados del Estado y han devengado bajos salarios.

El mal servicio se siente peor cuando las habitaciones son "extremadamente caras para la región", señala BCG. "El riesgo es que los americanos que visiten Cuba y se hospeden en un hotel que forma parte de una marca en la que confían van a experimentar precios mucho más altos de lo habitual, y demandarán mejor servicio al cliente", observa el reporte.

Mientras tanto, observa BCG, también existen oportunidades para ampliar las líneas de cruceros a Cuba. Casi dos tercios de unos 500 viajeros estadounidenses encuestados dijeron que considerarían tomar un crucero al vecino del sur.

Varios operadores estadounidenses han comenzado a ofrecer líneas a Cuba en el último año, y enfrentan retos como el de incluir el elemento cultural en sus itinerarios para cumplir con las normas revisadas del gobierno de Obama, todavía vigentes, sobre los viajes a Cuba.

Las empresas estadounidenses deben trabajar en conjunto con el gobierno cubano para resolver algunos de estos problemas, aconseja la firma.

En cuanto a las aerolíneas, tendrían que lidiar con una demanda excesiva de vuelos a La Habana. Pudieran llevar a cabo campañas para atraer a los estadounidenses a otras ciudades cubanas, recomienda BCG, así como explotar la demanda cubana de vuelos a los Estados Unidos.

Retos del turismo, vistos desde Cuba

Desde la otra orilla el economista cubano Juan Triana coincide en la insuficiencia de las infraestructuras, no solo del turismo, sino del país en general, y en la necesidad de asumir una cultura turística, no únicamente por los trabajadores de esa industria, sino por la población y las autoridades locales, como dos de las dificultades para que el turismo se convierta “si lo dejamos y lo facilitamos con políticas adecuadas, en una de las locomotoras de la economía del país”.

En un artículo publicado en la revista OnCuba Triana señala que esa meta “aún enfrenta muchos desafíos, algunos que para nada dependen del propio sector”. Y menciona los siguientes:

1- La sobrevaluación de la tasa de cambio oficial y

2- La devaluación implícita de la tasa de cambio del CUC.

3- Una infraestructura (aeropuertos, carreteras, servicios de transporte de todo tipo, escasez de autos para alquilar, dificultades para conectarse con internet , etcétera) en general que no se corresponde con la expansión turística que se desea y muy alejada de la calidad de este servicio en otros países del área.

4- Capacidades constructivas deficitarias.

5- Una industria nacional débil y un sector agroalimentario que no ha sido capaz de producir en cantidad –y sobre todo en calidad– lo que el turismo necesita.

6- Un estilo de planificación que impide respuestas ágiles en un sector de muy alta competitividad y que, sumado a una cultura burocrática y centralista no superada, limitan la capacidad de respuesta.

7- Esquemas salariales que, combinados con la doble tasa de cambio y la segmentación de los mercados, se convierten en incentivos negativos para los trabajadores del sector, con el consecuente impacto en la productividad y la eficiencia.

8- Necesidad de mayor cultura turística de la población y las autoridades de las localidades (calles sucias, muy sucias –¡Oh La Habana!–, deficiente sistema de recogida de basura, contaminación ambiental –en especial por el escape de los “autos boteros”, pero también por nuestros ómnibus, camiones estatales, rastras, y autos del Estado ¿Qué pasa con el Somatón, funciona?).

Triana pronostica en OnCuba que este año la cantidad de arribos a la isla terminará en una cifra nunca inferior a 4,2 millones de turistas, aun cuando no se han resuelto los problemas que menciona “y cuando queda mucho por mejorar en el servicio, en la profesionalidad e incluso en la calidad de algunas de nuestras instalaciones; a pesar del esfuerzo hecho por reparar y recuperar habitaciones con fallas de terminación"

"Se logrará incluso a pesar de que el boom turístico nos ha hecho incrementar los precios de una habitación-noche a niveles realmente elevados, y ha producido como reacción que algunas agencias de viajes hayan experimentado la cancelación de paquetes previamente reservados”.

Por último advierte que “si bien es cierto que la demanda por el destino Cuba en estos dos últimos años es muy alta –y todo indica que lo seguirá siendo– también es cierto que tenemos competidores en la región con ofertas tan buenas como las nuestras y servicios de igual o mejor calidad. Miremos la competencia, no estamos solos”.

(República Dominicana, cuya industria turística es líder en la región caribeña, alcanzó los seis millones de visitantes en 2016 y tiene ahora una meta de 10 millones anuales).

[Redactado por Rolando Cartaya]