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Estados Unidos

Aumento de migrantes en la frontera con México reaviva el debate en Washington

El líder de la minoría de la Cámara de Representantes, Kevin McCarthy, habla con la prensa durante una gira de una delegación de legisladores republicanos a la frontera entre EE. UU. y México, en El Paso, Texas, el 15 de marzo de 2021.
El líder de la minoría de la Cámara de Representantes, Kevin McCarthy, habla con la prensa durante una gira de una delegación de legisladores republicanos a la frontera entre EE. UU. y México, en El Paso, Texas, el 15 de marzo de 2021.

Republicanos y demócratas en EE. UU. se culpan mutuamente por la última crisis migratoria.

WASHINGTON - Miles de niños no acompañados que cruzan la frontera mexicana hacia Estados Unidos han reavivado rápidamente el polémico debate sobre inmigración en Washington, con republicanos y demócratas en desacuerdo sobre quién es el culpable de lo que ambos partidos describen como una crisis.

El líder de la minoría de la Cámara de Representantes, Kevin McCarthy, llevó a un grupo de legisladores republicanos a la frontera el lunes para condenar las políticas del presidente demócrata Joe Biden que, según McCarthy, han abierto la frontera a la inmigración ilegal sin restricciones.

“La seguridad de nuestra nación y nuestra frontera es ante todo responsabilidad de nuestro presidente”, dijo McCarthy a los periodistas en El Paso, Texas. “No tenía por qué suceder. Esta crisis es creada por las políticas presidenciales de esta nueva administración. No hay otra forma de reclamarlo que como una crisis fronteriza de Biden".

Al asumir el cargo en enero, Biden detuvo la construcción del muro fronterizo defendido por el expresidente Donald Trump y ha avanzado lo que dice que son políticas de inmigración más humanitarias.

Menores en la frontera

La administración de Biden no ha llegado a calificar la afluencia de migrantes, incluidos casi 30.000 niños no acompañados solo en febrero, como una crisis, y ha preferido llamarlo un desafío.

Pero Biden y sus ayudantes han tenido dificultades para evitar que miles de migrantes guatemaltecos, hondureños y salvadoreños empobrecidos viajen en una peligrosa travesía por México hacia lo que creen que será una vida más segura y próspera en Estados Unidos.

Durante el fin de semana, el Departamento de Seguridad Nacional de EE. UU. dijo que durante los próximos 90 días, la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias (FEMA) ayudaría a procesar la gran cantidad de niños migrantes no acompañados.

"Nuestro objetivo es asegurar que los niños no acompañados sean transferidos al HHS (Salud y Servicios Humanos) lo más rápido posible, de acuerdo con los requisitos legales y en el mejor interés de los niños", dijo el secretario de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas, en un comunicado.

Los niños se mantienen en instalaciones improvisadas en la frontera, ya al 94% de su capacidad, antes de que puedan ser enviados a familiares que ya viven en EE. UU. o a familias examinadas que estén dispuestas a cuidarlos o adoptarlos.

Un “sistema roto”

El domingo, la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, dijo a los periodistas que “la administración Biden está tratando de arreglar el sistema roto que les dejó la administración Trump. La administración de Biden tendrá un sistema basado en hacer el mejor trabajo posible, entendiendo que se trata de una crisis humanitaria".

Trump intervino con sus pensamientos sobre inmigración en la reciente Conferencia de Acción Política Conservadora, afirmando que Biden "quiere que todo se vaya al infierno".

“Cuando dejé el cargo hace solo seis semanas, habíamos creado la frontera más segura en la historia de Estados Unidos”, afirmó Trump, ignorando el aumento en el número de cruces ilegales durante sus últimos meses en el cargo.

“A la nueva administración le tomó solo unas pocas semanas convertir este logro sin precedentes en un desastre humanitario y de seguridad nacional autoinfligido al eliminar imprudentemente nuestra frontera, las medidas de seguridad, los controles, todas las cosas que implementamos”, argumentó Trump.

