Según señaló la portavoz de la AIEA, Melissa Fleming, a la agencia de noticias AFP, el pasado 10 de octubre el gobierno interino de Iraq había expresado su preocupación a la AEIA por esta desaparición. La organización con sede en Viena, alertó de inmediato a las fuerzas de la coalición.
Por su parte la agencia Reuters, citando al “New York Times”, dijo que oficiales del Pentágono, la Casa Blanca y al menos un ministro Iraquí, reconocieron que los explosivos se desvanecieron del lugar después del comienzo de la invasión en marzo del 2003 y que sucedió en medio de los saqueos que se extendieron a diferentes regiones de Iraq.
Mientras tanto, en declaraciones a la AFP, el portavoz del Pentágono, Larry DiRita, dijo que el Departamento de Defensa desconoce hasta el momento cuando desaparecieron los explosivos, y si fue antes o después de que las fuerzas estadounidenses asumieran el control del depósito. Agregó DiRita que: “Es muy posible —realmente probable— que el último control sobre esos explosivos fuera realizado durante el régimen de Saddam Hussein”.
Por su parte la agencia noticiosa EFE informó que el Director de la AEIA, Mohamed el-Baradei, entregó el martes una carta con los detalles del suceso al Consejo de Seguridad de Naciones Unidas. En su comunicación, el alto funcionario confirmó que el material explosivo —que puede servir para la demolición de edificios, probar misiles y detonar armas nucleares—, desapareció después del 4 de septiembre del 2003.
Agregó el-Baradei que enero del 2003, fue la última fecha en que se hicieron tareas de verificación de esos materiales en Al Qaqaa, lugar donde se encontraban depositados bajo la supervisión de la AEIA.
Según el “New York Times” citado de nuevo por Reuters, oficiales de la administración norteamericana dijeron el domingo que el “Iraq Survey Group”, una fuerza de trabajo organizada por la Agencia Central de Inteligencia (CIA), para la búsqueda de armas no-convencionales, recibió la orden de investigar la desaparición de los explosivos.