Las protestas, que incluyeron marchas, quema de llantas y la retención de vehículos, ocurrieron nuevamente en la ciudad de Latacunga, capital de la provincia andina de Cotopaxi, a unos 85 kilómetros al sur de la capital.
El escaso impacto político y popular de las protestas fue interpretado por analistas y medios locales como un fracaso para la Confederación de Nacionalidades Indígenas.