Mientras Vázquez estuvo al frente de la Fundación DeSevilla, ésta recibió fondos municipales que se destinaron a organizaciones ligadas al Partido Comunista en Nicaragua, Cuba, Colombia o Venezuela.
El secretario local del Partido Comunista en Sevilla, Carlos Vázquez . cargo de máxima confianza del vicepresidente de la Junta de Andalucía, Diego Valderas, será imputado según un pedido del juzgado de Instrucción número 16 de esa ciudad española.
Mientras Vázquez estuvo al frente de la Fundación DeSevilla, ésta recibió a través de subvenciones municipales, fondos que se destinaron a organizaciones ligadas al Partido Comunista en Nicaragua, Cuba, Colombia o Venezuela, señaló el Diario La Razón.
Las irregularidades en la fundación fueron declaradas ayer ente un juez por su propio director, Miguel López Adán, en el , reconociendo el «desequilibrio» patrimonial del organismo y el «agujero» de casi un millón de euros que presentaba. Por ello, y ante la sospecha de un desvío de fondos hacia otros fines que no estaban contemplados en la fundación, la Fiscalía pidió la imputación del entonces vicepresidente del organismo, Carlos Vázquez.
En su declaración, López Adán reconoció que Vázquez «impulsaba realmente las funciones del patronato de la fundación y estaba al corriente de todo». En cuanto al funcionamiento del organismo y las irregularidades detectadas, culpó al Ayuntamiento de tales incidencias, puesto que «con carácter general nunca entregaba las subvenciones en su fecha». «Ello generaba una disfunción en el funcionamiento de la fundación que imposibilitaba los pagos y las formalizaciones de las facturas de los pagos en su debida fecha». No obstante, quiso dejar claro que «en modo alguno los gastos fueron destinados a fines distintos de los subvencionados». En relación a los 935.000 euros de los que se desconoce su fin, aseguró que no se justificaron «por un problema de gestión» y que parte del dinero «no se ejecutó y se iba a devolver al Consistorio», señala La Razón.
Igualmente, llama la atención que López Adán borró información del ordenador de una contable el día antes de su cese. «Esta operación la hicieron también varios miembros de la fundación para no dejar restos personales», por lo que aseguró que era «algo normal y usual, para dejar el ordenador en mejor uso».
Mientras Vázquez estuvo al frente de la Fundación DeSevilla, ésta recibió a través de subvenciones municipales, fondos que se destinaron a organizaciones ligadas al Partido Comunista en Nicaragua, Cuba, Colombia o Venezuela, señaló el Diario La Razón.
Las irregularidades en la fundación fueron declaradas ayer ente un juez por su propio director, Miguel López Adán, en el , reconociendo el «desequilibrio» patrimonial del organismo y el «agujero» de casi un millón de euros que presentaba. Por ello, y ante la sospecha de un desvío de fondos hacia otros fines que no estaban contemplados en la fundación, la Fiscalía pidió la imputación del entonces vicepresidente del organismo, Carlos Vázquez.
En su declaración, López Adán reconoció que Vázquez «impulsaba realmente las funciones del patronato de la fundación y estaba al corriente de todo». En cuanto al funcionamiento del organismo y las irregularidades detectadas, culpó al Ayuntamiento de tales incidencias, puesto que «con carácter general nunca entregaba las subvenciones en su fecha». «Ello generaba una disfunción en el funcionamiento de la fundación que imposibilitaba los pagos y las formalizaciones de las facturas de los pagos en su debida fecha». No obstante, quiso dejar claro que «en modo alguno los gastos fueron destinados a fines distintos de los subvencionados». En relación a los 935.000 euros de los que se desconoce su fin, aseguró que no se justificaron «por un problema de gestión» y que parte del dinero «no se ejecutó y se iba a devolver al Consistorio», señala La Razón.
Igualmente, llama la atención que López Adán borró información del ordenador de una contable el día antes de su cese. «Esta operación la hicieron también varios miembros de la fundación para no dejar restos personales», por lo que aseguró que era «algo normal y usual, para dejar el ordenador en mejor uso».