¿Trabajo conjunto?

A principios de marzo, McCarthy le pidió a Biden una reunión sobre inmigración en la frontera y dijo que se sentía "obligado a expresar una gran preocupación por la forma en que su administración está abordando esta crisis, pero con la esperanza de que podamos trabajar juntos para resolverla".

McCarthy dijo que no había recibido respuesta del presidente.

La secretaria de prensa de la Casa Blanca, Jen Psaki, rechazó la afirmación de los republicanos de que la nueva administración había adoptado una política de "fronteras abiertas".

"Eso es absolutamente incorrecto", dijo la semana pasada. “La frontera no está abierta”. Y este lunes confirmó lo anunciado por Mayorkas.

El gobierno anterior nos dejó un sistema desmantelado e imposible de trabajar. Vamos a hacer todo lo que podamos para resolverlo”, aseguró la portavoz.

Roberta Jacobson, coordinadora de la Casa Blanca para la frontera sur, reconoció la semana pasada que el aumento de migrantes puede haber sido impulsado por la creencia de que sería más fácil ingresar a Estados Unidos con Biden.

"Ciertamente creo que la idea de una política más humana podría haber llevado a la gente a tomar esa decisión", dijo a los periodistas. "Pero quizás lo más importante, definitivamente llevó a los contrabandistas a expresar desinformación sobre lo que ahora es posible".

Nuevas leyes

Los legisladores en Washington han estado estancados durante años por las políticas de inmigración. Además de lidiar con el dilema actual en la frontera, esta semana los demócratas de la Cámara de Representantes están tratando de promover dos leyes de inmigración.

Se establecería un camino hacia la ciudadanía para los inmigrantes indocumentados que fueron traídos a EE. UU cuando eran niños y que han vivido, asistido a la escuela y trabajado en el país desde entonces.

La Cámara también está considerando na medida en la que un trabajador migrante en la industria agrícola podría obtener un estatus temporal para permanecer en EE. UU. con una opción eventual para convertirse en residente permanente.

Los demócratas apoyan firmemente ambos proyectos de ley y también los aprobaron en 2019. Sin embargo, incluso si se vuelven a aprobar, su destino en el Senado políticamente dividido es incierto, en el mejor de los casos.

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"Hay derecho a protestar, pero no a causar caos", Biden se pronuncia sobre lo que está ocurriendo en universidades de EEUU

"El disenso es esencial para la democracia pero el disenso nunca debe llevar al desorden", dijo Biden / Foto: Nathan Howard (Reuters)
"El disenso es esencial para la democracia pero el disenso nunca debe llevar al desorden", dijo Biden / Foto: Nathan Howard (Reuters)
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En respuesta a las protestas en las universidades de Estados Unidos por el conflicto en Gaza, el presidente Joe Biden defendió el jueves el derecho a las manifestaciones pero expresó que destruir propiedades y amenazar a la gente va en contra de la ley.

“No somos una nación autoritaria donde silenciamos a la gente o sofocamos el disenso. El pueblo estadounidense es escuchado, de hecho, la protesta pacífica está en la mejor tradición de cómo los estadounidenses responden a problemas importantes. Pero tampoco somos un país sin ley”, declaró en un breve discurso desde la Casa Blanca.

El presidente reiteró que la protesta violenta no está protegida por la ley y añadió que “hay derecho a protestar, pero no hay derecho a causar caos”.

“El disenso es esencial para la democracia pero el disenso nunca debe llevar al desorden o negar los derechos de los demás para que los estudiantes puedan terminar el semestre y su educación universitaria”, expresó el mandatario.

El presidente, que se opone a enviar la Guardia Nacional para resolver el problema de las protestas, aclaró además que “no hay lugar para el discurso de odio o la violencia de ningún tipo, ya sea antisemitismo, islamofobia o discriminación contra estadounidenses árabes o palestinos... No hay lugar para el racismo en Estados Unidos”.

