Jerusalem Post describe comportamiento de Gross como irresponsable

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Alan Gross.

La actividad de Gross podría haber afectado adversamente las comunidades judías en países cuyos gobiernos son hostiles a los Estados Unidos.

Un reciente análisis sobre la aventura de Alan Gross en Cuba publicado en el diario israelí The Jerusalem Post y firmado por Yossi Melman, asegura que el subcontratista estadounidense no operaba en nombre de la CIA pero sí violó las leyes cubanas, por lo que puso a la comunidad judía de la Isla en una posición precaria, poniendo en peligro sus relaciones con el régimen de Castro.

Gross, quien fuera arrestado en el aeropuerto de La Habana hace cinco años y posteriormente condenado a 15 años de cárcel, trabajaba en el área de desarrollo y ayuda internacional y, como parte de su trabajo, viajó a países del Medio Oriente como Irak.

Justo antes de su detención, Gross trabajaba como subcontratista de la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internaciona (USAID) ayudando a instalar equipos de comunicaciones para diversas organizaciones, y este fue también el propósito de su viaje a Cuba, según la publicación.

Desde 1992, el American Jewish Joint Distribution Committee ha mantenido estrechos vínculos con la comunidad judía cubana, que ha proporcionado asistencia económica a los ancianos mientras ayuda a preservar el patrimonio judío en la isla.

Detalla, además, que la actividad de Gross no sólo creó dificultades y causa vergüenza para la comunidad judía en Cuba, sino que también podría haber afectado adversamente las comunidades judías en países cuyos gobiernos son hostiles a Estados Unidos.

Señala que Gross podía haber llevado a los gobiernos extranjeros a sospechar que los judíos que tienen lazos con organizaciones judías en Estados Unidos actúan como emisarios para el espionaje estadounidense.

Y concluye describiendo el comportamiento de Alan Gross y sus superiores como totalmente irresponsable.