El avión Boeing 747 que transportó los restos y a dolientes aterrizó a las cinco menos cuarto de la tarde, hora de California, en la base aérea de Punta Mogu, California.
Luego el cortejo fúnebre formado por una larga caravana de automóviles se dirigió al cercano Simi Valley, para darle a Reagan sepultura en la cumbre de una colina donde está la Biblioteca y Museo del Presidente Ronald Reagan. Toda la nación pudo presenciar en televisión el recorrido de esta larga comitiva.
Reagan dejó dicho que deseaba ser sepultado en Simi Valley a la hora del crepúsculo y su deseo se cumplió en una ceremonia muy privada en los jardines de esa biblioteca.
Cuando el Sol se ocultaba en el horizonte del Océano Pacfico, después que el féretro fue colocado en una plataforma sobre el lugar del sepulcro, los militares que hasta allí lo llevaron después de sacarlo de la carroza fúnebre, quitaron la bandera nacional que lo envolvía. Entonces la doblaron ceremoniosamente y la entregaron a Nancy Reagan.
La viuda se acercó al ataúd, apoyó el rostro y los brazos sobre la pulida madera y no pudo contener más los sollozos.
Un hijo de Reagan pronunció un sentido panegírico.Su hija, Patti Davis, también habló con gran emoción. Otro hijo, Ronald P. Reagan, dijo que su padre había sido "el mejor hombre que cualquiera hubiera podido conocer".
El programa de exequias lo preparó el propio Reagan al comenzar su primera presidencia en 1981, cumpliendo la costumbre que ya es tradición en la Casa Blanca desde el asesinato del presidente John F. Kennedy en 1962 en Dallas, Texas.
Pocas horas antes de regresar por última vez a su adorada California, donde Reagan murió el sábado 5 de julio a los 93 años de edad, miles de ciudadanos tuvieron la oportunidad de darle el ultimo adiós en la Rotonda del Capitolio de Washington DC., donde su féretro permaneció dos días en capilla ardiente.
Después, el viernes por la mañana concluida la capilla ardiente en Washington, se llevó a cabo una ceremonia en la Catedral Nacional de la capital de Estados Unidos, como parte del funeral de Estado. Luego un avión presidencial llevó sus restos a California, donde se les daría sepultura en la forma que Reagan había pedido.
Luminarias de Hollywood que fueron amigos del ex actor que llegó a ser Presidente de la nación más poderosa del mundo asistieron a la ceremonia privada del sepelio, que fue televisada a todo el país.
Entre las estrellas de Hollywood participantes en el entierro estuvieron, entre otros, el actor Charlton Heston que, como sucedió a Reagan, padece del Mal de Alzheimers; el actor Kirk Douglas, la viuda del legendario Bob Hope y los hijos de Frank Sinatra, Tina y Nancy y Frank.
También asistieron, entre otras muchas luminarias de Hollywood, el actor Tom Selleck y la actriz Bo Derek.
Igualmente estuvieron presentes en el acto final de la vida y muerte de un gran Presidente, el Gobernador de California y también actor de cine Arnold Schwarzenegger, su esposa María Shriver, y George Schultz, quien en la era de Reagan fue su Secretario de Estado.