Las tensiones han ido aumentando en los últimos días a medida que los manifestantes de varias universidades se niegan a retirar sus campamentos y los administradores recurren a la policía para desalojarlos por la fuerza, lo que ha provocado enfrentamientos entre ambas partes.

Este jueves, la policía ingresó al campamento pro palestino en la Universidad de California en Los Angeles, UCLA y desmanteló tiendas de campaña, expulsó a la mayoría de los manifestantes y realizó numerosos arrestos.

La operación se produce tras dos días de agitación que inició cuando la universidad declaró que el campamento era “ilegal” y continuó cuando una turba atacó el lugar el martes por la noche. La policía tardó horas en controlar la situación.

Los estudiantes que han montado estos campamentos piden un alto el fuego inmediato en Gaza y que las escuelas dejen de invertir en empresas que apoyan al gobierno de Israel.

Muchas de las universidades han llamado a la policía para sofocar las protestas. Se realizaron otros arrestos en la Universidad de Yale, el Dartmouth College y las universidades del estado de Nueva York en Buffalo y Stony Brook, entre otros campus.

De acuerdo a la agencia de prensa Reuters, la policía ha arrestado a más de 1.000 estudiantes hasta la fecha.

Universidad de Columbia amenaza con expulsar a estudiantes que tomaron edificio (FOTOS)

Un estudiante ondea una bandera palestina en la azotea del Hamilton Hall de la Universidad de Columbia, en Nueva York, Estados Unidos, este martes 30 de abril. (REUTERS/David Dee Delgado)
Un estudiante ondea una bandera palestina en la azotea del Hamilton Hall de la Universidad de Columbia, en Nueva York, Estados Unidos, este martes 30 de abril. (REUTERS/David Dee Delgado)

Decenas de manifestantes ocuparon la madrugada del martes un edificio de la Universidad de Columbia en Nueva York, colocaron barricadas en los accesos y colgaron una bandera palestina en una ventana, en una nueva escalada de las manifestaciones contra la guerra entre Israel y Hamás que se han extendido a campus universitarios de todo Estados Unidos. La escuela prometió expulsar a los participantes.

La ocupación en Columbia —donde los manifestantes hicieron caso omiso a un ultimátum de abandonar un campamento de tiendas de campaña el lunes o ser suspendidos— se desarrolló mientras otras universidades intensificaban sus esfuerzos para despejar los campamentos. La policía irrumpió en algunos campus, provocando enfrentamientos con los manifestantes y numerosos arrestos. En casos más raros, los funcionarios universitarios y los líderes de las protestas han llegado a acuerdos para limitar la perturbación de la vida en el campus.

Los manifestantes en el campus de Columbia en Manhattan entrelazaron los brazos ante el edificio Hamilton Hall la madrugada del martes y llevaron cargando muebles y barricadas de metal hasta el recinto, uno de los que fueron ocupados durante una protesta por los derechos civiles y contra la guerra de Vietnam en 1968. Publicaciones en una cuenta de Instagram de organizadores de la protesta poco después de la medianoche instaban a la gente a proteger el campamento y sumarse a ellos en el Hamilton Hall. Un cartel con la frase "Palestina libre" colgaba de una ventana.

La toma del Hamilton Hall ocurrió unas 12 horas después del plazo límite de las 2 de la tarde del lunes para que los manifestantes abandonaran el campamento en el campus de la Universidad de Columbia. (Mary Altaffer/Pool vía REUTERS)
La toma del Hamilton Hall ocurrió unas 12 horas después del plazo límite de las 2 de la tarde del lunes para que los manifestantes abandonaran el campamento en el campus de la Universidad de Columbia. (Mary Altaffer/Pool vía REUTERS)

"Un grupo autónomo reclamó el edificio Hind's Hall, antes conocido como 'Hamilton Hall', en honor a Hind Rajab, un mártir asesinado a manos del Estado genocida israelí a los seis años", escribió el martes de madrugada CU Apartheid Divest en la red social X.

