La vicepresidenta y canciller de Panamá, Isabel de Saint Malo, viajará el jueves a Cuba para tratar la participación de la isla en la Cumbre de las Américas que se realizará en la capital panameña en abril.
El gobierno del presidente Juan Carlos Varela invitó a su homólogo cubano, el general Raúl Castro, a que asista a la reunión hemisférica prevista para el 10 de abril, aunque La Habana aún no confirmó oficialmente su asistencia.
Ese es el asunto que lleva en su agenda la funcionaria en el plano regional, mientras que a nivel bilateral la vicepresidenta busca con su viaje de un día dinamizar las relaciones con la isla y relanzar proyectos de cooperación en el deporte, la educación, ciencia y tecnología, además del fortalecimiento de las relaciones aerocomerciales, explica el comunicado.explicó la cancillería panameña en un comunicado.
La también vicepresidenta de Panamá tiene previsto reunirse con el ministro de Relaciones Exteriores cubano, Bruno Rodríguez Parrilla.
En el ámbito regional, De Saint Malo de Alvarado y su similar cubano abordarán la importancia de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) en la agenda de integración de la región, añade el comunicado.
El programa de este viaje comenzará con una ofrenda floral en el Memorial José Martí e incluye una visita a la Escuela Solidaridad con Panamá y un encuentro en la sede de la Embajada de Panamá con una delegación de estudiantes panameños en Cuba.
Las relaciones entre los dos países se habían enfriado urante el anterior gobierno panameño de Ricardo Martinelli (2009-2014).
Gran parte del interés de esta visita oficial está en la posible participación de Cuba en la Cumbre de las Américas, foro al que nunca ha asistido al estar promovido por la Organización de Estados Americanos (OEA), de la que fue suspendida en 1962. La suspensión de Cuba en la OEA fue anulada en 2009, pero el Gobierno cubano no ha solicitado ni ha manifestado interés por volver a esa organización.
Estados Unidos se ha opuesto hasta ahora a la participación de Cuba debido a la ausencia de democracia en ese país. En la Declaración de Quebec, correspondiente a la Tercera Cumbre de Las Américas celebrada en 2001 en esa ciudad canadiense, los mandatarios condicionaron la participación en esas reuniones a la preservación de la democracia.
En su quinto párrafo la Declaración postula:
"Reconocemos que los valores y prácticas de la democracia son fundamentales para el avance de todos nuestros objetivos. El mantenimiento y fortalecimiento del Estado de Derecho y el respeto estricto al sistema democrático son, al mismo tiempo, un propósito y un compromiso compartido, así como una condición esencial de nuestra presencia en ésta y en futuras Cumbres".
"En consecuencia, cualquier alteración o ruptura inconstitucional del orden democrático en un Estado del Hemisferio constituye un obstáculo insuperable para la participación del gobierno de ese Estado en el proceso de las Cumbres de las Américas. Teniendo debidamente en cuenta los mecanismos hemisféricos, regionales y subregionales existentes, acordamos llevar a cabo consultas en el caso de una interrupción del sistema democrático en un país participante en el proceso de las Cumbres".