El Hamilton Hall abrió sus puertas en 1907 y lleva el nombre de Alexander Hamilton, uno de los padres fundadores de Estados Unidos, que asistió al King's College, el nombre original de Columbia.

La toma del edificio ocurrió unas 12 horas después del plazo límite de las 2 de la tarde del lunes para que los manifestantes abandonaran un campamento de unas 120 carpas bajo amenaza de suspensión.

En un comunicado el martes, el portavoz de Columbia, Ben Chang, dijo que "los estudiantes que ocupen el edificio se enfrentan a la expulsión". Agregó que aquellos que no aceptaran los términos del lunes serían suspendidos.

"Los manifestantes han optado por escalar a una situación insostenible: destrozar propiedades, romper puertas y ventanas y bloquear entradas, y estamos aplicando las consecuencias que describimos ayer", agregó.

Estudiantes protestan este martes con banderas palestinas y kufiyas a la entrada del Hamilton Hall, en la Universidad de Columbia. (Mary Altaffer/Pool via REUTERS)
Estudiantes protestan este martes con banderas palestinas y kufiyas a la entrada del Hamilton Hall, en la Universidad de Columbia. (Mary Altaffer/Pool via REUTERS)

El jefe del Departamento de Policía de Nueva York, Jeffrey Maddrey, dijo en una conferencia de prensa el martes que la policía no ingresará al campus de Columbia sin una solicitud de la administración de la universidad o sin una emergencia inminente.

Los manifestantes insistieron en que permanecerán en el edificio hasta que la universidad acepte tres demandas: desinversión, transparencia financiera y amnistía.

Los enfrentamientos han generado preocupación en la Casa Blanca. El portavoz del Consejo de Seguridad Nacional, John Kirby, dijo que el presidente Joe Biden cree que los estudiantes que ocupan un edificio académico es "un enfoque absolutamente equivocado" y "no es un ejemplo de protesta pacífica".

Universidades de todo Estados Unidos buscan la forma de desalojar los campamentos antes de las inminentes ceremonias de graduación. Algunas seguían en negociaciones mientras otras recurrían a la fuerza y los ultimátum, que han producido choques con la policía. Docenas de personas fueron detenidas el lunes en protestas en universidades de Texas, Utah, Virginia y Nueva Jersey, mientras que Columbia dijo unas horas antes de que se ocupara el edificio Hamilton que había empezado a suspender a alumnos.

Por su parte, la policía intervino el martes por la mañana para desmontar un campamento en la Universidad de Yale, en Connecticut, aunque no había reportes inmediatos de arrestos.

Manifestantes estudiantiles acampan en el campus de la Universidad de Columbia, este martes, 30 de abril de 2024, en Nueva York. (Pool Photo/Mary Altaffer)
Manifestantes estudiantiles acampan en el campus de la Universidad de Columbia, este martes, 30 de abril de 2024, en Nueva York. (Pool Photo/Mary Altaffer)

El Yale Daily News, un periódico estudiantil independiente, indicó que policías de Yale y de New Haven habían rodeado el campamento en la explanada del campus con cinta a partir de las seis de la mañana, y dijeron que cualquiera que estuviera dentro del perímetro podría ser detenido y suspendido si no se machaba. Para las 7:30 de la mañana no se habían hecho detenciones, indicó el agente Christian Bruckhart, vocero de la policía de New Haven.

Las protestas en campus de todo el país comenzaron en respuesta a la ofensiva de Israel en Gaza después de que Hamás realizara un letal ataque contra el sur de Israel el 7 de octubre.

Los milicianos mataron a unas 1.200 personas, la mayoría civiles, y tomaron unos 250 rehenes. Israel ha prometido erradicar a Hamás y matado a más de 34.000 palestinos en la Franja de Gaza, según el Ministerio local de Salud.

Israel y sus partidarios han descrito las protestas estudiantiles de antisemitas, mientras que los críticos de Israel dicen que esa acusación se emplea para silenciar a las voces discordantes. Aunque algunos manifestantes han sido grabados haciendo comentarios antisemitas o amenazas violentas, los organizadores de las protestas, algunos de los cuales son judíos, dicen que se trata de un movimiento pacífico que aspira a defender los derechos de los palestinos y denunciar la guerra.

Bancos y contenedores de basura bloquean la entrada a Hamilton Hall, donde algunos estudiantes acamparon, en el campus de la Universidad de Columbia. (Mary Altaffer/Pool vía REUTERS)
Bancos y contenedores de basura bloquean la entrada a Hamilton Hall, donde algunos estudiantes acamparon, en el campus de la Universidad de Columbia. (Mary Altaffer/Pool vía REUTERS)

En la Universidad de Texas, en Austin, un abogado informó de al menos 40 inconformes detenidos el lunes. El enfrentamiento representó un agravamiento de la situación en el campus de 53.000 estudiantes en la capital estatal, donde más de 50 manifestantes fueron arrestados la semana pasada.

Más tarde el lunes, docenas de agentes con material antimotines en la Universidad de Utah intentaron desalojar un campamento ante la oficina del presidente de la universidad, una operación que se alargó hasta bien entrada la tarde. La policía sacó a estudiantes a rastras por los pies y las manos, rompió los postes que sostenían las carpas y retuvo con bridas a los que se negaron a marcharse. Diecisiete personas fueron detenidas. La universidad dijo que acampar durante la noche en terrenos del centro estaba prohibido y que se habían dado varias advertencias a los alumnos antes de la intervención policial.

En la Universidad de Princeton, 13 personas fueron detenidas el lunes por la noche, incluidos 11 alumnos, tras ocupar brevemente un edificio que aloja su facultad. Recibieron citaciones judiciales por allanamiento y se les ha prohibido el acceso al campus, según un comunicado del presidente del centro, Christopher Eisgruber.

También el martes, la policía desalojó un campamento en la Universidad de Carolina del Norte en Chapel Hill y detuvo a unas 30 personas. En la Universidad de Connecticut, la policía realizó arrestos después de que los manifestantes se negaran a retirar las tiendas de campaña.

La situación de los estudiantes detenidos se ha convertido en una parte central de las protestas, en las que los estudiantes y un número creciente de profesores exigen una amnistía para los manifestantes. La cuestión es si las suspensiones y los expedientes judiciales seguirán a los estudiantes durante su vida adulta.

Las protestas en Texas y en otros sitios —también en Europa y Canadá— fueron inspiradas por las primeras manifestaciones en Columbia. El lunes, los estudiantes activistas en Columbia desafiaron el plazo de las dos de la tarde para abandonar un campamento. Un puñado de manifestantes opuestos ondeaban banderas israelíes, y uno sostenía un cartel en el que se leía: "¿Dónde están los cánticos contra Hamás?".

El campamento improvisado por los manifestantes en el campus de la Universidad de Columbia se mantenía este martes, 30 de abril. (Pool Photo/Mary Altaffer)
El campamento improvisado por los manifestantes en el campus de la Universidad de Columbia se mantenía este martes, 30 de abril. (Pool Photo/Mary Altaffer)

Aunque la universidad no llamó a la policía para desalojar a los manifestantes, el portavoz de la universidad, Ben Chang, dijo que Columbia había iniciado las suspensiones.

Organizadores de las protestas dijeron no estar al tanto de ninguna suspensión para el lunes por la noche.

En un caso excepcional, la Universidad del Noroeste dijo que llegó a un acuerdo con estudiantes y profesores que representan a la mayoría de los manifestantes en su campus cerca de Chicago. Permite manifestaciones pacíficas hasta que concluyan las clases el 1 de junio, requiere el retiro de todas las tiendas excepto una para prestar ayuda, y restringe el área de la manifestación para permitir solamente el ingreso de estudiantes, profesores y otro personal a menos que la universidad apruebe otra cosa.

En la Universidad del Sur de California, los organizadores de un gran campamento se reunieron el lunes con la presidenta de la universidad, Carol Folt. Folt declinó dar detalles, pero dijo que había escuchado las preocupaciones de los manifestantes y que el diálogo continuaría el martes.

La USC abrió una controversia el 15 de abril cuando prohibió que el orador representante de los alumnos, que ha apoyado públicamente a los palestinos, hiciera un discurso inaugural alegando motivos de seguridad no especificados por su inusual decisión.

Policías estatales de Texas montan guardia en la Universidad de Texas en Austin, Texas, el 29 de abril de 2024. (Suzanne Cordeiro/AFP)
Policías estatales de Texas montan guardia en la Universidad de Texas en Austin, Texas, el 29 de abril de 2024. (Suzanne Cordeiro/AFP)

Después, la institución canceló el discurso del cineasta Jon M. Chu, un antiguo alumno, y declinó entregar títulos honorarios.

La indignación por esas decisiones y las protestas en Columbia inspiraron el campamento y las manifestaciones en el campus la semana pasada, donde 90 personas fueron detenidas por policías antidisturbios. La universidad ha cancelado su acto principal de graduación.

En otros lugares, los administradores han intentado salvar sus ceremonias de graduación y varios han ordenado desalojar los campamentos en los últimos días. Cuando estos intentos han fracasado, los funcionarios han amenazado con medidas disciplinarias, incluida la suspensión, y con posibles detenciones.

Pero los estudiantes se han mantenido firmes en sus posiciones en algunas universidades de alto nivel, como Harvard, la Universidad de Pensilvania y Yale, entre otras. Policías con material antimotines intentaron desalojar un campamento en la Universidad Commonwealth de Virginia el lunes por la noche y se enfrentaron con los manifestantes.

EEUU y México planean tomar medidas drásticas contra la inmigración ilegal en su frontera compartida

El presidente Joe Biden y el mandatario mexicano Andrés Manuel López Obrador conversaron el domingo vía telefónica sobre la crisis en la frontera entre ambos países.
El presidente Joe Biden y el mandatario mexicano Andrés Manuel López Obrador conversaron el domingo vía telefónica sobre la crisis en la frontera entre ambos países.

Estados Unidos y México planean tomar medidas drásticas contra la inmigración ilegal en su frontera compartida, según dijeron el lunes los líderes de ambos países.

En un comunicado conjunto, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, y su homólogo mexicano, Andrés Manuel López Obrador, dijeron que sostuvieron el domingo una conversación telefónica y que sus administraciones pronto tomarían medidas para disminuir los cruces ilegales y, al mismo tiempo, abordarían los problemas económicos y de seguridad que provocan que las personas migren.

“En el corto plazo, los dos presidentes ordenaron a sus equipos de Seguridad Nacional trabajar en conjunto para implementar de inmediato medidas concretas, a fin de reducir significativamente los cruces fronterizos irregulares, protegiendo al mismo tiempo los derechos humanos”, anunció el comunicado.

El comunicado no da detalles sobre las "medidas concretas".

También se comprometieron a promover iniciativas para abordar las causas fundamentales de la migración en todo el hemisferio occidental, señalando que aumentar la prosperidad y la seguridad compartidas será de importancia crítica para enfrentar eficazmente el desafío migratorio a largo plazo.

En la Casa Blanca, al pedido de una periodista de más detalles sobre las medidas, la vocera Karine Jean-Pierre dijo que no quería ir más allá de lo dicho en el comunicado.

“Voy a tener mucho cuidado aquí. No voy a adelantarme a lo establecido en la declaración, pero diría que es un compromiso continuo para fortalecer la relación bilateral, la relación que tenemos y la cooperación regional, y no olvidemos que la cooperación regional beneficiará aquí, a nosotros aquí, en los Estados Unidos, pero también al pueblo de México, así que no voy a ir más allá de la lectura, esa declaración conjunta que salió”, declaró la portavoz.

Por su parte, el López Obrador le dijo a la prensa el lunes que habló con Biden sobre mantener la frontera abierta para aquellos que sigan los procesos legales para llegar a Estados Unidos.

También elogió la reducción de llegadas a la frontera entre EEUU y México, diciendo que se habían reducido a alrededor de 6.000 por día en enero debido, en parte, a programas sociales en otros países latinoamericanos respaldados por su gobierno.

Biden, demócrata que aspira a otro mandato en las elecciones del 5 de noviembre, ha endurecido su enfoque sobre la seguridad fronteriza en los últimos meses, a medida que la inmigración se ha convertido en una de las principales preocupaciones de los votantes estadounidenses.

Los republicanos lo han criticado por dar marcha atrás en las políticas fronterizas restrictivas de la era de su antecesor, el expresidente Donald Trump, y por no frenar el aumento de los cruces ilegales.

La Casa Blanca ha considerado utilizar la autoridad ejecutiva del gobernante para bloquear a los migrantes en la frontera, pero tal medida podría desencadenar desafíos legales y el disgusto de algunos demócratas.

También está estudiando formas de conceder un estatus legal temporal y permisos de trabajo a los inmigrantes que se encuentren ilegalmente en Estados Unidos y estén casados con ciudadanos del país norteamericano, una medida que podría servir de contrapeso a las restricciones en la frontera.

Corte Suprema de EEUU escucha argumentos sobre afirmación de Trump de inmunidad absoluta

Miembros de los medios de comunicación se establecieron fuera de la Corte Suprema de Estados Unidos mientras los jueces escuchan argumentos sobre el reclamo de inmunidad presidencial del ex presidente Trump, el 25 de abril de 2024. REUTERS/Bonnie Dinero
Miembros de los medios de comunicación se establecieron fuera de la Corte Suprema de Estados Unidos mientras los jueces escuchan argumentos sobre el reclamo de inmunidad presidencial del ex presidente Trump, el 25 de abril de 2024. REUTERS/Bonnie Dinero

La Corte Suprema de Estados Unidos examinó este jueves si el expresidente Donald Trump cuenta con inmunidad y puede evitar ser procesado por su intento de revertir su derrota electoral de 2020 ante el demócrata Joe Biden.

El juicio del ex presidente por presunta interferencia electoral ha sido retrasado durante meses mientras la Corte considera el argumento de Trump de que los presidentes deberían ser inmunes a las acciones que tomen mientras están en el cargo.

En Nueva York, Trump dijo que quería estar presente en la Corte Suprema pero en vez de eso, tuvo que nuevamente presentarse a una corte de Nueva York, donde está siendo juzgado por cargos de falsificar registros para ocultar información perjudicial a los votantes cuando dirigió pagos monetarios a una actriz de películas para adultos a fin de mantener en secreto sus afirmaciones de que tuvieron relaciones sexuales.

"Creo que en la Corte Suprema que tiene que ver con la inmunidad, escuché que el argumento fue brillante. Pensé que las preguntas del juez eran geniales y todos los presidentes deben tener inmunidad", declaró Trump.

La mayoría de los jueces de la Corte Suprema, que se espera que emita su fallo a finales de junio, no parecían inclinados a respaldar la afirmación de Trump.

Pero al menos cuatro de los nueve magistrados parecieron estar en desacuerdo con un fallo de un tribunal inferior que estipuló que un expresidente no goza de "inmunidad absoluta" frente a un proceso penal después de dejar el cargo.

Los abogados de Trump sostuvieron que los expresidentes tienen derecho a inmunidad absoluta por sus actos oficiales. De lo contrario, dicen, los procesos por motivos políticos de exmandatarios serían rutinarios y los presidentes no podrían asumir el papel de comandante en jefe si tienen que preocuparse por cargos penales.

Por su parte, la fiscalía afirmó que quienes redactaron la Constitución nunca tuvieron la intención de que los presidentes estuvieran por encima de la ley y que, en cualquier caso, los actos de los que se acusa a Trump —incluyendo el participar en un plan para incluir electores falsos en estados disputados ganados por Biden— no son de ninguna manera parte de los deberes oficiales de un presidente.

La inmunidad presidencial de Trump en manos de la Corte Suprema

El expresidente estadounidense Donald Trump habla con los medios de comunicación a su llegada al Tribunal Penal de Manhattan en la ciudad de Nueva York el 25 de abril de 2024.
El expresidente estadounidense Donald Trump habla con los medios de comunicación a su llegada al Tribunal Penal de Manhattan en la ciudad de Nueva York el 25 de abril de 2024.

La Corte Suprema de Estados Unidos asumirá este jueves un papel determinante en el futuro político del expresidente Donald Trump, favorito por el Partido Republicano a las elecciones presidenciales del 2024.

El expresidente ha solicitado inmunidad judicial en varias acusaciones que buscan procesarlo por sus esfuerzos por anular el resultado electoral de las presidenciales de 2020.

Otras instancias del sistema judicial han rechazado su solicitud de ser protegido de cuatro cargos penales relacionados con las elecciones con el argumento de que estaba sirviendo como presidente.

Los abogados de Trump dijeron a los jueces que un expresidente tiene "inmunidad absoluta contra el enjuiciamiento penal por sus actos oficiales" y alertaron que sin esa protección "la amenaza de un futuro enjuiciamiento y encarcelamiento se convertiría en un garrote político para influir en las decisiones presidenciales más sensibles y controvertidas".

Una decisión rápida de la Corte Suprema podría permitir que el juicio se lleve a cabo antes de las elecciones de noviembre.

Trump no asistirá a los argumentos de la Corte Suprema, integrada por una mayoría conservadora, entre los que se incluyen Amy Coney Barrett, Brett Kavanaugh y Neil Gorsuch, los tres nombrados por el expresidente republicano. Los miembros de la rama judicial son nombrados por el presidente y confirmados por el Senado.

En 2020 la misma instancia rechazó varios intentos que buscaron anular los resultados de las elecciones presidenciales que dieron la victoria a Joe Biden, por un margen de 306 a 232 votos en el colegio electoral de EE.UU.

En marzo, la Corte Suprema concedió una importante victoria para la carrera de Trump cuando anuló una decisión judicial que le había excluido de la papeleta electoral de Colorado en virtud de una disposición constitucional relativa a la insurrección por incitar y apoyar el ataque del 6 de enero de 2021 contra el Capitolio de Estados Unidos perpetrado por sus partidarios.

Desde la histórica sentencia del caso Bush contra Gore, que en 2000 dio la victoria al republicano George W. Bush sobre el demócrata Al Gore, la corte no había desempeñado un papel tan importante en una carrera presidencial.

Los casos de la Corte Suprema son casi completamente de naturaleza apelativa y las decisiones de esta corte no pueden apelarse ante ninguna otra autoridad, ya que la Corte Suprema es la última instancia decisoria en los Estados Unidos en cuanto a las leyes federales. Sin embargo, la Corte Suprema puede considerar apelaciones de las cortes estatales de mayor rango o de los tribunales federales de apelaciones. La Corte también tiene jurisdicción de primera instancia sobre ciertos tipos de casos, incluyendo aquellos que implican a embajadores y otros funcionarios diplomáticos, y casos entre estados.

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